No estudian ni trabajan
400.000 chicos
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En la
provincia de Buenos Aires: la falta de políticas de Estado
y sus consecuencias . Tienen entre 14 y 20 años; calculan
que, además, hay un millón de jóvenes socialmente
vulnerables; críticas al gobierno
LA PLATA.- La polémica por
la iniciativa del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, de
impulsar la reducción de la edad mínima de imputabilidad
penal dejó al descubierto las falencias del sistema
judicial y de asistencia juvenil.
Algunos datos provistos por fuentes oficiales demuestran
el contraste entre la dimensión social del problema de la
minoridad -tanto en lo penal como en lo asistencial- y la
red de contención disponible para afrontarlo.
En la provincia, según una estimación del ministro de
Desarrollo Social, Daniel Arroyo, hay un millón de chicos
en situación de vulnerabilidad y riesgo social debido a
efectos de la exclusión y de la marginalidad. Unos 400.000
jóvenes, de entre 14 y 20 años, no estudian ni tienen
trabajo.
El esquema de abordaje se basa en el sistema de promoción
y protección integral de los derechos del niño (ley
13.298), que incorpora el subsistema de responsabilidad
penal juvenil, sancionado hace casi dos años y que entró
en vigor, sólo en forma parcial y progresiva, en julio
pasado.
El modelo provee una legislación específica para procesar
y sancionar a los menores en conflicto con la ley penal.
Por otro, descentraliza las acciones asistenciales hacia
las comunas al despejar el trabajo de los jueces de
menores que, a partir de esta ley, sólo se ocupan del
aspecto criminal.
El fuero penal juvenil funciona en menos de la mitad de
los 134 distritos de la provincia. Así y todo, en varios
de los 61 distritos que lo instrumentaron, que se
corresponden con ocho de los 18 departamentos judiciales -Necochea,
Azul, La Plata, Quilmes, San Martín, Mercedes, San Nicolás
y Pergamino-, no se ha logrado una aplicación completa y
efectiva. Según el cronograma oficial, el sistema debería
estar funcionando totalmente en diciembre próximo.
Pero el principal inconveniente, además de la falta de
recursos, radica en la ausencia de una política integral
para la minoridad y en la ineficacia de los circuitos de
tratamiento, algo que las propias autoridades del gobierno
provincial reconocen.
La procuradora general de la Suprema Corte de Justicia
bonaerense, María del Carmen Falbo, trazó un panorama
crítico: apuntó la necesidad de una mayor capacitación
policial para abordar el tema, la urgencia para buscar
"lugares adecuados con tratamientos adecuados" y habló de
la estéril función resocializadora de los centros de
detención, de donde, dijo, los chicos "salen peor de lo
que entran. Si hay cosas que no aprendieron bien, allí las
aprenden peor. No hay capacitación para quienes los tienen
que educar", dijo.
"Cuidar la
infancia"
Según el titular del
Instituto de Derechos del Niño de la Facultad de Ciencias
Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata, Ernesto
Domenech, "es inadmisible que en el gobierno se diga que
no se cuenta con el circuito de instituciones. El Estado
debe tener una estrategia de gestión y aplicar los
recursos suficientes para hacer funcionar el sistema y
lograr, efectivamente, cuidar la infancia".
La directora ejecutiva del Comité Argentino por los
Derechos del Niño, Nora Schulman, dijo que si se baja la
edad de imputabilidad "reventarán los institutos y
cárceles de chicos. No son lugares de contención o donde
se aprende algo, sino que [los jóvenes] salen peor de lo
que entraron. La falta de inserción escolar y el descuido
de la salud y de la alimentación son antecedentes para
haber llegado a esto, y es de una gravedad extrema".
Hace una semana, un grupo de jueces de menores de San
Isidro alertó sobre la falta de recursos "adecuados y
suficientes" por parte del gobierno provincial para
ejecutar las medidas judiciales que ordenan como parte de
los procesos penales juveniles.
Los magistrados Patricia Klentak, Fernando Ribeiro
Cardadeiro, Graciela Vega, Flavia Valgiusti, Silvia
Chomiez y Mirta Ravera Godoy sostuvieron, en una
presentación ante la Suprema Corte de Justicia provincial,
que el Poder Ejecutivo bonaerense, "cuenta con escasos
recursos humanos de sus equipos de profesionales, con lo
cual no se logra socializar o integrar al niño en forma
constructiva". Además, aseguraron que la internación es
imposible, porque no existen "vacantes suficientes" y se
adoptan decisiones de traslados, internaciones o
externaciones sin la debida autorización de los jueces.
"No
economizar derechos"
Pero el problema no se
restringe a San Isidro. En diálogo con LA NACION, el juez
de Garantías del Menor Marcelo Giacoia, del departamento
judicial Mercedes, dijo que "en los servicios locales
escasea el personal y hay una serie de conflictos".
El juez de menores de San Martín, Rómulo Peñoñori, también
se quejó: "No podemos economizar los derechos de los niños
y reducirlos a su mínima expresión. El diseño más
maravilloso no sirve si no podemos sostenerlo en la
realidad, y esto es lo que parece estar ocurriendo".
Peñoñori calificó las políticas del Estado como
esquizofrénicas y consideró que en institutos sin los
recursos suficientes los chicos salen "más resentidos".
La propia Corte bonaerense, que analiza la denuncia
presentada por los jueces de San Isidro, ya había alertado
sobre las anomalías surgidas de la falta de recursos para
el área. En un dictamen conocido hace una semana había
intimado al Poder Ejecutivo a que proporcione "en lo
inmediato" los recursos necesarios que permitan el
funcionamiento del fuero de menores provincial. También
dispuso que el gobierno deberá presentar un informe sobre
lo actuado antes de los 60 días.
La orden tuvo como origen el planteo hecho por el Tribunal
Nº 1 de Trenque Lauquen. La sentencia, con la rúbrica de
Héctor Negri, Eduardo de Lazzari, Luis Genoud y Eduardo
Pettigiani, ordena garantizar la defensa de los derechos
"conculcados por su omisión" y asegurar el normal
ejercicio de la función jurisdiccional.
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, de quien
depende el área de Niñez y Adolescencia, admitió que las
limitaciones presupuestarias repercuten en el
funcionamiento del sistema, pero se mostró "convencido de
que los fondos van a aparecer". Los números oficiales son
claros: sólo uno de cada diez pesos que maneja la cartera
de Arroyo se destina a minoridad. Este año se calculó
gastar 191 millones.
"Nos faltan aún muchos recursos; nos falta celeridad para
ponerlos en marcha. Nos faltan designaciones, dispositivos
concretos para trabajar no sólo medidas privativas de la
libertad sino también medidas alternativas", dijo la
subsecretaria de Niñez y Adolescencia de la provincia,
Martha Arriola. Por Sebastián
Lalaurette y Pablo Morosi , De la Corresponsalía La Plata
Diario La Nación, reproducción textual.