24
de Octubre de 2008
Por primera vez en la gestión K la
desocupación sube.
En los principales núcleos urbanos de la Provincia de Buenos
Aires, no se crean nuevos puestos de trabajo desde el
conflicto del campo. Las cifras se mantienen porque los
desalentados no salen a buscar trabajo y cae la población
económicamente activa. En las otras provincias están
preocupados por Brasil.
La voz
de alarma está dada. En los próximos meses los índices de
desocupación empezarán a mostrar una curva ascendente en
todo el país. El enfriamiento económico global afectará a
los precios internacionales, lo que significará menor
entrada de dólares e impacto en el consumo y en la tasa de
crecimiento, que descenderá a alrededor del 4%, es decir, a
la mitad de los últimos cinco años.
Este
escenario llevará a la caída en la demanda de mano de obra y
a mayor desempleo. Para Ernesto Kritz, director ejecutivo de
Sel Consultores, el indicador actual de desempleo
–oficialmente del 8%– aumentará dos puntos entre finales de
este año y principios del próximo. “No es un gran aumento,
pero más que a esa tasa le prestaría atención a la de
empleo– porque no va a haber creación y es posible que
decaiga”, advierte.
Hoy hay
alrededor de 16,7 millones de ocupados. Desde mediados del
2002, se crearon 3,8 millones de nuevos puestos, pero de
ellos sólo 144 mil corresponden al primer semestre de este
año. El dato señala una reducción en la elasticidad ingreso
del empleo, que relaciona el crecimiento porcentual real de
la economía con el crecimiento porcentual del empleo.
Aunque,
diversos empresarios anunciaron que intentarán cuidar los
puestos de trabajo, la disminución de horas extra, reducción
de turnos, vacaciones anticipadas, suspensiones y despidos
son escenarios posibles.
En
tierra de Scioli. Uno de los lugares más afectados será el
Conurbano bonaerense –según el Indec con 9,5% de
desocupación– por la gran concentración en términos de
volumen y porque es un mercado que reacciona muy rápidamente
a cambios en el nivel de actividades.
La zona
ya viene sintiendo el impacto de otra crisis: la del campo.
Un estudio reciente revela que en los centros urbanos del
interior del país hubo generación de empleo y crecimiento de
la población económicamente activa; pero en el Conurbano, la
ciudad de Buenos Aires, Gran La Plata y Mar del Plata,
centros no relacionados con actividades agropecuarias, se
eliminaron puestos de trabajo.
“Al
mismo tiempo, hubo gente que se retiró del mercado laboral.
La tasa de desocupación bajó, pero detrás de eso estaba la
destrucción de puestos”, asegura Germán Saller, investigador
y economista del Instituto de Estudios Fiscales y Económicos
de la provincia de Buenos Aires y del Centro de
Investigación de Economía y Desarrollo de la Universidad
Nacional de La Plata.
Para
otros, las zonas agropecuarias ya acusaron el impacto de la
crisis. En un año los pedidos de profesionales de carreras
agroindustriales en Santa Fe, Rosario y San Lorenzo cayeron
un 15%, según Jorge Figueroa, director comercial de la
consultora Sesa Select. En Neuquén y Comodoro Rivadavia, la
demanda de personal para la industria petrolera se desplomó
un 20 por ciento.
A nivel
general, la demanda de ejecutivos ya está en rojo. Entre
agosto y septiembre disminuyó el 17%, según el Indice de
Demanda Ejecutiva del Portal RH.
Los
sectores de bienes primarios no podrán escapar a la caída de
los precios de las commodities. Así, la crisis atrapará al
país entero. “La menor actividad afectará a las regiones
pampeana –Buenos Aires y GIBA– y central –Córdoba, Entre
Ríos y Santa Fe–, cuyo desempeño económico se basa en la
producción de cultivos extensivos y en las industrias
metalmecánica y automotriz. También las provincias
hidrocarburíferas, patagónicas principalmente, y las
mineras, en Cuyo, sufrirán bajas en su actividad”, asegura
Rogelio Frigerio, titular de Economía y Regiones.
La
crisis internacional que afectó a Brasil repercute en las
economías de Mendoza y Córdoba, donde se espera un alza de
las tasas de desocupación.
El
índice de desempleo cordobés, de 6,5%, será difícil de
mantener. Al enfriamiento general se suma la estrecha
relación de la industria provincial con Brasil, que devaluó
su moneda. “Para los cordobeses es muy importante lo que
pase con el real y determinar cuál es la coordinación que se
establece a nivel MERCOSUR para evitar distorsiones entre
países”, señala Nadin Argañaraz, director de Investigación
del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y
Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea.
La
disminución del turismo perjudica al comercio mendocino, que
explica el 20% de la actividad económica de la provincia.
“La devaluación del resto de mundo afecta a las visitas que
vienen de Brasil, Estados Unidos y Europa”, dice Gustavo
Reyes, economista jefe del IERAL en Mendoza.
Por Marilina Esquivel
grupopampanatural.org