24 de Octubre de 2008
Por los altos precios, subalquilan
habitaciones o buscan un compañero de departamento, aunque
sea un desconocido
![Cada vez más gente comparte su casa](comunidad%20329_archivos/image001.jpg)
Está el
joven profesional que con su sueldo no puede llegar a
alquilar algo por su cuenta. Y también la señora que enviudó
y a la que su viejo departamento le queda grande. Está el
turista extranjero que se queda por un buen tiempo. Y no
falta tampoco el dueño de una casa que quiere conocer gente
de afuera, mientras suma un ingreso extra.
Los casos son muy diversos, pero el resultado es similar:
cada vez es más común que dos o más personas sin una
relación previa decidan compartir un mismo inmueble.
La costumbre, muy extendida en Europa y en algunas partes de
los Estados Unidos, comenzó a multiplicarse en la Argentina
de la mano de los altos precios relativos que tienen los
alquileres (especialmente en la ciudad de Buenos Aires) y de
los numerosos costos involucrados en la firma de un primer
contrato de locación.
Inmobiliarias, asociaciones de inquilinos y portales de
búsqueda de compañeros coinciden en que la tendencia se
empezó a notar en los últimos meses. Lo que antes podían ser
casos aislados, ahora ya dejó de ser una excepción.
A veces, es el dueño el que alquila una o más habitaciones y
le cobra al "inquilino conviviente" una suma por un paquete
que puede incluir desde las expensas, la luz y el gas, hasta
la tarifa de Internet y un cupo de minutos para hablar por
teléfono, además del uso del mobiliario común y la limpieza
semanal de las áreas compartidas. En otras ocasiones, son
los propios compañeros que resuelven juntarse y alquilar
conjuntamente, con gastos divididos por partes iguales. Los
plazos de convivencia son casi tan variados como los casos.
"Ante el crecimiento del precio de los alquileres, de las
expensas y de los impuestos, una de las formas de resolverlo
es compartir. Estamos notando que eso se está acentuando. Se
ven cada vez más operaciones en las que los locatarios son
dos, en general gente joven, que se independiza de la casa
paterna o que vienen del interior a Buenos Aires", sostuvo
Horacio Bielli, presidente de la Cámara Argentina de la
Propiedad Horizontal y Actividades Inmobiliarias (Caphai).
"Hace años, contó Bielli, se escuchaba de esta modalidad en
países como España [el famoso «piso compartido»], incluso en
el caso de argentinos que iban a vivir allá, pero hasta hace
poco la moda no era copiada de este lado del océano."
"La gente del interior que venía a estudiar a Buenos Aires
en los últimos años compraba un departamento, pero ahora
vuelve al mercado de los alquileres y se está empezando a
ver eso de que vienen dos estudiantes y comparten un
alquiler", agregó.
Su colega Jorge Toselli, de JT Inmobiliaria, dijo: "A medida
que los ingresos del campo fueron mermando, los alquileres
iban en ascenso". Y, desde un año a esta parte, comenzó a
crecer el caso de dos padres que concretan la operación para
sus respectivos hijos en forma conjunta. "Uno sale de
locatario y el otro de garante", señaló, y puso como ejemplo
el alquiler de un departamento de dos ambientes en Arenales
y Anchorena ($ 1200 mensuales) que fue arrendado bajo esa
modalidad a dos chicas de Venado Tuerto que estudian
veterinaria. "Esto es algo nuevo, pero cada vez más común",
dijo Toselli.
El portal CompartoDepto.com comenzó a operar en la Argentina
hace dos años y mes tras mes registra un crecimiento en sus
operaciones: hoy cuenta con 25.000 avisos vigentes de
personas que, o buscan compañero, o buscan habitación en
departamentos compartidos. "La gente que busca compartir son
universitarios o profesionales jóvenes que no tienen el
dinero suficiente para afrontar el pago de un departamento
para ellos", contó, desde Nueva York, José Molina, director
comercial del portal.
Paula González, de 32 años, profesional independiente,
recurrió hace dos meses a un aviso en Internet para
encontrar un compañero a quien subalquilarle una habitación
en su departamento de cuatro ambientes en Núñez. Vivía con
un conocido que se fue del país y, de pronto, su casa era
demasiado grande para sus necesidades.
"Me llamó muchísima gente. Yo buscaba a alguien que fuera
profesional; no me interesaba un estudiante universitario de
20 años", contó Paula. Finalmente, del "casting" surgió un
compañero varón. "La experiencia hasta ahora fue buena, si
bien es una situación que no era la prevista, porque no es
el sueño mío compartir mi casa con un desconocido."
Según Radamés Marini, presidente de la Unión Argentina de
Inquilinos, hoy la renovación de un contrato de alquiler
cuesta hasta un 100% más que hace dos años. Un 50% de la
inflación anual en el rubro (o el 20%, si se le cree al
Indec) "ha generado una expulsión masiva de los inquilinos",
que tienen que buscar unidades más chicas para vivir.
¿Qué pasa entonces con los departamentos más grandes? "O
bien se forma una especie de sociedad entre dos o tres
matrimonios y lo alquilan en forma conjunta o bien se
comercializa como hostales", afirmó Marini.
El presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, Néstor
Walenten, sostuvo que la suba de los alquileres fue algo
menor en el último año: entre el 20 y el 30 por ciento. Y
reconoció: "Hay gente que tiene un modo de ingresos extra
alquilando habitaciones. Por ejemplo, una señora que enviudó
y sus hijos ya se fueron de casa, que alquila una o dos
habitaciones a alguien que viene de afuera".
Por Oliver Galak. De la Redacción de
La Nación