22 de Noviembre de 2004. 
   
Pareciera risible la expresión, sino fuera que entraña una terrible realidad que viene de la propia razón de ser que siempre hablamos de nosotros y del país en términos como si lo dirigiéramos de un tercero, pero es común que digamos: ‘este país no tiene arreglo’, cuando debiera decirse en todo caso, ‘nuestro país no tiene arreglo’, ‘aquí a la gente la toman por idiota’, no incluyéndose entre la gente, ‘en este país todo el mundo roba’, pero pareciera que el que lo expresa no roba.
 
A fuerza de todo ello es que la común expresión que tenemos es: ‘a decir verdad’, como si siempre se mintiera, ‘para ser honestos’, como que por primera vez va a ser honesto, ‘para ser sincero’, ¿qué quiere decir? ¿Qué nunca fue sincero/a?

Este país extravió la ética y no tiene educación y pareciera que se auto excluye de tal frase o tantas frases similares, cuando lo que se hace, como se diría penalmente: es auto incriminarse.
 
Por algo la Argentina y Buenos Aires en especial tiene el mas alto índice de sicólogos en el mundo por habitante, como también la mayor cantidad de cafés de cualquier capital mundial, pues allí solucionamos la mayoría de los problemas populares y criticamos a todo el mundo sin excepciones ni siquiera familiares.
 
Es por ello que es interesante leer las cartas de lectores o como lo llama cada diario, es difícil encontrar allí alguna carta que proponga soluciones. No es una tribuna de críticas y cuanto más despiadadas mejor, hasta hay personas que se sienten bien de verse en un diario con su propia diatriba.
 
Somos un país que tiene mas de 9000 ONGs y Fundaciones, etc, cuando sobrarían 90 aunque más no sea, bueno sería desechar todas aquellas que son sólo sellos o lo que todos denominamos como truchas.
 
Es lamentable que la frase del día: El país que no miramos: 10,7 millones de personas vive con $ 120.- mensuales, o menos de $4.- diarios. Fuente: INDEC, sea sólo eso una fría estadística que no merece más que el comentario de la Iglesia y ninguna acción del común de la gente para que de una buena vez reconozcamos que es impensable, sólo se lo puede entender en una película de ciencia ficción que: la Argentina, el otrora granero del mundo sea hoy un país que ya no nada en la abundancia sino en una inconmensurable pobreza de la cual todos y cada uno de nosotros somos cómplices por acción u omisión. Donde nos cabe bien el ‘no te metas’: porque por suerte no me pasó a mí, le pasó al vecino!
 
Por eso cuando expresamos que los argentinos somos solidarios por excelencia, no entiendo como entonces al sacar siquiera la basura nos alejamos con indiferencia (es la excepción que tengamos o sintamos alguna culpa) del cartonero que mete su mano a tientas entre la mugre y la comida tirada cuando hay tantos que la necesitan y preferimos trabas para que nada consigan, sólo desprecio hacia ellos de parte de nosotros , ¿o como se llama sino nuestro mirarlos sin querer ver nada?.
 
El DESAFIO es el compromiso de la acción civil, la actitud ciudadana, el no seguir esperando del estado ( del cual nada debemos esperar ) lo que a nosotros nos corresponde, el pertenecer.
 
Cuando vine de niño a esta maravillosa Argentina, allá, en la Europa tan admirada por nosotros y tan devastada por guerras fraticidas e inentendibles, sólo se destilaba la miseria y se comenzaba la reconstrucción sin miramientos ni peleas por ella, pues era para todos.
 
Se escuchaba la palabra América con admiración y se la asociaba con un cuento de hadas, con una tierra que sólo pertenecía a nuestros sueños y sin conocerla, se ensalzaban sus prósperas tierras y se destacaba su abundante y bella naturaleza, con su gente que imaginábamos rozagante de felicidad, (como después lo comprobamos), como la meca hacia donde debiéramos marchar para que tengamos futuro.
 
Todo eso aun cuando de la Europa del este debiéramos escapar, no ya de la miseria y pobreza, que si bien lo eran feroces y atroces, sólo pertenecían a la naturalidad de nuestra vida y de nuestro crecer.
 
Sin embargo de ellas se aprendió que ambas estaban integradas indisolublemente con dignidad y responsabilidad y hasta el hambre se repartía.
 
Vivir bajo lo que hoy aquí se llama indigencia o más encubiertamente debajo de la línea de la pobreza, allá era tarea de todos los días y si la comida se racionalizaba, lo era a todos, a todos la nada en el medio del helado frío, a todos les llegaba.
 
Eramos iguales ( no por ello esa igualdad era buena, no lo es ni lo fue el comunismo ) y la solidaridad y la cultura del trabajo era parte de nuestra forma de expresar la necesidad de vida.
 
Me resisto a creer que es mejor partir de este maravilloso país que luchar por la recuperación del mismo.
Más aun, menos entiendo se aliente la emigración por nosotros, los padres, peor aun por la gran mayoría de la sociedad, más aun escuchar a los que se vanaglorian que sus hijos o sus hermanos están en tal país ( no importa cual ) y viven mejor que aquí.
 
También debieran saber que la mayoría están peor que aquí, pero como bien dijo Carlos Rottemberg, ‘el fracaso de una obra lo ven pocas personas, el éxito lo observan miles’, por lo tanto la repercusión es totalmente incomparable. Vergüenza nos debiera dar, terminemos con la infeliz expresión de que tenemos vergüenza ajena, asumamos nuestras propias vergüenzas, nuestras propias debilidades.
 
Caminemos no buscando el líder que nos salve, el redentor que nos redima, no permitamos la infeliz expresión de que los ladrones aquí son pocos pero dominan La Nación, y dejemos de ser una mayoría silenciosa e inútil por sus resultados con la realidad.
 
Bien dicen que los delincuentes parecen muchos más, así lo parecen, simplemente porque pareciera que trabajan las 24 horas.
 
No me cuesta nada ser argentino, aunque no lo soy por origen y cultura, al contrario ella me permitió no asociarme a la viveza criolla tantas veces celebrada de millones de maneras, desde la publicidad que felicita al vivo, al piola, al cara-rota y tantas otras modalidades que nos enorgullecen y a su vez nos separan del mundo y de las sociedades que se precian de ser transparentes.
 
No por nada superamos el puesto 100 de las 148 naciones más corruptas del mundo, sin embargo pareciera no importarnos, es cierto, aquí no importa que se robe si al menos algo se hace!!
 
Todos hemos adoptado esa acepción, ¿cómo se entiende?, peor aun, ¿cómo lo aceptamos?, más terrible aun: ¿por qué lo enseñamos?.
 
Simplemente a esta Patria siempre le estaré agradecido por haberme aceptado sin condicionamientos, (como le estamos agradecidos todos los extranjeros sin exclusión de banderías, pese a que se nos quiera separar en categorías). 
 
Todo me dio, todo le di, nada nos debemos, sin embargo sé que le debo seguir dando, hoy más que nunca nos necesita, no podemos mirar para otro lado, menos volvernos a nuestro país de origen.
 
Y no sólo porque todo extranjero en este bello país se siente argentino, sino porque todos somos ciudadanos del mundo en esta época de la globalización y sin embargo aquí nos queremos quedar.
 
Pero no podemos seguir siendo como somos, tampoco debemos seguir mirando hacia fuera para decir que son mejores. Al menos, curiosamente, lo interesante es que ya no nos consideremos los mejores del mundo, ¿pero se necesito tanta sangre silenciosa e inocentemente derramada?
 
Debemos dejar de copiar modelos total o parcialmente, alguna vez debemos mirarnos a nosotros mismos y entre nosotros mismos.
 
Es necesario aceptar nuestros errores, no olvidarnos de nuestro pasado erróneo, sino aprender de ello para ser lo que debemos ser, no la Argentina que nos merecemos, porque nosotros somos cómplices de una u otra manera, pero de ninguna forma podemos seguir dejando que esta sea la triste y lamentable realidad que dejamos a las futuras generaciones.
 
Sólo lo lograremos dejando de mirarnos a nosotros mismos, individualmente, lo lograremos mirando a y hacia todos los demás, empezando por los que más necesitan sin olvidarnos de nadie.
 
Estas simples palabras sólo pretenden explicar que al menos debemos tratar de trascender para nosotros mismos y empecemos a luchar por ello, de una buena vez , todos juntos, hacia un mismo objetivo que es el de la recuperación de los valores de la argentinidad que ya hace mucho que perdimos. 
 
Simplemente el granito de aporte que hacemos desde todocountries.com en este trascender diario de la vida de las comunidades en contacto con la naturaleza, es que la sociedad se alinee bajo el mismo precepto antes enunciado y desde nuestro humilde lugar ofrecemos la posibilidad de abrir un canal más importante que el de nuestra sección solidaridad, para tratar de constituirnos en algo tan simple como ser el nexo del accionar de tanta gente de bien que habita nuestras tierras y a la cual no le damos el lugar y el apoyo que les corresponde.
 
Todos nos debemos constituir en voluntarios para el construir ofreciendo postulados a adherir desechando toda acción política y congregando voluntades que las hay por millones. En total coincidencia con las palabras expresadas, en la siguiente editorial publicaremos, en el formato de una propuesta, nuestro aporte para mejorar el país para vuestra consideración...
  
  
El editor

November 22nd, 2004

The expression might seem absurd, if it did not imply a terrible reality that has to do with the fact that we always talk about us and about the country in such terms that it sounds as if we were talking about someone else, but it is common for us to say: 'this country is a hopeless case', 'people are thought to be stupid here', not including oneself between the people. We say: 'In this country everybody steals', but it appears that the person who is talking does not steal.
Thanks to that, a common expression that we have is: 'to say the truth', as if we were always lying, 'to be honest', as if it were the first time that we were going to be honest, 'to be true', what does that mean? That one has never been sincere.
'This country has lost all sense of ethics and it has no education' sounds as if one is self-excluding himself from the quote and the same happens with many other similar quotes when, what we are actually doing is, to say it in penal terms: self-incrimination.
It is not just a coincidence that Argentina and Buenos Aires in particular have the highest index of psychologists per inhabitant in the world, as well as the highest number of cafes in any capital city of the world, because that is where we solve most of the problems of the country and where we criticize everybody with no exception, not even our relatives.
That is why it is interesting to read the "Readers' Mail" (or however each newspaper calls it), it is difficult to find there any letter that proposes solutions. No, it's a tribune of criticism, the more ruthless the better, there are people who feel good to see themselves in a newspaper that has published their exhortations.
We are a country that has more than 9.000 non-governmental organizations and foundations when 90 of them would be more than enough. It would be good to get rid of all those which are only seals or what we commonly call 'fake' organizations.
It is a pity that the quote of the day ('The country we do not look at: 10.7 million people live with 120 pesos per month, or less than 4 pesos per day'. Source: INDEC), is just that, a cold statistic that does not deserve more than a comment from the Church and no action from the people . Once and for all we should recognize that it is an imposible number, it can only be understood in a science fiction movie that: Argentina, that once was the granary of the world, is nowadays a country that has nothing in aboundance but a profound poverty of which all and each of us are witnesses in some way. The quote 'mind your business' fits us: because, luckily, it did not happen to me, it happened to my neighbour!
That is why, when we express that the agentinians are supportive par excellence, I don't understand why even when we take out the rubbish we stay away with indifference (feeling guilty is an exception) from the beggar that introduces his hand between the filth and the food that is wasted when so many people need it, and we prefer to put obstacles so that they do not get anything, only rejection from us or, how do you call our looking at them without wanting to see anything?
The CHALLENGE is the commitment towards civic action, the civic attitude, not expecting from the state (from which we should expect nothing) those things that are up to us, belonging.
When I was a child and I arrived at this marvellous Argentina, in Europe, which is so admired by us and so devastated by such fraticide and incomprehensible wars, misery oozed everywhere and the reconstruction was starting without fighting because it was for everybody.
The word 'America' was heard with admiration and was associated with a fairy tale, with a land that only belonged to our dreams and, without knowing them, its prosperous lands were exalted and its aboundant and beautiful nature was distinguished, together with its people that we imagined to be overwhelmingly happy. Argentina was seen as the Mecca that we had to go to in order to have a future.
We had to scape from Eastern Europe, not from its poverty and misery, which, even though they were fierce and atrocius, they both belonged to our everyday lives and our growth. However, it was learned from them that they were integrated insolublily with dignity and responsability, and even hunger was rationalized.
Living under what we call indigence here or, more subtly, 'below the line of povery', was there a daily task and, if food was rationalized, it happened to everybody, everybody among nothing in the middle of the freezing cold weather, everybody got something.
We were equal (that does not mean that that equality was good, neither it was nor was it comunism itself) and the solidarity and work culture was part of our way of expressing the need of living.
I resist to believe that it is better to leave that marvellous country instead of fighting to help it recover.
Furthermore, I understand less the fact that emigration is encouraged by us, the parents, and even less I understand that claim coming from the majority of our society. Moreover, I cannot understand those who brag about their sons or siblings who are in such or such country (it does not matter which) and live better than here.
They should also know that most of them are worse than they were here, but as Carlos Rottemberg rightly said it, 'the failure of a piece of work is seen by few people, its sucess is seen by thousands'. As a result, the repercussion is totally peerless. We should feel ashamed, let's finish with that unhappy expression that we feel 'embarrassed for somebody', it is time that we assumed our own shames, our own weaknesses.
Let's walk, not searching for a leader that saves us, the Redeemer that redeems us. Do not allow the unhappy expression that the thieves here are few but dominate the Nation, and let's stop being that silent and useless majority.
They are right when they say that it seems that criminals seem to be more numerous, it is a real perception, simply because it appears that they work 24 hours a day.
It is not hard for me to be an argentinian, even though I am not as far as origin and culture are concerned, which usually helped me not to associate myself to the so-called 'creole wit' (viveza criolla) so celebrated in a million ways, from the publicity that congratulates the cheater and the shameless and so many other behaviours that fill us up with pride and separate us from the world and from the societies that have the quality of being transparent.
It is not casual that we come before the 100th position of the 148 more corrupt nations in the world. However, it seems that it does not matter to us, here it does not matter if they steal if at least something is done!
We have all accepted that reality, how can that be explained? Even worse, how can be accept it? More terrible yet: why do we teach it?
I will always be thankful to this Nation for having accepted me with no conditionings (as all the foreigners with no exception are, even though they try to divide us in categories). She have me all, I gave her all, we do not owe anything to each other. However, I know that I must go on giving to her, today, when she needs us most than ever, we cannot pretend not to see, less can we return to our country of origin. And not only because every foreigner at this beautiful country feels argentinian, but also because we are all citizens of the world in this epoque of the gobalization and all the same we want to stay here. But we cannot go on being the way we are, neither can we go on looking abroad to say that they are better. At least, curiously, the interesting thing is that we no longer consider ourselves to be the best of the world, but was it necessary to pour so much silent and innocent blood? We must stop copying models totally and partially, we must once and for all look at ourselves and to each other of us.
It is necessary to accept our mistakes, not to forget our erroneous past but to learn from it to be what we ought to, not the Argentina that we deserve, because we are witnesses in one way or another, but in no way can we go on letting this be the sad and pitiful reality that we leave to our future generations.
We will only achieve it by stopping to look at our mirrors individually, we will achieve it by looking at everybody else, starting by those who need us the most, without forgetting anyone.
This simple words only try to explain that at least we must try to go beyond ourselves and fight altogether once and for all towards one same objective, that is, the recovery of the values of argentinity which we have lost long ago.
The small contribution that we make from todocountries.com in this daily developing of life in communities in contact with nature, is that we try to help society to align under the rule mentiones above and, from our humble position, we offer the possibility of opening a channel that is more important than our section dedicated to solidarity, in order to try to turn into something as simple as the nexus of the actions of so many good people that inhabit our land and who are not given the appropriate place and support.
We must all become volunteers of the construction discarding all political action and assembling willpowers that abound everywhere. In total coherence with the words expressed above, in the next editorial I will publish, in the format of a proposal, my contribution to make our country a better place (which I do not intend to divulge in this opportunity in order not to abuse from the indulgence of my readers).

The editor