16 de Febrero de 2009
Nueve de cada diez
argentinos tienen sexo con compañeros de trabajo
La mayoría prefiere mantenerlo en
secreto. Todos aceptan que "coquetean" en el ámbito laboral.
![Todos los entrevistados dijeron que comenzaron a seducir a un colega](comunidad%20414_archivos/image001.jpg)
Todos los entrevistados dijeron que
comenzaron a seducir a un colega "como un juego", sin
esperar nada más. | Foto:
Cedoc
Todo el mundo fantaseó alguna vez con tener
una aventura sexual en el trabajo. El máximo ejemplo fue el
famoso desliz de
Bill Clinton
con su becaria
Monica Lewinsky.
Y si un presidente de Estados Unidos estuvo dispuesto a todo
por la adrenalina que implica concretar el morbo, cómo no lo
va a hacer alguien que no se juegue el poder de la nación
más poderosa del planeta.
Perfil
realizó una encuesta vía mail a más de 1500 hombres y
mujeres de entre 18 y 50 años y confirmó la hipótesis: Nueve
de cada diez reconocieron haber tenido sexo con compañeros
de trabajo. La totalidad de los entrevistados aceptó que
coquetean en el ambiente laborar porque es "estimulante,
divertido y absolutamente inofensivo".
Hasta aquí, había coincidencias en las respuestas de los
hombres y las mujeres. En donde se abrieron las diferencias
fue al hablar sobre las expectativas. Ellas, en un 75 por
ciento de los casos, dijeron que si se involucraban con
alguien del trabajo, era porque esperaban que la relación
"prospere". En cambio, el 90 por ciento de ellos dijo que
preferían que sus aventuras laborales "quedaran ocultas".
Ana, de 30 años, trabajaba como secretaria en un estudio
jurídico, se enamoró de un abogado y su vida cambió
radicalmente. "Al principio salíamos en secreto, porque él
no quería contarlo y yo me moría de angustia. Después de
seis meses me quedé embarazada y entonces cambió todo.
Blanqueamos la situación con el mundo, nos casamos y yo dejé
de trabajar. Ahora que ya nació el bebé, tengo ganas de
volver a hacer mis cosas, pero no volvería al mismo lugar:
No sé si está bueno que tu marido sea tu jefe", dice.
Marco, de 27 años, es un intrépido publicista con su carrera
en pleno ascenso y tuvo "una historia" que ya terminó con
una compañera de trabajo a la que sigue viendo todos los
días. "Por suerte, en su momento no se contamos a nadie. Y
ahora es una situación extraña, pero que queda entre
nosotros dos", explica.
Laura, una vestuarista de 29 años, dice sin ningún problema
que para ella "el laburo es el mejor lugar para el levante"
y cuenta su anécdota de cabecera entre risas: "Una vez, que
fui a hacer una publicidad, en el set había tres chicos con
los que habías estado. Un camarógrafo, el asistente de
dirección y el encargado del catering... ¡Y para colmo se
hicieron re-amigos! Fue algo tenso, pero al final nadie
contó nada y la situación me sirvió para endurecer aún más
la cara".
Todos los entrevistados dijeron que comenzaron a seducir a
un colega "como un juego", sin esperar nada más. "Las
personas pasan un mínimo de ocho horas diarias en sus
trabajos y comparten intereses, preocupaciones, tensiones...
Un coqueteo estimula y hace la jornada laboral menos dura",
dice
el sexólogo Norberto Blatz.
Las pasiones y romances en el trabajo son parte de la vida
cotidiana. Y, según confesaron los encuestados por
Perfil,
la mayoría de las veces un mail divertido, una notita dejada
el pasar o el oportuno llamado a un interno abre la puerta
para algo más.
Reproducción textual de la
nota del Diario Perfil.