Impuesto a la tierra

18 de Enero de 2007

Impuesto a la tierra

Señor Director:

"Con sumo interés leí las declaraciones del señor Grobocopatell sobre el cuestionamiento de las retenciones a las exportaciones agropecuarias.

"Comparto gran parte de sus apreciaciones respecto de lo nocivo que resultan y el atraso para el desarrollo que producen justamente en un contexto especialmente favorable en el mundo para la producción de alimentos, pero me pregunto si es adecuado el instrumento que propone para sustituirlas sin afectar a los productores: un impuesto fijo a la tierra.

"De ese modo, trasladaríamos el costo de las retenciones directamente a los propietarios de la tierra, quedando liberado de ellas el resto de la cadena de producción. La duda es si no estamos más preocupados por encontrar una solución popular que por adoptar una buena propuesta federal.


 


 

 

 

"Esta diferenciación separa y aísla del resto de la cadena al tenedor de la tierra, imponiéndole un gravamen adicional muy complejo y pesado. Complejo, pues su cálculo resultará sumamente tedioso y no exento de injusticias, y pesado, pues al ser el primer eslabón de la cadena encontrará enormes limitaciones para superarlo en circunstancias desfavorables.

"Podemos preguntarnos quién resulta más capitalista: el productor de 150 ha afincado en su terruño o el arrendatario de 100.000, que dispone de la libertad de ingresar o salir del negocio de acuerdo con las condiciones de renta que le ofrece.

"No se trata entonces de despojar a unos para asistir a otros, sino de incrementar la eficiencia global en aras del bienestar total."
 

Carta de lectores Diario La Nación 18.1.08
Alberto Ruete Güemes
Pte. Sociedad Rural de Cañuelas
alberruete@hotmail.com