07 de Marzo de 2011
MORALES SOLÁ DENUNCIÓ UNA CAMPAÑA SUCIA DE LA
SIDE
Fue citado por un juez a raíz de una foto publicada por un
diario oficialista.
El periodista Joaquín Morales Solá denunció ser víctima de
una campaña
sucia por parte de la Secretaría de Inteligencia del Estado (la
ex SIDE, hoy SI) y de medios públicos y privados financiados
por el Estado nacional. Columnista de La
Nación y
conductor en TN, Morales
Solá fue citado por un juez tucumano tras la publicación de
un semanario oficialista de una foto, cortada, durante una
nota que realizó en 1975 al general Acdel Vilas, primer
director del Operativo Independencia.
Por ello el periodista declaró ante la jueza María Romilda Servini
de Cubría, quien recibió el requerimiento del magistrado
tucumano por la causa por el Operativo Independencia,
montado por el gobierno de Isabel Perón para combatir a la
guerrilla instalada en las zonas montañosas de Tucumán.
“Llevo una denuncia como yo siento, veo y tengo la
convicción de que suceden las cosas”, dijo ayer Morales Solá
en diálogo con Clarín.com.
“Yo venía siendo víctima, sistemática e intensamente, de
fines del año pasado de una campaña
muy permanente de parte de los medios públicos y privados,
financiados por el Estado” ,
señaló el periodista que en la edición de ayer de La Nación
mencionó sobre todo a Canal 7, Radio Nacional y al grupo de
medios ofialistas del empresario Sergio Szpolski. “Hay una
campaña sucia de la SIDE y de estos medios, porque esa foto
fue robada de los archivos de La Gaceta, puesnunca fue
publicada ”.
La foto en cuestión fue publicada por el semanario
oficialista Miradas al Sur, de Szpolski. Por ella es que el
juez tucumano lo citó a Morales Solá a por pedido del fiscal
Daniel Bejas. Lo curioso es que la fotografía con el militar
no salió publicada en el diario La Gaceta de Tucumán –donde
a sus 25 años Morales Solá era redactor– pero que sí estaba
en el archivo del diario provincial.
Morales Solá insistió ayer en que sus propios ex compañeros de La
Gaceta le contaron que “la SIDE venía rastrillando, en
lenguaje de los espías, todos” sus antecedentes en Tucumán,
“porque –agregó– decían que en Buenos Aires no habían
encontrado nada para vincularme con la dictadura” Ayer, el
periodista ratificó lo ya dicho. “Yo nunca tuve ninguna
relación más que la distante y profesional como otros
periodistas que trabajábamos durante la dictadura, que
éramos tan víctimas como el resto de los argentinos de ese
tiempo”.
LAS INCOHERENCIAS DE SABBATELLA
Martín Sabbatella es incoherente, pero no con lo que dice
sino con su interpretación de lo que hizo. Este hombre había
traído aire fresco a la política argentina. Se lo dije y lo
escribí en este diario hace casi dos años. Pero ya en aquel
entonces notaba una fisura en su decir. Su trabajo político
en Morón se basó en la lucha contra la corrupción. Dio
batalla a un entramado bien tradicional de la política
argentina, tuvo en frente a un poder –apoyado y protegido
por el aparato justicialista bonaerense– que se perpetuaba
mediante la intimidación y los negocios espurios, denunció
un dispositivo de dominación reforzado por el nepotismo, y
el desmantelamiento de los mecanismos de control, y pudo
derrotar a un caudillismo que avasalla cualquier institución
que se le ponga en el camino. Lo primero que hizo fue hacer
un llamado a la gente para comunicarle que era necesaria su
participación en la gestión, y una de las primeras medidas
que llevó a cabo desde que fuera elegido intendente fue
abrir un portal en el que se mostraba el sistema de compras
y las listas de los proveedores que ofrecían sus servicios y
vendían sus productos a la comuna. En suma, su lucha fue por
la transparencia en la gestión, contra los mecanismos de
corrupción, de enfrentamiento contra la intimidación y la
extorsión, y por lograr la confianza de la gente en que el
aparato de Estado estaba para servirla y no para manipularla
y domesticarla.
Por eso Sabbatella al vencer en Morón, y ser además
reelegido, constituía una esperanza para el deteriorado
establishment político de nuestro país. Mi diferencia con él
comenzaba, ya en esa época, por su alineamiento con un
gobierno que reproduce las lacras contra las que él mismo
luchó en su municipio. Por supuesto que Sabbatella no es
afín al kirchnerismo por su nepotismo, por el uso
extorsionador que hace del dinero fiscal que concentra y
cuya distribución condiciona a la sumisión política, ni a
los sobreprecios y a la falta de transparencia en los miles
de millones que se entregan a empresas en la forma de
subsidios, en asignaciones de obras y contratos, en bonos
esfumados, sino que su apoyo es al modelo de crecimiento con
inclusión, a la políticas de derechos humanos, a la
intervención del Estado en la economía, a la nacionalización
de empresas de servicios, a la denuncia del neoliberalismo,
de la derecha y del imperialismo norteamericano. Es decir
que está de acuerdo con el relato que hace este gobierno de
sí mismo, o si se quiere emplear una palabra más antigua,
con la ideología. Adhiere a la mitología nacional y popular
de los grandes movimientos históricos argentinos y se suma
al coro de esta historia ya oficial de nuestro pasado.
Me dijo en aquella ocasión en que lo entrevistaba en las
oficinas del centro de estudios fundado por Hermes Binner,
que honesto podía ser alguien de la derecha, y que la
honestidad no era una virtud aglutinadora que diferenciara
las aguas. No hace falta hacer un gran esfuerzo intelectual
para concluir que mientras uno sea de izquierda,
progresista, peronista, guevarista y chavista, no tiene nada
de malo meter la mano en la lata y asociarse a una nueva
oligarquía siempre en las ganancias y nunca en las pérdidas.
Es decir que Sabbatella aún no entendió las razones por las
que él mismo luchó en Morón. Ahí pareció comprender que la
honestidad no es esa cualidad de un hombre sin atributos, de
un pequeño burgués mezquino que paga sus impuestos y duerme
tranquilo con su racismo, su egoísmo, y sus prejuicios
reaccionarios. No entendió que al hacer política y estar en
la gestión pública no se trata de honestidad profesional
sino de un modo de ejercer el poder, y que este modo sí
marca una división de aguas.
Sabbatella ahora se calla la boca sobre lo que no conviene
decir y antes no hacía más que abrirla aun cuando no era
conveniente hacerlo. Eramos muchos los que queríamos que su
figura creciera, aun con diferencias de tipo ideológico.
Pero me pregunto si hoy vale la pena apoyarlo cuando su
presencia en este momento sólo sirve para que el señor
Scioli saque menos votos que la Presidenta, y de este modo
concentrar aún más poder en lo que se supone que es el
modelo, amenazado por este representante neoliberal que el
kirchnerismo tuvo que bancar, aparentemente, a pesar suyo.
Salvo que la Presidenta deje de hacer de Sabbatella una mera
colectora y lo ponga en la autopista, jugándose ahí sí por
una alternativa a lo que puede llegar a considerar una
gestión bonaerense contraria al modelo que ella representa.
No lo hace porque dentro del peronismo llamado federal es lo
que todos esperan, y porque tal modelo no existe. Por eso,
por ahora, Sabbatella es el anti Scioli, si no lo fuera, si
fuera nada más que el Sabbatella que siempre fue, puede
correr el riesgo de meramente subsistir en las vecindades de
Pino Solanas, y junto a él, estar condenado a formar parte
de la larga lista de los indeseables de la política
nacional. Así era considerado por los oficialistas antes de
afiliarse al cristinismo.
Los sabbatellistas de la primera hora pueden argumentar que
este uso oportunista de figuras políticas tiene doble
dirección. Suponen que en el rol de compañero de ruta,
Sabbatella crece como presencia política, y ayuda por su
protagonismo a inclinar la balanza en la puja de la interna
del Frente para la Victoria entre los grupos que se pelean
por la tajada kirchnerista. El Gobierno hasta este momento
no puede prescindir de Scioli, si es que en algún momento se
le ocurrió hacerlo. Lo más probable es que esta interna
entre sciolismo y cristinismo no sea más que otro dramón
para la muchachada. No creo que Martín Sabbatella acepte en
el futuro una solución negociada y sea el acompañante de
Scioli en la futura lista para la gobernación de Buenos
Aires. Aunque puede llegar a formarse esa dupla si a los
interesados les conviene, y combinen el discurso emancipador
de uno con el pragmático del otro. Hoy en día, lo que más
importa es el relato. Tampoco creo que Sabbatella inicie una
lucha política contra el ejercicio del poder que hace años
se lleva a cabo en los partidos de los distritos bonaerenses
y acuerde alianzas con grupos disidentes al aparato del
justicialismo. Aunque también puede llegar a suceder, cuando
se dé cuenta de que lo usaron y no precisamente para su
beneficio. No sé si la suya es una lucha entre un Goliat y
un David para ver quién se come a quién o, más bien, un
baile entre un Goliat y un Goliatcito con un David
sepultado.
Este producto de la play station nacional que se adjudica el
nombre de “política” y dice llevar a cabo una lucha contra
el ajuste neoliberal y por el modelo nacional y popular, se
reduce a algo más simple. Se trata de evitar que si el
precio de la soja algún día se llega a desmoronar, el país
quede hipotecado con una tremenda deuda social que, a falta
de mar verde, ya no pueda solventar por quedar sin sobrante
la agraciada caja y que el modelo pinchado, sin el recurso
de su inflador sino-brasileño, condene a las mayorías a
épocas de hambre y miseria. Que el ciclo de dos pasos
adelante y tres atrás del último medio siglo no se repita
como lo hace periódicamente. Los que alientan este modelo
son los responsables de que esto no suceda.*Filósofo (www.tomasabraham.com.ar).Tomas Abraham |
EL KARMA “DEL MODELO K”: JORGE LANATA SIN CONTEMPLACIONES
"ES UNA LÁSTIMA LO QUE LE PASÓ A VÍCTOR HUGO"
En una entrevista con el diario Perfil, Jorge Lanata opinó
sobre el periodista uruguayo, el programa 678 y la polémica
por el pedido de intelectuales kirchneristas para que Vargas
Llosa no participe de la Feria del Libro
El
periodista Jorge Lanata concedió una
entrevista al director del diario Perfil, Jorge
Fontevecchia, en la que se refirió a los periodistas de 678,
Víctor Hugo Morales y el productor de televisión Diego
Gvirtz.
El fundador de Página 12, que está realizando una serie de
programas sobre personalidades del mundo, habló sobre
diversos temas en una extensa entrevista. Aquí los más
salientes.
Su relación con Pierri. "Lo vi dos veces en mi vida. La primera,
vino a ofrecerme la contratación y la segunda, le dije que
sí. Tuve una relación totalmente profesional, ni siquiera
tomé un café con él. Nunca me pidió nada de nada. Nuestra
entrada les permitió plantear otro tipo de canal, subió el
prime time como nunca. Y un poco se lo debe haber planteado
como el costo que tenía que pagar".
Vargas Llosa y Mirtha. "Nadie podría decir "prohibieron a Mirtha
Legrand". Pero es cierto que hubo un ámbito favorable para
que Mirtha decidiera irse. Si vos tenés a un actor que va y
la putea, a dos, a cuatro... Al quinto dicen: 'Paren con
Mirtha'. Entonces, ¿la sacaron o no la sacaron? Y... un poco
la sacaron, otro poco se fue. El otro día veo en los diarios
que quieren que Mario Vargas Llosa no inaugure la Feria, y
no me pareció raro. Pensé: "¡Qué imbéciles!" No pensé:
"¿Cómo pasa esto?. Es un país en el que esa reacción no me
parece rara".
Víctor Hugo Morales. "Es una lástima lo que le pasó a Víctor
Hugo. Era un tipo al que le creía, pero, evidentemente,
viendo lo que está facturando en Canal 9, y cómo le va en la
vida, tengo que pensar que lo está haciendo por plata
también".
6,7,8. "Barone nunca condujo nada. Sandra Russo
no es una conductora tampoco, siempre hizo de coequiper de
otro; son todos chismes de segunda y tercera línea. Eran
todos cronistas, o eran rewriters de humoristas. El chico
que conduce era movilero mío. Gvirtz inventa esos esquemas
porque es mucho más barato mantener un esquema así que con
conductores. Ahí el problema es Gvirtz, no son los demás. ¿Y
por qué me consta que harían otra cosa? Porque han venido a
ofrecerme cuarenta millones de veces programas así. Gvirtz
ha estado en mi casa diciéndome que por favor quería laburar
conmigo; cuarenta veces, no una vez".
Marcelo Tinelli. "Es como una constante de la televisión en
sí, que volvió a producir mucha guita. Se volvió a mil
dólares el segundo en el prime time, como estábamos hace
quince años. Es muchísima plata. Los contenidos siguen
siendo una mierda, igual que antes".
LANATA CONTRA LOS PERIODISTAS
Dijo que
María Julia Oliván "tiene que terminar el colegio" y que los
panelistas de 678 "no existen". La relación con Szpolski y
Verbitsky.
Lanata en Boston, donde grabó parte de su nuevo
programa. | Foto: Cedoc
En la entrevista concedida a Jorge Fontevecchia para el
diario PERFIL,Jorge Lanata no se privó
de criticar a periodistas, en especial a sus ex compañeros
de ruta. Por ejemplo, opinó sobre María Julia Oliván, quien
días atrás lo había criticado.
"Yo leía el otro día en Perfil.com a
una chica que trabajó conmigo, María
Julia Oliván, que me insulta. Yo
no me puedo poner a insultar con María Julia Oliván, que tiene
que terminar el colegio. Tiene que aprender a argumentar. Se
lo digo con cariño porque es una chica que estudió conmigo.
Que lea lo que dijo, porque es una boludez", sostuvo Lanata.
También apuntó contra los "periodistas militantes", usuales
objetivos de sus diatribas: "Yo vi una sola vez 6, 7, 8. Dejé
de verlo en el momento en el que me dieron tantas ganas de
ir y cagarlo a trompadas a Barone. Me
dije: 'Estoy loco, no puedo hacer esto, yo nunca en la vida
le pegué a nadie'. Y no puede ser que esto me despierte una
reacción violenta. Entonces, nunca más lo vi.", afirmó
El periodista agregó que "viene gente y me cuenta: 'Che,
¡cómo te dan!'. Respondo siempre lo mismo: '¿Dónde
pensás que van a estar dentro de cinco años?'. Trabajando
para otro gobierno, por menos plata. O
a lo mejor, trabajando para ninguno, esperando que otro los
contrate. Pero es obvio, porque son tipos que no tienen
identidad profesional. Los periodistas de ahí no existen".
Sobre los panelistas de 678, Lanata dijo: "Barone nunca
condujo nada. Sandra Russo no es una conductora tampoco,
siempre hizo de coequiper de otro; son todos chismes de segunda y tercera línea. Eran
todos cronistas, o eran rewriters de humoristas. El chico
que conduce era movilero mío".
Luego, el fundador de Página/12 y Crítica apuntó
contra Diego Gvirtz, productor del programa oficialista:
"Gvirtz inventa esos esquemas porque es mucho más barato
mantener un esquema así que con conductores. Ahí el problema
es Gvirtz, no son los demás. ¿Y por qué me consta que harían
otra cosa? Porque han venido a ofrecerme cuarenta millones
de veces programas así. Gvirtz ha estado en mi casa
diciéndome que por favor quería laburar conmigo; cuarenta
veces, no una vez".
Sobre Horacio
Verbitsky, periodista
de Página/12,
Lanata sostuvo que "no es muy distinto a la persona que trabajó
con él en televisión y
diarios. "Es un tipo muy talentoso, muy inteligente, y un tipo muy inescrupuloso. En el fondo, más un político que un
periodista, y
yo siempre supe que era eso", aseguró.
"Hace mucho tiempo, yo le había pedido a una gente amiga
que averiguara cosas sobre El Perro (Verbitsky). Yo nunca
conté esto que voy a contar, y entonces me entero, ahora es
público, en aquel momento no se sabía y era como un
escándalo, lo del libro de la Fuerza Aérea. Y me viene a ver
El Perro porque se entera de que yo estaba preguntando por
él. Y le cuento: “Sí, yo mande a tal persona a preguntar tal
cosa porque quería saber con quién trabajo”. Y tuvimos una
larga charla como de tres, cuatro horas, sobre todo. Entendí
un poco más por qué él es más político que periodista, y un
poco más cuáles son las cosas que me separan de él, pero que
me separan también de esa generación: sin hacer ninguna
acusación en particular, porque no la podría hacer, yo no
puedo tener a un tipo secuestrado en un pozo dos días, un
día, diez horas. Y cuando yo tengo que abrir la puerta y
verlo al tipo ahí abajo, no me lo banco. Bueno, estos tipos
no sólo se lo bancaron, sino que fueron y le pegaron un tiro
al que estaba ahí abajo. No me importa quién fuera el que
estaba ahí abajo, porque podía ser el demonio, pero no me
importa. Eso es un abismo, un abismo", narró Lanata.
Por último, el periodista se refirió a Sergio Szpolski,
propietario de la revistaVeintitrés (fundada
por Lanata) y otros medios actualmente oficialistas:
"Sergio es un tipo muy audaz, pero también hay que decir una
cosa: nada de lo que hizo funcionó. Lo único que funcionó
fue Veintitrés,
que ya venía hecha. Ahora, Miradas al Sur no existe;
el otro diario, lo regalan. Yo ya no sé qué tienen, porque
entran y sacan medios. No es un tipo que tenga una
trayectoria muy respaldada en cuanto a éxitos periodísticos",
concluyó.
ENTREVISTA EN ESTADOS UNIDOS
EL “EXILIO” DE JORGE LANATA
Siente que
el clima que se vive en la Argentina le impide hacer
periodismo desde acá. Por eso graba en el exterior. Y
dispara sin anestesia, como siempre, contra todos.
Dardos. “Es una lástima lo que le pasó a Víctor Hugo. Era un tipo
al que le creía, pero ya tengo que pensar que lo está
haciendo por plata. Con Gvirtz no tengo dudas de que hace lo
que hace por plata.”
—¿Qué hacés acá, en Boston?
—Esta es la primera parte de una miniserie nueva, medio
ficción, medio realidad, que estamos armando con Turner, que
se va llamar 26 personas para salvar al mundo. Yo encuentro
en Temple Church, en Londres, una especie de código Da Vinci
del siglo XII que dice que hay 26 personas que si se juntan,
se puede cambiar el mundo. Primero descifro eso: cada
persona es un capítulo, y después tengo un final que no lo
voy a contar, pero que tiene que ver más con lo colectivo
que con lo individual.
—¿Y acá en Boston, está una de esas personas?
—Acá están dos. Uno es Negroponte, del MIT. El otro es
Gardner, el tipo que divide la inteligencia, inteligencia
emocional, inteligencia... En Nueva York, hicimos a Carter
Emmart, un tipo muy increíble, el que construyó un mapa 3D
del universo.
—¿Que Negroponte, el célebre director del célebre Media Lab (N.d.R.:
creador de “una computadora, un chico”), sea una de las 26
personas que elegiste para salvar el mundo indica que para
vos los medios son necesarios para “salvar al mundo”?
—Sí. Como cualquier selección, la que estamos haciendo, es
arbitraria. Cuando contamos quiénes son las 26 personas, nos
proponen otras 26, que creen que son mejores que las
nuestras. Hay que esperar que la serie aparezca, porque no
van a alcanzar 26.
—¿Veintiséis son semanas porque cubre medio año?
—Son dos ciclos. Aparte, 26 es un número de la cábala judía,
y empezamos a encontrar un montón de significados místicos
alrededor del 26, que desconocíamos. Es como el discurso
paranoico: cuando querés encontrar algo, lo encontrás.
Aparece en la Biblia, es mencionado en las ciencias sociales
antiguas, es un número mágico para mucha gente. Lo
interesante es esto que lo vuelve policial al asunto: ¿por
qué voy a buscar a esos 26 y no a otros? También se va a
jugar con algo muy específico, pero que es un mito de las
matemáticas, la secuencia de Fibonacci, este tema de cómo la
naturaleza y la ciencia se pueden llegar a integrar en algún
lugar que desconocemos.
—El libro del biólogo predarwiniano D’Arcy Thompson, “On Growth and
Form”, explica por qué formas como la de la oreja o el
caracol se repiten en la naturaleza y la relación de la
ecuación de Fibinacci con la fuerza de la gravedad. Pero
este reportaje es sobre si Lanata no puede trabajar en la
televisión argentina. ¿Hay algo parecido a un exilio en esto
que hacés?
—Hay partes de ese razonamiento que son verdaderas. ¿Es
cierto que no puedo trabajar en la televisión argentina?
Y... es casi cierto. No estoy en la televisión abierta desde
hace años, cinco o seis. ¿Porque la gente no me veía? No. Yo
tenía el programa político más visto de la televisión. Tuve
el año pasado la suerte de que Robert Cox dijera en una nota
esto de que su termómetro de la libertad de prensa era ver
si yo estaba o no el aire. Me encantó como idea que un tipo
que viene de afuera piense: “A ver, ¿cómo está todo? ¿Está
Lanata o no está?”. Y me encuentra medio arrinconado en un
cable. Tampoco hay hoy en la televisión abierta ningún
programa político en el sentido de programa político
tradicional. Hay mucha propaganda, en el sentido más
goebbeliano de la palabra propaganda, pero no hay programas
políticos.
—Los exilios pueden ser parciales. Se puede sufrir un exilio
político, un exilio económico o un exilio profesional.
Asumiendo el sentido metafórico con que lo usamos en este
caso, este exilio profesional, ¿tiene algo de decisión tuya
también, porque hay algo que te desmotiva?
—Siempre que hablemos de periodismo yo haría un aparte en
televisión, no porque no crea que sea periodismo, sino
porque creo que es un tipo muy particular de periodismo, con
reglas muy particulares; está todo visto por un vidrio raro,
vidrio argentino, medio que deforma. No se puede hablar de
periodismo y de televisión pensando que son dos cosas
iguales porque no lo son. Cuando a mí me sacan de la
televisión la primera vez…
—En 1998.
—Yo nunca me acuerdo de los años. Digo: “Esto no me lo
merezco”. Me enojo. Hago todo lo posible por volver.
Finalmente, vuelvo. Empieza a darse una paradoja: que la
industria que me sacaba, me premiaba. Yo me encontraba todos
los años como la viuda de mi propio programa. Estaba un año
en el aire, me echaban y después me daban el Martín Fierro
al mejor programa, al mejor productor, al mejor esto, al
mejor lo otro... Estamos todos locos.
—Cuando recibiste uno de tus últimos Martín Fierro criticaste a los
accionistas del canal abierto en el que trabajabas. Entonces
te cruzó uno de sus dueños en el baño y te dijo que nunca
más ibas a trabajar en la TV abierta.
—Carlos Avila. Tal cual, me dijo: “Nunca más”. Y al año
siguiente, me llamó. Esas cosas extrañas tiene la
televisión. Fue el bloque más medido del Martín Fierro:
cuarenta y pico de puntos. Yo tenía enfrente a todo el
directorio de Telefe mirándome. Se hundían en el asiento.
Yo, y ellos tampoco, podíamos creer que estuviera diciendo
esas barbaridades al aire.
—Pero su profecía se cumplió. Por ejemplo, cuando hiciste cine
documental te compararon con Michael Moore, y cuando hiciste
teatro, con Pinti, por asumir el papel de monologuista. Que
Pinti tenga su programa en un canal de noticias como TN y
vos no, ¿no tiene que ver con tu insumisión a todo?
—Es distinto. Yo lo quiero a Enrique, es un tipo muy
talentoso, pero no es periodista. Es un comentarista. Está
muy bien.
—¿Prefieren un comentarista a un periodista?
—Dicho así, no tengo dudas de que es así. Un columnista no
les caga los negocios, dice: “La ministra Miceli se olvidó
una bolsa con plata en el baño”. Y la gente cree que es una
broma. No tiene el efecto político que puede tener un
periodista informando. Y hay un punto, si lo querés ver
desde un lugar cínico, en que un columnista te blanquea.
Traigamos a Redrado, que diga lo que quiera, total no pasa
nada. Mirá qué democrático que soy: voy a traer al del
Partido Izquierdista Revolucionario de Turquía. Habló, se
fue y listo: no jode a nadie.
—Pierri, el dueño de Canal 26, donde tuviste tu último programa,
¿se acercó al Gobierno y te puso algun tipo de condiciones
económicas para que no renueves tu contrato o te sea difícil
hacerlo?
—A Pierri lo vi dos veces en mi vida. La primera, vino a
ofrecerme la contratación y la segunda, le dije que sí. Tuve
una relación totalmente profesional, ni siquiera tomé un
café con él. Nunca me pidió nada de nada. Nuestra entrada
les permitió plantear otro tipo de canal, subió el prime
time como nunca. Y un poco se lo debe haber planteado como
el costo que tenía que pagar.
—El año pasado hiciste también programas para la Turner, más tu
programa de televisión local. Este año, no. ¿Por qué?
—No puedo por la agenda. El tipo de programa que quiero
hacer me llevaría a estar diez días en el aire y diez día
no. Un mes sí y un mes no. Y no quiero trabajar así.
Después, estuve probando con lo de Turner algo que
profesionalmente es así: acá, a partir de la digitalización
de la televisión y de cómo están operando los conglomerados
de la televisión en el mundo, se abrió una posibilidad de
mercado mundial que no existía hace diez años. Uno puede
empezar a decir que trabaja para la televisión no regional,
cosa que antes no pasaba. Podías vender una novela a Israel,
pero no trabajar para Israel. Los cables empezaron a tener
posibilidades de producción que excede las de los canales
locales.
—Visualizás la posibilidad de construir en los demás países de
habla hispana.
—Hoy, si me preguntás dónde trabajás, te digo que en la
televisión en español. No más para la televisión argentina.
—A mí me tocó dos veces en la vida el exilio. El político, al fin
de la dictadura. Y el económico, cuando empezó la
hiperinflación en la Argentina. Si me quedaba, me hundía, y
me tuve que ir a vivir a Brasil. Y a pesar de haber tenido
mucho éxito, sin embargo, extrañaba la Argentina.
—Lógico.
—Y recuerdo que una vez Magdalena me preguntó si el día que se
agotaron medio millón de ejemplares en Brasil de una revista
que yo hacía, había sido el más feliz de mi vida
profesional. Le dije: “No, Magda”. “¿Y por qué no?” Y se lo
sinteticé así: “Porque no lo ve mi mamá”. Se comunica con
más placer para la gente que se quiere. ¿No hay en vos dolor
por no comunicar para la Argentina, aunque se seas
famosísimo en Perú, Venezuela y Ecuador?
—Claro. Pero no tengo más ganas de hacer esfuerzos. ¿Qué más
tengo que hacer? Hice de todo para estar en la televisión
argentina, haciendo televisión buena. No salió. Tampoco soy
torpe. Cuando a mí me sacan la primera vez, te dije que me
dio bronca. Pero después, lo que me dio fue tristeza. Porque
yo tengo once Martín Fierro, más no sé cuántos Perfil, más
no sé cuántos Clarín, más no sé cuántos... ¿Qué me quieren
decir? ¿Cuál es el mensaje? ¿Tengo que hacer qué? Entonces,
lo que me dio fue tristeza. ¿Saben qué? Mátense. No voy a
hacer televisión. No quiero hacerlo. Véanlo el domingo a la
noche en Infinito. Y laburo para otro lado.
—Hay depresión entonces, la tristeza es una señal.
—Lógico. A ver, ¿qué hago con eso? ¿Me paralizo y me quedo
donde estoy? ¿O trato de movilizarme para otro lugar? Estoy
haciendo lo segundo. Nunca me quedé en el lugar. No soy de
estos tipos.
—¿La idea del exilio es adecuada? Ubicate en los artistas españoles
que durante la Guerra Civil no podían hacer su trabajo y
tuvieron que ir a otros países de habla hispana para
continuar su carrera.
—Claro. Es muy sutil la línea. Nadie podría decir
“prohibieron a Mirtha Legrand”. Pero es cierto que hubo un
ámbito favorable para que Mirtha decidiera irse. Si vos
tenés a un actor que va y la putea, a dos, a cuatro... Al
quinto dicen: “Paren con Mirtha”. Entonces, ¿la sacaron o no
la sacaron? Y... un poco la sacaron, otro poco se fue. El
otro día veo en los diarios que quieren que Mario Vargas
Llosa no inaugure la Feria, y no me pareció raro. Pensé:
“¡Qué imbéciles!” No pensé: “¿Cómo pasa esto?”. Es un país
en el que esa reacción no me parece rara.
—Varias interpretaciones sostienen que se terceriza la represión.
Se utiliza a fuerzas de choque indirectas para que no sea el
propio Gobierno el que tenga que asumir el costo político…
—En algún momento el propio Gobierno lo va a tener que
hacer. No se va a poder escapar de eso.
—¿La hostilidad hace que la persona se tenga que exiliar sin el
costo político de mandarlo en sentido jurídico estricto al
exilio?
—Es muy difícil hacer periodismo libre en la TV en un país
donde tenés que estar justificando todo el día que no sos
golpista, que no pertenecés a ningún complot y que no
trabajás para nadie. Y donde tenés un aparato armado en
Internet, en prensa… no sé si planificadamente solidario,
que se dedica a denostar, a denostar, a denostar.
—¿Se logra que la persona termine cediendo y yéndose?
—Es contradictorio, porque ahora salgo en un medio y explota
la medición. O sea que tampoco es que eso te borra, no te
hacen desaparecer.
—Pero no estás.
—De alguna manera, producís eso. Yo leía el otro día en
perfil.com a una chica que trabajó conmigo, María Julia
Oliván, que me insulta. Yo no me puedo poner a insultar con
María Julia Oliván, que tiene que terminar el colegio. Es
como que todo se desniveló y enloqueció. Tipos que no tienen
ninguna trayectoria, que no existen, que no tienen formación
salen e insultan a otros. Y todo da igual. Es preferible
callarse. Que la gente piense lo que quiera. No podés vivir
en estado de aclaración, porque es una locura. Cuando yo le
digo a este Gobierno: “Basta de joder con la dictadura”,
¿qué es lo que quiero decir? Alguien que acaba de llegar al
país y no me conoce podría pensar cualquier cosa. Ahora, una
persona que me haya visto cinco segundos, no puede
confundirse. Si se confunde, lo hace deliberadamente. No
puedo ni siquiera ponerme a aclarar esto, porque si lo hago,
caí muy para atrás.
—¿Se busca humillar a la persona para que ceda el lugar?
—No sé, porque vos, ¿dónde pensás que van a estar? Yo vi una
sola vez 6, 7, 8. Dejé de verlo en el momento en el que me
dieron tantas ganas de ir y cagarlo a trompadas a Barone. Me
dije: “Estoy loco, no puedo hacer esto, yo nunca en la vida
le pegué a nadie”. Y no puede ser que esto me despierte una
reacción violenta. Entonces, nunca más lo vi. Y viene gente
y me cuenta: “Che, ¡cómo te dan!”. Respondo siempre lo
mismo: “¿Dónde pensás que van a estar dentro de cinco
años?”. Es cuestión también de dejar pasar el tiempo.
—¿Y dónde van a estar dentro de cinco años?
—Trabajando para otro gobierno, por menos plata. O a lo
mejor, trabajando para ninguno, esperando que otro los
contrate. Pero es obvio, porque son tipos que no tienen
identidad profesional.
—Vuelvo al punto, ¿crees que no es una casualidad, sino que es
premeditado para producir un retiro o un autoexilio?
—Es muy interesante la cantidad de coincidencias que se dan
entre el primer peronismo y este último. En los dos
gobiernos, eligió pelearse con dos medios de comunicación:
en un momento fueron La Nación y Clarín, y en otro, La
Prensa y Morgan. Las peleas del peronismo con los poderes
reales siempre fueron confusas, en las cuales el peronismo
vendió su propia historia. “Nacionalizamos los trenes”,
decían los peronistas. Y los británicos festejaban. ¿Por qué
festejarán los británicos si se supone que los habíamos
cagado? Festejaban discretamente, como festejan los
británicos. El peronismo siempre contó una historia de lo
que hacía y llevó adelante otra, con un poder de
manipulación muy grande, muy hábil. No creo que estén
haciendo ahora algo distinto. Cuando viene gente del palo,
de nuestra generación, que te dice: “Yo me hice kirchnerista
por los enemigos que el kirchnerismo tiene”. Yo me pregunto:
“¿Quiénes son los enemigos del kirchnerismo?”. Yo no veo
muchos. ¿El capitalismo argentino es enemigo del
kirchnerismo? No. ¿Pérez Companc es enemigo del kirchnerismo?
¿Techint es enemigo del kirchnerismo? ¿Las grandes
contratistas de obras públicas son enemigas del kirchnerismo?
¿Los banqueros son enemigos del kirchnerismo? Yo no los veo
muy enemigos del kirchnerismo. ¿Y esta concentración de
capital es enemiga del kirchnerismo? Tampoco. ¿Y entonces
quiénes son? ¿La Nación y Clarín son los enemigos del
kirchnerismo? Se crea como una batalla inexistente, adonde
vos elegís a tus peores enemigos porque es más fácil
competir con la ley que no compite con vos y acusarlo de lo
que sea.
—Siguiendo esa lógica, ¿el mayor enemigo sería aquel que los
desenmascarara?
—Por eso yo creo que el periodismo es uno de los enemigos
del kirchnerismo. Sí, visto desde ellos.
—Aquel que pudiera decir “el rey está desnudo” sería el verdadero
subversivo.
—Sí, por eso se reacciona cada vez frente a una denuncia
como se reacciona. Pensá que se llegó a un momento donde ni
se contestan las denuncias de la prensa. Ahora, contestar
una denuncia es que Aníbal Fernández eructe. ¿Me entendés
que es ridículo? ¿Adónde está el respeto por lo que el otro
dijo?
—Vos marcabas una diferencia entre la televisión y el periodismo
gráfico. Y fundaste “Página/12”, donde muchos periodistas se
formaron con vos, y hoy integran un medio oficialista. ¿Qué
pensás al ver “Página” así?
—Para mí, Página dejó de salir en el momento en el que se
vende a Clarín. Sentí íntimamente que Página desaparecía,
porque no podía convivir con Clarín. Por eso dije que me
iba.
—Contaste con lujo de detalles tus reuniones semanales con Magnetto
cuando Clarín compró “Página /12”. Ahora, ¿qué creés que
pudo haber pasado para que Clarín se desvinculara de
“Página/12” y que se llegara a este “Página /12” de hoy?
—Yo lo que creo que pasó es que Clarín en ese momento evaluó
qué diario podía crecer con ayuda exterior o interna
importante...
—Por qué lo compró Clarín parece obvio. Pero, ¿qué pasa ahora?
—Lo que pasa es que Página siguió perdiendo plata porque el
esquema de Página es económicamente inviable. No vende lo
que tiene que vender. Y creo que a partir de gestiones del
propio Gobierno, Página recompró su diario, se lo debe haber
recomprado a Clarín. Porque ahora Página es de Página.
—¿Se podría agregar que si el objetivo era comprarlo para que
mañana no pudiera venir “El País” y usar la base de “Página
/12” para sacar un diario que compita con “Clarín” y “La
Nación”, por ejemplo, una vez que el diario ya estaba
reducido a una expresión sin futuro, no tenía sentido
seguirlo teniendo? ¿Se podía regalar?
—Lo que había que hacer ya estaba hecho.
—¿Se lo vació de capital simbólico?
—Ya estaba hecho. Yo presencié las discusiones de la
dirección, que decía nunca vamos a despedir gente, y a los
seis, siete meses, se cargaron sesenta personas. Fue lo que
me hizo terminar de caer las fichas: “Esto ya no es Página”.
Y después lo que yo viví: que levantaran mi nombre de todas
las notas los mismos tipos que yo había llevado.
—¿A qué lo atribuís?
—A que a lo mejor, darle trabajo es perder un amigo mañana.
Y sabés por qué te digo estas cosas. En algún momento,
nosotros coincidimos. Yo me gané una larga lista de enemigos
por un conflicto gremial en Perfil, pero bueno, yo digo lo
que creo. El otro día un tipo me para en una heladería, yo
estaba con mis hijas, y me dice: “¿Hay que decir la verdad
todo el tiempo?” Y digo: “¿Qué edad tenés?” “Sesenta y
pico...” Y le digo: “¿Cuánto tiempo más nos queda?” Y el
tipo me abraza y se va. Es cierto... ¿Para qué?
—¿Este Verbitsky de hoy es muy distinto al del pasado que vos
contrataste?
—No, al que yo contraté no. Es un tipo muy talentoso, muy
inteligente, y un tipo muy inescrupuloso. En el fondo, más
un político que un periodista.
—Siempre lo fue.
—Sí, y yo siempre supe que era eso.
—¿La diferencia es que hoy tiene un Gobierno con el que coincide,
mientras que en el pasado no?
—Hace mucho tiempo, yo le había pedido a una gente amiga que
averiguara cosas sobre El Perro (Verbitsky). Yo nunca conté
esto que voy a contar, y entonces me entero, ahora es
público, en aquel momento no se sabía y era como un
escándalo, lo del libro de la Fuerza Aérea. Y me viene a ver
El Perro porque se entera de que yo estaba preguntando por
él. Y le cuento: “Sí, yo mande a tal persona a preguntar tal
cosa porque quería saber con quién trabajo”. Y tuvimos una
larga charla como de tres, cuatro horas, sobre todo. Entendí
un poco más por qué él es más político que periodista, y un
poco más cuáles son las cosas que me separan de él, pero que
me separan también de esa generación: sin hacer ninguna
acusación en particular, porque no la podría hacer, yo no
puedo tener a un tipo secuestrado en un pozo dos días, un
día, diez horas. Y cuando yo tengo que abrir la puerta y
verlo al tipo ahí abajo, no me lo banco. Bueno, estos tipos
no sólo se lo bancaron, sino que fueron y le pegaron un tiro
al que estaba ahí abajo. No me importa quién fuera el que
estaba ahí abajo, porque podía ser el demonio, pero no me
importa. Eso es un abismo, un abismo. Entonces, yo me
encontré a lo largo de los años con El Perro dándole una
nota a Clarín antes que a nosotros. ¿Pero por qué? Porque
para él era más importante Clarín…
—Más audiencia.
—A mí no me importa cuánta gente me lee, yo escribo para 200
personas. “Bueno, hermano, está bien, yo no”. Bueno, somos
muy distintos. Me asombró más cuando apoyó mucho la gestión
de Rodríguez Saá. Ahora, todo el mundo se olvidó de que
apoyó la gestión de Rodríguez Saá de una manera bastante
activa.
—Y Moyano. Otro medio que fundaste, la revista “Veintitrés”,
actualmente integra el mayor grupo de medios oficialistas
privados. ¿Qué opinás de su propietario, Sergio Szpolski, y
de la reciente venta del 50% de esos medios a Garfunkel?
—A Szpolski llego a conocerlo porque era avisador nuestro
por el Banco Patricios. Después, vino el escándalo de Banco
Patricios. Si lo tengo que evaluar por Veintitrés, fue el
único tipo que hizo una gestión inteligente. Fue el único
que dijo: “Hagamos algo por esto, no seamos tarados, porque
es una revista”. Curioso, porque uno desde afuera, si querés
desde el prejuicio, tendería a decir: “Szpolski no va a
saber qué hacer con eso”. Desde este punto de vista, fue
hábil, porque tenía muy claro cuál iba a ser su desarrollo
posterior, y necesitaba un medio que le diera anclaje y
credibilidad. Supo no presionar a la gente que trabajaba ahí
para que hiciera oficialismo indiscriminado, supo de qué
manera manejarse en esa línea. Si estoy de acuerdo con lo
que hace, no, porque si no, lo habría hecho yo con él. ¿Qué
puedo decir de Szpolski? No tengo ni idea, ahí ya eso es
otro quilombo. Pero le tengo que reconocer que logró eso. Es
cierto que está corriendo con el caballo del comisario…
—¿Y que haya vendido el 50% a Garfunkel?
—Debe ser que no sabe quién va a ganar.
—¿Es una señal de debilidad o es fortaleza? ¿ Toma los millones de
dólares que recibió por su 50% para reinvertir y seguir
creciendo?
—Sergio es un tipo muy audaz, pero también hay que decir una
cosa: nada de lo que hizo funcionó. Lo único que funcionó
fue Veintitrés, que ya venía hecha. Ahora, Miradas al Sur no
existe; el otro diario, lo regalan. Yo ya no sé qué tienen,
porque entran y sacan medios. No es un tipo que tenga una
trayectoria muy respaldada en cuanto a éxitos periodísticos.
—Lo que se ve también es que muchos periodistas de gráfica, tanto
de “Página” como de “Veintitrés”, hoy tienen programas de
radio, de televisión. ¿Creés que el Gobierno entendió que la
mejor forma de ganar adhesión es ser un dador de trabajo?
—A todos los gobiernos les pasa lo mismo y ninguno lo
entiende: algún hijo de puta se termina llenando de plata, y
el Gobierno termina afuera del gobierno, sin la plata. Pero
todos terminan haciendo lo mismo, todos quieren quedarse,
perpetuarse como esquema de medios que después no lee nadie.
Todos caen en el mismo error. No se dan cuenta que eso no
les sirve para gobernar. No lo terminan de entender.
—¿Pero mientras tanto, logran adhesión?
—Después, la realidad los tapa como una ola. Cuando la
inflación es del 40%, se cae todo y el vacío del poder es
grande, ¿de qué sirve que le pagó a la chica del cable? Es
una manera muy chiquita de ver la política. Eso es lo que yo
tampoco me banco más de la política argentina: basta, basta,
basta de mentiras. Me aburre seguir hablando siempre de lo
mismo. Me imagino este año otra vez en el Canal 26
escuchando las mismas pelotudeces de los mismos pelotudos
que vienen… No tengo ganas.
—¿Qué le pasó a Víctor Hugo?
—Es una lástima lo que le pasó a Víctor Hugo. Era un tipo al
que le creía, pero, evidentemente, viendo lo que está
facturando en Canal 9, y cómo le va en la vida, tengo que
pensar que lo está haciendo por plata también.
—No creo.
—Lo primero que le pasó fue que lo escucharon. Y ahí estuvo
inteligente el Gobierno. Hubo alguien, cuando fue el
quilombo del depósito de los Kirchner, en la mesa chica, que
dijo: “Che, ¿por qué no lo llamás y le explicás?”. Ese
alguien estuvo inteligente, porque era lo que había que
hacer con Víctor Hugo en ese momento: escucharlo. Lo
escucharon, lo contuvieron y ahí lo encauzaron. Y después lo
entraron a operar. Todos los días lo iban a ver, hasta que
ahora no creo que sea eso sólo… Pero bueno. Así como te digo
que estoy convencido de que Gvirtz hace lo que hace por
plata. Y que pasado mañana viene el Partido Comunista de
Checoslovaquia, y se hace checoslovaco. Le importa tres
carajos.
—¿Puede ser que, habiendo hecho muchos años especialmente
periodismo deportivo, donde el espectáculo te lleva a que
todo el mundo opine apasionadamente, hay una cuestión de
tono, donde el chequeo de la información sea secundario,
porque el espectáculo está ahí y es común a todo el mundo y
la opinión sea más importante, por lo que sin mala
intención, Víctor Hugo opine con liviandad sobre temas que
ignora?
—Puede ser. Sumado a que Víctor Hugo tiene como una especie
de complejo de inferioridad por ser periodista deportivo. El
siente que le tiene que gustar la ópera, que tiene que usar
la política… ¿Me entendés? Es como que es poco ser
periodista deportivo.
Le gusta, le va bien, hace plata, pero él quiere hacer otra
cosa.
—Hay un tema con los adjetivos. En el periodismo político los
adjetivos son mal vistos, y en el periodismo deportivo son
esenciales.
—A los periodistas deportivos, si hicieran política, habría
que echarlos a todos, porque no sienten que tienen que
argumentar nada.
—¿Hay un problema de género? ¿Está haciendo algo que no sabe?
—Para mí es una mezcla de cosas. No es que el tipo dijo:
“Bueno, voy a facturar”. Yo creo que primero lo escucharon,
después lo sedujeron.
—¿Puede haber algo relacionado con el ciclo laboral?
—Y, ¿para qué? No le va bien con la gente con esto. El
programa que tiene en Canal 9 hizo un punto y medio, dos
puntos. Esa es otra cosa en que los tipos estuvieron bien.
Ellos lograron imponer que son éxitos televisivos programas
que no existen. Yo en el cable hago el doble o el triple que
ellos en televisión abierta. El éxito de 6, 7, 8, ¿dónde
está? No existen.
—En Canal 26 mostraste que en el 2011, “6, 7, 8” le costó al Estado
11 millones de pesos.
—Sí.
—Y dijiste también que no te preocupaba lo que hacían, porque lo
están haciendo, simplemente, por plata. ¿Te referías también
a los periodistas, independientemente del productor?
—Los periodistas de ahí no existen.
—Barone…
—Barone nunca condujo nada. Sandra Russo no es una
conductora tampoco, siempre hizo de coequiper de otro; son
todos chismes de segunda y tercera línea. Eran todos
cronistas, o eran rewriters de humoristas. El chico que
conduce era movilero mío. Gvirtz inventa esos esquemas
porque es mucho más barato mantener un esquema así que con
conductores. Ahí el problema es Gvirtz, no son los demás. ¿Y
por qué me consta que harían otra cosa? Porque han venido a
ofrecerme cuarenta millones de veces programas así. Gvirtz
ha estado en mi casa diciéndome que por favor quería laburar
conmigo; cuarenta veces, no una vez.
—¿No pone a nadie importante para que sean todos intercambiables?
—Obvio. Porque el costo es menor.
—Vos dijiste: “Son ratas de cuarta que están ahí cobrando 50 o 100
lucas, y te dan vergüenza”. ¿Cobran una cantidad de dinero
que no ganarían en la actividad privada?
—No cobrarían en su vida. Decime, ¿cuánta gente ganaría esa
guita en una redacción? Nadie. ¿Cuánta gente que está en
Radio Nacional ganaría lo que están ganando hoy; o en un
medio electrónico, o en una redacción privada? Muy pocos.
—¿Existe el periodismo militante o se trata de contra-periodismo?
—No existe. El periodismo es periodismo, no tiene que tener
agregados de nada. Lo otro es publicidad. Aparte, la actitud
de militante, primero, es una actitud que tiene que ver con
lo militar, con los partidos políticos, el cuadro desde lo
militar, y eso es un concepto setentista. Yo no milito en el
periodismo, yo vivo del periodismo, soy periodista. No es
que creo que mi función en la sociedad es ser periodista y
que hay un fin superior, y que en cuanto formemos la
revolución… No es así.
—Vos decís que el gobierno peronista primero y el actual toma como
enemigo a un grupo de medios. Su objetivo es construir una
narración falsa, porque no se pelea con verdaderos sectores
de poder, y su adversario es aquel que lo puede
desenmascarar, es decir, los medios. Si así fuera, la
necesidad de hacer un contra-periodismo sería funcional a
ese fin. ¿La cuestión no sería tener un periodismo que hable
bien del gobierno sino un contra-periodismo que destruya a
los que lo critican?
—Eso es lo que dice Perón en un libro que se llama Los
vendepatria, que fue publicado en el exilio, seis, siete
años después del golpe de la Libertadora. Es muy interesante
leer los textos de Perón sobre el periodismo. Perón es hijo
de la guerra fría. Son de los que pasan por un complot
determinado de tal, tal y tal para dominar el mundo. Y se
acabó. Entonces, ¿qué es lo que tengo que hacer? Tratar de
joder al enemigo. ¿De qué manera? Infiltrándolo, mintiendo.
En ningún momento el tipo se pone a pensar si lo que se
muestra es verdad o no es verdad. Era una operación de
inteligencia con una naturalidad increíble.
—¿Militar lo interpretás como algo fáctico, como lo militar de la
guerra?
—El tipo va ahí y se acabó. El tiene esa visión del
periodismo. Con esa naturalidad increíble con que Martín
García, en Télam, dice las bestialidades que dice, está
haciendo peronismo puro.
—¿Para destruir a los periodistas?
—Es destruir lo que para ellos no es el modo de vida
representativo.
—¿Por qué?
—Por algún motivo místico sienten que encarnan los
sentimientos y deseos ocultos populares de todo el mundo. Ya
ahí estamos en un quilombo, porque ellos son todo el pueblo.
Como representantes de esos sentimientos populares, que son
inalterables, que con el tiempo no cambian y que van a ser
siempre los mismos, que también es otra locura completa, son
los que te van a decir qué es periodismo y qué no es
periodismo. Y se acabó. Lo que no, son los intereses de la
oligarquía. Lo ven así, yo no te estoy diciendo que tienen
razón.
—¿Al final Hadad terminó siendo menos oportunista que tantos otros,
y Szpolski o Gvirtz lo superaron?
—Fueron distintas las circunstancias. Son oportunistas
menores los que aparecen, tampoco son mayores. A ninguno de
éstos les dio el piné para hacer lo que Hadad hubiera
querido hacer y no pudo. Hadad estaba para comprar Canal 13
y no pudo. Estos tipos tienen que estar atrás.
—¿No creés que en el fondo, con todos los defectos, Hadad es
periodista y los otros no? ¿Y que algo de sentido común le
hizo ver que si atacaba al periodismo se estaba suicidando?
—No lo sé y no me preocupa.
—¿Atacar al periodismo es el nudo de la estrategia del Gobierno?
—Yo creo que el Gobierno llega, mira y dice: “Acá el enemigo
es tal”. El Gobierno elige a su enemigo.
—¿Y quién es el enemigo? ¿El enemigo del político es la verdad o un
mayor grado de ella?
—Es que yo creo que vos tenés razón, pero te digo cómo ellos
lo plantean como estrategia. Buscan enemigos con los cuales
pueden combatir, que no están peleando la misma pelea.
Porque, ¿qué pelea están peleando ellos con Clarín y La
Nación?
—Y si lo que se buscara fuera destruir la idea misma de que exista
una verdad, ¿“Clarín” sería fácticamente funcional, o
disfuncional?
—Puede joder.
—En ese caso, a lo Perón militar, ¿habría que infiltrarlo,
destruirlo militarmente, para lo cual habría que crear un
contra-periodismo?
—Entiendo lo que decís, pero creo que puede ser leído por
algunos sectores como demasiado gorila.
—¿Qué imaginás que va a pasar dentro de cinco años con Clarín?
—Va a arreglar con el gobierno que esté.
—¿Va a sobrevivir y continuar siendo de la misma manera?
—Viene ahora Magnetto y te dice: “Jorge, quiero pedir un
crédito para una heladera. Tardo cinco años en pagarlo, ¿me
salís de garante?”.
—Veo que vos le saldrías.
—(Risas)…
—¿Néstor Kirchner negociaba y usaba a Clarín; y Cristina, más
principista, fue quien rompió?
—Dos personas que están juntas treinta años, que hacen
política durante treinta años, que están en el medio de la
mierda durante treinta años, se parecen. No puede ser que
uno sea la Madre Teresa y el otro un agente de Kaos. ¿Cómo
un tipo se va a transformar de Al Capone en Winston
Churchill en una semana?
—Vos insististe con el tema de la repetición, que es, casualmente,
lo que te criticaba María Julia Oliván.
—María Julia tiene que aprender a argumentar. Se lo digo
con cariño porque es una chica que estudió conmigo. Que lea
lo que dijo, porque es una boludez. Yo no digo que todo está
basado en la repetición, yo estoy hablando de la repetición
de una falacia, no de cualquier repetición. Ella responde
como si todos estuviéramos sólo repitiendo una y otra cosa.
—¿Es en la repetición donde está la técnica fundamental?
—En la repetición de una falacia deliberada.
—Es que si no fuera falaz, no sería necesario repetirlo, porque la
realidad sola lo terminaría imponiendo. ¿Cuando no es
verdadero es la repetición lo que lo hace verosímil?
—Cuando no es verdadero, la repetición crea un clima que
genera en los demás miedo y duda sobre si puede ser
verdadero. Pero en el fondo tampoco sirve porque también
dura un tiempo. Yo soy de los que creen que el chico besa a
la chica, que las cosas terminan bien. Estos son momentos.
La repetición no les va a servir para imponer… No les va a
servir para nada. Vamos a estar acá en cinco años diciendo
que las cosas son distintas.
—El martes pasado, cuando la Presidenta abría las sesiones
ordinarias del Congreso, sus partidarios cantaban:
“Periodista, periodista, si la tocan a Cristina, que
quilombo se va a armar”.
—Ellos se están armando sus propios monstruos, y esto le
pasó con lo de Diana Conti.
—¿La reelección indefinida?
—Armaron sus propios monstruos, y ahora ¿qué hacen con
ellos? “Uy, armé a alguien más cristinista que Cristina. ¿Y
ahora qué hago con Timerman? ¿Cómo me lo saco de encima?”.
—¿Fue un error de Clarín enfrentarse al Gobierno con la misma
violencia con que el Gobierno lo enfrentaba? ¿Perdió
credibilidad al hacer un periodismo tan crítico, después de
haber hecho periodismo oficialista?
—Así como hoy no le sirve estar en un nivel de
antioficialismo tan grande, porque le quita credibilidad,
tampoco le sirvió en su momento llegar a niveles de
oficialismo tan increíbles, como los que llegó a tener con
distintos gobiernos. Esas cosas se construyen con los años,
y si equivocaste, es muy difícil que…
—¿No creés que la provocación cumple el papel de descentrar al
otro? Esto que vos sentiste, que por primera vez en tu vida
tuviste ganas de ir y cagar trompadas a alguien. Y ahí está
la clave del contra-periodismo, que para que el otro se
enoje…
—El famoso “te mojo la oreja”. Claro. Sí.
—Y se usa al periodismo militante para enojar al periodismo normal
y convertirlo también en contra militante, o militante de lo
opuesto.
—El periodismo y la militancia son dos cosas que no tienen
nada que ver.
—Sí, pero al lograr que Clarín se desespere y haga periodismo
militante de lo opuesto, le ganaron la batalla.
—Sí. Pero es lo que pasa con la guerra cuando se transforma
en represión. Y lo que pasa con los chorros cuando la
policía sale a afanar, lo que pasa cuando el cordero se
transforma en lobo.
—¿El objetivo es provocar hasta hacer enojar al contrincante?
—Me causa gracia la discusión de si Cristina se presenta o
no. Nunca vi ningún peronista dejando el poder estando en
situación de ganar. ¿Qué va a hacer. ¿Se va a Louis Vuitton
a comprar carteras, a París? No tiene trayectoria
internacional, no tiene antecedentes académicos, no tiene
nada. ¿Qué hace si se va? Se va a quedar Cristina, la hija,
el hijo, el nieto, el recontra nieto. Se van a quedar todos.
Hasta que se los saque con los votos.
—En esta hipótesis de que a Clarín el Gobierno logró llevarlo al
nivel de pelea que deseaba, ¿te habrías imaginado que el
Magnetto que conociste, aquel con el que ibas a hablar todos
los jueves, podía haber caído en este error?
—No, para nada. Pero me parece que en ese momento él no
estaba tan enfermo, habría que ver cómo su personalidad
influyó en todo esto.
—¿Cómo era aquel Magnetto que vos conocías?
—Estaba totalmente sentado a la mesa de poder, o sea que no
podía pasar nada sin que Magnetto no lo supiera. Cuando me
decís que el Gobierno hizo lo que hizo de Clarín, yo digo
–me pasa lo mismo con el asunto de la Ley de Medios–, ¿hasta
ahora qué hizo? Porque, así como el Gobierno se imagina sus
enemigos, los resultados de sus peleas son muy relativos.
Habría que hacer un punteo del resultado de las peleas del
Gobierno con los medios, y con todo en general, para ver qué
logró, qué no y en qué casos. Porque Papel Prensa existe;
los medios todavía siguen estando bajo la propiedad de
quienes están. ¿Desaparecieron los monopolios en la
Argentina? No. Entonces, ¿cuál es la parte falsa y cuál es
la verdadera de la pelea con Clarín que, supuestamente,
ellos ganaron? ¿Que regalan budineras para que se conecten a
Paka Paka?
—¿La Ley de Medios no va a funcionar?
—No está funcionando hoy y no tiene manera de funcionar.
—Seguí con esta hipótesis: Cristina se presenta, como vos creés que
va a suceder, y gana.
—Si no pasó hasta ahora, no va a pasar porque nunca van a
tener más poder del que tuvieron dos años atrás.
—El punto es la desinversión. La ley está confirmada por la Corte
Suprema.
—¿Qué es lo que está pasando con la desinversión? Están
comprando ellos mismos empresas a los que están vendiendo.
La desinversión que está pasando ahora es la que pasó con
Radio El Mundo, Radio Belgrano en los años 50, cuando
Yankelevich les vendió a los medios peronistas. Están
haciendo exactamente lo mismo que pasó en el primer
peronismo, porque tampoco en ese momento lo nacionalizaron:
lo privatizaron con amigos.
—Vos creaste el único medio que publicaba todos los días avisos de
los aniversarios de búsqueda de los desaparecidos cuando se
vivía un clima totalmente adverso a las Madres y a las
Abuelas de Plaza de Mayo. ¿Qué pasó con ellas?
—Podría decir que es porque se las escuchó, que es por
prestigio, que es por contención. Nosotros teníamos mucha
información de los manejos de los planes de vivienda de las
Madres; hay cosas irregulares, pero que no son
representativas. Hay un montón de cheques voladores dando
vueltas por ahí de las Madres que los bancos no ejecutan por
miedo, para no tener quilombos. Hay gastos raros, como, por
ejemplo, coches blindados para empresas de viviendas, que se
dice que son blindados porque son zonas peligrosas. Y hay
algunos otros gastos que son difíciles de justificar. Pero
uno no podría decir que es igual que cuando se licitan
viviendas en, no sé... Santiago del Estero. Lo que pasa es
que se creó como una especie de corporación política
alrededor del tema de los derechos humanos, como una serie
de privilegios que no empezaron con este Gobierno. Menem
empezó a pagar los subsidios de los desaparecidos, y después
hicieron falta menos pruebas para justificar nada.
—¿Qué fue lo que te hizo salir en defensa de Clarín el día que el
Gobierno organizó la conferencia de prensa sobre Papel
Prensa, en la que se presuponía se anunciaría la detención
de Magnetto?
—No era salir a defender a Clarín, sino decir lo que pienso.
Esto es lo que los que me critican no entienden. Yo nunca
dije: “Hagamos la ley para nuestro lado, para cagar a los
otros”. Creo en lo que digo y en lo que escribo. Suena una
estupidez dicho así, pero es verdad, yo creo eso.
—¿Sentiste en ese momento que tenías que comunicarlo? ¿Incluso en
un medio de Clarín como TN?
—Que no se puede permitir que el Estado avance sobre los
individuos de esa manera. Que no podemos engañar a los
pendejos, que no podemos contar una historia distinta de la
que pasó, no podemos crear héroes falsos de vuelta. Esta
cosa del discurso guevarista… Estamos creando héroes falsos
de vuelta, van a volver a matar pendejos como mataron
pendejos hace cuarenta años. Somos responsables de eso si
vuelve a pasar. Tengo hijos, y no quiero que los maten.
—Dijiste que “Florencia Peña, que se pasó mostrando el culo durante
el menemismo, con Francella, ahora es Rosa de Luxemburgo”, y
de Andrea del Boca que “parece que es ella la viuda de
Kirchner”. ¿Sobreactúan como vicio profesional o es el
resultado de un verdadero trance sugestivo?
—No sé. Afortunadamente no lo vi, y digo afortunadamente
porque hubo gente amiga que me contó que estuvo patética...
ese programa de Canal 7 donde se largaban todos a llorar en
la tribuna. Yo creo que somos un país que está enfermo y que
sacamos la enfermedad por distintos lados, y que esto es
parte de esta enfermedad de esta generación. Es difícil de
explicar que de golpe…
—¿Sobreactúan o lo sienten?
—Andá a saber. Algunos lo harán por plata, otros sienten que
vuelven a hablar de ellos, otros se sentirán culpables por
no haber hecho nada antes. Pero es gracioso. En este país
nadie hablaba de Clarín… Yo, Ramos, vos y dos o tres más, y
ahora, de golpe, somos el demonio y estos tipos vivieron de
Clarín toda su vida. Enloquecieron todos. Ya se les pasará.
—¿Ves TN cuando estás en Buenos Aires?
—Sí. No me gusta lo que están haciendo. Están en un tono
militante que no es el que tienen que tener.
—En los artistas, ¿hay un oportunismo y una moda? Por ejemplo, el
ataque a Mirtha Legrand de otros artistas, que aparecía en
cadena. ¿Es contagio u oportunismo?
—No conozco ningún país donde lo inviten a Mario Vargas
Llosa a la Feria del Libro y un grupo de intelectuales salga
a decir, como único argumento, que es un tipo de derecha.
Imaginate la tapa del New York Times con un grupo de
escritores de Nueva York que dice que Vargas Llosa es de
derecha y que lo echen. Eso nos pasa a nosotros, nada más.
Siempre, en todos los gobiernos, hubo cuatro o cinco
artistas que hicieron negocio. Habrá sido Sofovich con Menem,
y ahora son éstos. Me molesta que después veo lo que
cobraron por el recital de derechos humanos. Cobrás 500
lucas para cantar 40 minutos en un recital de derechos
humanos.
—¿Dice algo de la Argentina que Tinelli esté en el mejor momento?
—No. Lo de Tinelli es como una constante de la televisión en
sí, que volvió a producir mucha guita. Se volvió a mil
dólares el segundo en el prime time, como estábamos hace
quince años. Es muchísima plata. Los contenidos siguen
siendo una mierda, igual que antes.
—¿Qué ves de los jóvenes en relación con Cristina y con el
kirchnerismo?
—Primero, que hay un interés muy particular del Gobierno en
insistir en eso…
—¿En evidenciar?
—Sí. Me parece que es comprensible que en el discurso de los
Kirchner una cosa así, pasional, cale. Pero me parece que es
una cagada en el sentido de que a los chicos los vuelve para
atrás en un montón de cosas. A mí me importa un carajo si
toman o no los colegios, depende la circunstancia, lo que
digo es: ¿para qué lo están tomando? Por lo menos, antes de
tomarlo, fijate a qué resultado podés llegar. Porque después
te van a cagar los mismos que hoy no querés que te caguen. Y
fue lo que pasó: tomaron los colegios, no cambió nada y todo
sigue como estaba. La sensación que me da es que la
Argentina está en esa situación todo el tiempo, de volver y
volver sobre lo mismo.
—¿No es razonable que cada vez que se trate de romper los
paradigmas, en algo parecido a lo que se podrían llamar
revoluciones, se utilice a los jóvenes como herramienta
principal? ¿Porque es más fácil introducirles una idea sin
pasado, al mismo tiempo que son los que se ilusionan más con
un cambio abrupto que les permita no tener que recorrer todo
el cursus honorum y saltar etapas?
—Son más manipulables. Pero no es real. ¿Nuestra obligación
social cuál es? Tenemos que decírselos. Olvidate que soy
periodista… Tengo 50 años, algo tengo que hacer.
—En los últimos quince años, el fenómeno universitario fueron las
escuelas de periodismo, las facultades de comunicación y
todo lo relacionado con tareas creativas, audiovisuales.
Esos miles de jóvenes, ¿no creés que ven en la Ley de Medios
una oportunidad para conseguir un trabajo que en los medios
privados no podrían conseguir?
—No tengo dudas.
—El Estado dará salida laboral a un montón de gente que no la
tendría en los medios privados.
—Pero tenemos que decirles que es mentira. ¿O vos pensás que
va a funcionar la radio de los wichis? ¿Cuánta gente la va a
escuchar? ¿Qué capacidad de generación de contenido tenés en
la radio de los pueblos originarios? Todos queremos que pase
tal y tal cosa, pero también pasa lo que pasa.
—¿Más tarde o más temprano el Estado no va a poder sostener?
—El Estado ya hoy no las puede sostener porque no existen…
—¿El Estado, llegado un punto, no va a poder sostenerlas si asiste
a otras tareas mucho más relevantes para la sociedad que
mantener medios de comunicación?
—Obvio.
—¿Esa sería la mentira implícita de la nueva Ley de Medios?
—Lo interesante de este fenómeno no es tanto la ley en sí,
porque eso, de última, es un grupo de presión contra otro.
Lo interesante es por qué todos pensamos que se está
cumpliendo. Porque tanto vos como yo hablamos como si se
cumpliera, y tampoco se cumple.
—Para un grupo como Clarín, la pérdida del fútbol significó un
serio quebranto.
—Un cambio de negocio. Los motivos declamatorios por los
cuales el fútbol se pierde siguen siendo los mismos. Antes
lo manejaba tal, ahora lo maneja La Corte.
—La reducción a seis minutos de publicidad por hora en todos los
programas de cable...
—Hasta hoy no tuvo efecto: no se llevó adelante.
—El Grupo Clarín la está cumpliendo, atemorizado.
—Sí, pero todavía los chivos los siguen manteniendo.
—Muy reducidos.
—Lo que planteo es que no se cumple no porque no quieran,
sino porque no se puede. No da el mercado. La Ley de Medios
es una ley hecha en la facultad, no en la vida. No es
automática la cosa, no es que vos decís: “Voy a hacer una
radio para los polacos”, y vienen todos los polacos a
escuchar la radio.
—En los 90, Grondona te veía a vos como quien venía a romper el
paradigma del periodismo en la televisión y a ocupar el
lugar que él tenía en aquel momento. ¿Sentís que hoy alguien
te disputa ese lugar que vos ocupaste en la televisión en el
periodismo político?
—Creo que en un momento va a pasar, pero al haberme abierto
yo de la televisión no quedó nada, me parece, en ese
sentido. Tampoco me seguí preocupando por ocupar ese lugar,
entonces es como que quedó vacío. Tampoco surge tanta gente
todos los años que sea buena o que pueda funcionar.
—¿Cómo te imaginás el segundo mandato de Cristina?
—Acá hay que solucionar la crisis del 2001, porque nuestro
problema sigue remitiéndose ahí. Hay una deuda de la clase
política que nunca se satisfizo, sigue teniendo una actitud
suicida respecto de los cambios básicos que se le pidieron,
y va a tener que tomar esa decisión en algún momento porque
no se sostiene más.
—Imaginate a Cristina en su segundo mandato.
—Acá no puede existir más una alianza peronismo-radicalismo.
No puede existir una cosa de complicidad donde por un lado
te putea Alfonsín, y por el otro lado negocia el otro. Hay
un montón de cosas que están pasando debajo de la mesa que
no pueden seguir pasando. Ya no se sostienen. Entonces, es
cuestión del tiempo.
—Este irte afuera del periodismo de actualidad de la Argentina, ¿es
definitivo o coyuntural?
—Realmente, no lo sé.
—En un reportaje a la revista de “La Nación” dijiste: “Desde el
kirchnerismo para acá, se ha vuelto un momento difícil para
escribir. El kirchnerismo terminó haciendo una confusión de
roles que, en algún punto, es muy perversa. Te deja en un
lugar raro, donde tenés que estar explicando si sos, no sos,
si fuiste, si vas a ser, cuando en realidad ellos no son
nada de lo que dicen que son. Pero te dejan culpable a vos”.
¿Escribir tiene consecuencias negativas peores hoy que en
los 90 o los 80?
—Si me remito a las pruebas, en los 90 estaba en la
televisión y hoy no. Hay algo que empezó con el discurso de
Cristina y después se mantuvo y nunca se bajó de esta cosa
de que todo el tiempo estamos atajándonos. Todo el tiempo…
—Vos dijiste también que no sos indiferente a la mirada de los
otros, que sos muy inseguro y que a pesar del paso de los
años todavía no lograste ser inmune a los ataques.
—Totalmente.
—¿Eso es lo que hace que estés acá?
—Eso por un lado. Por otro, porque profesionalmente puedo
hacer cosas que me gustan.
—Independientemente de que tenés la alternativa, me imagino que
preferirías estar haciendo televisión en la Argentina en el
prime time.
—Sí. O trataría de hacer las dos cosas.
—¿No te da un poco de bronca, y ganas de volver a escribir y hablar
sobre política nacional?
—No es que te corrés, vas a otro lugar. Mañana voy a hacer
una nota con (Howard)Gardner sobre los distintos tipos de
inteligencia, y yo no me imagino discutiendo eso con un
gerente de programación de un canal argentino que me dice:
“Lo que pasa es que está Marcelo a esa hora. ¿Cuánto vas a
medir? Cinco puntos”. Quiero discutir otra cosa, otro tipo
de programa, no sé.
—¿Creés que esto es definitivo?
—Estoy tratando que todo esto que pasa me afecte hasta un
punto donde no me inmovilice. Entonces, prefiero salirme
porque encuentro que afuera tengo una libertad para laburar
que no tengo en la Argentina. Yo no me fui. Estoy laburando
para otro lugar, pero eso no quita a la Argentina, porque lo
que hago se va a ver en la Argentina. Dejé de estar en la
Argentina porque siento que es muy difícil llevar adelante
esta profesión, a esta altura de mi vida profesional, en un
lugar como la Argentina en este momento.
—¿Tu ausencia en los medios de la Argentina es una forma de
expresar tu desacuerdo?
—Sí. No quiero estar discutiendo con Aníbal Fernández, me
empobrece como persona. Siento que me están forreando.
¿Cuántos años más vamos a vivir? “¿Cómo murió? Discutiendo
con Aníbal Fernández.” ¡Dejame de joder! Eso me parece
patético. Ojo: no me avergüenzo de nada de lo que hice
laboralmente, hice todo lo que quise, las cagadas también.
Ahora, quiero hacer algo que me interesa hacer.
—¿Y cómo está tu salud?
—Estoy bien. Pero no quiero que me joda…
—¿Te corriste para volver con más fuerza en otro momento?
—Estoy armando un documental que son dos temporadas. Después
veré qué es lo que hago. Toda mi vida fue así. Esto que
estoy haciendo ahora se termina en octubre, y en junio del
otro año se termina la otra parte. ¿Qué haré después? Yo qué
sé qué haré después. ¡Hagamos algo en Brasil!
Jorge Fontevecchia, Editor General Grupo Perfil
LA REPRESALIA INFANTIL DE CRISTINA POR SER IGNORADA POR
OBAMA, IMNVENTO EL “AVIOGATE” LO MANDO AL
“EMPLEADO TOTO
SERVICIO TIMERMAN” PERO CLARO IMPIDE ACTUAR A LA JUSTICIA?
BAJARÍAN CALIFICACIÓN A LOS AEROPUERTOS ARGENTINOS
EE.UU. prepara una sanción como represalia
por el avión con armas
Ezeiza. La falta de controles adecuados es un punto objetado.
Un pelotón de inspectores de la FAA (Federal
Aviation Administration), un organismo del gobierno de los
Estados Unidos dedicado a la fiscalización de la actividad
aerocomercial, llegará a fin de mes para evaluar la
seguridad operacional de los aeropuertos en la Argentina y
podría adoptar una medida negativa. De hecho, el antecedente
más reciente lo es: el pasado 15 de febrero, la Embajada de
Estados Unidos envió a la Cancillería una carta de tres
párrafos amenazando a la Argentina con bajarle la categoría
a sus aeropuertos de uno a dos porque dice “contar con
información que nos preocupa”, respecto al traspaso de los
comandos regionales a la aviación civil.
La última inspección de este tipo se realizó hace dos años y
el país estuvo al borde de perder la actual categoría debido
a una serie de fallas detectadas, por lo que fue observado y
conminado a corregirlas.
La Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO, por
sus siglas en inglés International Civil Aviation
Organization), una agencia de las Naciones Unidas creada
para estudiar los problemas de la aviación civil
internacional, había ordenado que en todos los países la
administración pasara de manos militares a civiles.
La Argentina cumplió con eso. Pero la carta, que en términos
diplomáticos fue definida por fuentes del Gobierno como
“políticamente incorrecta”, advierte sobre el posible
resultado de una auditoría que todavía no se realizó.
“Es una amenaza estrictamente política. Y es consecuencia
del accionar del canciller Héctor Timerman con el asunto del
avión de Estados Unidos”, explicó la misma fuente.
La carta fue confeccionada por John Allen, titular de FAA.
En términos técnicos, la baja de la categoría no implica
cambios inmediatos, pero puede habilitar al congelamiento de
las frecuencias de vuelos (no se pueden aumentar). Además,
tener la categoría dos implica que el gobierno de Estados
Unidos recomiende que no se viaje al país en conflicto.
“Por eso es obvio que la decisión es una medida política, no
por problemas de seguridad”, argumentó la fuente. De hecho,
todos los países latinoamericanos tienen la categoría uno.
La auditoría fue pautada después de una revisión que se
realizó en mayo de 2009, donde la FAA encontró 52
observaciones. De ellas, la Argentina mejoró el 80 por
ciento y venía trabajando en conjunto con la FAA. De hecho,
la auditoría está prevista para la primera semana de abril,
y fue fijada antes de que se confiscara el material del
avión norteamericano.
“No dicen qué información es la que tienen. Tampoco de dónde
proviene. Sólo dejan la amenaza de bajarnos de categoría”,
precisó la fuente. La Argentina sufrió la baja de la
categoría durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Esa
situación se revirtió bajo la administración de Néstor
Kirchner.
F.O/M.C. Perfil.com
MÁS TENSIÓN CON EE. UU.: LAS EMPRESAS DENUNCIAN PRESIONES
Es porque, dicen, les frenan las importaciones y
son acusadas por la AFIP en causas ligadas a la evasión
impositiva. Hablan de una “escalada”. Plantearon el tema al
Gobierno. Y formaron una comisión con funcionarios de su
Embajada.
La historia comenzó hace un mes, cuando empresas norteamericanas
empezaron a recibir “aprietes” de Guillermo Moreno. Luego la
AFIP se sumó a las presiones, dicen los ejecutivos, y la
situación fue “en escalada”. Comenzaron las reuniones y los
contactos con la Embajada de su país en Buenos Aires. La
situación es un grado más en la tensión que ya refleja la
relación bilateral con los EE.UU. a nivel político, que tuvo
como últimos hitos la decisión de Barack Obama de no venir
al país y el conflicto por la confiscación del avión militar
que traía personal y materiales para un curso de la Policía
Federal.
“A principios de febrero, varios de mis colegas de empresas
norteamericanas comenzaron
a llamarme -cuenta
casi divertida una ejecutiva de una compañía química de ese
origen-. Estaban azorados
por las llamadas de Moreno, y
sabían que para mí eran habituales, entonces querían saber qué
hacer, qué responder ”.
En ese momento, el objetivo del secretario de Comercio fue frenar
las importaciones .
“El planteo era un evitar pérdidas de divisas, que
no gastáramos dólares ”,
explicó un hombre de otra empresa de EE.UU., esta dedicada
al sector agrícola.
Allí comenzaron las reuniones en AmCham, la cámara que reúne
a las compañías de capital norteamericano o que tienen
negocios con ese país. Del intercambio de información,
surgió una
preocupación mayo r
que la que se basaba en cada caso particular.
“Hubo al menos
20 empresas de
AmCham a las que les frenaron importaciones”, señaló uno de
los que fue a esos encuentros. Pero la cosa fue más allá. A
una empresa europea, no
le dejaron comprar insumos en EE.UU.
para productos que elabora en la Argentina para exportar. A
una compañía dedicada a generación eléctrica no la dejaron
traer equipos y quedó
afuera de las licitaciones del
propio Gobierno”.
En ese momento, la relación diplomática bilateral con los
EE.UU. ya había entrado en un freezer. A fines de enero se
conoció que el presidente Barack Obama visitaría Brasil y
Chile en marzo sin
hacer escala en la Argentina, lo
que provocó estupor, primero, y luego duras reacciones de
los funcionarios kirchneristas: empezó una escalada
diplomática. Una semana después, el canciller Héctor
Timerman acusó a Mauricio Macri de enviar a policías
metropolitanos a una academia financiada por los Estados
Unidos en la que, dijo, “en el pasado se dedicaban a
entrenar militarescon técnicas golpistas y cursos de
torturas y
persecución de enemigos políticos”, poniendo el peso de esa
historia en Washington más que en la cabeza del Jefe de
Gobierno porteño. Pasó otras semana, y el 10 de febrero el
gobierno argentino denunció que un avión militar de EE.UU.
que había aterrizado en Ezeiza, con personal para cursos de
la Policía Federal, traía armas, sustancias psicotrópicas y
materiales no declarados.
El propio Timerman hizo el allanamiento de la aeronave,
y Washington sigue
reclamando aún
la devolución la carga del avión, incluyendo códigos
secretos de inteligencia.
En ese contexto, las empresas de capital norteamericano empezaron
a hablar de “escalada”.
En las reuniones de la AmCham se comenzaron a
acumular hechos. A principios de febrero, una compañía de
ese origen, Dupont/Pioneer, fue
acusada de “trabajo esclavo”
y le retiraron el servicio de aduana en planta. El 3 de
marzo, la AFIP sancionó
a dos cerealeras norteamericanas, ADM
y Cargill, acusándolas de “triangulación nociva” de
operaciones. El viernes, la misma AFIPprohibió a Mattel, también
de los EE.UU., seguir importando los juguetes Barbie y Power
Ranger, entre otros.
“Hace rato que no teníamos una
situación tan complicada”,
diagnostican en AmCham. Por eso pasaron de las reuniones en
la sede de la cámara, frente al Teatro Colón, a citarse en
la embajada de EE.UU., en los bosques de Palermo. “Se
conformó una comisión entre empresarios y funcionarios
técnicos de la delegación diplomática para
tratar estos temas”, señaló uno de los ejecutivos implicados
en el debate. Pero no pararon allí. “También le
llevamos documentos explicando la situación a
los ministros con los que más diálogo tenemos,
Julio De Vido y Débora Giorgi”, agregó otro empresario, este
petroquímico. Algunos están redactando otro documento, el
que podría incluso hacerse público.
En la embajada de los EE.UU. no quieren hablar mucho del
tema. Pero sobre las sanciones de la AFIP, destacan que “las
empresas han cumplido todos los requisitos y no entendemos
cuál es el problema”,
aseguraron a Clarín
voceros de la delegación en Buenos Aires.
“Esto ha llegado a una situación en que sólo
una gestión política de muy alto nivel puede
destrabarla -analizó anoche uno de los empresarios que
participa de estos debates-. A nosotros ya se nos escapó de
las manos, sólo
sufrimos las consecuencias”.
Paso a paso
En un mes, la relación bilateral con los Estados
Unidos se tensó por razones políticas y económicas.
1 - Importaciones
A principios de febrero, las compañías empezaron
a recibir presiones de Guillermo Moreno para frenar las
compras en EE.UU.
2 - El viaje de Obama
A fines de enero se supo que, en marzo, Barack
Obama viajará a Brasil y Chile, sin escala en Argentina.
Hubo una dura reacción oficial.
3 - El conflicto del avión
El 10 de febrero, el Gobierno denunció que un
avión militar de EE.UU. traía carga no declarada. El
canciller Timerman participó del operativo.
4 - Las exportaciones
Dos cerealeras norteamericanas, Cargill y ADM,
fueron sancionadas por la AFIP. En la Embajada dicen:
“cumplieron todos los requisitos”.
EN
EL GOBIERNO DICEN ESTAR LISTOS PARA ENFRENTAR LAS
CONSECUENCIAS
El Gobierno argentino es consciente que la disputa generada
por el cargamento militar estadounidense incautado en Ezeiza
está creando un ambiente
desfavorable para
nuestro país en Washington y está dispuesto a pagar el costo
que esto implicara.
El cálculo que hace la Casa Rosada es que la Argentina podría
ser expulsado del Sistema General de Preferencias y
que la carne y los limones argentinos seguirán sin poder
acceder al mercado estadounidense. No creen, sin embargo,
que el conflicto afecte las negociaciones con el Club de
París ni el lugar que Argentina ocupa en el G-20. Dicen que
la relación con EE.UU. es “correcta” pero enfatizan que
no es de amigos y
amenazan con que si la tensión aumenta pondrán
fin a la cooperación nuclear que
tienen actualmente con el gobierno estadounidense.
Tras consultar a fuentes en Buenos Aires y en Washington, Clarín pudo
establecer que lejos de resolverse, la disputa por lo
materiales ha entrado en
un callejón sin salida a
menos que una de las partes o las dos flexibilicen
posiciones.
En la Casa Rosada están determinados a no
devolver el material incautado si EE.UU. no brinda más
explicaciones sobre
qué uso le iba a dar. Quieren saber qué iban a hacer los
sistemas de comunicaciones encontrados en la valija
incautada junto a distintos tipos de drogas y a una serie de pen
drives que decían
“secreto”. Afirman que EE.UU. no cometió ningún delito, sino
una infracción aduanera. Pero que de acuerdo a la ley
argentina el
material puede ser destruido.
En el Pentágono y en el Departamento de Estado, insisten en
que el materia debe ser devuelto. Están muy enojados porque,
según dicen, las autoridades argentinas violaron todas las
claves de seguridad. Acusan al Gobierno de haber escalado un
disputa que pudo haber sido resuelta a nivel de la aduana y
dicen que no tiene ninguna otra aclaración que dar.
En Buenos Aires piensan que fue la Embajada estadounidense
la que comenzó la escalada al filtrar la información sobre
la existencia del avión en Ezeiza a la prensa y al no querer
colaborar con la investigación sobre el material. Más aún,
dicen que el número dos de la embajada Jefferson Brown hizo
mal en filtrar a la prensa que el canciller le había pedido
silencio, que las cosas se pueden arreglar mejor cuando hay
discreción. Recuerdan además cuando EE.UU. incautó y
destruyó un cargamento de limones por 2.000.000 de dólares por
miedo a que contuviera materia bioterrorista.
El Gobierno es consciente de que este conflicto puede
favorecer la expulsión de la Argentina del Sistema General
de Preferencia. Pero no parece preocuparle mucho porque
argumentan que probablemente hubiera sido expulsada de todas
maneras. En Washington se han quejado duramente porque uno
de los miembros que debe tomar la decisión es un abogado que
defendió a una de las compañías que presentó una demanda en
contra de nuestro país en el CIADI pero que ahora trabaja
para la Oficina del representante comercial de Estados
Unidos.
Funcionarios argentinos ligados a las negociaciones con el
Club de París creen que la disputa “no
tendrá efectos sobre las mismas”, porque
todos los países quieren cobrar lo que les debemos”. Están
convencidos de que nadie quiere expulsar a Argentina del
G-20, porque eso sentará un precedente que se les puede
volver en contra. También si expulsan a la Argentina, la
pregunta será quién ocupará la silla que deja vacía.
ANA BARON ,
Washington Corresponsal, CLARIN
AVIÓN DE EE.UU.: EL JUEZ INTIMÓ A LA ADUANA POR MÁS DATOS
Reclamó que le envíe un informe final sobre el material
incautado en Ezeiza.
El juez en lo Penal y Económico, Marcelo Aguinsky, intimó
ayer a la Aduana a que 48 horas hábiles ,
es decir, no más allá del jueves próximo le entregue el
informe sobre el material
incautado a
un avión de la Fuerza Aérea estadounidense el 10 de febrero,
en lo que derivó en un incidente
diplomático entre
Washington y Buenos Aires de grandes proporciones. Ocurre
que en lo político, el gobierno de Barak Obama sigue
reclamand o
que le devuelvan los elementos retenidos, mientras que
la administración de Cristina Kirchner reclama en cambio
explicaciones por el incidente a EE.UU.
Entre tanto, Aguinsky, que según fuentes judiciales espera
tras el informe cerrar
la causa la próxima semana, le advirtió a la directora
de general de Aduanas, María Siomara Ayerán, que en caso de
no cumplir con los plazos establecidos se le aplicará al
organismo una multa de $ 10.000
por cada día que
demoren presentar la documentación requerida, donde la
Aduana debería consignar el
valor de los elementos incautados.
Pero un comunicado de la oficina de Ayerán, informó ayer que
cumplirá con los tiempos de la Justicia.
El C-17 de la Fuerza Aérea de EE.UU. llegó al país con
decenas de miles de armas y municiones, y efectivos del
Pentágono que venían a dar u n
curso de entrenamiento al
GEOF, que finalmente no se dio. El Gobierno lo frenó en
Ezeiza y acusó a EE.UU. de querer ingresar medicinas,
equipos de comunicación y armas sin declararlos. Washington
lo negó. La Aduana ya ha declaró qu e
fue una infracción aduanera y no delito.
Pero no entregó el informe que los jueces Rafael Caputo y
Ezequiel Berón de Astrada le solicitaron el 16 de febrero, y
que volvió a pedir Aguinsky cuando tomó la causa al volver a
su despacho. Los elementos siguen en la Aduana .
El juez podría ahora expedirse sobre la inexistencia de una tentativa
de contrabando ,
pero el destino del material sigue siendo una decisión
política y no judicial.
NATASHA NIEBIESKIKWIAT ,
CLARIN
EL CONFLICTO CON LOS ESTADOS UNIDOS
Un incidente aduanero que derivó en un roce diplomático con
el gobierno de Barack Obama
El conflicto con los Estados Unidos
El conflicto con los Estados Unidos
El conflicto con los Estados Unidos
El 10 de febrero debía cumplirse la segunda fase de un curso de
entrenamiento de militares de EE.UU. a efectivos del GEOF.
Pero el C-17 fue detenido. El curso quedó abortado.
El Gobierno acusó a EE.UU. de querer entrar material no declarado.
Este fue incautada por la Aduana y la Justicia abrió una
causa. Washington lo reclama. Pero el Gobierno protestó y
exigió explicaciones.
La oposición local protestó y ligó el incidente a que Obama no
incluyera a la Argentina en su gira por la región.
ANA BARÓN ,
Washington. Corresponsal clarin
EN EE.UU., LOS LOBBIES IMPULSAN SANCIONES POR EL CASO DEL
AVIÓN
Es por las “actitudes antinorteamericanas” de la Argentina,
dicen en el Capitolio.
INSPECCIÓN. EFECTIVOS DE LA ADUANA REGISTRAN EL AVION DE
EE.UU.
La no resolución de la disputa generada por el cargamento
militar estadounidense que el Gobierno incautó en Ezeiza el
12 de febrero pasado, favorece
a los lobbies que
están trabajando en Washington para
lograr que EE.UU. expulse a la Argentina del Sistema General
de Preferencias y le quite todos sus beneficios comerciales.
“No puedo entender como (Héctor) Timerman no se da cuenta de
que todo el trabajo que hizo como embajador para neutralizar
los lobbies ,
y fundamentalmente ATFA (el lobbie de
los fondos buitres) ahora lo que está haciendo en tanto que
Canciller no hace más que favorecerlos”, explicó a Clarín una
fuente del Congreso de EE.UU. “Sus críticas contra EE.UU. y
su conducta durante el incidente del avión son un
verdadero regalo para
estos lobbies que
viene insistiendo en que Argentina no es un país serio. Aquí
hay consenso de que esta disputa no se resuelve porque
Argentina no quiere resolverla” dijo otra fuente del
Congreso que conoce bien a Timerman.
De hecho, el jueves el vocero del Departamento de Estado,
Philip Crowley, lo afirmó en dos ocasiones: “La
solución de este conflicto está en manos de Argentina”.
Lo que está en juego no es un tema menor. Azurix y Blue
Ridge han pedido a la Oficina del representante comercial de
EE.UU. (USTR) que
expulse a la Argentina del SGP .
A través de este sistema nuestro país vende a EE.UU. una
serie de productos por un total de 500 millones de dólares,
sin tener que pagar tarifas.
Si es expulsada del sistema, los exportadores de esos
productos deberán a pagar aranceles de entre un 5% y un 15%.
En los documentos presentados ante el USTR, estas dos empresas
argumentan que Argentina se ha negado a pagarles los fallos
dictaminados en su favor por el Centro de Arbitrajes de
disputas de inversión (CIADI) del Banco Mundial. Son 398
millones de dólares. Dicen que de acuerdo a las reglas del
SGP “el presidente (Obama) no puede designar a ningún país
como beneficiario de este sistema si no actúa de buena fe y
reconoce los fallos a favor de un ciudadano o empresa
norteamericana” Argentina explica que nunca se negó a pagar
esto fallos, pero que de acuerdo al artículo 54° del CIADI,
para poder cobrar esta plata las empresas deben presentarse
ante una corte Argentina, algo que se niegan a hacer.
Todavía es temprano para saber a
quién le dará el USTR la razón.
Lo más probable es que se conozca en fallo a mediados
de Marzo. No obstante los tweets de Timerman, su conducta
durante el operativo que culminó con el decomiso del
cargamento militar, sus recientes presiones sobre la
Embajada de EE.UU. en Buenos Aires, no han hecho otras cosa
que reforzar en
Washington la posición de aquellos que piensan Argentina no
merece los beneficios del Sistema General de Preferencias.
“El fiasco del avión daña
aun más la imagen de Argentina,
ya ha dañada por los esfuerzos realizados por el gobierno
para manipular al estadísticas e intimidad a los
periodistas” escribió recientemente Jaime Darenblum,
director de los Estudios Latinoamericanos en el Hudson
Institute explicando recordando que el canciller Héctor
Timerman acusó a EE.UU. de tener una “escuela de torturas”
en El Salvador.
No destruirían el material incautado
La destrucción del material incautado por la
Aduana al avión de la Fuerza Aérea estadounidense el 10 de
febrero pasado es una posibilidad cada vez más lejana,
reconocieron a Clarín fuentes ligadas a aquel operativo. De
hecho, la Aduana quiere cerrar este capítulo con los Estados
Unidos lo antes posible, tal vez, la semana que viene,
cuando se espera una resolución sobre el tema por parte del
juez Marcelo Aguinsky.
Las fuentes señalaron que es poco probable que el Gobierno
“se anime” a destruir la carga, ante los reclamos
insistentes de Washington para que esta sea devuelta. La
Aduana no restituye lo que incauta: lo almacena, los dona o
lo elimina.
Ayer, funcionarios consultados por este diario no
dudaban en manifestar la contradicción entre el celo oficial
demostrado con la carga del C-17 que aterrizó en el país con
armas y efectivos estadounidenses que iban a dar un curso a
policías argentinos, y el relajo de lo controles en el avión
de los Juliá, que despegó de aquí hacia España con una
tonelada de cocaína a bordo.
Juez en lo Penal y Económico, Aguinsky siguió
tomando testimonios esta semana, durante la cual, una
farmacéutica de la ANMAT señaló que la cantidad de
medicamentos incautados del avión militar estadounidense,
“no” es “significativa”.
NATASHA NIEBIESKIKWIAT, CLARIN INSISTEN EN QUE SE
SOBREACTUO LA CAUSA POR EL AVIÓN MILITAR DE LOS EE.UU
El ex embajador argentino en Washington José Octavio Bordón
aseguró que es "casi
ridículo centrarse en este conflicto innecesario".
Además, consideró por Radio
10que debería "haberse
resuelto en otro lugar"
El conflicto que se generó luego del aterrizaje de un avión
militar de los Estados Unidos en el Aeropuerto de
Ezeiza estuvo "sobreactuado".
El ex embajador argentino en ese país José Octavio
Bordón afirmó que es "casi
ridículo centrarse en este conflicto innecesario" y
aclaró que en los diarios norteamericanos
"prácticamente no hay
noticias".
Bordón consideró por Radio 10 que
el tema "tendría
que haber sido resuelto en otro lugar" y
añadió que esas situaciones "deben
ser tratadas con un clima de firmeza, pero también de
sobriedad".
"La soberanía no se defiende utilizando temas
internacionales para generar climas favorables en las
encuestas", precisó
el ex diplomático.
DENUNCIAN A TIMERMAN POR DEJAR QUE ENTRE
EL AVIÓN CON TROPAS DE EE.UU.
Un
diputado de la Coalición Cívica acusa al Canciller de abuso
de autoridad por no solicitar el permiso del Congreso. Los
detalles.
Timerman y el avión de EE.UU. | Foto:
Cedoc
El canciller Héctor Timerman fue denunciado esta mañana por
los delitos de abuso de autoridad y violación a los deberes
de funcionario público por el caso del avión
de Estados Unidos que llegó al pais con material bélico no
autorizado.
Ahora, el juez federal Julián Ercolini, que tomó
intervención en la denuncia, remitirá el caso a la fiscalia
en turno para analizar la acusación y resolver si promueve
una investigación o la desestima, indicaron a DyN fuentes
judiciales.
La presentación contra Timerman fue hecha esta mañana por el
diputado nacional de la Coalición Civica Fernando Iglesias, quien
actuó al canciller y "a cualquier otro funcionario que
hubiese dictado resoluciones u órdenes queautorizaron
el ingreso a nuestro país de tropas extranjeras y armamentos
de las fuerzas armadas de los Estados Unidos de
Norteamérica".
La denuncia apunta a la
llegada del avión C-17 Glomaster III de la Fuerza Aérea de
los Estados Unidos a Ezeiza con personal y material bélico con
el fin de brindar un curso a la Policia Federal para
situaciones de crisis en toma de rehenes.
Puntualmente, a criterio del diputado Iglesias, Timerman
violó la ley 25.880, "marco regulatorio que estatuye el
ingreso de Personal Militar Extranjero en el territorio
nacional y/o egreso de Fuerzas Nacionales".
"Allí -dice Iglesias en la denuncia a la que accedió DyN- se
establece siguiendo a la Constitución Nacional, que el
Poder Ejecutivo debe solicitar la autorización del Congreso
de la Nación, para el ingreso de tropas extranjeras", algo
que -en este caso, se subraya- no se hizo.
DyN
ERASE UNA VEZ UNA CARTA
El
escritor y periodista trae a Perfil.com escribe sobre la oposición de intelectuales K a
que Vargas Llosa inaugure la Feria del Libro.
El 22 de octubre de 1976, desde Lima, un escritor dirigió una
carta al general Jorge Rafael Videla, por
entonces ocupante (por invasión) de la Casa Rosada y
presidente (por infracción) de la República Agentina. Su
texto es el que sigue:
"El PEN Internacional, organización mundial de escritores
que tengo el honor de presidir, ha recibido el informe
titulado La persecución a artistas, intelectuales y
periodistas en Argentina, que me permito adjuntarle, así
como un complemento documental –fotocopias de publicaciones
periodísticas- en que se apoyan algunas de sus afirmaciones.
"Aunque en el informe aparezcan, de cuando en cuando,
expresiones que puedan atribuirse a la pasión política y
algunas apreciaciones de carácter subjetivo, el grueso de su
contenido, sin embargo constituye una relación de hechos de
una gravedad tal que no puede dejar de consternar a
cualquier persona civilizada. La lista de acciones que
atentan contra los principios básicos de la cultura cubre un
amplísimo registro: libros
secuestrados de
bibliotecas universitarias y particulares que han sido quemados
públicamente, clausura
temporal o definitiva de periódicos y revistas y
establecimiento de una rígida
censura, detención
de escritores y artistas, sin especificar
los cargos que pesan sobre ellos y sin transferirlos al
poder judicial, hostigamiento
y cierre de editoriales, allanamiento de
instituciones dedicadas al arte y a la investigación
sociológica.
"Paralelamente a estas acciones oficiales hay las que llevan
a cabo
comandos armados de gentes vestidas de civil,
que su gobierno hasta el momento no ha impedido ni
castigado, y que han sembrado el horror en muchos hogares
argentinos. El informe cita a intelectuales que han sido
secuestrados de sus casas y luego asesinados,
a otros que han sido
torturados, a otros que han desaparecido sin
que se tengan noticias de su paradero. Asimismo, decenas de
escritores, artistas y periodistas han debido huir del país,
porque habían recibido amenazas de muerte. Ni siquiera elexilio es
lugar seguro para algunos, pues se ha visto, en el caso
reciente del poeta Juan Gelman, como sus hijos y su nuera
eran secuestrados en Buenos Aires por una de estas bandas
terroristas en represalia por sus opiniones políticas.
"Quiero en nombre del PEN Internacional, hacerle llegar nuestra
más enérgica protesta por estos hechos, que
constituyen crímenes imperdonables contra el espíritu, y que
resultan particularmente insólitos en un país con el grado
de civilización de Argentina. En nombre de la rica tradición
de pensamiento y creatividad que ha hecho de su país un
centro cultural de primer orden, lo
exhorto a poner fin a la persecución de las ideas y los
libros, a respetar
el derecho de disentir, a salvaguardar la
vida de los ciudadanos y a permitir que los escritores
argentinos desempeñen libremente la función que les
corresponde en la sociedad y contribuyan de este modo a su
progreso.
"Cumplo asimismo con hacerle saber que, por la gravedad de
las acusaciones,voy
a recomendar al PEN la publicación de este informe y su
difusión internacional. Ésta no es una
medida inspirada en convicciones políticas partidistas de
ninguna clase, sino, dentro del espíritu de la Carta del
PEN, una estricta acción de solidaridad humana y de defensa
de los más elementales principios morales que hacen posible
la cultura".
El autor y remitente de esta importante carta fue Mario
Vargas Llosa quien
por entonces presidía el PEN Internacional, que reúne a
poetas, ensayistas y narradores de más de cien países. Este
texto se difundió en diversos medios periodísticos del mundo
y fue reimpreso en 1984 en el libro "Contra viento y marea",
del mismo autor. (Biblioteca Seix Barral, Editorial
Sudamericana Planeta, en Buenos Aires).
Que Horacio
González, intelectual de primera línea, liderara la fallida
ofensiva contra Vargas Llosa, muestra
lo enferma que está nuestra dirigencia cultural.
Y en este caso, con carácter grave, pues Horacio González
aceptó sin chistar la indicación oficial siendo que ni nos
preside Stalin ni hay Gulag en el país.
Perfil.com
Esteban Peicovich
VARGAS
LLOSA, BLANCO DE LAS IRAS DEL PROYECTO K DE PENSAMIENTO
UNIFORME
Ocurren sucesos de gravedad inaudita en nuestra sociedad y parece
-tan anestesiados andamos- que ni nos damos cuenta.
La semana pasada una porción bien visible de la
intectualidad criolla discutió -¡y lo hizo con entusiasmo!-
sobre la conveniencia o inconveniencia de la censura. La
impresión fue la
de un viaje en retroceso por el tiempo :
era lo que se debatía en épocas dictatoriales de Onganía o
de la última dictadura militar. Fue como si María Elena
Walsh jamás hubiera publicado en Clarín en
1979 su célebre artículo “Desventuras en el país jardín de
infantes”, en el que abogada, sensata, por los beneficios
innumerables de la libertad de expresión.
Como una foto del
mito del eterno retorno ,
un aceitado y encuadrado batallón de intelectuales K,
encabezados nada menos que por el director de la Biblioteca
Nacional, Horacio González y el filósofo oficial, José Pablo
Feinmann, intentaron desinvitar al
escritor Mario Vargas Llosa de la inauguración de la Feria
del Libro.
Hace poco en Francia hubo una larga discusión sobre si se
debía homenajear a Louis Ferdinand Céline, deslumbrante
escritor y antisemita feroz y colaboracionista nazi .
Condenado a muerte por traición –después fue perdonado–, las
autoridades decidieron al fin no recordar al gran narrador.
Aquí, l os
intelectuales K trataron a Vargas Llosa -que es
inocultablemente liberal- como si fuera nazi.
Al pecado mortal de liberalismo –como si medio gobierno y
sus líderes sindicales adscriptos no hubieran participado
con fervor del proyecto liberal menemista–, se le suma otro:
el Nobel ha criticado con lucidez al kirchnerismo, por lo
cual las mentes
brillantes K fabulan que esas críticas fueron hechas contra
el país.
La escritora española Rosa Montero no lo puede creer.
Y por eso escribió: “No me cabe en la cabeza que un país
tan sofisticado intelectualmente como Argentina, al que
siempre admiré tanto culturalmente y que fue durante muchos
años un modelo de modernidad y de cosmopolitismo para los
españoles, esté ofreciendo un ejemplo semejante de
intolerancia provinciana y retrógrada.” Lo que se busca ya
no es un pensamiento hegemónico sino un pensamiento uniforme
que no deje lugar para los réprobos.
El papelón internacional habla con elocuencia de la calidad
democrática alcanzada en la Argentina. Y cobró tal
envergadura, que Cristina Fernández de Kirchner encontró una
oportunidad para ejercer de moderadora y ordenar a una tropa
sumisa que se dejara de embromar , por lo cual, a riesgo
propio, el peruano estará en la Feria. Y lo del peligro no
es broma: uno de los energúmenos del aparato K me propinó un
mail que amenaza: “Si viniese yo tendría el gran gusto de
escupirle en la jeta a ese Maricón”.
Pero todo es bastante más grave y más profundo. En 6,7,8 -programa
extraído de la literatura fantástica-, uno sus militantes
llegó a decir que Borges “era un tonto”. El mismo talento
definió a Vargas Llosa como “un torpe”.
Y todos los integrantes del panel, más los ilustres invitados,
convalidaron con simpático silencio la hazaña de llamar
idiota al genio mayor de la literatura argentina.
Y es más grave y más profundo porque, de vivir Borges, Bioy
Casares, Girri, Murena, Mallea, Pezzoni, Victoria y Silvina
Ocampo, Mujica Láinez, entre otros brillantes de las letras
argentinas, deberían abstenerse de participar de la Feria
del Libro o de fatigar sus inmediaciones, so pena de ser
escrachados por estos esclarecidos admiradores de la prosa
de Eduardo Galeano.
MARCELO A. MORENO ,
CLARIN
LAS PALABRAS DE VARGAS LLOSA QUE MOLESTARON A LOS
INTELECTUALES K
El peor de los peronismos “Cristina Fernández es un desastre total.
Argentina está conociendo la peor forma de peronismo:
populismo y anarquía. Temo que sea un país incurable”.
Corriere della Sera.
Bolsillos de derecha “Sus corazones son de izquierda, sólo sus
bolsillos y los vestidos de doña Cristina son de derecha. El
matrimonio Kirchner realiza pingües negocios”.
Diario El País, España.
Corrosión y corrupción “Es un gobierno corroído por la corrupción.
La pareja de los Kirchner tiene acusaciones (judiciales)
gravísimas que no ha sabido nunca explicar, aclarar”.
Radio La Red.
VARGAS
LLOSA: “LA SITUACIÓN QUE HAN CREADO ME OBLIGA A HABLAR DE
POLÍTICA”
El Nobel cuenta que pensaba abrir la Feria del
Libro con un discurso literario. Pero el intento de veto lo
hizo cambiar de idea.
UY, DIOS. PARECE DECIR EL GESTO DE VARGAS LLOSA. FUE EN
MÉXICO, EN UNA CONFERENCIA SOBRE EDUCACION EL JUEVES.
Mario Vargas Llosa pensó, cuando supo que habían propuesto vetarle
como conferenciante de honor en la Feria del Libro de Buenos
Aires, que esas noticias eran una broma. Poco después,
cuando ya supo que era cierto, que habían hecho esa
propuesta, y que esa propuesta había venido de la Biblioteca
Nacional, nada menos, sí fue víctima de una broma: un periodista desaforado había
usurpado desde Italia su identidad para decir, en Facebook,
sistema que Vargas desconoce, que ni por asomo pensaba
renunciar a su derecho a hablar en ese extraordinario foro
de Buenos Aires.
La verdad es que el delincuente italiano usurpó su identidad pero
calcó sus intenciones. Este viernes, recién despertado en
México, donde le halló el epicentro de la polémica argentina
sobre su figura y la Feria, el Nobel de 2010 dijo que, en
efecto, ahí iba a estar, diciendo lo que tendría que decir.
Pero, claro, ahora no diría tan solo lo que pensaba decir antes de
que algunos incendiaran su figura en la plaza pública.
Estará, por supuesto, y ahora ya no será el mismo que iba a
hablar, probablemente, como ha hecho tantas veces, de
libros, de Borges (que es para él un símbolo de los libros),
de Lugones, de Cortázar, de Sarmiento…, de la ingente
materia literaria que él y cualquiera que haya leído asocia
con Argentina en general y con Buenos Aires muy en
particular.
Despierto, digo, “porque en esta casa siempre nos levantamos
temprano”, como dice Patricia, su mujer. Mario sonaba
desencantado, “con una cierta tristeza, sí”, aunque ha
visto, al mismo tiempo, “que otras voces contradecían esa
intolerancia, esa intransigencia y, en última instancia, ese
fanatismo”. Entristecido, y sorprendido. “Sobre todo porque
esa actitud haya sido encabezada por el director de la
Biblioteca Nacional; que sea él quien pida un veto, una
censura, con unos argumentos nacionalistas tan pequeñitos,
tan estrechos, es desmoralizador”.
Eso “no está a la altura de lo que es la cultura argentina”.
Mario Vargas Llosa ha escrito resmas enteras de textos
sobre algunos de aquellos personajes sobre los que se
edifica el conocimiento exterior de la cultura argentina de
los últimos siglos; y, por supuesto, también ha escrito
contra el Gobierno actual, y contra gobiernos pasados, como
la ominosa dictadura, que también le vetó. Desde ese puesto
de vigilancia intelectual y literaria, y también política,
asistió perplejo ante la propuesta de veto.
“Aparte de política, de discrepancias ideológicas, me sorprendió y
me entristeció mucho porque parece que daba la razón a
muchas de las críticas que yo he hecho. Pero el veto no me
parecía concebible en Argentina”,
comenta.
Aunque el veto no era una novedad para él; fue vetado en
Perú, su país, cuando escribió La
ciudad y los perros,
cuyos ejemplares fueron quemados en público; Fujimori lo
proscribió como ciudadano, y en la propia Argentina fue
tachado por la censura… militar. En una conversación con
Soledad Gallego-Díaz, de El País, recordó este último
incidente, y desde México volvió a hablar de ello este
viernes: “Recordé inmediatamente que la única vez que había
sido censurado en Argentina fue con la dictadura de Videla.
Me prohibió Pantaleón y las visitadoras y La tía Julia y el
escribidor. Tengo un decreto absolutamente maravilloso
firmado por el general Harguindey, el que era ministro del
Interior, explicando las razones, diciendo que yo había
ofendido al ser argentino…”.
Mario Vargas Llosa pensaba que esa pulsión que le llevaba a
Harguindey a defender “el ser argentino” había acabado al
llegar la democracia. “Pero los argumentos del señor
González y de los intelectuales kirchneristas de esta
asociación, que no sé cómo se llama, son muy semejantes a
los utilizados por el general Harguindey”.
Como ha escrito tanto sobre Buenos Aires y los libros, y la Feria
del Libro es central en esta polémica, los lectores de
Vargas Llosa recordamos de inmediato, cuando se abrió este
melón desabrido, un texto suyo sobre la Biblioteca Miguel
Cané, donde trabajó Borges, y donde por cierto está ahora el
legado de Tomás Eloy Martínez… Ese era un homenaje a los
libros, a la memoria de Borges y a la devoción argentina por
la cultura literaria. Eso recordamos. ¿Y él mismo qué
recordó? “Yo además me acordé de que la Biblioteca
Nacional argentina ha tenido como directores a Jorge Luis
Borges, a Leopoldo Lugones… Es decir, a la mejor tradición
argentina, grandes creadores que, aparte de sus ideas
políticas, yo creo que jamás hubieran pedido censuras o
vetos contra escritores que no pensaban como ellos”.
A Vargas Llosa, que se ha pasado la vida contando cómo ve la vida,
la suya, la de otros, la de su país, la de otros países, y
que se ha pasado la vida discutiendo (sin ponerse de
acuerdo) consigo mismo, le pareció “maravilloso el
argumento de que un escritor no puede venir a meter la nariz
en cuestiones nacionales. Entonces no habría ninguna
posibilidad de escribir ni de opinar sobre nada ni nadie con
ese argumento tan pequeño”.
Por otra parte, Tomás Eloy Martínez, Julio Cortázar, Jorge Luis
Borges… se han pasado la vida entrometiéndose, por así
decirlo, en la vida extranjera. “¡Si una de las cosas más
interesantes de la cultura argentina ha sido la
universalidad! Los escritores argentinos se han pasado la
vida metiendo las narices en el mundo entero”.
¿Él se imaginaba que algo así podría ocurrir? “No. Sobre todo
pensaba que en Argentina esto ya no era posible. ¡Pero,
fíjate, es posible! Y lo extraordinario es que no ha sido
uno, sino un grupo, no sé cuántos, ni sé tampoco las
credenciales intelectuales que tienen. Pero que haya un
grupo que pida vetos y censuras sobre sus colegas porque no
piensan como ellos me parece de la peor tradición
latinoamericana de la que estamos tratando de librarnos y me
confirma en mis ideas a favor de la democracia, del
liberalismo… De la tolerancia, básicamente”.
Le discuten, no es raro; le han discutido siempre, hasta
cuando estaban de acuerdo con él; y no es raro, le dije,
porque él mismo se ha pasado la vida discutiendo con todos,
incluso consigo mismo. “Absolutamente”, dice, “pero es
que eso es bueno. Que haya diálogo, comunicación,
discrepancia, es muy bueno y muy sano. Básicamente es lo que
es la democracia. En lugar de matarse y apalearse, discutir,
cambiar ideas en lugar de piedras y palos .
Pero claramente hay un espíritu
piquetero que no
acaba de desaparecer y que incluso contamina a cierto medio
intelectual”.
La propia presidenta intervino para que no prosperara el veto.
El Nobel dice: “Le agradezco a la señora Kirchner su
intervención y me da la impresión de que es más lúcida que
los intelectuales que la apoyan”.
Entonces, ¿qué va a pasar? Va a ir, claro, y va a hablar,
por supuesto. ¿Para hablar de política? ¿Para hablar de qué?
“Lo último que se me hubiera ocurrido es ir a inaugurar la
Feria del Libro para hacer política. No era lo propio, lo
adecuado. Sé que hay un sitio para cada cosa. Ahora ellos
han creado una situación muy difícil porque sería
un terrible escamoteo que yo no hablara de mis posiciones y
mis ideas cuando me querían prohibir que lo hiciera…
Es una cuestión de dignidad, de coherencia, y sería una
frustración para quienes quieran escucharme que no me dé por
enterado de lo que han dicho, de las acusaciones que me han
hecho y, además, de las etiquetas que me han colocado”.
Muchas veces ha sido agitado desde el patio de butacas de
conferencias. En algunos de esos escenarios estuve con él,
como editor, acompañándolo. ¿Le intimidan estas
situaciones? “No, no me intimidan porque desde muy joven,
por desgracia, he estado metido en controversias y
generalmente en medios donde la racionalidad muchas veces
desaparece. Con la pasión dialéctica surge inmediatamente
esa tradición que gravita sobre nosotros con tanta fuerza,
que es la de la violencia: acallar, destruir, silenciar… Una
tradición muy arraigada”.
Ahí lo tendrán; discutirán con él, y él discutirá, también, hasta
consigo mismo. Lo ha hecho toda la vida. Está acostumbrado.
JUAN CRUZ RUIZ, PERIODISTA Y
ESCRITOR ESPAÑOL , EL PAIS
A PESAR DE MIS CRITICAS, NO ME CENSURAN Y ME
PREMIAN
Mario Vargas Llosa fue
honrado por el presidente Calderón e indirectamente se
refirió a la polémica
por su visita a la Argentina
"Que bien habla de la cultura, de la civilización y del
espíritu democrático de México, el que pese a esas críticas,
en lugar de vetarme y censurarme, me abran los brazos y me
premien",
aseguró Vargas Llosa. Y agregó que "difícil es escribir en
un mundo afectado por vetos, censuras, controles, amenazas,
discriminación; como el espíritu creador se ve confinado,
aplastado y reducido; y en estas condiciones es cuando la
literatura, enfrentando esos obstáculos, ha sabido producir
las obras más ambiciosas y logradas".
La condecoración y las palabras de Vargas Llosa llegan días
después de la polémica
desatada en Argentina por
la presencia del Premio Nobel de Literatura en la próxima
Feria del Libro de Buenos Aires.
El director de la Biblioteca Nacional Horacio González,
funcionario del gobierno de Cristina Kirchner, había
rechazado el martes 1 de marzo -en una carta a la Cámara del
Libro de Argentina- la posibilidad de que Vargas Llosa
inaugurara la 37º edición de la tradicional feria de la
capital. González había argumentado que si bien "apreciaba"
la literatura de Vargas Llosa, "sucede que existe una doble
posibilidad de que sea interpretado: es decir, como un gran
novelista, autor de obras realistas y críticas de las
realidades latinoamericanas, o como el hombre de una
agresividad creciente hacia los procesos populares en la
región".
Finalmente, y a pedido de la propia presidente Cristina
Fernández de Kirchner, Gonzáles y los intelectuales que lo
acompañaban debieron dar marcha atrás con el pedido.
VARGAS LLOSA. “SON MÁS PAPISTAS QUE EL PAPA: IRÉ DE TODAS
MANERAS”
El autor respondió a los intelectuales K que objetaron que
abriera la Feria del Libro.
MUCHO RUIDO. VARGAS LLOSA AYER, EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA,
MÉXICO. DIJO QUE LO SORPRENDIÓ EL VETO.
Lástima que este señor sea más papista que el papa”, resume Vargas
Llosa ante la consulta de Clarín. No está preocupado, no
está enojado, ni se le pasa por la cabeza la idea de no
venir a dar el discurso inaugural de la Feria del Libro de
Buenos Aires, según pidió el lunes Horacio González,
director de la Biblioteca Nacional. Lástima, dice. Que sea
más papista que el papa.
Las palabras del Premio Nobel llegan a Clarín desde
México, donde el peruano estuvo ayer, dando una conferencia
en la Universidad Autónoma Metropolitana.
Y llegan a través de su mujer, Patricia Llosa, que es quien atiende
el teléfono. Lo lamentaba, dice Llosa, “porque ni siquiera
la Presidenta había dado tales instrucciones”.
¿Y no lo desanimó esa carta que González mandó a la Cámara del
Libro y que decía que la invitación a que él inaugurara la
Feria “ofende a un gran sector de la cultura argentina”? No
parece. “Mario dijo que quería mucho a la Argentina, que le
gustaba mucho Buenos Aires y que iba a ir de todas maneras”,
agrega Patricia Llosa.
La polémica empezó el jueves, cuando se supo que Mario Vargas Llosa
estaría a cargo de la apertura “no oficial” –la oficial
sería un día antes– de la Feria del Libro porteña, en abril.
El lunes González mandó su carta a la Cámara; el martes un
grupo de intelectuales kirchneristas manifestó –a través de
una solicitada–“profundo desagrado y malestar” por la
designación de Vargas Llosa. Y luego la presidenta Cristina
Fernández llamó a Horacio González para decirle que el
debate le parecía pertinente pero que “la decisión de las
autoridades de la Feria del Libro sólo les competen a ellas
y que la política cultural del Estado debe resguardar la
libertad de expresión por sobre todo”.
Ayer, Vargas Llosa también hizo declaraciones al diario
español El País. Dijo que le parecía “lamentable” que
alguien quisiera vetarlo “porque la única vez en que me
ocurrió eso fue durante la dictadura militar, cuando un
general que se llamaba Harguindeguy prohibió dos de mis
libros, Pantaleón
y las visitadoras y La
tía Julia y el escribidor ”.
En una entrevista con CNN ,
Vargas Llosa dijo que “de una dictadura militar uno espera
vetos y censuras, pero de intelectuales y escritores en esta
época, en que hay en la Argentina un gobierno nacido de
elecciones libres, la verdad me ha sorprendido. Yo creía que
la tradición de la censura, de la intolerancia para quien
discrepa había desaparecido. Veo que no”.
Vargas Llosa también estimó que se trata de un grupo de
intelectuales que sirven al gobierno “y que no sé si actúan
por principios o defendiendo sus puestos”.
En un par de puntos de su carta, González decía que hubiera
preferido un escritor argentino “en condiciones de
representar las diferentes corrientes artísticas y de ideas
que se manifiestan hoy en la sociedad argentina”. Ayer el
presidente de la Fundación El Libro, Gustavo Canevaro, decía Clarín que
la Fundación escuchaba ese reclamo y lo tendría en cuenta.
Hasta ahora los escritores que abrieron la Feria –el primero
fue Juan José Saer, en 2001– fueron todos argentinos. Pero
fue así por una deserción –razones de salud– de último
momento: en 2007, el discurso inaugural iba a estar a cargo
de Carlos Fuentes, nombre que no generó objeciones. “Como
nos pasó en la Feria de Frankfurt –dice Canevaro–, donde
logramos que los autores argentinos fueran reconocidos en el
mercado mundial, pensamos que si la Feria es reconocida por
su trascendencia esto impactará en los autores argentinos”.
Vargas Llosa entra en ese plan: “Es el Nobel actual y
queríamos tener autores internacionales de relevancia. Puede
ser un eje de aquí en más tratar de tener un Nobel de
Literatura siempre”.
Pero la Fundación no podía desconocer que Vargas Llosa, tras sus
declaraciones sobre los Kirchner, iba a levantar revuelo.
Uno piensa en el éxito de la Feria, queremos hacer lo mejor de
nuestro producto. Gestionamos con la editorial que venga
pensando en una intervencion literaria, no política. Ciertos
riesgos uno corre, pero buscamos la excelencia para la
Feria.
La Feria, mientras tanto, ya está pensando en las medidas de
seguridad que necesitará –sobrevuela el fantasma de los
escraches a Hilda Molina y Gustavo Noriega del año pasado– y
en la implementación de pantallas gigantes para seguir la
conferencia del peruano, cuyo público estiman excederá las
1.000 personas que puede contener la sala donde se hará la
presentación. A un mes y medio de la campana de largada, ya
está calentita la Feria del Libro. Abril, ya lo dijo T.S
Eliot, es el mes más cruel.
Carmen de Carlos | BUENOS AIRES corresponsales-de-abc
El acontecimiento literario más importante de Argentina es
la Feria Internacional del libro. Buenos
Aires, ciudad lectora donde las haya, sale a devorar las
novedades, asiste
a debates y a conferencias con lo más granado de las letras.
La cita convoca a mayores, jóvenes y niños. Hay
espacio para todos. O, al menos, lo había.
La tradición de la literatura de puertas abiertas se
interrumpió el pasado año. Los títulos de libros se remplazaron por los de
noticias de "escraches"
(boicots violentos) a autores. No a todos,
no siempre. Los
abucheos, zarandeos, insultos, sillazos y algún que otro
puñetazo tuvieron como objetivo a los escritores que no
comulgaban con el pensamiento único. Esto
es, con la corriente
oficialista, a veces bolivariana, castrista o peronista de
los años 70 y de los que corren.
La doctora cubana Hilda Molina ("Mi verdad") sufrió
en carne propia la
intolerancia por
publicar lo que en La Habana está prohibido pensar.
Idéntica suerte sufrió, entre otros, el periodista Gustavo
Noriega ("Indek,
historia íntima de una estafa") por
atreverse a arrojar luz en los oscuros números del Instituto
Nacional de Estadística y Censo de Argentina. La
política de bajos fondos, como el diablo, había metido la
cola en renglones ajenos.
Mario Vargas Llosa inaugurará esta edición de la Feria. Será la primera
vez que un Premio Nobel de Literatura haga estos honores en
Buenos Aires. El autor de "La fiesta del
chivo" no
simpatiza con este Gobierno ni, lo que viene a ser lo mismo,
con el anterior. Vargas
Llosa acusa en esta Administración "populismo" y "la peor
forma de peronismo". El escritor, periodista de raza, se
tomó el trabajo de calcular, al céntimo, cómo el matrimonio
Kirchner multiplicó siete veces su fortuna desde que llegó
al poder. Su
conclusión es universal: Las cuentas sólo le cuadraban a los "capitalistas
ejemplares", como bautizó con ironía a la
pareja.
Hoy se alzan las voces de los denominados "intelectuales
K" que critican la invitación a Vargas Llosa para
la inauguración de la Feria. La pregunta, por desgracia,
resulta inevitable: ¿Habrá
ese día más que palabras?
elpais.es
VARGAS LLOSA
PRETENDE PARTICIPAR EN LA INAUGURACIÓN DE LA FERIA DEL LIBRO
DE BUENOS AIRES
El presidente de la Biblioteca Nacional
argentina mandó una carta a los organizadores para que
vetara al escritor
Mario Vargas Llosa aseguró
este miércoles a El País que tiene la intención de
participar en la inauguración de la Feria
del Libro de Buenos Aires mientras
que los organizadores no retiren su invitación. El Premio
Nobel de Literatura 2010 se mostró apenado por la polémica
desatada por un grupo de intelectuales argentinos cercanos
al kirchnerismo, que protestó por su presencia en el acto
inaugural, y expresó su deseo de poder pronunciar su
discurso sin problemas ni incidentes. "Me parece muy
lamentable que alguien quiera vetarme en Argentina, porque
la única vez en que me ocurrió eso fue durante la dictadura
militar, cuando un general que se llamaba Harguindey
prohibió dos de mis libros, "Pantaleón y las visitadoras" y
"La tía Julia y el escribidor".
Vargas
Llosa desmintió tajantemente que sean suyos los comentarios
que han aparecido en una página de Facebook que lleva su
nombre. "Ni conozco Facebook, ni lo practico, ni lo haré
nunca. Yo no he contestado a nadie vía Facebook. Todo lo que
se me atribuye por ese medio es obra de impostores y es
falso", aseguró.
En relación con la iniciativa encabezada por el director de
la Biblioteca Nacional argentina,Horacio
González, para que la Feria de Libro de Buenos Aires le
retirara la invitación al
pronunciar un discurso, el Premio Nobel de Literatura
lamentó que alguien que ocupa la silla que tuvieron Lugones
o Borges, "argentinos que son modelos de intelectuales
independientes" proponga que se le vete en un acto cultural.
Vargas Llosa se asombró también de la posibilidad de que
alguien pretenda decirle de qué puede hablar y de que no.
"Creo en la libertad, y la practico", afirmó.
Vargas Llosa explicó que tiene un cariño muy
especial por Argentina y que sus críticas se deben
precisamente a ese afecto y a su deseo de que "Argentina
vuelva a ser el gran país que fue y que tiene sus raíces
intelectuales en personalidades como Sarmiento".
"Sinceramente, creo que tengo muchos amigos en Buenos Aires
y que quienes han pedido que se me vete en la Feria del
Libro no representan a los intelectuales argentinos",
mantuvo.
El premio Nobel de Literatura reiteró
su deseo de acudir a la feria, como estaba previsto, y que
el acto se pueda realizar sin incidentes. Los escraches
(americanismo que significa atacar a alguien reiteradamente
y con dureza) son frecuentes en la vida política y cultural
de Buenos Aires y han estado presentes en ediciones
anteriores de la Feria del Libro, especialmente en los actos
en los que se criticaba al gobierno de Venezuela o al
kirchnerismo.
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ - Buenos Aires – EL PAIS.ES
POLÉMICA POR LA FERIA DEL LIBRO
EL GOBIERNO FRENA EL ACOSO A VARGAS LLOSA
LA PRESIDENTA DESAUTORIZÓ
A “INTELECTUALES K”
En 2008, Vargas Llosa visitó la oficina que Borges ocupó en
la Biblioteca Miguel Cané, en Boedo. Foto Archivo
La presidenta Cristina Kirchner desalentó ayer a los
intelectuales K que cuestionan la participación de Mario
Vargas Llosa en la apertura de la apertura de la próxima
Feria del Libro.
Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, había
manifestado su desacuerdo con la presencia del Nobel de
Literatura 2010 en una carta enviada a la Fundación El
Libro, organizadora de la feria. Pero la Presidenta dedicó
unos minutos previos a su mensaje en el Congreso de la
Nación a reordenar a sus seguidores intelectuales y
recordarles que el Estado debe garantizar la libertad de
expresión. Se sabe que el escritor peruano es crítico del
peronismo, de la política argentina en general, del actual
gobierno en particular y también del fallecido Néstor
Kirchner.
"La Presidenta no me llamó al orden. Me llamó para seguir el
debate de otra manera", contó Horacio González a LA NACION,
anoche, al intentar restarle dramatismo al freno impuesto
por Cristina Kirchner a la controversia y el malestar que se
había generado entre escritores e intelectuales progresistas
por la participación de Vargas Llosa en la 37a. Feria del
Libro, que se inaugurará el 20 de abril.
Consciente de las controversias que suelen generar sus
dichos, Vargas Llosa viajaba ayer de Perú a México para
recibir, pasado mañana, de manos del presidente Felipe
Calderón, la condecoración de la Orden del Aguila Azteca por
su trayectoria literaria e "ininterrumpida" relación con ese
país (de lo que se informa por separado).
"El Estado debe intervenir sólo como garante específico del
uso libre de la palabra", recordó González que le planteó la
Presidenta durante la conversación telefónica, en la que
además recibió la sugerencia de retirar la crítica carta que
él mismo había enviado a la Fundación El Libro rechazando en
duros términos la participación de Vargas Llosa.
La última vez que el escritor peruano se había referido en
público a nuestro país fue en Punta del Este, donde admitió
que la Argentina "es un galimatías que nadie entiende". Y
admitió su deseo de que aquí "termine el aquelarre".
Delante de empresarios, banqueros y público selecto, Vargas
Llosa cuestionó la situación política de América latina en
general y habló de "la responsabilidad de los argentinos en
la tragedia que viven; no tan injustamente les pasa lo que
les pasa".
Anteayer y ayer, varios intelectuales que integran el
colectivo kirchnerista Carta Abierta habían planteado su
rechazo a que el premio Nobel de Literatura 2010 fuera el
orador del acto de apertura de la feria literaria más
importante del país.
"Me parece que está bien que hable para que exponga, pero lo
que sí me parece extremadamente preocupante es que abra la
Feria del Libro. Absolutamente, hay una intencionalidad
política en eso", planteó el profesor universitario Ricardo
Forster, al agregar que además de su paso por la Feria del
Libro Vargas Llosa "viene a reuniones con dirigentes de la
derecha como la Fundación Libertad".
"Vargas Llosa puede pensar lo que quiera y decir lo que
quiera, pero que se elija a alguien que ha ofendido a parte
de los argentinos es un problema. Vargas Llosa no es ni
pluralista ni ecuménico", sintetizó Forster, al advertir que
la situación generada por su participación en la Feria del
Libro "hay que manejarla con delicadeza y aventar cualquier
sesgo autoritario".
En la misma senda crítica, como si no hubiera sido informado
de la instrucción presidencial de cerrar la controversia, el
jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, insistió anoche en que
Vargas Llosa "no sería la mejor elección" para inaugurar la
Feria del Libro por ser un "fiel exponente de la derecha
reaccionaria".
Al igual que los intelectuales kirchneristas, que han
reconocido las cualidades literarias de Vargas Llosa pero
cuestionan sus posiciones políticas, Fernández advirtió en
su blog: "Es un talentoso escritor cuya ideología liberal lo
ha llevado a manifestarse abiertamente en contra de los
gobiernos populares de la región y que no ha perdido
oportunidad de insultar a nuestro gobierno gratuitamente en
varias ocasiones".
Tanto desde la Fundación El Libro y como desde Alfaguara, la
editorial que publica los libros del escritor peruano en la
Argentina, ayer se optó por el silencio público frente a la
embestida de los escritores e intelectuales allegados al
gobierno nacional.
De todos modos, LA NACION pudo saber que la polémica había
sido el tema central de la reunión de comisión directiva de
la Fundación El Libro. Si bien sus integrantes se reúnen
todos los martes, ayer la cuestión Vargas Llosa fue
excluyente. Allí se habría evaluado el impacto público de
los cuestionamientos de los intelectuales kirchneristas y la
postura de la Presidenta de instruir a González para que
retire la carta que había enviado.
También se conversó sobre la preocupación por las presiones
que podría recibir el sector por la próxima visita de Vargas
Llosa y sobre cómo responder públicamente a la postura de
los intelectuales kirchneristas. En ese sentido, la
instrucción presidencial a Horacio González podría allanar
el camino de la Fundación El Libro para bajar el tono de la
discusión, de la que evitó participar de manera frontal y
activa.
El "tema Vargas Llosa" será analizado hoy en la editorial
Alfaguara, aunque es probable que con menos preocupación
tras la señal de Cristina Kirchner de enfriar la escalada de
cuestionamientos.
Alfaguara ofreció la participación de Vargas Llosa en la
feria, mucho antes de que el novelista ganara el Premio
Nobel de Literatura y por pedido especial de él mismo, que
hacía tiempo quería participar del acontecimiento editorial.
De tal forma, habrían quedado definitivamente despejadas las
dudas sobre el arribo de Vargas Llosa al país en abril
próximo.
Es más, hasta el propio generador de la controversia,
Horacio González, admitió de manera contundente que "un
premio Nobel atrae naturalmente multitudes. Se necesitan
tres salones José Hernández como mínimo para escucharlo". Y
reveló su dualidad de sentimientos entre el escritor, "que
posee medios de gran calidad para la expresión literaria", y
el político, "un personaje interesante con el que discutir".
Maria Elena Polack ,LA NACION
SI BORGES VIVIERA...
Que Jorge Luis Borges ya no esté entre nosotros al menos
permite que a nadie se le ocurra discutir su bien ganado
prestigio de ser considerado unánimemente el mejor escritor
argentino.
Pero si Borges viviera, otras pasiones más tempestuosas
girarían a su alrededor, porque ante sus filosas ocurrencias
el humor de algunos hacia el autor de Ficciones se
mostraría un tanto más acuoso.
Si Borges estuviese aquí opinando, en serio o en broma, de
ciertas exuberancias kirchneristas,678 lo
tendría a maltraer y la intelligentzia oficialista
lo estaría castigando en declamaciones histriónicas o
solicitadas henchidas de fervor gubernamental.
¿Que a Borges no le habría pasado? Si tras la asunción de
Juan Domingo Perón a la presidencia de la Nación, en 1946,
se lo humilló con el cargo de "inspector de mercados de aves
de corral", arrancándolo de una biblioteca municipal, no es
difícil imaginar qué habrían hecho con él estos hijos y
nietos de la gran familia peronista fundada hace más de 60
años.
Atacar a Mario Vargas Llosa parece más fácil todavía:
primero, porque es extranjero (y eso abroquela voluntades
con encendido espíritu chauvinista); segundo, porque su
adhesión a la democracia liberal y su declarada alergia a
cualquier tipo de autoritarismo personalista lo convierten
automáticamente en un enemigo al que conviene mantener a
distancia. Y tercero, y crucial punto clave: Vargas Llosa ha
sido muy duro y categórico a la hora de catalogar a los
Kirchner. Querrían que sólo hable de literatura y no de
política.
Por cierto no hay obligación, ni mucho menos, de acordar con
las opiniones del último premio Nobel de Literatura en este
o cualquier otro tema. Pero parece triste papel, tan luego
para intelectuales, que se comploten para intentar
amordazarlo. Porque de eso se trata cuando hierve un puñado
de ellos para expresar su "profundo desagrado y malestar",
al blandir la espada de la censura previa (aunque ni
siquiera hay certeza de lo que Vargas Llosa vendrá a
decirnos).
Reprueban por "inoportuna" y "agraviante" que se lo haya
convocado a la apertura de la Feria del Libro porque
consideran que irá en contra de "las preferencias
democráticas y mayoritarias de nuestro pueblo". ¿Pero no es,
acaso, el papel del intelectual ser un revulsivo de la
sociedad, un atrevido agitador de neuronas que pone patas
arriba los principios para ver qué tan sólidos o hipócritas
son?
El intelectual que únicamente aplaude y lisonjea al poder de
turno, advirtiendo alarmado sobre los que se desvían de ese
monótono libreto, es un mero propagandista y ya no merece
ser llamado intelectual. Menos todavía si para entrar en
razones tiene que intervenir la mismísima presidenta de la
Nación.
Los ahora frustrados aprontes están paradójicamente
emparentados con otro tipo de represiones más nefastas que
ya Vargas Llosa sufriera en nuestro país, cuando la
dictadura militar prohibió su novela La
tía Julia y el escribidor tan
sólo porque en su trama sobresalía demasiado un personaje
que hablaba muy mal de los argentinos.
Hablando de Borges, viene al caso recordar que opinaba que
las dictaduras fomentan la opresión, el servilismo y la
crueldad, pero que lo más abominable que hacen es fomentar
la idiotez.
Si estuviese ahora entre nosotros, asistiendo a este nuevo
sainete protagonizado por sus ex colegas, Borges comprobaría
que la idiotez es imperecedera y atraviesa a la condición
humana.
Pablo Sirven , LA
NACIÓN
LA VERDAD DE
LAS MENTIRAS
Este artículo fue escrito por el periodista y escritor
español, que además fue editor de Vargas Llosa, antes de que
se conociera la decisión presidencial. Se publica igualmente
porque esa orden de Cristina Kirchner no borra el intento de
los intelectuales K por proscribir al Nobel de Literatura.
Si Borges y Onetti se hubieran juntado para describir lo que
acaba de suceder con Vargas Llosa y la Feria del Libro de
Buenos Aires no habrían encontrado este argumento en la
mezcla de sueño y desgano con la que ambos se enfrentaron al
desdén del mundo.
Pero sí, ha sucedido. No están ellos y sin embargo se ha
producido este cuento. Es extraordinario, en el sentido
literal de la palabra. Se piensa que estas cosas no van a
pasar y de pronto ahí están, acechando a la puerta de los
absurdos para ponerse en el primer lugar y abrirse paso como
una más de las historias universales, y en este caso
latinoamericanas, de la infamia.
Ignoro cómo se lo habrá tomado Mario Vargas Llosa; los que
lo conocen bien pueden saber que cuando se produce a su
alrededor una atmósfera como la que ahora se ha declarado
suele mirar como si fuera con otro; lo vi en Bogotá resistir
a cuerpo limpio una enorme silbatina en la que le
reprochaban no sé qué palabras "ponzoñosas contra Cuba y
contra Fidel". Y lo vi en muchos otros lugares girando la
cabeza a ver si los denuestos de veras iban contra él. Pero
nunca lo escuché responder con las mismas monedas. Nunca.
Lo que ocurre ahora es más insólito, pero él está
acostumbrado a lo insólito, desde chiquito; su libro El
pez en el agua está
repleto de experiencias que él no entendía, y al final
fueron las que lo hicieron escritor. Si ahora no entiende lo
que ha pasado seguramente sacará también consecuencia
literaria de lo inexplicable.
En todo caso, los que no entendemos lo que pasa somos
nosotros, pues es la primera vez en la historia conocida que
a un lector se le dice que no vaya a hablar a una Feria del
Libro, y además a una feria de las ferias, acaso la feria
más rabiosamente literaria del mundo de habla española, en
uno de los países más rabiosamente literarios del mundo.
Un lector como Mario Vargas Llosa, el autor de La
verdad de las mentiras ,
proscripto de la Feria del Libro de Buenos Aires. Eso sólo
lo puede inventar, como argumento, algún ignorante suelto.
Pero es verdad, ha sucedido, se pellizca uno hasta que es
consciente de que ha ocurrido. En fin. Hubiera entendido que
le hubieran impedido el acceso a una feria de teléfonos
celulares, pues ha acreditado su inutilidad legendaria ante
cualquier aparato. Pero que le quiten la palabra en una
feria del libro? Me pregunto qué dirán sus colegas a los que
sí han invitado cuando sepan que para entrar en ese recinto
un lector como Vargas Llosa no tiene credenciales?
El ha dicho muchas veces que la literatura se basa en la ley
de la mentira; digamos de momento que parece mentira, que es
ficción, que la feria despertará de este mal sueño que se
parece a las pesadillas de Onetti, y termine desandando el
mundo de su propio disparate para darse cuenta de que con
esta proclama han abierto un agujero oscuro en la reputación
de esa feria excepcional.
Cuando acabo de escribir me entero de que Vargas Llosa está
volando a México. De allí lo echó Octavio Paz, o casi,
porque dijo que el PRI era la dictadura perfecta. Luego Paz
se amistó otra vez, no quedaba otra. Este Mario, empeñado en
seguir siendo él mismo?
Juan Cruz , LA
NACIÓN
PARA VARGAS LLOSA, LA POLÉMICA CON LOS INTELECTUALES K ES
"ABSURDA"
Su mujer, Patricia Llosa, declaró a un diario español que el
escritor peruano "no quiere de ninguna manera ir a la
Argentina a abrir una polémica o armar un escándalo"
Doble
polémica para Mario Vargas Llosa. A la que inició el
director de la Biblioteca Nacional argentina, Horacio
González, con su repudio a la presencia del escritor peruano
en la inauguración de la Feria del Libro 2011 ,
se sumó una supuesta declaración que el premio Nóbel hiciera
en un perfil de Facebook que resultó ser falso.
La encargada en trasmitir la posición del literato en una y
otra cuestión fue su mujer, Patricia Llosa.
"Mario la considera absurda. No quiere de ninguna de las
maneras ir a Argentina a abrir una polémica o armar un
escándalo", declaró al radio ABC de España. En palabras de
su mujer, el escritor cree, además, que "la Feria del Libro
es un espacio para la literatura".
El mismo
medio había reproducido esta mañana una supuesta declaración
del escritor en Facebook. "La
violencia de las palabras del director de la Biblioteca
Nacional revela cómo son los kirchneristas y los peronistas:
contrarios a la libertad" ,
decía el mensaje publicado en el muro de su perfil, que
resultó ser falso.
Según ABC, la veracidad había sido confirmada por la
editorial Alfaguara, que después se retractó, y hasta la
escitora Almudena Grandes le respondió a su colega por la
misma vía.
Sin embargo, fue la misma Patricia la que negó que el perfil
sea del premio Nóbel. "Es rigurosamente falso, Mario no
tiene ni ha tenido nunca un Facebook. Si él decide contestar
lo hará como es él, con rigor y seriedad", declaró su mujer.
INTELECTUALES K, EN POS DE ECHAR A UN NOBEL
El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, le envió
un mail al presidente de la Cámara Argentina del Libro con
el fin de que revise su decisión de haber invitado a Mario
Vargas Llosa, último Nobel de Literatura, para que inaugure
la Feria del Libro.
El funcionario expresa que “me gustaría que en la
inauguración de la Feria no estuviera presente. Su
liberalismo lo expresa de una manera tajante y hasta se
diría,si se me permite la paradoja ,
autoritaria también.” Paradoja al cuadrado.
El filósofo oficial y líder de la agrupación “Carta
Abierta”, Ricardo Forster cerró filas junto a González, declarándose
“ofendido” por la invitación, que
no constituye “la mejor de las decisiones”. Según el
pensador, el autor de Conversación
en la Catedral “viene
sosteniendo posiciones trogolotidas con respecto a América
Latina”. También expresó, según la agencia DYN, que “a uno
de puede gustar más o menos, pero es el último Nobel de
Literatura y no lo pongo en discusión. Es parte de un
espacio democrático.” Paradoja al cubo.
Por carta, Aurelio Narvaja, titular de Ediciones Colihue,
también hizo saber su protesta a la Cámara del Libro,
definiendo a Vargas Llosa como “un propagandista, ostensible
y florido, de la derecha liberal y como tal ha
dicho las peores cosas de nuestro gobierno.
” El filósofo y escritor José Pablo Feinmann le confesó al
diario La Nación que
“me produjo una
enorme indignación que Vargas Llosa venga a abrir la
Feriadespués de lo que dijo sobre la Argentina”. Agregó que,
por su iniciativa, “Mario Goloboff y Vicente Battista
redactaron una solicitada que ya fue firmada por Liliana
Heker y Horacio González, y que seguramente será firmada por
muchos escritores.” Una indignación
tan paradójicamente indignad a
ante quien -de acuerdo a su efectivo liberalismo- siempre se
ha caracterizado por defender la democracia y las
libertades, en realidad, responde a las caracterizaciones
que ha hecho Vargas Llosa no sobre la Argentina sino sobre
los gobiernos de los Kirchner.
En varios artículos ha narrado y descripto la decadencia del
país, relacionándola con lo que él considera una
forma deletérea de populismo,
enemigo acérrimo de la libertad de expresión, entre otras
libertades.
Estos intelectuales panegiristas de las supuestas bondades
de ese “modelo” politizan, con su reacción destemplada, un
acto cultural que la presencia de Vargas Llosa sin duda
jerarquizaría, a la vez que elevan
una sentida plegaria a la censura.
Por cierto, no es nada nuevo, ya que son los mismos que callan -en
consonancia con las autoridades gubernamentales- sobre las
matanzas de Kadafi en Libia, como callan -o directamente,
elogian- sobre regímenes dilatada y descaradamente
dictatoriales, como el de Cuba o el de China.
Es muy probable que, ante semejante zafarrancho, Vargas Llosa lo
piense dos veces antes de aspirar Buenos Aires. Es un hombre
grande, en más de un sentido, y seguramente no está para
tristes trotes, como el de sobrellevar un escrache K.
Pero quedan esperanzas de que un brillante Premio Nobel inaugure la
Feria del Libro.
Ayer la mismísima Cristina Fernández de Kirchner se comunicó con
Horacio González para marcarle la inconveniencia de que las
instituciones culturales -como la que él preside- se
inmiscuyan en las decisiones de otras -como la que organiza
la Feria-.
Parece arduo -aunque sería por demás saludable- que mañana estos
intelectuales salgan a cruzar a la Presidenta. Con lo cual,
lo que muy probablemente sobrevenga al agitado debate sea el
más puro silencio: en el kirchnerismo la estricta obediencia
suele ser un atributo que pica bien alto en el ranking de
los más valorados.
MARCELO A. MORENO,
clarin