a morales sola lo perseguía
Néstor, ahora es cristina!!

SABBATELLA:sus INCOHERENCIAS

JORGE LANATA: SIN ANESTESIA
HABLA DE KIRCHNERLANDIA !!

LA REPRESALIA INFANTICIDA
CONTRA OBAMA : EL AVIÓN GATE"

VARGAS LLOSA: ES LA VERDAD
ANTE LA MENTIRA KIRCHNERISTA"

07 de Marzo de 2011

MORALES SOLÁ DENUNCIÓ UNA CAMPAÑA SUCIA DE LA SIDE

Fue citado por un juez a raíz de una foto publicada por un diario oficialista.

El periodista Joaquín Morales Solá denunció ser víctima de una campaña sucia por parte de la Secretaría de Inteligencia del Estado (la ex SIDE, hoy SI) y de medios públicos y privados financiados por el Estado nacional. Columnista de La Nación y conductor en TN, Morales Solá fue citado por un juez tucumano tras la publicación de un semanario oficialista de una foto, cortada, durante una nota que realizó en 1975 al general Acdel Vilas, primer director del Operativo Independencia.

Por ello el periodista declaró ante la jueza María Romilda Servini de Cubría, quien recibió el requerimiento del magistrado tucumano por la causa por el Operativo Independencia, montado por el gobierno de Isabel Perón para combatir a la guerrilla instalada en las zonas montañosas de Tucumán.

“Llevo una denuncia como yo siento, veo y tengo la convicción de que suceden las cosas”, dijo ayer Morales Solá en diálogo con Clarín.com.

“Yo venía siendo víctima, sistemática e intensamente, de fines del año pasado de una campaña muy permanente de parte de los medios públicos y privados, financiados por el Estado” , señaló el periodista que en la edición de ayer de La Nación mencionó sobre todo a Canal 7, Radio Nacional y al grupo de medios ofialistas del empresario Sergio Szpolski. “Hay una campaña sucia de la SIDE y de estos medios, porque esa foto fue robada de los archivos de La Gaceta, puesnunca fue publicada ”. La foto en cuestión fue publicada por el semanario oficialista Miradas al Sur, de Szpolski. Por ella es que el juez tucumano lo citó a Morales Solá a por pedido del fiscal Daniel Bejas. Lo curioso es que la fotografía con el militar no salió publicada en el diario La Gaceta de Tucumán –donde a sus 25 años Morales Solá era redactor– pero que sí estaba en el archivo del diario provincial.

Morales Solá insistió ayer en que sus propios ex compañeros de La Gaceta le contaron que “la SIDE venía rastrillando, en lenguaje de los espías, todos” sus antecedentes en Tucumán, “porque –agregó– decían que en Buenos Aires no habían encontrado nada para vincularme con la dictadura” Ayer, el periodista ratificó lo ya dicho. “Yo nunca tuve ninguna relación más que la distante y profesional como otros periodistas que trabajábamos durante la dictadura, que éramos tan víctimas como el resto de los argentinos de ese tiempo”.

LAS INCOHERENCIAS DE SABBATELLA

 

Martín Sabbatella es incoherente, pero no con lo que dice sino con su interpretación de lo que hizo. Este hombre había traído aire fresco a la política argentina. Se lo dije y lo escribí en este diario hace casi dos años. Pero ya en aquel entonces notaba una fisura en su decir. Su trabajo político en Morón se basó en la lucha contra la corrupción. Dio batalla a un entramado bien tradicional de la política argentina, tuvo en frente a un poder –apoyado y protegido por el aparato justicialista bonaerense– que se perpetuaba mediante la intimidación y los negocios espurios, denunció un dispositivo de dominación reforzado por el nepotismo, y el desmantelamiento de los mecanismos de control, y pudo derrotar a un caudillismo que avasalla cualquier institución que se le ponga en el camino. Lo primero que hizo fue hacer un llamado a la gente para comunicarle que era necesaria su participación en la gestión, y una de las primeras medidas que llevó a cabo desde que fuera elegido intendente fue abrir un portal en el que se mostraba el sistema de compras y las listas de los proveedores que ofrecían sus servicios y vendían sus productos a la comuna. En suma, su lucha fue por la transparencia en la gestión, contra los mecanismos de corrupción, de enfrentamiento contra la intimidación y la extorsión, y por lograr la confianza de la gente en que el aparato de Estado estaba para servirla y no para manipularla y domesticarla.

Por eso Sabbatella al vencer en Morón, y ser además reelegido, constituía una esperanza para el deteriorado establishment político de nuestro país. Mi diferencia con él comenzaba, ya en esa época, por su alineamiento con un gobierno que reproduce las lacras contra las que él mismo luchó en su municipio. Por supuesto que Sabbatella no es afín al kirchnerismo por su nepotismo, por el uso extorsionador que hace del dinero fiscal que concentra y cuya distribución condiciona a la sumisión política, ni a los sobreprecios y a la falta de transparencia en los miles de millones que se entregan a empresas en la forma de subsidios, en asignaciones de obras y contratos, en bonos esfumados, sino que su apoyo es al modelo de crecimiento con inclusión, a la políticas de derechos humanos, a la intervención del Estado en la economía, a la nacionalización de empresas de servicios, a la denuncia del neoliberalismo, de la derecha y del imperialismo norteamericano. Es decir que está de acuerdo con el relato que hace este gobierno de sí mismo, o si se quiere emplear una palabra más antigua, con la ideología. Adhiere a la mitología nacional y popular de los grandes movimientos históricos argentinos y se suma al coro de esta historia ya oficial de nuestro pasado.

Me dijo en aquella ocasión en que lo entrevistaba en las oficinas del centro de estudios fundado por Hermes Binner, que honesto podía ser alguien de la derecha, y que la honestidad no era una virtud aglutinadora que diferenciara las aguas. No hace falta hacer un gran esfuerzo intelectual para concluir que mientras uno sea de izquierda, progresista, peronista, guevarista y chavista, no tiene nada de malo meter la mano en la lata y asociarse a una nueva oligarquía siempre en las ganancias y nunca en las pérdidas.
Es decir que Sabbatella aún no entendió las razones por las que él mismo luchó en Morón. Ahí pareció comprender que la honestidad no es esa cualidad de un hombre sin atributos, de un pequeño burgués mezquino que paga sus impuestos y duerme tranquilo con su racismo, su egoísmo, y sus prejuicios reaccionarios. No entendió que al hacer política y estar en la gestión pública no se trata de honestidad profesional sino de un modo de ejercer el poder, y que este modo sí marca una división de aguas.

Sabbatella ahora se calla la boca sobre lo que no conviene decir y antes no hacía más que abrirla aun cuando no era conveniente hacerlo. Eramos muchos los que queríamos que su figura creciera, aun con diferencias de tipo ideológico. Pero me pregunto si hoy vale la pena apoyarlo cuando su presencia en este momento sólo sirve para que el señor Scioli saque menos votos que la Presidenta, y de este modo concentrar aún más poder en lo que se supone que es el modelo, amenazado por este representante neoliberal que el kirchnerismo tuvo que bancar, aparentemente, a pesar suyo. Salvo que la Presidenta deje de hacer de Sabbatella una mera colectora y lo ponga en la autopista, jugándose ahí sí por una alternativa a lo que puede llegar a considerar una gestión bonaerense contraria al modelo que ella representa. No lo hace porque dentro del peronismo llamado federal es lo que todos esperan, y porque tal modelo no existe. Por eso, por ahora, Sabbatella es el anti Scioli, si no lo fuera, si fuera nada más que el Sabbatella que siempre fue, puede correr el riesgo de meramente subsistir en las vecindades de Pino Solanas, y junto a él, estar condenado a formar parte de la larga lista de los indeseables de la política nacional. Así era considerado por los oficialistas antes de afiliarse al cristinismo. 
Los sabbatellistas de la primera hora pueden argumentar que este uso oportunista de figuras políticas tiene doble dirección. Suponen que en el rol de compañero de ruta, Sabbatella crece como presencia política, y ayuda por su protagonismo a inclinar la balanza en la puja de la interna del Frente para la Victoria entre los grupos que se pelean por la tajada kirchnerista. El Gobierno hasta este momento no puede prescindir de Scioli, si es que en algún momento se le ocurrió hacerlo. Lo más probable es que esta interna entre sciolismo y cristinismo no sea más que otro dramón para la muchachada. No creo que Martín Sabbatella acepte en el futuro una solución negociada y sea el acompañante de Scioli en la futura lista para la gobernación de Buenos Aires. Aunque puede llegar a formarse esa dupla si a los interesados les conviene, y combinen el discurso emancipador de uno con el pragmático del otro. Hoy en día, lo que más importa es el relato. Tampoco creo que Sabbatella inicie una lucha política contra el ejercicio del poder que hace años se lleva a cabo en los partidos de los distritos bonaerenses y acuerde alianzas con grupos disidentes al aparato del justicialismo. Aunque también puede llegar a suceder, cuando se dé cuenta de que lo usaron y no precisamente para su beneficio. No sé si la suya es una lucha entre un Goliat y un David para ver quién se come a quién o, más bien, un baile entre un Goliat y un Goliatcito con un David sepultado.

Este producto de la play station nacional que se adjudica el nombre de “política” y dice llevar a cabo una lucha contra el ajuste neoliberal y por el modelo nacional y popular, se reduce a algo más simple. Se trata de evitar que si el precio de la soja algún día se llega a desmoronar, el país quede hipotecado con una tremenda deuda social que, a falta de mar verde, ya no pueda solventar por quedar sin sobrante la agraciada caja y que el modelo pinchado, sin el recurso de su inflador sino-brasileño, condene a las mayorías a épocas de hambre y miseria. Que el ciclo de dos pasos adelante y tres atrás del último medio siglo no se repita como lo hace periódicamente. Los que alientan este modelo son los responsables de que esto no suceda.*Filósofo (www.tomasabraham.com.ar).Tomas Abraham | 

EL KARMA “DEL MODELO K”: JORGE LANATA SIN CONTEMPLACIONES

 

"ES UNA LÁSTIMA LO QUE LE PASÓ A VÍCTOR HUGO"

En una entrevista con el diario Perfil, Jorge Lanata opinó sobre el periodista uruguayo, el programa 678 y la polémica por el pedido de intelectuales kirchneristas para que Vargas Llosa no participe de la Feria del Libro

El periodista Jorge Lanata concedió una entrevista al director del diario Perfil, Jorge Fontevecchia, en la que se refirió a los periodistas de 678, Víctor Hugo Morales y el productor de televisión Diego Gvirtz.

El fundador de Página 12, que está realizando una serie de programas sobre personalidades del mundo, habló sobre diversos temas en una extensa entrevista. Aquí los más salientes.

Su relación con Pierri. "Lo vi dos veces en mi vida. La primera, vino a ofrecerme la contratación y la segunda, le dije que sí. Tuve una relación totalmente profesional, ni siquiera tomé un café con él. Nunca me pidió nada de nada. Nuestra entrada les permitió plantear otro tipo de canal, subió el prime time como nunca. Y un poco se lo debe haber planteado como el costo que tenía que pagar".

Vargas Llosa y Mirtha. "Nadie podría decir "prohibieron a Mirtha Legrand". Pero es cierto que hubo un ámbito favorable para que Mirtha decidiera irse. Si vos tenés a un actor que va y la putea, a dos, a cuatro... Al quinto dicen: 'Paren con Mirtha'. Entonces, ¿la sacaron o no la sacaron? Y... un poco la sacaron, otro poco se fue. El otro día veo en los diarios que quieren que Mario Vargas Llosa no inaugure la Feria, y no me pareció raro. Pensé: "¡Qué imbéciles!" No pensé: "¿Cómo pasa esto?. Es un país en el que esa reacción no me parece rara".

Víctor Hugo Morales. "Es una lástima lo que le pasó a Víctor Hugo. Era un tipo al que le creía, pero, evidentemente, viendo lo que está facturando en Canal 9, y cómo le va en la vida, tengo que pensar que lo está haciendo por plata también".

6,7,8. "Barone nunca condujo nada. Sandra Russo no es una conductora tampoco, siempre hizo de coequiper de otro; son todos chismes de segunda y tercera línea. Eran todos cronistas, o eran rewriters de humoristas. El chico que conduce era movilero mío. Gvirtz inventa esos esquemas porque es mucho más barato mantener un esquema así que con conductores. Ahí el problema es Gvirtz, no son los demás. ¿Y por qué me consta que harían otra cosa? Porque han venido a ofrecerme cuarenta millones de veces programas así. Gvirtz ha estado en mi casa diciéndome que por favor quería laburar conmigo; cuarenta veces, no una vez".

Marcelo Tinelli. "Es como una constante de la televisión en sí, que volvió a producir mucha guita. Se volvió a mil dólares el segundo en el prime time, como estábamos hace quince años. Es muchísima plata. Los contenidos siguen siendo una mierda, igual que antes".

LANATA CONTRA LOS PERIODISTAS

Dijo que María Julia Oliván "tiene que terminar el colegio" y que los panelistas de 678 "no existen". La relación con Szpolski y Verbitsky.

 

foto perfil.com

Lanata en Boston, donde grabó parte de su nuevo programa. | Foto: Cedoc

En la entrevista concedida a Jorge Fontevecchia para el diario PERFIL,Jorge Lanata no se privó de criticar a periodistas, en especial a sus ex compañeros de ruta. Por ejemplo, opinó sobre María Julia Oliván, quien días atrás lo había criticado.

"Yo leía el otro día en Perfil.com a una chica que trabajó conmigo, María Julia Oliván, que me insulta. Yo no me puedo poner a insultar con María Julia Oliván, que tiene que terminar el colegio. Tiene que aprender a argumentar. Se lo digo con cariño porque es una chica que estudió conmigo. Que lea lo que dijo, porque es una boludez", sostuvo Lanata. 

También apuntó contra los "periodistas militantes", usuales objetivos de sus diatribas: "Yo vi una sola vez 6, 7, 8. Dejé de verlo en el momento en el que me dieron tantas ganas de ir y cagarlo a trompadas a Barone. Me dije: 'Estoy loco, no puedo hacer esto, yo nunca en la vida le pegué a nadie'. Y no puede ser que esto me despierte una reacción violenta. Entonces, nunca más lo vi.", afirmó

El periodista agregó que "viene gente y me cuenta: 'Che, ¡cómo te dan!'. Respondo siempre lo mismo: '¿Dónde pensás que van a estar dentro de cinco años?'. Trabajando para otro gobierno, por menos plata. O a lo mejor, trabajando para ninguno, esperando que otro los contrate. Pero es obvio, porque son tipos que no tienen identidad profesional. Los periodistas de ahí no existen".

Sobre los panelistas de 678, Lanata dijo: "Barone nunca condujo nada. Sandra Russo no es una conductora tampoco, siempre hizo de coequiper de otro; son todos chismes de segunda y tercera línea. Eran todos cronistas, o eran rewriters de humoristas. El chico que conduce era movilero mío". 

Luego, el fundador de Página/12 y Crítica apuntó contra Diego Gvirtz, productor del programa oficialista: "Gvirtz inventa esos esquemas porque es mucho más barato mantener un esquema así que con conductores. Ahí el problema es Gvirtz, no son los demás. ¿Y por qué me consta que harían otra cosa? Porque han venido a ofrecerme cuarenta millones de veces programas así. Gvirtz ha estado en mi casa diciéndome que por favor quería laburar conmigo; cuarenta veces, no una vez". 

Sobre Horacio Verbitsky, periodista de Página/12, Lanata sostuvo que "no es muy distinto a la persona que trabajó con él en televisión y diarios. "Es un tipo muy talentoso, muy inteligente, y un tipo muy inescrupuloso. En el fondo, más un político que un periodista, y yo siempre supe que era eso", aseguró.

"Hace mucho tiempo, yo le había pedido a una gente amiga que averiguara cosas sobre El Perro (Verbitsky). Yo nunca conté esto que voy a contar, y entonces me entero, ahora es público, en aquel momento no se sabía y era como un escándalo, lo del libro de la Fuerza Aérea. Y me viene a ver El Perro porque se entera de que yo estaba preguntando por él. Y le cuento: “Sí, yo mande a tal persona a preguntar tal cosa porque quería saber con quién trabajo”. Y tuvimos una larga charla como de tres, cuatro horas, sobre todo. Entendí un poco más por qué él es más político que periodista, y un poco más cuáles son las cosas que me separan de él, pero que me separan también de esa generación: sin hacer ninguna acusación en particular, porque no la podría hacer, yo no puedo tener a un tipo secuestrado en un pozo dos días, un día, diez horas. Y cuando yo tengo que abrir la puerta y verlo al tipo ahí abajo, no me lo banco. Bueno, estos tipos no sólo se lo bancaron, sino que fueron y le pegaron un tiro al que estaba ahí abajo. No me importa quién fuera el que estaba ahí abajo, porque podía ser el demonio, pero no me importa. Eso es un abismo, un abismo", narró Lanata.

Por último, el periodista se refirió a Sergio Szpolski, propietario de la revistaVeintitrés (fundada por Lanata) y otros medios actualmente oficialistas: "Sergio es un tipo muy audaz, pero también hay que decir una cosa: nada de lo que hizo funcionó. Lo único que funcionó fue Veintitrés, que ya venía hecha. Ahora, Miradas al Sur no existe; el otro diario, lo regalan. Yo ya no sé qué tienen, porque entran y sacan medios. No es un tipo que tenga una trayectoria muy respaldada en cuanto a éxitos periodísticos", concluyó.

 

ENTREVISTA EN ESTADOS UNIDOS

EL “EXILIO” DE JORGE LANATA

Siente que el clima que se vive en la Argentina le impide hacer periodismo desde acá. Por eso graba en el exterior. Y dispara sin anestesia, como siempre, contra todos.

Dardos. “Es una lástima lo que le pasó a Víctor Hugo. Era un tipo al que le creía, pero ya tengo que pensar que lo está haciendo por plata. Con Gvirtz no tengo dudas de que hace lo que hace por plata.”

—¿Qué hacés acá, en Boston?

—Esta es la primera parte de una miniserie nueva, medio ficción, medio realidad, que estamos armando con Turner, que se va llamar 26 personas para salvar al mundo. Yo encuentro en Temple Church, en Londres, una especie de código Da Vinci del siglo XII que dice que hay 26 personas que si se juntan, se puede cambiar el mundo. Primero descifro eso: cada persona es un capítulo, y después tengo un final que no lo voy a contar, pero que tiene que ver más con lo colectivo que con lo individual.

—¿Y acá en Boston, está una de esas personas?

—Acá están dos. Uno es Negroponte, del MIT. El otro es Gardner, el tipo que divide la inteligencia, inteligencia emocional, inteligencia... En Nueva York, hicimos a Carter Emmart, un tipo muy increíble, el que construyó un mapa 3D del universo.

—¿Que Negroponte, el célebre director del célebre Media Lab (N.d.R.: creador de “una computadora, un chico”), sea una de las 26 personas que elegiste para salvar el mundo indica que para vos los medios son necesarios para “salvar al mundo”?

—Sí. Como cualquier selección, la que estamos haciendo, es arbitraria. Cuando contamos quiénes son las 26 personas, nos proponen otras 26, que creen que son mejores que las nuestras. Hay que esperar que la serie aparezca, porque no van a alcanzar 26.

—¿Veintiséis son semanas porque cubre medio año?

—Son dos ciclos. Aparte, 26 es un número de la cábala judía, y empezamos a encontrar un montón de significados místicos alrededor del 26, que desconocíamos. Es como el discurso paranoico: cuando querés encontrar algo, lo encontrás. Aparece en la Biblia, es mencionado en las ciencias sociales antiguas, es un número mágico para mucha gente. Lo interesante es esto que lo vuelve policial al asunto: ¿por qué voy a buscar a esos 26 y no a otros? También se va a jugar con algo muy específico, pero que es un mito de las matemáticas, la secuencia de Fibonacci, este tema de cómo la naturaleza y la ciencia se pueden llegar a integrar en algún lugar que desconocemos.

—El libro del biólogo predarwiniano D’Arcy Thompson, “On Growth and Form”, explica por qué formas como la de la oreja o el caracol se repiten en la naturaleza y la relación de la ecuación de Fibinacci con la fuerza de la gravedad. Pero este reportaje es sobre si Lanata no puede trabajar en la televisión argentina. ¿Hay algo parecido a un exilio en esto que hacés?

—Hay partes de ese razonamiento que son verdaderas. ¿Es cierto que no puedo trabajar en la televisión argentina? Y... es casi cierto. No estoy en la televisión abierta desde hace años, cinco o seis. ¿Porque la gente no me veía? No. Yo tenía el programa político más visto de la televisión. Tuve el año pasado la suerte de que Robert Cox dijera en una nota esto de que su termómetro de la libertad de prensa era ver si yo estaba o no el aire. Me encantó como idea que un tipo que viene de afuera piense: “A ver, ¿cómo está todo? ¿Está Lanata o no está?”. Y me encuentra medio arrinconado en un cable. Tampoco hay hoy en la televisión abierta ningún programa político en el sentido de programa político tradicional. Hay mucha propaganda, en el sentido más goebbeliano de la palabra propaganda, pero no hay programas políticos.

—Los exilios pueden ser parciales. Se puede sufrir un exilio político, un exilio económico o un exilio profesional. Asumiendo el sentido metafórico con que lo usamos en este caso, este exilio profesional, ¿tiene algo de decisión tuya también, porque hay algo que te desmotiva?

—Siempre que hablemos de periodismo yo haría un aparte en televisión, no porque no crea que sea periodismo, sino porque creo que es un tipo muy particular de periodismo, con reglas muy particulares; está todo visto por un vidrio raro, vidrio argentino, medio que deforma. No se puede hablar de periodismo y de televisión pensando que son dos cosas iguales porque no lo son. Cuando a mí me sacan de la televisión la primera vez…

—En 1998.

—Yo nunca me acuerdo de los años. Digo: “Esto no me lo merezco”. Me enojo. Hago todo lo posible por volver. Finalmente, vuelvo. Empieza a darse una paradoja: que la industria que me sacaba, me premiaba. Yo me encontraba todos los años como la viuda de mi propio programa. Estaba un año en el aire, me echaban y después me daban el Martín Fierro al mejor programa, al mejor productor, al mejor esto, al mejor lo otro... Estamos todos locos.

—Cuando recibiste uno de tus últimos Martín Fierro criticaste a los accionistas del canal abierto en el que trabajabas. Entonces te cruzó uno de sus dueños en el baño y te dijo que nunca más ibas a trabajar en la TV abierta.

—Carlos Avila. Tal cual, me dijo: “Nunca más”. Y al año siguiente, me llamó. Esas cosas extrañas tiene la televisión. Fue el bloque más medido del Martín Fierro: cuarenta y pico de puntos. Yo tenía enfrente a todo el directorio de Telefe mirándome. Se hundían en el asiento. Yo, y ellos tampoco, podíamos creer que estuviera diciendo esas barbaridades al aire.

—Pero su profecía se cumplió. Por ejemplo, cuando hiciste cine documental te compararon con Michael Moore, y cuando hiciste teatro, con Pinti, por asumir el papel de monologuista. Que Pinti tenga su programa en un canal de noticias como TN y vos no, ¿no tiene que ver con tu insumisión a todo?

—Es distinto. Yo lo quiero a Enrique, es un tipo muy talentoso, pero no es periodista. Es un comentarista. Está muy bien.

—¿Prefieren un comentarista a un periodista?

—Dicho así, no tengo dudas de que es así. Un columnista no les caga los negocios, dice: “La ministra Miceli se olvidó una bolsa con plata en el baño”. Y la gente cree que es una broma. No tiene el efecto político que puede tener un periodista informando. Y hay un punto, si lo querés ver desde un lugar cínico, en que un columnista te blanquea. Traigamos a Redrado, que diga lo que quiera, total no pasa nada. Mirá qué democrático que soy: voy a traer al del Partido Izquierdista Revolucionario de Turquía. Habló, se fue y listo: no jode a nadie.

—Pierri, el dueño de Canal 26, donde tuviste tu último programa, ¿se acercó al Gobierno y te puso algun tipo de condiciones económicas para que no renueves tu contrato o te sea difícil hacerlo?

—A Pierri lo vi dos veces en mi vida. La primera, vino a ofrecerme la contratación y la segunda, le dije que sí. Tuve una relación totalmente profesional, ni siquiera tomé un café con él. Nunca me pidió nada de nada. Nuestra entrada les permitió plantear otro tipo de canal, subió el prime time como nunca. Y un poco se lo debe haber planteado como el costo que tenía que pagar.

—El año pasado hiciste también programas para la Turner, más tu programa de televisión local. Este año, no. ¿Por qué?

—No puedo por la agenda. El tipo de programa que quiero hacer me llevaría a estar diez días en el aire y diez día no. Un mes sí y un mes no. Y no quiero trabajar así. Después, estuve probando con lo de Turner algo que profesionalmente es así: acá, a partir de la digitalización de la televisión y de cómo están operando los conglomerados de la televisión en el mundo, se abrió una posibilidad de mercado mundial que no existía hace diez años. Uno puede empezar a decir que trabaja para la televisión no regional, cosa que antes no pasaba. Podías vender una novela a Israel, pero no trabajar para Israel. Los cables empezaron a tener posibilidades de producción que excede las de los canales locales.

—Visualizás la posibilidad de construir en los demás países de habla hispana.

—Hoy, si me preguntás dónde trabajás, te digo que en la televisión en español. No más para la televisión argentina.

—A mí me tocó dos veces en la vida el exilio. El político, al fin de la dictadura. Y el económico, cuando empezó la hiperinflación en la Argentina. Si me quedaba, me hundía, y me tuve que ir a vivir a Brasil. Y a pesar de haber tenido mucho éxito, sin embargo, extrañaba la Argentina.

—Lógico.

—Y recuerdo que una vez Magdalena me preguntó si el día que se agotaron medio millón de ejemplares en Brasil de una revista que yo hacía, había sido el más feliz de mi vida profesional. Le dije: “No, Magda”. “¿Y por qué no?” Y se lo sinteticé así: “Porque no lo ve mi mamá”. Se comunica con más placer para la gente que se quiere. ¿No hay en vos dolor por no comunicar para la Argentina, aunque se seas famosísimo en Perú, Venezuela y Ecuador?

—Claro. Pero no tengo más ganas de hacer esfuerzos. ¿Qué más tengo que hacer? Hice de todo para estar en la televisión argentina, haciendo televisión buena. No salió. Tampoco soy torpe. Cuando a mí me sacan la primera vez, te dije que me dio bronca. Pero después, lo que me dio fue tristeza. Porque yo tengo once Martín Fierro, más no sé cuántos Perfil, más no sé cuántos Clarín, más no sé cuántos... ¿Qué me quieren decir? ¿Cuál es el mensaje? ¿Tengo que hacer qué? Entonces, lo que me dio fue tristeza. ¿Saben qué? Mátense. No voy a hacer televisión. No quiero hacerlo. Véanlo el domingo a la noche en Infinito. Y laburo para otro lado.

—Hay depresión entonces, la tristeza es una señal.

—Lógico. A ver, ¿qué hago con eso? ¿Me paralizo y me quedo donde estoy? ¿O trato de movilizarme para otro lugar? Estoy haciendo lo segundo. Nunca me quedé en el lugar. No soy de estos tipos.

—¿La idea del exilio es adecuada? Ubicate en los artistas españoles que durante la Guerra Civil no podían hacer su trabajo y tuvieron que ir a otros países de habla hispana para continuar su carrera.

—Claro. Es muy sutil la línea. Nadie podría decir “prohibieron a Mirtha Legrand”. Pero es cierto que hubo un ámbito favorable para que Mirtha decidiera irse. Si vos tenés a un actor que va y la putea, a dos, a cuatro... Al quinto dicen: “Paren con Mirtha”. Entonces, ¿la sacaron o no la sacaron? Y... un poco la sacaron, otro poco se fue. El otro día veo en los diarios que quieren que Mario Vargas Llosa no inaugure la Feria, y no me pareció raro. Pensé: “¡Qué imbéciles!” No pensé: “¿Cómo pasa esto?”. Es un país en el que esa reacción no me parece rara.

—Varias interpretaciones sostienen que se terceriza la represión. Se utiliza a fuerzas de choque indirectas para que no sea el propio Gobierno el que tenga que asumir el costo político…

—En algún momento el propio Gobierno lo va a tener que hacer. No se va a poder escapar de eso.

—¿La hostilidad hace que la persona se tenga que exiliar sin el costo político de mandarlo en sentido jurídico estricto al exilio?

—Es muy difícil hacer periodismo libre en la TV en un país donde tenés que estar justificando todo el día que no sos golpista, que no pertenecés a ningún complot y que no trabajás para nadie. Y donde tenés un aparato armado en Internet, en prensa… no sé si planificadamente solidario, que se dedica a denostar, a denostar, a denostar.

—¿Se logra que la persona termine cediendo y yéndose?

—Es contradictorio, porque ahora salgo en un medio y explota la medición. O sea que tampoco es que eso te borra, no te hacen desaparecer.

—Pero no estás.

—De alguna manera, producís eso. Yo leía el otro día en perfil.com a una chica que trabajó conmigo, María Julia Oliván, que me insulta. Yo no me puedo poner a insultar con María Julia Oliván, que tiene que terminar el colegio. Es como que todo se desniveló y enloqueció. Tipos que no tienen ninguna trayectoria, que no existen, que no tienen formación salen e insultan a otros. Y todo da igual. Es preferible callarse. Que la gente piense lo que quiera. No podés vivir en estado de aclaración, porque es una locura. Cuando yo le digo a este Gobierno: “Basta de joder con la dictadura”, ¿qué es lo que quiero decir? Alguien que acaba de llegar al país y no me conoce podría pensar cualquier cosa. Ahora, una persona que me haya visto cinco segundos, no puede confundirse. Si se confunde, lo hace deliberadamente. No puedo ni siquiera ponerme a aclarar esto, porque si lo hago, caí muy para atrás.

—¿Se busca humillar a la persona para que ceda el lugar?

—No sé, porque vos, ¿dónde pensás que van a estar? Yo vi una sola vez 6, 7, 8. Dejé de verlo en el momento en el que me dieron tantas ganas de ir y cagarlo a trompadas a Barone. Me dije: “Estoy loco, no puedo hacer esto, yo nunca en la vida le pegué a nadie”. Y no puede ser que esto me despierte una reacción violenta. Entonces, nunca más lo vi. Y viene gente y me cuenta: “Che, ¡cómo te dan!”. Respondo siempre lo mismo: “¿Dónde pensás que van a estar dentro de cinco años?”. Es cuestión también de dejar pasar el tiempo.

—¿Y dónde van a estar dentro de cinco años?

—Trabajando para otro gobierno, por menos plata. O a lo mejor, trabajando para ninguno, esperando que otro los contrate. Pero es obvio, porque son tipos que no tienen identidad profesional.

—Vuelvo al punto, ¿crees que no es una casualidad, sino que es premeditado para producir un retiro o un autoexilio?

—Es muy interesante la cantidad de coincidencias que se dan entre el primer peronismo y este último. En los dos gobiernos, eligió pelearse con dos medios de comunicación: en un momento fueron La Nación y Clarín, y en otro, La Prensa y Morgan. Las peleas del peronismo con los poderes reales siempre fueron confusas, en las cuales el peronismo vendió su propia historia. “Nacionalizamos los trenes”, decían los peronistas. Y los británicos festejaban. ¿Por qué festejarán los británicos si se supone que los habíamos cagado? Festejaban discretamente, como festejan los británicos. El peronismo siempre contó una historia de lo que hacía y llevó adelante otra, con un poder de manipulación muy grande, muy hábil. No creo que estén haciendo ahora algo distinto. Cuando viene gente del palo, de nuestra generación, que te dice: “Yo me hice kirchnerista por los enemigos que el kirchnerismo tiene”. Yo me pregunto: “¿Quiénes son los enemigos del kirchnerismo?”. Yo no veo muchos. ¿El capitalismo argentino es enemigo del kirchnerismo? No. ¿Pérez Companc es enemigo del kirchnerismo? ¿Techint es enemigo del kirchnerismo? ¿Las grandes contratistas de obras públicas son enemigas del kirchnerismo? ¿Los banqueros son enemigos del kirchnerismo? Yo no los veo muy enemigos del kirchnerismo. ¿Y esta concentración de capital es enemiga del kirchnerismo? Tampoco. ¿Y entonces quiénes son? ¿La Nación y Clarín son los enemigos del kirchnerismo? Se crea como una batalla inexistente, adonde vos elegís a tus peores enemigos porque es más fácil competir con la ley que no compite con vos y acusarlo de lo que sea.

—Siguiendo esa lógica, ¿el mayor enemigo sería aquel que los desenmascarara?

—Por eso yo creo que el periodismo es uno de los enemigos del kirchnerismo. Sí, visto desde ellos.

—Aquel que pudiera decir “el rey está desnudo” sería el verdadero subversivo.

—Sí, por eso se reacciona cada vez frente a una denuncia como se reacciona. Pensá que se llegó a un momento donde ni se contestan las denuncias de la prensa. Ahora, contestar una denuncia es que Aníbal Fernández eructe. ¿Me entendés que es ridículo? ¿Adónde está el respeto por lo que el otro dijo?

—Vos marcabas una diferencia entre la televisión y el periodismo gráfico. Y fundaste “Página/12”, donde muchos periodistas se formaron con vos, y hoy integran un medio oficialista. ¿Qué pensás al ver “Página” así?

—Para mí, Página dejó de salir en el momento en el que se vende a Clarín. Sentí íntimamente que Página desaparecía, porque no podía convivir con Clarín. Por eso dije que me iba.

—Contaste con lujo de detalles tus reuniones semanales con Magnetto cuando Clarín compró “Página /12”. Ahora, ¿qué creés que pudo haber pasado para que Clarín se desvinculara de “Página/12” y que se llegara a este “Página /12” de hoy?

—Yo lo que creo que pasó es que Clarín en ese momento evaluó qué diario podía crecer con ayuda exterior o interna importante...

—Por qué lo compró Clarín parece obvio. Pero, ¿qué pasa ahora?

—Lo que pasa es que Página siguió perdiendo plata porque el esquema de Página es económicamente inviable. No vende lo que tiene que vender. Y creo que a partir de gestiones del propio Gobierno, Página recompró su diario, se lo debe haber recomprado a Clarín. Porque ahora Página es de Página.

—¿Se podría agregar que si el objetivo era comprarlo para que mañana no pudiera venir “El País” y usar la base de “Página /12” para sacar un diario que compita con “Clarín” y “La Nación”, por ejemplo, una vez que el diario ya estaba reducido a una expresión sin futuro, no tenía sentido seguirlo teniendo? ¿Se podía regalar?

—Lo que había que hacer ya estaba hecho.

—¿Se lo vació de capital simbólico?

—Ya estaba hecho. Yo presencié las discusiones de la dirección, que decía nunca vamos a despedir gente, y a los seis, siete meses, se cargaron sesenta personas. Fue lo que me hizo terminar de caer las fichas: “Esto ya no es Página”. Y después lo que yo viví: que levantaran mi nombre de todas las notas los mismos tipos que yo había llevado.

—¿A qué lo atribuís?

—A que a lo mejor, darle trabajo es perder un amigo mañana. Y sabés por qué te digo estas cosas. En algún momento, nosotros coincidimos. Yo me gané una larga lista de enemigos por un conflicto gremial en Perfil, pero bueno, yo digo lo que creo. El otro día un tipo me para en una heladería, yo estaba con mis hijas, y me dice: “¿Hay que decir la verdad todo el tiempo?” Y digo: “¿Qué edad tenés?” “Sesenta y pico...” Y le digo: “¿Cuánto tiempo más nos queda?” Y el tipo me abraza y se va. Es cierto... ¿Para qué?

—¿Este Verbitsky de hoy es muy distinto al del pasado que vos contrataste?

—No, al que yo contraté no. Es un tipo muy talentoso, muy inteligente, y un tipo muy inescrupuloso. En el fondo, más un político que un periodista.

—Siempre lo fue.

—Sí, y yo siempre supe que era eso.

—¿La diferencia es que hoy tiene un Gobierno con el que coincide, mientras que en el pasado no?

—Hace mucho tiempo, yo le había pedido a una gente amiga que averiguara cosas sobre El Perro (Verbitsky). Yo nunca conté esto que voy a contar, y entonces me entero, ahora es público, en aquel momento no se sabía y era como un escándalo, lo del libro de la Fuerza Aérea. Y me viene a ver El Perro porque se entera de que yo estaba preguntando por él. Y le cuento: “Sí, yo mande a tal persona a preguntar tal cosa porque quería saber con quién trabajo”. Y tuvimos una larga charla como de tres, cuatro horas, sobre todo. Entendí un poco más por qué él es más político que periodista, y un poco más cuáles son las cosas que me separan de él, pero que me separan también de esa generación: sin hacer ninguna acusación en particular, porque no la podría hacer, yo no puedo tener a un tipo secuestrado en un pozo dos días, un día, diez horas. Y cuando yo tengo que abrir la puerta y verlo al tipo ahí abajo, no me lo banco. Bueno, estos tipos no sólo se lo bancaron, sino que fueron y le pegaron un tiro al que estaba ahí abajo. No me importa quién fuera el que estaba ahí abajo, porque podía ser el demonio, pero no me importa. Eso es un abismo, un abismo. Entonces, yo me encontré a lo largo de los años con El Perro dándole una nota a Clarín antes que a nosotros. ¿Pero por qué? Porque para él era más importante Clarín…

—Más audiencia.

—A mí no me importa cuánta gente me lee, yo escribo para 200 personas. “Bueno, hermano, está bien, yo no”. Bueno, somos muy distintos. Me asombró más cuando apoyó mucho la gestión de Rodríguez Saá. Ahora, todo el mundo se olvidó de que apoyó la gestión de Rodríguez Saá de una manera bastante activa.

—Y Moyano. Otro medio que fundaste, la revista “Veintitrés”, actualmente integra el mayor grupo de medios oficialistas privados. ¿Qué opinás de su propietario, Sergio Szpolski, y de la reciente venta del 50% de esos medios a Garfunkel?

—A Szpolski llego a conocerlo porque era avisador nuestro por el Banco Patricios. Después, vino el escándalo de Banco Patricios. Si lo tengo que evaluar por Veintitrés, fue el único tipo que hizo una gestión inteligente. Fue el único que dijo: “Hagamos algo por esto, no seamos tarados, porque es una revista”. Curioso, porque uno desde afuera, si querés desde el prejuicio, tendería a decir: “Szpolski no va a saber qué hacer con eso”. Desde este punto de vista, fue hábil, porque tenía muy claro cuál iba a ser su desarrollo posterior, y necesitaba un medio que le diera anclaje y credibilidad. Supo no presionar a la gente que trabajaba ahí para que hiciera oficialismo indiscriminado, supo de qué manera manejarse en esa línea. Si estoy de acuerdo con lo que hace, no, porque si no, lo habría hecho yo con él. ¿Qué puedo decir de Szpolski? No tengo ni idea, ahí ya eso es otro quilombo. Pero le tengo que reconocer que logró eso. Es cierto que está corriendo con el caballo del comisario…

—¿Y que haya vendido el 50% a Garfunkel?

—Debe ser que no sabe quién va a ganar.

—¿Es una señal de debilidad o es fortaleza? ¿ Toma los millones de dólares que recibió por su 50% para reinvertir y seguir creciendo?

—Sergio es un tipo muy audaz, pero también hay que decir una cosa: nada de lo que hizo funcionó. Lo único que funcionó fue Veintitrés, que ya venía hecha. Ahora, Miradas al Sur no existe; el otro diario, lo regalan. Yo ya no sé qué tienen, porque entran y sacan medios. No es un tipo que tenga una trayectoria muy respaldada en cuanto a éxitos periodísticos.

—Lo que se ve también es que muchos periodistas de gráfica, tanto de “Página” como de “Veintitrés”, hoy tienen programas de radio, de televisión. ¿Creés que el Gobierno entendió que la mejor forma de ganar adhesión es ser un dador de trabajo?

—A todos los gobiernos les pasa lo mismo y ninguno lo entiende: algún hijo de puta se termina llenando de plata, y el Gobierno termina afuera del gobierno, sin la plata. Pero todos terminan haciendo lo mismo, todos quieren quedarse, perpetuarse como esquema de medios que después no lee nadie. Todos caen en el mismo error. No se dan cuenta que eso no les sirve para gobernar. No lo terminan de entender.

—¿Pero mientras tanto, logran adhesión?

—Después, la realidad los tapa como una ola. Cuando la inflación es del 40%, se cae todo y el vacío del poder es grande, ¿de qué sirve que le pagó a la chica del cable? Es una manera muy chiquita de ver la política. Eso es lo que yo tampoco me banco más de la política argentina: basta, basta, basta de mentiras. Me aburre seguir hablando siempre de lo mismo. Me imagino este año otra vez en el Canal 26 escuchando las mismas pelotudeces de los mismos pelotudos que vienen… No tengo ganas.

—¿Qué le pasó a Víctor Hugo?

—Es una lástima lo que le pasó a Víctor Hugo. Era un tipo al que le creía, pero, evidentemente, viendo lo que está facturando en Canal 9, y cómo le va en la vida, tengo que pensar que lo está haciendo por plata también.

—No creo.

—Lo primero que le pasó fue que lo escucharon. Y ahí estuvo inteligente el Gobierno. Hubo alguien, cuando fue el quilombo del depósito de los Kirchner, en la mesa chica, que dijo: “Che, ¿por qué no lo llamás y le explicás?”. Ese alguien estuvo inteligente, porque era lo que había que hacer con Víctor Hugo en ese momento: escucharlo. Lo escucharon, lo contuvieron y ahí lo encauzaron. Y después lo entraron a operar. Todos los días lo iban a ver, hasta que ahora no creo que sea eso sólo… Pero bueno. Así como te digo que estoy convencido de que Gvirtz hace lo que hace por plata. Y que pasado mañana viene el Partido Comunista de Checoslovaquia, y se hace checoslovaco. Le importa tres carajos.

—¿Puede ser que, habiendo hecho muchos años especialmente periodismo deportivo, donde el espectáculo te lleva a que todo el mundo opine apasionadamente, hay una cuestión de tono, donde el chequeo de la información sea secundario, porque el espectáculo está ahí y es común a todo el mundo y la opinión sea más importante, por lo que sin mala intención, Víctor Hugo opine con liviandad sobre temas que ignora?

—Puede ser. Sumado a que Víctor Hugo tiene como una especie de complejo de inferioridad por ser periodista deportivo. El siente que le tiene que gustar la ópera, que tiene que usar la política… ¿Me entendés? Es como que es poco ser periodista deportivo.

Le gusta, le va bien, hace plata, pero él quiere hacer otra cosa.

—Hay un tema con los adjetivos. En el periodismo político los adjetivos son mal vistos, y en el periodismo deportivo son esenciales.

—A los periodistas deportivos, si hicieran política, habría que echarlos a todos, porque no sienten que tienen que argumentar nada.

—¿Hay un problema de género? ¿Está haciendo algo que no sabe?

—Para mí es una mezcla de cosas. No es que el tipo dijo: “Bueno, voy a facturar”. Yo creo que primero lo escucharon, después lo sedujeron.

—¿Puede haber algo relacionado con el ciclo laboral?

—Y, ¿para qué? No le va bien con la gente con esto. El programa que tiene en Canal 9 hizo un punto y medio, dos puntos. Esa es otra cosa en que los tipos estuvieron bien. Ellos lograron imponer que son éxitos televisivos programas que no existen. Yo en el cable hago el doble o el triple que ellos en televisión abierta. El éxito de 6, 7, 8, ¿dónde está? No existen.

—En Canal 26 mostraste que en el 2011, “6, 7, 8” le costó al Estado 11 millones de pesos.

—Sí.

—Y dijiste también que no te preocupaba lo que hacían, porque lo están haciendo, simplemente, por plata. ¿Te referías también a los periodistas, independientemente del productor?

—Los periodistas de ahí no existen.

—Barone…

—Barone nunca condujo nada. Sandra Russo no es una conductora tampoco, siempre hizo de coequiper de otro; son todos chismes de segunda y tercera línea. Eran todos cronistas, o eran rewriters de humoristas. El chico que conduce era movilero mío. Gvirtz inventa esos esquemas porque es mucho más barato mantener un esquema así que con conductores. Ahí el problema es Gvirtz, no son los demás. ¿Y por qué me consta que harían otra cosa? Porque han venido a ofrecerme cuarenta millones de veces programas así. Gvirtz ha estado en mi casa diciéndome que por favor quería laburar conmigo; cuarenta veces, no una vez.

—¿No pone a nadie importante para que sean todos intercambiables?

—Obvio. Porque el costo es menor.

—Vos dijiste: “Son ratas de cuarta que están ahí cobrando 50 o 100 lucas, y te dan vergüenza”. ¿Cobran una cantidad de dinero que no ganarían en la actividad privada?

—No cobrarían en su vida. Decime, ¿cuánta gente ganaría esa guita en una redacción? Nadie. ¿Cuánta gente que está en Radio Nacional ganaría lo que están ganando hoy; o en un medio electrónico, o en una redacción privada? Muy pocos.

—¿Existe el periodismo militante o se trata de contra-periodismo?

—No existe. El periodismo es periodismo, no tiene que tener agregados de nada. Lo otro es publicidad. Aparte, la actitud de militante, primero, es una actitud que tiene que ver con lo militar, con los partidos políticos, el cuadro desde lo militar, y eso es un concepto setentista. Yo no milito en el periodismo, yo vivo del periodismo, soy periodista. No es que creo que mi función en la sociedad es ser periodista y que hay un fin superior, y que en cuanto formemos la revolución… No es así.

—Vos decís que el gobierno peronista primero y el actual toma como enemigo a un grupo de medios. Su objetivo es construir una narración falsa, porque no se pelea con verdaderos sectores de poder, y su adversario es aquel que lo puede desenmascarar, es decir, los medios. Si así fuera, la necesidad de hacer un contra-periodismo sería funcional a ese fin. ¿La cuestión no sería tener un periodismo que hable bien del gobierno sino un contra-periodismo que destruya a los que lo critican?

—Eso es lo que dice Perón en un libro que se llama Los vendepatria, que fue publicado en el exilio, seis, siete años después del golpe de la Libertadora. Es muy interesante leer los textos de Perón sobre el periodismo. Perón es hijo de la guerra fría. Son de los que pasan por un complot determinado de tal, tal y tal para dominar el mundo. Y se acabó. Entonces, ¿qué es lo que tengo que hacer? Tratar de joder al enemigo. ¿De qué manera? Infiltrándolo, mintiendo. En ningún momento el tipo se pone a pensar si lo que se muestra es verdad o no es verdad. Era una operación de inteligencia con una naturalidad increíble.

—¿Militar lo interpretás como algo fáctico, como lo militar de la guerra?

—El tipo va ahí y se acabó. El tiene esa visión del periodismo. Con esa naturalidad increíble con que Martín García, en Télam, dice las bestialidades que dice, está haciendo peronismo puro.

—¿Para destruir a los periodistas?

—Es destruir lo que para ellos no es el modo de vida representativo.

—¿Por qué?

—Por algún motivo místico sienten que encarnan los sentimientos y deseos ocultos populares de todo el mundo. Ya ahí estamos en un quilombo, porque ellos son todo el pueblo. Como representantes de esos sentimientos populares, que son inalterables, que con el tiempo no cambian y que van a ser siempre los mismos, que también es otra locura completa, son los que te van a decir qué es periodismo y qué no es periodismo. Y se acabó. Lo que no, son los intereses de la oligarquía. Lo ven así, yo no te estoy diciendo que tienen razón.

—¿Al final Hadad terminó siendo menos oportunista que tantos otros, y Szpolski o Gvirtz lo superaron?

—Fueron distintas las circunstancias. Son oportunistas menores los que aparecen, tampoco son mayores. A ninguno de éstos les dio el piné para hacer lo que Hadad hubiera querido hacer y no pudo. Hadad estaba para comprar Canal 13 y no pudo. Estos tipos tienen que estar atrás.

—¿No creés que en el fondo, con todos los defectos, Hadad es periodista y los otros no? ¿Y que algo de sentido común le hizo ver que si atacaba al periodismo se estaba suicidando?

—No lo sé y no me preocupa.

—¿Atacar al periodismo es el nudo de la estrategia del Gobierno?

—Yo creo que el Gobierno llega, mira y dice: “Acá el enemigo es tal”. El Gobierno elige a su enemigo.

—¿Y quién es el enemigo? ¿El enemigo del político es la verdad o un mayor grado de ella?

—Es que yo creo que vos tenés razón, pero te digo cómo ellos lo plantean como estrategia. Buscan enemigos con los cuales pueden combatir, que no están peleando la misma pelea. Porque, ¿qué pelea están peleando ellos con Clarín y La Nación?

—Y si lo que se buscara fuera destruir la idea misma de que exista una verdad, ¿“Clarín” sería fácticamente funcional, o disfuncional?

—Puede joder.

—En ese caso, a lo Perón militar, ¿habría que infiltrarlo, destruirlo militarmente, para lo cual habría que crear un contra-periodismo?

—Entiendo lo que decís, pero creo que puede ser leído por algunos sectores como demasiado gorila.

—¿Qué imaginás que va a pasar dentro de cinco años con Clarín?

—Va a arreglar con el gobierno que esté.

—¿Va a sobrevivir y continuar siendo de la misma manera?

—Viene ahora Magnetto y te dice: “Jorge, quiero pedir un crédito para una heladera. Tardo cinco años en pagarlo, ¿me salís de garante?”.

—Veo que vos le saldrías.

—(Risas)…

—¿Néstor Kirchner negociaba y usaba a Clarín; y Cristina, más principista, fue quien rompió?

—Dos personas que están juntas treinta años, que hacen política durante treinta años, que están en el medio de la mierda durante treinta años, se parecen. No puede ser que uno sea la Madre Teresa y el otro un agente de Kaos. ¿Cómo un tipo se va a transformar de Al Capone en Winston Churchill en una semana?

—Vos insististe con el tema de la repetición, que es, casualmente, lo que te criticaba María Julia Oliván.

María Julia tiene que aprender a argumentar. Se lo digo con cariño porque es una chica que estudió conmigo. Que lea lo que dijo, porque es una boludez. Yo no digo que todo está basado en la repetición, yo estoy hablando de la repetición de una falacia, no de cualquier repetición. Ella responde como si todos estuviéramos sólo repitiendo una y otra cosa.

—¿Es en la repetición donde está la técnica fundamental?

—En la repetición de una falacia deliberada.

—Es que si no fuera falaz, no sería necesario repetirlo, porque la realidad sola lo terminaría imponiendo. ¿Cuando no es verdadero es la repetición lo que lo hace verosímil?

—Cuando no es verdadero, la repetición crea un clima que genera en los demás miedo y duda sobre si puede ser verdadero. Pero en el fondo tampoco sirve porque también dura un tiempo. Yo soy de los que creen que el chico besa a la chica, que las cosas terminan bien. Estos son momentos. La repetición no les va a servir para imponer… No les va a servir para nada. Vamos a estar acá en cinco años diciendo que las cosas son distintas.

—El martes pasado, cuando la Presidenta abría las sesiones ordinarias del Congreso, sus partidarios cantaban: “Periodista, periodista, si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar”.

—Ellos se están armando sus propios monstruos, y esto le pasó con lo de Diana Conti.

—¿La reelección indefinida?

—Armaron sus propios monstruos, y ahora ¿qué hacen con ellos? “Uy, armé a alguien más cristinista que Cristina. ¿Y ahora qué hago con Timerman? ¿Cómo me lo saco de encima?”.

—¿Fue un error de Clarín enfrentarse al Gobierno con la misma violencia con que el Gobierno lo enfrentaba? ¿Perdió credibilidad al hacer un periodismo tan crítico, después de haber hecho periodismo oficialista?

—Así como hoy no le sirve estar en un nivel de antioficialismo tan grande, porque le quita credibilidad, tampoco le sirvió en su momento llegar a niveles de oficialismo tan increíbles, como los que llegó a tener con distintos gobiernos. Esas cosas se construyen con los años, y si equivocaste, es muy difícil que…

—¿No creés que la provocación cumple el papel de descentrar al otro? Esto que vos sentiste, que por primera vez en tu vida tuviste ganas de ir y cagar trompadas a alguien. Y ahí está la clave del contra-periodismo, que para que el otro se enoje…

—El famoso “te mojo la oreja”. Claro. Sí.

—Y se usa al periodismo militante para enojar al periodismo normal y convertirlo también en contra militante, o militante de lo opuesto.

—El periodismo y la militancia son dos cosas que no tienen nada que ver.

—Sí, pero al lograr que Clarín se desespere y haga periodismo militante de lo opuesto, le ganaron la batalla.

—Sí. Pero es lo que pasa con la guerra cuando se transforma en represión. Y lo que pasa con los chorros cuando la policía sale a afanar, lo que pasa cuando el cordero se transforma en lobo.

—¿El objetivo es provocar hasta hacer enojar al contrincante?

—Me causa gracia la discusión de si Cristina se presenta o no. Nunca vi ningún peronista dejando el poder estando en situación de ganar. ¿Qué va a hacer. ¿Se va a Louis Vuitton a comprar carteras, a París? No tiene trayectoria internacional, no tiene antecedentes académicos, no tiene nada. ¿Qué hace si se va? Se va a quedar Cristina, la hija, el hijo, el nieto, el recontra nieto. Se van a quedar todos. Hasta que se los saque con los votos.

—En esta hipótesis de que a Clarín el Gobierno logró llevarlo al nivel de pelea que deseaba, ¿te habrías imaginado que el Magnetto que conociste, aquel con el que ibas a hablar todos los jueves, podía haber caído en este error?

—No, para nada. Pero me parece que en ese momento él no estaba tan enfermo, habría que ver cómo su personalidad influyó en todo esto.

—¿Cómo era aquel Magnetto que vos conocías?

—Estaba totalmente sentado a la mesa de poder, o sea que no podía pasar nada sin que Magnetto no lo supiera. Cuando me decís que el Gobierno hizo lo que hizo de Clarín, yo digo –me pasa lo mismo con el asunto de la Ley de Medios–, ¿hasta ahora qué hizo? Porque, así como el Gobierno se imagina sus enemigos, los resultados de sus peleas son muy relativos. Habría que hacer un punteo del resultado de las peleas del Gobierno con los medios, y con todo en general, para ver qué logró, qué no y en qué casos. Porque Papel Prensa existe; los medios todavía siguen estando bajo la propiedad de quienes están. ¿Desaparecieron los monopolios en la Argentina? No. Entonces, ¿cuál es la parte falsa y cuál es la verdadera de la pelea con Clarín que, supuestamente, ellos ganaron? ¿Que regalan budineras para que se conecten a Paka Paka?

—¿La Ley de Medios no va a funcionar?

—No está funcionando hoy y no tiene manera de funcionar.

—Seguí con esta hipótesis: Cristina se presenta, como vos creés que va a suceder, y gana.

—Si no pasó hasta ahora, no va a pasar porque nunca van a tener más poder del que tuvieron dos años atrás.

—El punto es la desinversión. La ley está confirmada por la Corte Suprema.

—¿Qué es lo que está pasando con la desinversión? Están comprando ellos mismos empresas a los que están vendiendo. La desinversión que está pasando ahora es la que pasó con Radio El Mundo, Radio Belgrano en los años 50, cuando Yankelevich les vendió a los medios peronistas. Están haciendo exactamente lo mismo que pasó en el primer peronismo, porque tampoco en ese momento lo nacionalizaron: lo privatizaron con amigos.

—Vos creaste el único medio que publicaba todos los días avisos de los aniversarios de búsqueda de los desaparecidos cuando se vivía un clima totalmente adverso a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo. ¿Qué pasó con ellas?

—Podría decir que es porque se las escuchó, que es por prestigio, que es por contención. Nosotros teníamos mucha información de los manejos de los planes de vivienda de las Madres; hay cosas irregulares, pero que no son representativas. Hay un montón de cheques voladores dando vueltas por ahí de las Madres que los bancos no ejecutan por miedo, para no tener quilombos. Hay gastos raros, como, por ejemplo, coches blindados para empresas de viviendas, que se dice que son blindados porque son zonas peligrosas. Y hay algunos otros gastos que son difíciles de justificar. Pero uno no podría decir que es igual que cuando se licitan viviendas en, no sé... Santiago del Estero. Lo que pasa es que se creó como una especie de corporación política alrededor del tema de los derechos humanos, como una serie de privilegios que no empezaron con este Gobierno. Menem empezó a pagar los subsidios de los desaparecidos, y después hicieron falta menos pruebas para justificar nada.

—¿Qué fue lo que te hizo salir en defensa de Clarín el día que el Gobierno organizó la conferencia de prensa sobre Papel Prensa, en la que se presuponía se anunciaría la detención de Magnetto?

—No era salir a defender a Clarín, sino decir lo que pienso. Esto es lo que los que me critican no entienden. Yo nunca dije: “Hagamos la ley para nuestro lado, para cagar a los otros”. Creo en lo que digo y en lo que escribo. Suena una estupidez dicho así, pero es verdad, yo creo eso.

—¿Sentiste en ese momento que tenías que comunicarlo? ¿Incluso en un medio de Clarín como TN?

—Que no se puede permitir que el Estado avance sobre los individuos de esa manera. Que no podemos engañar a los pendejos, que no podemos contar una historia distinta de la que pasó, no podemos crear héroes falsos de vuelta. Esta cosa del discurso guevarista… Estamos creando héroes falsos de vuelta, van a volver a matar pendejos como mataron pendejos hace cuarenta años. Somos responsables de eso si vuelve a pasar. Tengo hijos, y no quiero que los maten.

—Dijiste que “Florencia Peña, que se pasó mostrando el culo durante el menemismo, con Francella, ahora es Rosa de Luxemburgo”, y de Andrea del Boca que “parece que es ella la viuda de Kirchner”. ¿Sobreactúan como vicio profesional o es el resultado de un verdadero trance sugestivo?

—No sé. Afortunadamente no lo vi, y digo afortunadamente porque hubo gente amiga que me contó que estuvo patética... ese programa de Canal 7 donde se largaban todos a llorar en la tribuna. Yo creo que somos un país que está enfermo y que sacamos la enfermedad por distintos lados, y que esto es parte de esta enfermedad de esta generación. Es difícil de explicar que de golpe…

—¿Sobreactúan o lo sienten?

—Andá a saber. Algunos lo harán por plata, otros sienten que vuelven a hablar de ellos, otros se sentirán culpables por no haber hecho nada antes. Pero es gracioso. En este país nadie hablaba de Clarín… Yo, Ramos, vos y dos o tres más, y ahora, de golpe, somos el demonio y estos tipos vivieron de Clarín toda su vida. Enloquecieron todos. Ya se les pasará.

—¿Ves TN cuando estás en Buenos Aires?

—Sí. No me gusta lo que están haciendo. Están en un tono militante que no es el que tienen que tener.

—En los artistas, ¿hay un oportunismo y una moda? Por ejemplo, el ataque a Mirtha Legrand de otros artistas, que aparecía en cadena. ¿Es contagio u oportunismo?

—No conozco ningún país donde lo inviten a Mario Vargas Llosa a la Feria del Libro y un grupo de intelectuales salga a decir, como único argumento, que es un tipo de derecha. Imaginate la tapa del New York Times con un grupo de escritores de Nueva York que dice que Vargas Llosa es de derecha y que lo echen. Eso nos pasa a nosotros, nada más. Siempre, en todos los gobiernos, hubo cuatro o cinco artistas que hicieron negocio. Habrá sido Sofovich con Menem, y ahora son éstos. Me molesta que después veo lo que cobraron por el recital de derechos humanos. Cobrás 500 lucas para cantar 40 minutos en un recital de derechos humanos.

—¿Dice algo de la Argentina que Tinelli esté en el mejor momento?

—No. Lo de Tinelli es como una constante de la televisión en sí, que volvió a producir mucha guita. Se volvió a mil dólares el segundo en el prime time, como estábamos hace quince años. Es muchísima plata. Los contenidos siguen siendo una mierda, igual que antes.

—¿Qué ves de los jóvenes en relación con Cristina y con el kirchnerismo?

—Primero, que hay un interés muy particular del Gobierno en insistir en eso…

—¿En evidenciar?

—Sí. Me parece que es comprensible que en el discurso de los Kirchner una cosa así, pasional, cale. Pero me parece que es una cagada en el sentido de que a los chicos los vuelve para atrás en un montón de cosas. A mí me importa un carajo si toman o no los colegios, depende la circunstancia, lo que digo es: ¿para qué lo están tomando? Por lo menos, antes de tomarlo, fijate a qué resultado podés llegar. Porque después te van a cagar los mismos que hoy no querés que te caguen. Y fue lo que pasó: tomaron los colegios, no cambió nada y todo sigue como estaba. La sensación que me da es que la Argentina está en esa situación todo el tiempo, de volver y volver sobre lo mismo.

—¿No es razonable que cada vez que se trate de romper los paradigmas, en algo parecido a lo que se podrían llamar revoluciones, se utilice a los jóvenes como herramienta principal? ¿Porque es más fácil introducirles una idea sin pasado, al mismo tiempo que son los que se ilusionan más con un cambio abrupto que les permita no tener que recorrer todo el cursus honorum y saltar etapas?

—Son más manipulables. Pero no es real. ¿Nuestra obligación social cuál es? Tenemos que decírselos. Olvidate que soy periodista… Tengo 50 años, algo tengo que hacer.

—En los últimos quince años, el fenómeno universitario fueron las escuelas de periodismo, las facultades de comunicación y todo lo relacionado con tareas creativas, audiovisuales. Esos miles de jóvenes, ¿no creés que ven en la Ley de Medios una oportunidad para conseguir un trabajo que en los medios privados no podrían conseguir?

—No tengo dudas.

—El Estado dará salida laboral a un montón de gente que no la tendría en los medios privados.

—Pero tenemos que decirles que es mentira. ¿O vos pensás que va a funcionar la radio de los wichis? ¿Cuánta gente la va a escuchar? ¿Qué capacidad de generación de contenido tenés en la radio de los pueblos originarios? Todos queremos que pase tal y tal cosa, pero también pasa lo que pasa.

—¿Más tarde o más temprano el Estado no va a poder sostener?

—El Estado ya hoy no las puede sostener porque no existen…

—¿El Estado, llegado un punto, no va a poder sostenerlas si asiste a otras tareas mucho más relevantes para la sociedad que mantener medios de comunicación?

—Obvio.

—¿Esa sería la mentira implícita de la nueva Ley de Medios?

—Lo interesante de este fenómeno no es tanto la ley en sí, porque eso, de última, es un grupo de presión contra otro. Lo interesante es por qué todos pensamos que se está cumpliendo. Porque tanto vos como yo hablamos como si se cumpliera, y tampoco se cumple.

—Para un grupo como Clarín, la pérdida del fútbol significó un serio quebranto.

—Un cambio de negocio. Los motivos declamatorios por los cuales el fútbol se pierde siguen siendo los mismos. Antes lo manejaba tal, ahora lo maneja La Corte.

—La reducción a seis minutos de publicidad por hora en todos los programas de cable...

—Hasta hoy no tuvo efecto: no se llevó adelante.

—El Grupo Clarín la está cumpliendo, atemorizado.

—Sí, pero todavía los chivos los siguen manteniendo.

—Muy reducidos.

—Lo que planteo es que no se cumple no porque no quieran, sino porque no se puede. No da el mercado. La Ley de Medios es una ley hecha en la facultad, no en la vida. No es automática la cosa, no es que vos decís: “Voy a hacer una radio para los polacos”, y vienen todos los polacos a escuchar la radio.

—En los 90, Grondona te veía a vos como quien venía a romper el paradigma del periodismo en la televisión y a ocupar el lugar que él tenía en aquel momento. ¿Sentís que hoy alguien te disputa ese lugar que vos ocupaste en la televisión en el periodismo político?

—Creo que en un momento va a pasar, pero al haberme abierto yo de la televisión no quedó nada, me parece, en ese sentido. Tampoco me seguí preocupando por ocupar ese lugar, entonces es como que quedó vacío. Tampoco surge tanta gente todos los años que sea buena o que pueda funcionar.

—¿Cómo te imaginás el segundo mandato de Cristina?

—Acá hay que solucionar la crisis del 2001, porque nuestro problema sigue remitiéndose ahí. Hay una deuda de la clase política que nunca se satisfizo, sigue teniendo una actitud suicida respecto de los cambios básicos que se le pidieron, y va a tener que tomar esa decisión en algún momento porque no se sostiene más.

—Imaginate a Cristina en su segundo mandato.

—Acá no puede existir más una alianza peronismo-radicalismo. No puede existir una cosa de complicidad donde por un lado te putea Alfonsín, y por el otro lado negocia el otro. Hay un montón de cosas que están pasando debajo de la mesa que no pueden seguir pasando. Ya no se sostienen. Entonces, es cuestión del tiempo.

—Este irte afuera del periodismo de actualidad de la Argentina, ¿es definitivo o coyuntural?

—Realmente, no lo sé.

—En un reportaje a la revista de “La Nación” dijiste: “Desde el kirchnerismo para acá, se ha vuelto un momento difícil para escribir. El kirchnerismo terminó haciendo una confusión de roles que, en algún punto, es muy perversa. Te deja en un lugar raro, donde tenés que estar explicando si sos, no sos, si fuiste, si vas a ser, cuando en realidad ellos no son nada de lo que dicen que son. Pero te dejan culpable a vos”. ¿Escribir tiene consecuencias negativas peores hoy que en los 90 o los 80?

—Si me remito a las pruebas, en los 90 estaba en la televisión y hoy no. Hay algo que empezó con el discurso de Cristina y después se mantuvo y nunca se bajó de esta cosa de que todo el tiempo estamos atajándonos. Todo el tiempo…

—Vos dijiste también que no sos indiferente a la mirada de los otros, que sos muy inseguro y que a pesar del paso de los años todavía no lograste ser inmune a los ataques.

—Totalmente.

—¿Eso es lo que hace que estés acá?

—Eso por un lado. Por otro, porque profesionalmente puedo hacer cosas que me gustan.

—Independientemente de que tenés la alternativa, me imagino que preferirías estar haciendo televisión en la Argentina en el prime time.

—Sí. O trataría de hacer las dos cosas.

—¿No te da un poco de bronca, y ganas de volver a escribir y hablar sobre política nacional?

—No es que te corrés, vas a otro lugar. Mañana voy a hacer una nota con (Howard)Gardner sobre los distintos tipos de inteligencia, y yo no me imagino discutiendo eso con un gerente de programación de un canal argentino que me dice: “Lo que pasa es que está Marcelo a esa hora. ¿Cuánto vas a medir? Cinco puntos”. Quiero discutir otra cosa, otro tipo de programa, no sé.

—¿Creés que esto es definitivo?

—Estoy tratando que todo esto que pasa me afecte hasta un punto donde no me inmovilice. Entonces, prefiero salirme porque encuentro que afuera tengo una libertad para laburar que no tengo en la Argentina. Yo no me fui. Estoy laburando para otro lugar, pero eso no quita a la Argentina, porque lo que hago se va a ver en la Argentina. Dejé de estar en la Argentina porque siento que es muy difícil llevar adelante esta profesión, a esta altura de mi vida profesional, en un lugar como la Argentina en este momento.

—¿Tu ausencia en los medios de la Argentina es una forma de expresar tu desacuerdo?

—Sí. No quiero estar discutiendo con Aníbal Fernández, me empobrece como persona. Siento que me están forreando. ¿Cuántos años más vamos a vivir? “¿Cómo murió? Discutiendo con Aníbal Fernández.” ¡Dejame de joder! Eso me parece patético. Ojo: no me avergüenzo de nada de lo que hice laboralmente, hice todo lo que quise, las cagadas también. Ahora, quiero hacer algo que me interesa hacer.

—¿Y cómo está tu salud?

—Estoy bien. Pero no quiero que me joda…

—¿Te corriste para volver con más fuerza en otro momento?

—Estoy armando un documental que son dos temporadas. Después veré qué es lo que hago. Toda mi vida fue así. Esto que estoy haciendo ahora se termina en octubre, y en junio del otro año se termina la otra parte. ¿Qué haré después? Yo qué sé qué haré después. ¡Hagamos algo en Brasil!

 

Jorge Fontevecchia, Editor General Grupo Perfil

 

LA REPRESALIA INFANTIL DE CRISTINA POR SER IGNORADA POR OBAMA, IMNVENTO EL “AVIOGATE” LO MANDO AL
“EMPLEADO TOTO SERVICIO TIMERMAN”  PERO CLARO  IMPIDE ACTUAR A LA JUSTICIA?

 

BAJARÍAN CALIFICACIÓN A LOS AEROPUERTOS ARGENTINOS

EE.UU. prepara una sanción como represalia por el avión con armas

Ezeiza. La falta de controles adecuados es un punto objetado.

Un pelotón de inspectores de la FAA (Federal Aviation Administration), un organismo del gobierno de los Estados Unidos dedicado a la fiscalización de la actividad aerocomercial, llegará a fin de mes para evaluar la seguridad operacional de los aeropuertos en la Argentina y podría adoptar una medida negativa. De hecho, el antecedente más reciente lo es: el pasado 15 de febrero, la Embajada de Estados Unidos envió a la Cancillería una carta de tres párrafos amenazando a la Argentina con bajarle la categoría a sus aeropuertos de uno a dos porque dice “contar con información que nos preocupa”, respecto al traspaso de los comandos regionales a la aviación civil.

La última inspección de este tipo se realizó hace dos años y el país estuvo al borde de perder la actual categoría debido a una serie de fallas detectadas, por lo que fue observado y conminado a corregirlas.

La Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO, por sus siglas en inglés International Civil Aviation Organization), una agencia de las Naciones Unidas creada para estudiar los problemas de la aviación civil internacional, había ordenado que en todos los países la administración pasara de manos militares a civiles.

La Argentina cumplió con eso. Pero la carta, que en términos diplomáticos fue definida por fuentes del Gobierno como “políticamente incorrecta”, advierte sobre el posible resultado de una auditoría que todavía no se realizó.

“Es una amenaza estrictamente política. Y es consecuencia del accionar del canciller Héctor Timerman con el asunto del avión de Estados Unidos”, explicó la misma fuente.

La carta fue confeccionada por John Allen, titular de FAA. En términos técnicos, la baja de la categoría no implica cambios inmediatos, pero puede habilitar al congelamiento de las frecuencias de vuelos (no se pueden aumentar). Además, tener la categoría dos implica que el gobierno de Estados Unidos recomiende que no se viaje al país en conflicto.

“Por eso es obvio que la decisión es una medida política, no por problemas de seguridad”, argumentó la fuente. De hecho, todos los países latinoamericanos tienen la categoría uno.

La auditoría fue pautada después de una revisión que se realizó en mayo de 2009, donde la FAA encontró 52 observaciones. De ellas, la Argentina mejoró el 80 por ciento y venía trabajando en conjunto con la FAA. De hecho, la auditoría está prevista para la primera semana de abril, y fue fijada antes de que se confiscara el material del avión norteamericano.

“No dicen qué información es la que tienen. Tampoco de dónde proviene. Sólo dejan la amenaza de bajarnos de categoría”, precisó la fuente. La Argentina sufrió la baja de la categoría durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Esa situación se revirtió bajo la administración de Néstor Kirchner.

F.O/M.C. Perfil.com

MÁS TENSIÓN CON EE. UU.: LAS EMPRESAS DENUNCIAN PRESIONES

Es porque, dicen, les frenan las importaciones y son acusadas por la AFIP en causas ligadas a la evasión impositiva. Hablan de una “escalada”. Plantearon el tema al Gobierno. Y formaron una comisión con funcionarios de su Embajada.

La historia comenzó hace un mes, cuando empresas norteamericanas empezaron a recibir “aprietes” de Guillermo Moreno. Luego la AFIP se sumó a las presiones, dicen los ejecutivos, y la situación fue “en escalada”. Comenzaron las reuniones y los contactos con la Embajada de su país en Buenos Aires. La situación es un grado más en la tensión que ya refleja la relación bilateral con los EE.UU. a nivel político, que tuvo como últimos hitos la decisión de Barack Obama de no venir al país y el conflicto por la confiscación del avión militar que traía personal y materiales para un curso de la Policía Federal.

“A principios de febrero, varios de mis colegas de empresas norteamericanas comenzaron a llamarme -cuenta casi divertida una ejecutiva de una compañía química de ese origen-. Estaban azorados por las llamadas de Moreno, y sabían que para mí eran habituales, entonces querían saber qué hacer, qué responder ”.

En ese momento, el objetivo del secretario de Comercio fue frenar las importaciones . “El planteo era un evitar pérdidas de divisas, que no gastáramos dólares ”, explicó un hombre de otra empresa de EE.UU., esta dedicada al sector agrícola.

Allí comenzaron las reuniones en AmCham, la cámara que reúne a las compañías de capital norteamericano o que tienen negocios con ese país. Del intercambio de información, surgió una preocupación mayo r que la que se basaba en cada caso particular.

“Hubo al menos 20 empresas de AmCham a las que les frenaron importaciones”, señaló uno de los que fue a esos encuentros. Pero la cosa fue más allá. A una empresa europea, no le dejaron comprar insumos en EE.UU.

para productos que elabora en la Argentina para exportar. A una compañía dedicada a generación eléctrica no la dejaron traer equipos y quedó afuera de las licitaciones del propio Gobierno”.

En ese momento, la relación diplomática bilateral con los EE.UU. ya había entrado en un freezer. A fines de enero se conoció que el presidente Barack Obama visitaría Brasil y Chile en marzo sin hacer escala en la Argentina, lo que provocó estupor, primero, y luego duras reacciones de los funcionarios kirchneristas: empezó una escalada diplomática. Una semana después, el canciller Héctor Timerman acusó a Mauricio Macri de enviar a policías metropolitanos a una academia financiada por los Estados Unidos en la que, dijo, “en el pasado se dedicaban a entrenar militarescon técnicas golpistas y cursos de torturas y persecución de enemigos políticos”, poniendo el peso de esa historia en Washington más que en la cabeza del Jefe de Gobierno porteño. Pasó otras semana, y el 10 de febrero el gobierno argentino denunció que un avión militar de EE.UU. que había aterrizado en Ezeiza, con personal para cursos de la Policía Federal, traía armas, sustancias psicotrópicas y materiales no declarados.

El propio Timerman hizo el allanamiento de la aeronave, y Washington sigue reclamando aún la devolución la carga del avión, incluyendo códigos secretos de inteligencia.

En ese contexto, las empresas de capital norteamericano empezaron a hablar de “escalada”. En las reuniones de la AmCham se comenzaron a acumular hechos. A principios de febrero, una compañía de ese origen, Dupont/Pioneer, fue acusada de “trabajo esclavo y le retiraron el servicio de aduana en planta. El 3 de marzo, la AFIP sancionó a dos cerealeras norteamericanas, ADM y Cargill, acusándolas de “triangulación nociva” de operaciones. El viernes, la misma AFIPprohibió a Mattel, también de los EE.UU., seguir importando los juguetes Barbie y Power Ranger, entre otros.

“Hace rato que no teníamos una situación tan complicada, diagnostican en AmCham. Por eso pasaron de las reuniones en la sede de la cámara, frente al Teatro Colón, a citarse en la embajada de EE.UU., en los bosques de Palermo. “Se conformó una comisión entre empresarios y funcionarios técnicos de la delegación diplomática para tratar estos temas”, señaló uno de los ejecutivos implicados en el debate. Pero no pararon allí. “También le llevamos documentos explicando la situación a los ministros con los que más diálogo tenemos, Julio De Vido y Débora Giorgi”, agregó otro empresario, este petroquímico. Algunos están redactando otro documento, el que podría incluso hacerse público.

En la embajada de los EE.UU. no quieren hablar mucho del tema. Pero sobre las sanciones de la AFIP, destacan que “las empresas han cumplido todos los requisitos y no entendemos cuál es el problema, aseguraron a Clarín voceros de la delegación en Buenos Aires.

“Esto ha llegado a una situación en que sólo una gestión política de muy alto nivel puede destrabarla -analizó anoche uno de los empresarios que participa de estos debates-. A nosotros ya se nos escapó de las manos, sólo sufrimos las consecuencias.

 

Paso a paso

 En un mes, la relación bilateral con los Estados Unidos se tensó por razones políticas y económicas.

 1 - Importaciones

 A principios de febrero, las compañías empezaron a recibir presiones de Guillermo Moreno para frenar las compras en EE.UU.

 2 - El viaje de Obama

 A fines de enero se supo que, en marzo, Barack Obama viajará a Brasil y Chile, sin escala en Argentina. Hubo una dura reacción oficial.

 3 - El conflicto del avión

 El 10 de febrero, el Gobierno denunció que un avión militar de EE.UU. traía carga no declarada. El canciller Timerman participó del operativo.

 4 - Las exportaciones

 Dos cerealeras norteamericanas, Cargill y ADM, fueron sancionadas por la AFIP. En la Embajada dicen: “cumplieron todos los requisitos”.

MARCELO CANTON .clarin

EN EL GOBIERNO DICEN ESTAR LISTOS PARA ENFRENTAR LAS CONSECUENCIAS

El Gobierno argentino es consciente que la disputa generada por el cargamento militar estadounidense incautado en Ezeiza está creando un ambiente desfavorable para nuestro país en Washington y está dispuesto a pagar el costo que esto implicara.

El cálculo que hace la Casa Rosada es que la Argentina podría ser expulsado del Sistema General de Preferencias y que la carne y los limones argentinos seguirán sin poder acceder al mercado estadounidense. No creen, sin embargo, que el conflicto afecte las negociaciones con el Club de París ni el lugar que Argentina ocupa en el G-20. Dicen que la relación con EE.UU. es “correcta” pero enfatizan que no es de amigos y amenazan con que si la tensión aumenta pondrán fin a la cooperación nuclear que tienen actualmente con el gobierno estadounidense.

Tras consultar a fuentes en Buenos Aires y en Washington, Clarín pudo establecer que lejos de resolverse, la disputa por lo materiales ha entrado en un callejón sin salida a menos que una de las partes o las dos flexibilicen posiciones.

En la Casa Rosada están determinados a no devolver el material incautado si EE.UU. no brinda más explicaciones sobre qué uso le iba a dar. Quieren saber qué iban a hacer los sistemas de comunicaciones encontrados en la valija incautada junto a distintos tipos de drogas y a una serie de pen drives que decían “secreto”. Afirman que EE.UU. no cometió ningún delito, sino una infracción aduanera. Pero que de acuerdo a la ley argentina el material puede ser destruido.

En el Pentágono y en el Departamento de Estado, insisten en que el materia debe ser devuelto. Están muy enojados porque, según dicen, las autoridades argentinas violaron todas las claves de seguridad. Acusan al Gobierno de haber escalado un disputa que pudo haber sido resuelta a nivel de la aduana y dicen que no tiene ninguna otra aclaración que dar.

En Buenos Aires piensan que fue la Embajada estadounidense la que comenzó la escalada al filtrar la información sobre la existencia del avión en Ezeiza a la prensa y al no querer colaborar con la investigación sobre el material. Más aún, dicen que el número dos de la embajada Jefferson Brown hizo mal en filtrar a la prensa que el canciller le había pedido silencio, que las cosas se pueden arreglar mejor cuando hay discreción. Recuerdan además cuando EE.UU. incautó y destruyó un cargamento de limones por 2.000.000 de dólares por miedo a que contuviera materia bioterrorista.

El Gobierno es consciente de que este conflicto puede favorecer la expulsión de la Argentina del Sistema General de Preferencia. Pero no parece preocuparle mucho porque argumentan que probablemente hubiera sido expulsada de todas maneras. En Washington se han quejado duramente porque uno de los miembros que debe tomar la decisión es un abogado que defendió a una de las compañías que presentó una demanda en contra de nuestro país en el CIADI pero que ahora trabaja para la Oficina del representante comercial de Estados Unidos.

Funcionarios argentinos ligados a las negociaciones con el Club de París creen que la disputa “no tendrá efectos sobre las mismas”, porque todos los países quieren cobrar lo que les debemos”. Están convencidos de que nadie quiere expulsar a Argentina del G-20, porque eso sentará un precedente que se les puede volver en contra. También si expulsan a la Argentina, la pregunta será quién ocupará la silla que deja vacía. ANA BARON , Washington Corresponsal, CLARIN

AVIÓN DE EE.UU.: EL JUEZ INTIMÓ A LA ADUANA POR MÁS DATOS

Reclamó que le envíe un informe final sobre el material incautado en Ezeiza.

El juez en lo Penal y Económico, Marcelo Aguinsky, intimó ayer a la Aduana a que 48 horas hábiles , es decir, no más allá del jueves próximo le entregue el informe sobre el material incautado a un avión de la Fuerza Aérea estadounidense el 10 de febrero, en lo que derivó en un incidente diplomático entre Washington y Buenos Aires de grandes proporciones. Ocurre que en lo político, el gobierno de Barak Obama sigue reclamand o que le devuelvan los elementos retenidos, mientras que la administración de Cristina Kirchner reclama en cambio explicaciones por el incidente a EE.UU.

Entre tanto, Aguinsky, que según fuentes judiciales espera tras el informe cerrar la causa la próxima semana, le advirtió a la directora de general de Aduanas, María Siomara Ayerán, que en caso de no cumplir con los plazos establecidos se le aplicará al organismo una multa de $ 10.000 por cada día que demoren presentar la documentación requerida, donde la Aduana debería consignar el valor de los elementos incautados.

Pero un comunicado de la oficina de Ayerán, informó ayer que cumplirá con los tiempos de la Justicia.

El C-17 de la Fuerza Aérea de EE.UU. llegó al país con decenas de miles de armas y municiones, y efectivos del Pentágono que venían a dar u n curso de entrenamiento al GEOF, que finalmente no se dio. El Gobierno lo frenó en Ezeiza y acusó a EE.UU. de querer ingresar medicinas, equipos de comunicación y armas sin declararlos. Washington lo negó. La Aduana ya ha declaró qu e fue una infracción aduanera y no delito.

Pero no entregó el informe que los jueces Rafael Caputo y Ezequiel Berón de Astrada le solicitaron el 16 de febrero, y que volvió a pedir Aguinsky cuando tomó la causa al volver a su despacho. Los elementos siguen en la Aduana .

El juez podría ahora expedirse sobre la inexistencia de una tentativa de contrabando , pero el destino del material sigue siendo una decisión política y no judicial.

NATASHA NIEBIESKIKWIAT , CLARIN

EL CONFLICTO CON LOS ESTADOS UNIDOS

Un incidente aduanero que derivó en un roce diplomático con el gobierno de Barack Obama

El conflicto con los Estados Unidos

El conflicto con los Estados Unidos

El conflicto con los Estados Unidos

El conflicto con los Estados Unidos

El conflicto con los Estados Unidos

El conflicto con los Estados Unidos

El 10 de febrero debía cumplirse la segunda fase de un curso de entrenamiento de militares de EE.UU. a efectivos del GEOF. Pero el C-17 fue detenido. El curso quedó abortado.

El Gobierno acusó a EE.UU. de querer entrar material no declarado. Este fue incautada por la Aduana y la Justicia abrió una causa. Washington lo reclama. Pero el Gobierno protestó y exigió explicaciones.

La oposición local protestó y ligó el incidente a que Obama no incluyera a la Argentina en su gira por la región. ANA BARÓN , Washington. Corresponsal clarin

 EN EE.UU., LOS LOBBIES IMPULSAN SANCIONES POR EL CASO DEL AVIÓN

Es por las “actitudes antinorteamericanas” de la Argentina, dicen en el Capitolio.

INSPECCIÓN. EFECTIVOS DE LA ADUANA REGISTRAN EL AVION DE EE.UU.

INSPECCIÓN. EFECTIVOS DE LA ADUANA REGISTRAN EL AVION DE EE.UU.

La no resolución de la disputa generada por el cargamento militar estadounidense que el Gobierno incautó en Ezeiza el 12 de febrero pasado, favorece a los lobbies que están trabajando en Washington para lograr que EE.UU. expulse a la Argentina del Sistema General de Preferencias y le quite todos sus beneficios comerciales.

“No puedo entender como (Héctor) Timerman no se da cuenta de que todo el trabajo que hizo como embajador para neutralizar los lobbies , y fundamentalmente ATFA (el lobbie de los fondos buitres) ahora lo que está haciendo en tanto que Canciller no hace más que favorecerlos”, explicó a Clarín una fuente del Congreso de EE.UU. “Sus críticas contra EE.UU. y su conducta durante el incidente del avión son un verdadero regalo para estos lobbies que viene insistiendo en que Argentina no es un país serio. Aquí hay consenso de que esta disputa no se resuelve porque Argentina no quiere resolverla” dijo otra fuente del Congreso que conoce bien a Timerman.

De hecho, el jueves el vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley, lo afirmó en dos ocasiones: “La solución de este conflicto está en manos de Argentina”.

Lo que está en juego no es un tema menor. Azurix y Blue Ridge han pedido a la Oficina del representante comercial de EE.UU. (USTR) que expulse a la Argentina del SGP . A través de este sistema nuestro país vende a EE.UU. una serie de productos por un total de 500 millones de dólares, sin tener que pagar tarifas.

Si es expulsada del sistema, los exportadores de esos productos deberán a pagar aranceles de entre un 5% y un 15%.

En los documentos presentados ante el USTR, estas dos empresas argumentan que Argentina se ha negado a pagarles los fallos dictaminados en su favor por el Centro de Arbitrajes de disputas de inversión (CIADI) del Banco Mundial. Son 398 millones de dólares. Dicen que de acuerdo a las reglas del SGP “el presidente (Obama) no puede designar a ningún país como beneficiario de este sistema si no actúa de buena fe y reconoce los fallos a favor de un ciudadano o empresa norteamericana” Argentina explica que nunca se negó a pagar esto fallos, pero que de acuerdo al artículo 54° del CIADI, para poder cobrar esta plata las empresas deben presentarse ante una corte Argentina, algo que se niegan a hacer.

Todavía es temprano para saber a quién le dará el USTR la razón. Lo más probable es que se conozca en fallo a mediados de Marzo. No obstante los tweets de Timerman, su conducta durante el operativo que culminó con el decomiso del cargamento militar, sus recientes presiones sobre la Embajada de EE.UU. en Buenos Aires, no han hecho otras cosa que reforzar en Washington la posición de aquellos que piensan Argentina no merece los beneficios del Sistema General de Preferencias.

“El fiasco del avión daña aun más la imagen de Argentina, ya ha dañada por los esfuerzos realizados por el gobierno para manipular al estadísticas e intimidad a los periodistas” escribió recientemente Jaime Darenblum, director de los Estudios Latinoamericanos en el Hudson Institute explicando recordando que el canciller Héctor Timerman acusó a EE.UU. de tener una “escuela de torturas” en El Salvador.

 No destruirían el material incautado

 La destrucción del material incautado por la Aduana al avión de la Fuerza Aérea estadounidense el 10 de febrero pasado es una posibilidad cada vez más lejana, reconocieron a Clarín fuentes ligadas a aquel operativo. De hecho, la Aduana quiere cerrar este capítulo con los Estados Unidos lo antes posible, tal vez, la semana que viene, cuando se espera una resolución sobre el tema por parte del juez Marcelo Aguinsky. 
Las fuentes señalaron que es poco probable que el Gobierno “se anime” a destruir la carga, ante los reclamos insistentes de Washington para que esta sea devuelta. La Aduana no restituye lo que incauta: lo almacena, los dona o lo elimina. 

 Ayer, funcionarios consultados por este diario no dudaban en manifestar la contradicción entre el celo oficial demostrado con la carga del C-17 que aterrizó en el país con armas y efectivos estadounidenses que iban a dar un curso a policías argentinos, y el relajo de lo controles en el avión de los Juliá, que despegó de aquí hacia España con una tonelada de cocaína a bordo.

 Juez en lo Penal y Económico, Aguinsky siguió tomando testimonios esta semana, durante la cual, una farmacéutica de la ANMAT señaló que la cantidad de medicamentos incautados del avión militar estadounidense, “no” es “significativa”.

 

NATASHA NIEBIESKIKWIAT, CLARIN INSISTEN EN QUE SE SOBREACTUO LA CAUSA POR EL AVIÓN MILITAR DE LOS EE.UU

El ex embajador argentino en Washington José Octavio Bordón aseguró que es "casi ridículo centrarse en este conflicto innecesario". Además, consideró por Radio 10que debería "haberse resuelto en otro lugar"

Insisten con que se sobreactuó la causa por el avión militar de los EEUU

El conflicto que se generó luego del aterrizaje de un avión militar de los Estados Unidos en el Aeropuerto de Ezeiza estuvo "sobreactuado".

El ex embajador argentino en ese país José Octavio Bordón afirmó que es "casi ridículo centrarse en este conflicto innecesario" y aclaró que en los diarios norteamericanos "prácticamente no hay noticias".

Bordón consideró por Radio 10 que el tema "tendría que haber sido resuelto en otro lugar" y añadió que esas situaciones "deben ser tratadas con un clima de firmeza, pero también de sobriedad".

"La soberanía no se defiende utilizando temas internacionales para generar climas favorables en las encuestas", precisó el ex diplomático.

DENUNCIAN A TIMERMAN POR DEJAR QUE ENTRE EL AVIÓN CON TROPAS DE EE.UU.

Un diputado de la Coalición Cívica acusa al Canciller de abuso de autoridad por no solicitar el permiso del Congreso. Los detalles.

 

foto perfil.com

Timerman y el avión de EE.UU. | Foto: Cedoc

El canciller Héctor Timerman fue denunciado esta mañana por los delitos de abuso de autoridad y violación a los deberes de funcionario público por el caso del avión de Estados Unidos que llegó al pais con material bélico no autorizado.

Ahora, el juez federal Julián Ercolini, que tomó intervención en la denuncia, remitirá el caso a la fiscalia en turno para analizar la acusación y resolver si promueve una investigación o la desestima, indicaron a DyN fuentes judiciales.

La presentación contra Timerman fue hecha esta mañana por el diputado nacional de la Coalición Civica Fernando Iglesias, quien actuó al canciller y "a cualquier otro funcionario que hubiese dictado resoluciones u órdenes queautorizaron el ingreso a nuestro país de tropas extranjeras y armamentos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos de Norteamérica".

La denuncia apunta a la llegada del avión C-17 Glomaster III de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos a Ezeiza con personal y material bélico con el fin de brindar un curso a la Policia Federal para situaciones de crisis en toma de rehenes.

Puntualmente, a criterio del diputado Iglesias, Timerman violó la ley 25.880, "marco regulatorio que estatuye el ingreso de Personal Militar Extranjero en el territorio nacional y/o egreso de Fuerzas Nacionales".

"Allí -dice Iglesias en la denuncia a la que accedió DyN- se establece siguiendo a la Constitución Nacional, que el Poder Ejecutivo debe solicitar la autorización del Congreso de la Nación, para el ingreso de tropas extranjeras", algo que -en este caso, se subraya- no se hizo.

DyN

 ERASE UNA VEZ UNA CARTA

El escritor y periodista trae a Perfil.com escribe sobre la oposición de intelectuales K a que Vargas Llosa inaugure la Feria del Libro.

El 22 de octubre de 1976, desde Lima, un escritor dirigió una carta al general Jorge Rafael Videla, por entonces ocupante (por invasión) de la Casa Rosada y presidente (por infracción) de la República Agentina. Su texto es el que sigue:

 



"El PEN Internacional, organización mundial de escritores que tengo el honor de presidir, ha recibido el informe titulado La persecución a artistas, intelectuales y periodistas en Argentina, que me permito adjuntarle, así como un complemento documental –fotocopias de publicaciones periodísticas- en que se apoyan algunas de sus afirmaciones.

"Aunque en el informe aparezcan, de cuando en cuando, expresiones que puedan atribuirse a la pasión política y algunas apreciaciones de carácter subjetivo, el grueso de su contenido, sin embargo constituye una relación de hechos de una gravedad tal que no puede dejar de consternar a cualquier persona civilizada. La lista de acciones que atentan contra los principios básicos de la cultura cubre un amplísimo registro: libros secuestrados de bibliotecas universitarias y particulares que han sido quemados públicamente, clausura temporal o definitiva de periódicos y revistas y establecimiento de una rígida censura, detención de escritores y artistas, sin especificar los cargos que pesan sobre ellos y sin transferirlos al poder judicial, hostigamiento y cierre de editoriales, allanamiento de instituciones dedicadas al arte y a la investigación sociológica.

"Paralelamente a estas acciones oficiales hay las que llevan a cabo comandos armados de gentes vestidas de civil, que su gobierno hasta el momento no ha impedido ni castigado, y que han sembrado el horror en muchos hogares argentinos. El informe cita a intelectuales que han sido secuestrados de sus casas y luego asesinados, a otros que han sido torturados, a otros que han desaparecido sin que se tengan noticias de su paradero. Asimismo, decenas de escritores, artistas y periodistas han debido huir del país, porque habían recibido amenazas de muerte. Ni siquiera elexilio es lugar seguro para algunos, pues se ha visto, en el caso reciente del poeta Juan Gelman, como sus hijos y su nuera eran secuestrados en Buenos Aires por una de estas bandas terroristas en represalia por sus opiniones políticas.


"Quiero en nombre del PEN Internacional, hacerle llegar nuestra más enérgica protesta por estos hechos, que constituyen crímenes imperdonables contra el espíritu, y que resultan particularmente insólitos en un país con el grado de civilización de Argentina. En nombre de la rica tradición de pensamiento y creatividad que ha hecho de su país un centro cultural de primer orden, lo exhorto a poner fin a la persecución de las ideas y los libros, a respetar el derecho de disentir, a salvaguardar la vida de los ciudadanos y a permitir que los escritores argentinos desempeñen libremente la función que les corresponde en la sociedad y contribuyan de este modo a su progreso.

"Cumplo asimismo con hacerle saber que, por la gravedad de las acusaciones,voy a recomendar al PEN la publicación de este informe y su difusión internacional. Ésta no es una medida inspirada en convicciones políticas partidistas de ninguna clase, sino, dentro del espíritu de la Carta del PEN, una estricta acción de solidaridad humana y de defensa de los más elementales principios morales que hacen posible la cultura".



El autor y remitente de esta importante carta fue Mario Vargas Llosa quien por entonces presidía el PEN Internacional, que reúne a poetas, ensayistas y narradores de más de cien países. Este texto se difundió en diversos medios periodísticos del mundo y fue reimpreso en 1984 en el libro "Contra viento y marea", del mismo autor. (Biblioteca Seix Barral, Editorial Sudamericana Planeta, en Buenos Aires).


Que Horacio González, intelectual de primera línea, liderara la fallida ofensiva contra Vargas Llosa, muestra lo enferma que está nuestra dirigencia cultural. Y en este caso, con carácter grave, pues Horacio González aceptó sin chistar la indicación oficial siendo que ni nos preside Stalin ni hay Gulag en el país. 

Perfil.com

Esteban Peicovich

 

VARGAS LLOSA, BLANCO DE LAS IRAS DEL PROYECTO K DE PENSAMIENTO UNIFORME

Ocurren sucesos de gravedad inaudita en nuestra sociedad y parece -tan anestesiados andamos- que ni nos damos cuenta.

La semana pasada una porción bien visible de la intectualidad criolla discutió -¡y lo hizo con entusiasmo!- sobre la conveniencia o inconveniencia de la censura. La impresión fue la de un viaje en retroceso por el tiempo : era lo que se debatía en épocas dictatoriales de Onganía o de la última dictadura militar. Fue como si María Elena Walsh jamás hubiera publicado en Clarín en 1979 su célebre artículo “Desventuras en el país jardín de infantes”, en el que abogada, sensata, por los beneficios innumerables de la libertad de expresión.

Como una foto del mito del eterno retorno , un aceitado y encuadrado batallón de intelectuales K, encabezados nada menos que por el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González y el filósofo oficial, José Pablo Feinmann, intentaron desinvitar al escritor Mario Vargas Llosa de la inauguración de la Feria del Libro.

Hace poco en Francia hubo una larga discusión sobre si se debía homenajear a Louis Ferdinand Céline, deslumbrante escritor y antisemita feroz y colaboracionista nazi . Condenado a muerte por traición –después fue perdonado–, las autoridades decidieron al fin no recordar al gran narrador.

Aquí, l os intelectuales K trataron a Vargas Llosa -que es inocultablemente liberal- como si fuera nazi.

Al pecado mortal de liberalismo –como si medio gobierno y sus líderes sindicales adscriptos no hubieran participado con fervor del proyecto liberal menemista–, se le suma otro: el Nobel ha criticado con lucidez al kirchnerismo, por lo cual las mentes brillantes K fabulan que esas críticas fueron hechas contra el país.

La escritora española Rosa Montero no lo puede creer. Y por eso escribió: “No me cabe en la cabeza que un país tan sofisticado intelectualmente como Argentina, al que siempre admiré tanto culturalmente y que fue durante muchos años un modelo de modernidad y de cosmopolitismo para los españoles, esté ofreciendo un ejemplo semejante de intolerancia provinciana y retrógrada.” Lo que se busca ya no es un pensamiento hegemónico sino un pensamiento uniforme que no deje lugar para los réprobos.

El papelón internacional habla con elocuencia de la calidad democrática alcanzada en la Argentina. Y cobró tal envergadura, que Cristina Fernández de Kirchner encontró una oportunidad para ejercer de moderadora y ordenar a una tropa sumisa que se dejara de embromar , por lo cual, a riesgo propio, el peruano estará en la Feria. Y lo del peligro no es broma: uno de los energúmenos del aparato K me propinó un mail que amenaza: “Si viniese yo tendría el gran gusto de escupirle en la jeta a ese Maricón”.

Pero todo es bastante más grave y más profundo. En 6,7,8 -programa extraído de la literatura fantástica-, uno sus militantes llegó a decir que Borges “era un tonto”. El mismo talento definió a Vargas Llosa como “un torpe”.

Y todos los integrantes del panel, más los ilustres invitados, convalidaron con simpático silencio la hazaña de llamar idiota al genio mayor de la literatura argentina.

Y es más grave y más profundo porque, de vivir Borges, Bioy Casares, Girri, Murena, Mallea, Pezzoni, Victoria y Silvina Ocampo, Mujica Láinez, entre otros brillantes de las letras argentinas, deberían abstenerse de participar de la Feria del Libro o de fatigar sus inmediaciones, so pena de ser escrachados por estos esclarecidos admiradores de la prosa de Eduardo Galeano. MARCELO A. MORENO , CLARIN

 LAS PALABRAS DE VARGAS LLOSA QUE MOLESTARON A LOS INTELECTUALES K

El peor de los peronismos “Cristina Fernández es un desastre total. Argentina está conociendo la peor forma de peronismo: populismo y anarquía. Temo que sea un país incurable”.

Corriere della Sera.

Bolsillos de derecha “Sus corazones son de izquierda, sólo sus bolsillos y los vestidos de doña Cristina son de derecha. El matrimonio Kirchner realiza pingües negocios”.

Diario El País, España.

Corrosión y corrupción “Es un gobierno corroído por la corrupción. La pareja de los Kirchner tiene acusaciones (judiciales) gravísimas que no ha sabido nunca explicar, aclarar”.

Radio La Red.

VARGAS LLOSA: “LA SITUACIÓN QUE HAN CREADO ME OBLIGA A HABLAR DE POLÍTICA”

El Nobel cuenta que pensaba abrir la Feria del Libro con un discurso literario. Pero el intento de veto lo hizo cambiar de idea.

UY, DIOS. PARECE DECIR EL GESTO DE VARGAS LLOSA. FUE EN MÉXICO, EN UNA CONFERENCIA SOBRE EDUCACION EL JUEVES.

UY, DIOS. PARECE DECIR EL GESTO DE VARGAS LLOSA. FUE EN MÉXICO, EN UNA CONFERENCIA SOBRE EDUCACION EL JUEVES.

Mario Vargas Llosa pensó, cuando supo que habían propuesto vetarle como conferenciante de honor en la Feria del Libro de Buenos Aires, que esas noticias eran una broma. Poco después, cuando ya supo que era cierto, que habían hecho esa propuesta, y que esa propuesta había venido de la Biblioteca Nacional, nada menos, sí fue víctima de una broma: un periodista desaforado había usurpado desde Italia su identidad para decir, en Facebook, sistema que Vargas desconoce, que ni por asomo pensaba renunciar a su derecho a hablar en ese extraordinario foro de Buenos Aires.

La verdad es que el delincuente italiano usurpó su identidad pero calcó sus intenciones. Este viernes, recién despertado en México, donde le halló el epicentro de la polémica argentina sobre su figura y la Feria, el Nobel de 2010 dijo que, en efecto, ahí iba a estar, diciendo lo que tendría que decir.

Pero, claro, ahora no diría tan solo lo que pensaba decir antes de que algunos incendiaran su figura en la plaza pública. Estará, por supuesto, y ahora ya no será el mismo que iba a hablar, probablemente, como ha hecho tantas veces, de libros, de Borges (que es para él un símbolo de los libros), de Lugones, de Cortázar, de Sarmiento…, de la ingente materia literaria que él y cualquiera que haya leído asocia con Argentina en general y con Buenos Aires muy en particular.

Despierto, digo, “porque en esta casa siempre nos levantamos temprano”, como dice Patricia, su mujer. Mario sonaba desencantado, “con una cierta tristeza, sí”, aunque ha visto, al mismo tiempo, “que otras voces contradecían esa intolerancia, esa intransigencia y, en última instancia, ese fanatismo”. Entristecido, y sorprendido. “Sobre todo porque esa actitud haya sido encabezada por el director de la Biblioteca Nacional; que sea él quien pida un veto, una censura, con unos argumentos nacionalistas tan pequeñitos, tan estrechos, es desmoralizador”.

Eso “no está a la altura de lo que es la cultura argentina”. Mario Vargas Llosa ha escrito resmas enteras de textos sobre algunos de aquellos personajes sobre los que se edifica el conocimiento exterior de la cultura argentina de los últimos siglos; y, por supuesto, también ha escrito contra el Gobierno actual, y contra gobiernos pasados, como la ominosa dictadura, que también le vetó. Desde ese puesto de vigilancia intelectual y literaria, y también política, asistió perplejo ante la propuesta de veto.

“Aparte de política, de discrepancias ideológicas, me sorprendió y me entristeció mucho porque parece que daba la razón a muchas de las críticas que yo he hecho. Pero el veto no me parecía concebible en Argentina”, comenta.

Aunque el veto no era una novedad para él; fue vetado en Perú, su país, cuando escribió La ciudad y los perros, cuyos ejemplares fueron quemados en público; Fujimori lo proscribió como ciudadano, y en la propia Argentina fue tachado por la censura… militar. En una conversación con Soledad Gallego-Díaz, de El País, recordó este último incidente, y desde México volvió a hablar de ello este viernes: “Recordé inmediatamente que la única vez que había sido censurado en Argentina fue con la dictadura de Videla. Me prohibió Pantaleón y las visitadoras y La tía Julia y el escribidor. Tengo un decreto absolutamente maravilloso firmado por el general Harguindey, el que era ministro del Interior, explicando las razones, diciendo que yo había ofendido al ser argentino…”.

Mario Vargas Llosa pensaba que esa pulsión que le llevaba a Harguindey a defender “el ser argentino” había acabado al llegar la democracia. “Pero los argumentos del señor González y de los intelectuales kirchneristas de esta asociación, que no sé cómo se llama, son muy semejantes a los utilizados por el general Harguindey”.

Como ha escrito tanto sobre Buenos Aires y los libros, y la Feria del Libro es central en esta polémica, los lectores de Vargas Llosa recordamos de inmediato, cuando se abrió este melón desabrido, un texto suyo sobre la Biblioteca Miguel Cané, donde trabajó Borges, y donde por cierto está ahora el legado de Tomás Eloy Martínez… Ese era un homenaje a los libros, a la memoria de Borges y a la devoción argentina por la cultura literaria. Eso recordamos. ¿Y él mismo qué recordó? “Yo además me acordé de que la Biblioteca Nacional argentina ha tenido como directores a Jorge Luis Borges, a Leopoldo Lugones… Es decir, a la mejor tradición argentina, grandes creadores que, aparte de sus ideas políticas, yo creo que jamás hubieran pedido censuras o vetos contra escritores que no pensaban como ellos”.

A Vargas Llosa, que se ha pasado la vida contando cómo ve la vida, la suya, la de otros, la de su país, la de otros países, y que se ha pasado la vida discutiendo (sin ponerse de acuerdo) consigo mismo, le pareció “maravilloso el argumento de que un escritor no puede venir a meter la nariz en cuestiones nacionales. Entonces no habría ninguna posibilidad de escribir ni de opinar sobre nada ni nadie con ese argumento tan pequeño”.

Por otra parte, Tomás Eloy Martínez, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges… se han pasado la vida entrometiéndose, por así decirlo, en la vida extranjera. “¡Si una de las cosas más interesantes de la cultura argentina ha sido la universalidad! Los escritores argentinos se han pasado la vida metiendo las narices en el mundo entero”.

¿Él se imaginaba que algo así podría ocurrir? “No. Sobre todo pensaba que en Argentina esto ya no era posible. ¡Pero, fíjate, es posible! Y lo extraordinario es que no ha sido uno, sino un grupo, no sé cuántos, ni sé tampoco las credenciales intelectuales que tienen. Pero que haya un grupo que pida vetos y censuras sobre sus colegas porque no piensan como ellos me parece de la peor tradición latinoamericana de la que estamos tratando de librarnos y me confirma en mis ideas a favor de la democracia, del liberalismo… De la tolerancia, básicamente”.

Le discuten, no es raro; le han discutido siempre, hasta cuando estaban de acuerdo con él; y no es raro, le dije, porque él mismo se ha pasado la vida discutiendo con todos, incluso consigo mismo. “Absolutamente”, dice, “pero es que eso es bueno. Que haya diálogo, comunicación, discrepancia, es muy bueno y muy sano. Básicamente es lo que es la democracia. En lugar de matarse y apalearse, discutir, cambiar ideas en lugar de piedras y palos . Pero claramente hay un espíritu piquetero que no acaba de desaparecer y que incluso contamina a cierto medio intelectual”.

La propia presidenta intervino para que no prosperara el veto. El Nobel dice: “Le agradezco a la señora Kirchner su intervención y me da la impresión de que es más lúcida que los intelectuales que la apoyan”.

Entonces, ¿qué va a pasar? Va a ir, claro, y va a hablar, por supuesto. ¿Para hablar de política? ¿Para hablar de qué? “Lo último que se me hubiera ocurrido es ir a inaugurar la Feria del Libro para hacer política. No era lo propio, lo adecuado. Sé que hay un sitio para cada cosa. Ahora ellos han creado una situación muy difícil porque sería un terrible escamoteo que yo no hablara de mis posiciones y mis ideas cuando me querían prohibir que lo hiciera Es una cuestión de dignidad, de coherencia, y sería una frustración para quienes quieran escucharme que no me dé por enterado de lo que han dicho, de las acusaciones que me han hecho y, además, de las etiquetas que me han colocado”.

Muchas veces ha sido agitado desde el patio de butacas de conferencias. En algunos de esos escenarios estuve con él, como editor, acompañándolo. ¿Le intimidan estas situaciones? “No, no me intimidan porque desde muy joven, por desgracia, he estado metido en controversias y generalmente en medios donde la racionalidad muchas veces desaparece. Con la pasión dialéctica surge inmediatamente esa tradición que gravita sobre nosotros con tanta fuerza, que es la de la violencia: acallar, destruir, silenciar… Una tradición muy arraigada”.

Ahí lo tendrán; discutirán con él, y él discutirá, también, hasta consigo mismo. Lo ha hecho toda la vida. Está acostumbrado. JUAN CRUZ RUIZ, PERIODISTA Y ESCRITOR ESPAÑOL , EL PAIS

A PESAR DE MIS CRITICAS, NO ME CENSURAN Y ME PREMIAN

 

 

Mario Vargas Llosa fue honrado por el presidente Calderón e indirectamente se refirió a la polémica por su visita a la Argentina

 

"Que bien habla de la cultura, de la civilización y del espíritu democrático de México, el que pese a esas críticas, en lugar de vetarme y censurarme, me abran los brazos y me premien", aseguró Vargas Llosa. Y agregó que "difícil es escribir en un mundo afectado por vetos, censuras, controles, amenazas, discriminación; como el espíritu creador se ve confinado, aplastado y reducido; y en estas condiciones es cuando la literatura, enfrentando esos obstáculos, ha sabido producir las obras más ambiciosas y logradas".

 

La condecoración y las palabras de Vargas Llosa llegan días después de la polémica desatada en Argentina por la presencia del Premio Nobel de Literatura en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires.

 

El director de la Biblioteca Nacional Horacio González, funcionario del gobierno de Cristina Kirchner, había rechazado el martes 1 de marzo -en una carta a la Cámara del Libro de Argentina- la posibilidad de que Vargas Llosa inaugurara la 37º edición de la tradicional feria de la capital. González había argumentado que si bien "apreciaba" la literatura de Vargas Llosa, "sucede que existe una doble posibilidad de que sea interpretado: es decir, como un gran novelista, autor de obras realistas y críticas de las realidades latinoamericanas, o como el hombre de una agresividad creciente hacia los procesos populares en la región".

 

Finalmente, y a pedido de la propia presidente Cristina Fernández de Kirchner, Gonzáles y los intelectuales que lo acompañaban debieron dar marcha atrás con el pedido.

 VARGAS LLOSA. “SON MÁS PAPISTAS QUE EL PAPA: IRÉ DE TODAS MANERAS”

El autor respondió a los intelectuales K que objetaron que abriera la Feria del Libro.

MUCHO RUIDO. VARGAS LLOSA AYER, EN LA UNIVERSIDAD AUTONOMA, MEXICO. DIJO QUE LO SORPRENDIO EL VETO.

MUCHO RUIDO. VARGAS LLOSA AYER, EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA, MÉXICO. DIJO QUE LO SORPRENDIÓ EL VETO.

Lástima que este señor sea más papista que el papa”, resume Vargas Llosa ante la consulta de Clarín. No está preocupado, no está enojado, ni se le pasa por la cabeza la idea de no venir a dar el discurso inaugural de la Feria del Libro de Buenos Aires, según pidió el lunes Horacio González, director de la Biblioteca Nacional. Lástima, dice. Que sea más papista que el papa.

Las palabras del Premio Nobel llegan a Clarín desde México, donde el peruano estuvo ayer, dando una conferencia en la Universidad Autónoma Metropolitana.

Y llegan a través de su mujer, Patricia Llosa, que es quien atiende el teléfono. Lo lamentaba, dice Llosa, “porque ni siquiera la Presidenta había dado tales instrucciones”.

¿Y no lo desanimó esa carta que González mandó a la Cámara del Libro y que decía que la invitación a que él inaugurara la Feria “ofende a un gran sector de la cultura argentina”? No parece. “Mario dijo que quería mucho a la Argentina, que le gustaba mucho Buenos Aires y que iba a ir de todas maneras”, agrega Patricia Llosa.

La polémica empezó el jueves, cuando se supo que Mario Vargas Llosa estaría a cargo de la apertura “no oficial” –la oficial sería un día antes– de la Feria del Libro porteña, en abril. El lunes González mandó su carta a la Cámara; el martes un grupo de intelectuales kirchneristas manifestó –a través de una solicitada–“profundo desagrado y malestar” por la designación de Vargas Llosa. Y luego la presidenta Cristina Fernández llamó a Horacio González para decirle que el debate le parecía pertinente pero que “la decisión de las autoridades de la Feria del Libro sólo les competen a ellas y que la política cultural del Estado debe resguardar la libertad de expresión por sobre todo”.

Ayer, Vargas Llosa también hizo declaraciones al diario español El País. Dijo que le parecía “lamentable” que alguien quisiera vetarlo “porque la única vez en que me ocurrió eso fue durante la dictadura militar, cuando un general que se llamaba Harguindeguy prohibió dos de mis libros, Pantaleón y las visitadoras y La tía Julia y el escribidor ”.

En una entrevista con CNN , Vargas Llosa dijo que “de una dictadura militar uno espera vetos y censuras, pero de intelectuales y escritores en esta época, en que hay en la Argentina un gobierno nacido de elecciones libres, la verdad me ha sorprendido. Yo creía que la tradición de la censura, de la intolerancia para quien discrepa había desaparecido. Veo que no”.

Vargas Llosa también estimó que se trata de un grupo de intelectuales que sirven al gobierno “y que no sé si actúan por principios o defendiendo sus puestos”.

En un par de puntos de su carta, González decía que hubiera preferido un escritor argentino “en condiciones de representar las diferentes corrientes artísticas y de ideas que se manifiestan hoy en la sociedad argentina”. Ayer el presidente de la Fundación El Libro, Gustavo Canevaro, decía Clarín que la Fundación escuchaba ese reclamo y lo tendría en cuenta. Hasta ahora los escritores que abrieron la Feria –el primero fue Juan José Saer, en 2001– fueron todos argentinos. Pero fue así por una deserción –razones de salud– de último momento: en 2007, el discurso inaugural iba a estar a cargo de Carlos Fuentes, nombre que no generó objeciones. “Como nos pasó en la Feria de Frankfurt –dice Canevaro–, donde logramos que los autores argentinos fueran reconocidos en el mercado mundial, pensamos que si la Feria es reconocida por su trascendencia esto impactará en los autores argentinos”. Vargas Llosa entra en ese plan: “Es el Nobel actual y queríamos tener autores internacionales de relevancia. Puede ser un eje de aquí en más tratar de tener un Nobel de Literatura siempre”.

Pero la Fundación no podía desconocer que Vargas Llosa, tras sus declaraciones sobre los Kirchner, iba a levantar revuelo.

Uno piensa en el éxito de la Feria, queremos hacer lo mejor de nuestro producto. Gestionamos con la editorial que venga pensando en una intervencion literaria, no política. Ciertos riesgos uno corre, pero buscamos la excelencia para la Feria.

La Feria, mientras tanto, ya está pensando en las medidas de seguridad que necesitará –sobrevuela el fantasma de los escraches a Hilda Molina y Gustavo Noriega del año pasado– y en la implementación de pantallas gigantes para seguir la conferencia del peruano, cuyo público estiman excederá las 1.000 personas que puede contener la sala donde se hará la presentación. A un mes y medio de la campana de largada, ya está calentita la Feria del Libro. Abril, ya lo dijo T.S Eliot, es el mes más cruel. Carmen de Carlos | BUENOS AIRES    corresponsales-de-abc 

El acontecimiento literario más importante de Argentina es la Feria Internacional del libro. Buenos Aires, ciudad lectora donde las haya, sale a devorar las novedades, asiste a debates y a conferencias con lo más granado de las letras. La cita convoca a mayores, jóvenes y niños. Hay espacio para todos. O, al menos, lo había.

La tradición de la literatura de puertas abiertas se interrumpió el pasado año. Los títulos de libros se remplazaron por los de noticias de "escraches" (boicots violentos) a autores. No a todos, no siempre. Los abucheos, zarandeos, insultos, sillazos y algún que otro puñetazo tuvieron como objetivo a los escritores que no comulgaban con el pensamiento único. Esto es, con la corriente oficialista, a veces bolivariana, castrista o peronista de los años 70 y de los que corren.

La doctora cubana Hilda Molina ("Mi verdad") sufrió en carne propia la intolerancia por publicar lo que en La Habana está prohibido pensar. Idéntica suerte sufrió, entre otros, el periodista Gustavo Noriega ("Indek, historia íntima de una estafa") por atreverse a arrojar luz en los oscuros números del Instituto Nacional de Estadística y Censo de Argentina. La política de bajos fondos, como el diablo, había metido la cola en renglones ajenos.

Mario Vargas Llosa inaugurará esta edición de la Feria. Será la primera vez que un Premio Nobel de Literatura haga estos honores en Buenos Aires. El autor de "La fiesta del chivo" no simpatiza con este Gobierno ni, lo que viene a ser lo mismo, con el anterior. Vargas Llosa acusa en esta Administración "populismo" y "la peor forma de peronismo". El escritor, periodista de raza, se tomó el trabajo de calcular, al céntimo, cómo el matrimonio Kirchner multiplicó siete veces su fortuna desde que llegó al poder. Su conclusión es universal: Las cuentas sólo le cuadraban a los "capitalistas ejemplares", como bautizó con ironía a la pareja.

Hoy se alzan las voces de los denominados "intelectuales K" que critican la invitación a Vargas Llosa para la inauguración de la Feria. La pregunta, por desgracia, resulta inevitable: ¿Habrá ese día más que palabras? elpais.es

VARGAS LLOSA PRETENDE PARTICIPAR EN LA INAUGURACIÓN DE LA FERIA DEL LIBRO DE BUENOS AIRES

El presidente de la Biblioteca Nacional argentina mandó una carta a los organizadores para que vetara al escritor

Mario Vargas Llosa aseguró este miércoles a El País que tiene la intención de participar en la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires mientras que los organizadores no retiren su invitación. El Premio Nobel de Literatura 2010 se mostró apenado por la polémica desatada por un grupo de intelectuales argentinos cercanos al kirchnerismo, que protestó por su presencia en el acto inaugural, y expresó su deseo de poder pronunciar su discurso sin problemas ni incidentes. "Me parece muy lamentable que alguien quiera vetarme en Argentina, porque la única vez en que me ocurrió eso fue durante la dictadura militar, cuando un general que se llamaba Harguindey prohibió dos de mis libros, "Pantaleón y las visitadoras" y "La tía Julia y el escribidor".

Vargas LlosaVargas Llosa desmintió tajantemente que sean suyos los comentarios que han aparecido en una página de Facebook que lleva su nombre. "Ni conozco Facebook, ni lo practico, ni lo haré nunca. Yo no he contestado a nadie vía Facebook. Todo lo que se me atribuye por ese medio es obra de impostores y es falso", aseguró.

En relación con la iniciativa encabezada por el director de la Biblioteca Nacional argentina,Horacio González, para que la Feria de Libro de Buenos Aires le retirara la invitación al pronunciar un discurso, el Premio Nobel de Literatura lamentó que alguien que ocupa la silla que tuvieron Lugones o Borges, "argentinos que son modelos de intelectuales independientes" proponga que se le vete en un acto cultural. Vargas Llosa se asombró también de la posibilidad de que alguien pretenda decirle de qué puede hablar y de que no. "Creo en la libertad, y la practico", afirmó.

Vargas Llosa explicó que tiene un cariño muy especial por Argentina y que sus críticas se deben precisamente a ese afecto y a su deseo de que "Argentina vuelva a ser el gran país que fue y que tiene sus raíces intelectuales en personalidades como Sarmiento". "Sinceramente, creo que tengo muchos amigos en Buenos Aires y que quienes han pedido que se me vete en la Feria del Libro no representan a los intelectuales argentinos", mantuvo.

El premio Nobel de Literatura reiteró su deseo de acudir a la feria, como estaba previsto, y que el acto se pueda realizar sin incidentes. Los escraches (americanismo que significa atacar a alguien reiteradamente y con dureza) son frecuentes en la vida política y cultural de Buenos Aires y han estado presentes en ediciones anteriores de la Feria del Libro, especialmente en los actos en los que se criticaba al gobierno de Venezuela o al kirchnerismo. SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ - Buenos Aires – EL PAIS.ES

 

 POLÉMICA POR LA FERIA DEL LIBRO

EL GOBIERNO FRENA EL ACOSO A VARGAS LLOSA

LA PRESIDENTA DESAUTORIZÓ A “INTELECTUALES K”

El Gobierno frena el acoso a Vargas Llosa

En 2008, Vargas Llosa visitó la oficina que Borges ocupó en la Biblioteca Miguel Cané, en Boedo. Foto Archivo

La presidenta Cristina Kirchner desalentó ayer a los intelectuales K que cuestionan la participación de Mario Vargas Llosa en la apertura de la apertura de la próxima Feria del Libro.

Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, había manifestado su desacuerdo con la presencia del Nobel de Literatura 2010 en una carta enviada a la Fundación El Libro, organizadora de la feria. Pero la Presidenta dedicó unos minutos previos a su mensaje en el Congreso de la Nación a reordenar a sus seguidores intelectuales y recordarles que el Estado debe garantizar la libertad de expresión. Se sabe que el escritor peruano es crítico del peronismo, de la política argentina en general, del actual gobierno en particular y también del fallecido Néstor Kirchner.

"La Presidenta no me llamó al orden. Me llamó para seguir el debate de otra manera", contó Horacio González a LA NACION, anoche, al intentar restarle dramatismo al freno impuesto por Cristina Kirchner a la controversia y el malestar que se había generado entre escritores e intelectuales progresistas por la participación de Vargas Llosa en la 37a. Feria del Libro, que se inaugurará el 20 de abril.

Consciente de las controversias que suelen generar sus dichos, Vargas Llosa viajaba ayer de Perú a México para recibir, pasado mañana, de manos del presidente Felipe Calderón, la condecoración de la Orden del Aguila Azteca por su trayectoria literaria e "ininterrumpida" relación con ese país (de lo que se informa por separado).

"El Estado debe intervenir sólo como garante específico del uso libre de la palabra", recordó González que le planteó la Presidenta durante la conversación telefónica, en la que además recibió la sugerencia de retirar la crítica carta que él mismo había enviado a la Fundación El Libro rechazando en duros términos la participación de Vargas Llosa.

La última vez que el escritor peruano se había referido en público a nuestro país fue en Punta del Este, donde admitió que la Argentina "es un galimatías que nadie entiende". Y admitió su deseo de que aquí "termine el aquelarre".

Delante de empresarios, banqueros y público selecto, Vargas Llosa cuestionó la situación política de América latina en general y habló de "la responsabilidad de los argentinos en la tragedia que viven; no tan injustamente les pasa lo que les pasa".

Anteayer y ayer, varios intelectuales que integran el colectivo kirchnerista Carta Abierta habían planteado su rechazo a que el premio Nobel de Literatura 2010 fuera el orador del acto de apertura de la feria literaria más importante del país.

"Me parece que está bien que hable para que exponga, pero lo que sí me parece extremadamente preocupante es que abra la Feria del Libro. Absolutamente, hay una intencionalidad política en eso", planteó el profesor universitario Ricardo Forster, al agregar que además de su paso por la Feria del Libro Vargas Llosa "viene a reuniones con dirigentes de la derecha como la Fundación Libertad".

"Vargas Llosa puede pensar lo que quiera y decir lo que quiera, pero que se elija a alguien que ha ofendido a parte de los argentinos es un problema. Vargas Llosa no es ni pluralista ni ecuménico", sintetizó Forster, al advertir que la situación generada por su participación en la Feria del Libro "hay que manejarla con delicadeza y aventar cualquier sesgo autoritario".

En la misma senda crítica, como si no hubiera sido informado de la instrucción presidencial de cerrar la controversia, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, insistió anoche en que Vargas Llosa "no sería la mejor elección" para inaugurar la Feria del Libro por ser un "fiel exponente de la derecha reaccionaria".

Al igual que los intelectuales kirchneristas, que han reconocido las cualidades literarias de Vargas Llosa pero cuestionan sus posiciones políticas, Fernández advirtió en su blog: "Es un talentoso escritor cuya ideología liberal lo ha llevado a manifestarse abiertamente en contra de los gobiernos populares de la región y que no ha perdido oportunidad de insultar a nuestro gobierno gratuitamente en varias ocasiones".

Tanto desde la Fundación El Libro y como desde Alfaguara, la editorial que publica los libros del escritor peruano en la Argentina, ayer se optó por el silencio público frente a la embestida de los escritores e intelectuales allegados al gobierno nacional.

De todos modos, LA NACION pudo saber que la polémica había sido el tema central de la reunión de comisión directiva de la Fundación El Libro. Si bien sus integrantes se reúnen todos los martes, ayer la cuestión Vargas Llosa fue excluyente. Allí se habría evaluado el impacto público de los cuestionamientos de los intelectuales kirchneristas y la postura de la Presidenta de instruir a González para que retire la carta que había enviado.

También se conversó sobre la preocupación por las presiones que podría recibir el sector por la próxima visita de Vargas Llosa y sobre cómo responder públicamente a la postura de los intelectuales kirchneristas. En ese sentido, la instrucción presidencial a Horacio González podría allanar el camino de la Fundación El Libro para bajar el tono de la discusión, de la que evitó participar de manera frontal y activa.

El "tema Vargas Llosa" será analizado hoy en la editorial Alfaguara, aunque es probable que con menos preocupación tras la señal de Cristina Kirchner de enfriar la escalada de cuestionamientos.

Alfaguara ofreció la participación de Vargas Llosa en la feria, mucho antes de que el novelista ganara el Premio Nobel de Literatura y por pedido especial de él mismo, que hacía tiempo quería participar del acontecimiento editorial.

De tal forma, habrían quedado definitivamente despejadas las dudas sobre el arribo de Vargas Llosa al país en abril próximo.

Es más, hasta el propio generador de la controversia, Horacio González, admitió de manera contundente que "un premio Nobel atrae naturalmente multitudes. Se necesitan tres salones José Hernández como mínimo para escucharlo". Y reveló su dualidad de sentimientos entre el escritor, "que posee medios de gran calidad para la expresión literaria", y el político, "un personaje interesante con el que discutir". Maria Elena Polack ,LA NACION

SI BORGES VIVIERA...

Que Jorge Luis Borges ya no esté entre nosotros al menos permite que a nadie se le ocurra discutir su bien ganado prestigio de ser considerado unánimemente el mejor escritor argentino.

Pero si Borges viviera, otras pasiones más tempestuosas girarían a su alrededor, porque ante sus filosas ocurrencias el humor de algunos hacia el autor de Ficciones se mostraría un tanto más acuoso.

Si Borges estuviese aquí opinando, en serio o en broma, de ciertas exuberancias kirchneristas,678 lo tendría a maltraer y la intelligentzia oficialista lo estaría castigando en declamaciones histriónicas o solicitadas henchidas de fervor gubernamental.

¿Que a Borges no le habría pasado? Si tras la asunción de Juan Domingo Perón a la presidencia de la Nación, en 1946, se lo humilló con el cargo de "inspector de mercados de aves de corral", arrancándolo de una biblioteca municipal, no es difícil imaginar qué habrían hecho con él estos hijos y nietos de la gran familia peronista fundada hace más de 60 años.

Atacar a Mario Vargas Llosa parece más fácil todavía: primero, porque es extranjero (y eso abroquela voluntades con encendido espíritu chauvinista); segundo, porque su adhesión a la democracia liberal y su declarada alergia a cualquier tipo de autoritarismo personalista lo convierten automáticamente en un enemigo al que conviene mantener a distancia. Y tercero, y crucial punto clave: Vargas Llosa ha sido muy duro y categórico a la hora de catalogar a los Kirchner. Querrían que sólo hable de literatura y no de política.

Por cierto no hay obligación, ni mucho menos, de acordar con las opiniones del último premio Nobel de Literatura en este o cualquier otro tema. Pero parece triste papel, tan luego para intelectuales, que se comploten para intentar amordazarlo. Porque de eso se trata cuando hierve un puñado de ellos para expresar su "profundo desagrado y malestar", al blandir la espada de la censura previa (aunque ni siquiera hay certeza de lo que Vargas Llosa vendrá a decirnos).

Reprueban por "inoportuna" y "agraviante" que se lo haya convocado a la apertura de la Feria del Libro porque consideran que irá en contra de "las preferencias democráticas y mayoritarias de nuestro pueblo". ¿Pero no es, acaso, el papel del intelectual ser un revulsivo de la sociedad, un atrevido agitador de neuronas que pone patas arriba los principios para ver qué tan sólidos o hipócritas son?

El intelectual que únicamente aplaude y lisonjea al poder de turno, advirtiendo alarmado sobre los que se desvían de ese monótono libreto, es un mero propagandista y ya no merece ser llamado intelectual. Menos todavía si para entrar en razones tiene que intervenir la mismísima presidenta de la Nación.

Los ahora frustrados aprontes están paradójicamente emparentados con otro tipo de represiones más nefastas que ya Vargas Llosa sufriera en nuestro país, cuando la dictadura militar prohibió su novela La tía Julia y el escribidor tan sólo porque en su trama sobresalía demasiado un personaje que hablaba muy mal de los argentinos.

Hablando de Borges, viene al caso recordar que opinaba que las dictaduras fomentan la opresión, el servilismo y la crueldad, pero que lo más abominable que hacen es fomentar la idiotez.

Si estuviese ahora entre nosotros, asistiendo a este nuevo sainete protagonizado por sus ex colegas, Borges comprobaría que la idiotez es imperecedera y atraviesa a la condición humana. Pablo Sirven , LA NACIÓN

 LA VERDAD DE LAS MENTIRAS

Este artículo fue escrito por el periodista y escritor español, que además fue editor de Vargas Llosa, antes de que se conociera la decisión presidencial. Se publica igualmente porque esa orden de Cristina Kirchner no borra el intento de los intelectuales K por proscribir al Nobel de Literatura.

Si Borges y Onetti se hubieran juntado para describir lo que acaba de suceder con Vargas Llosa y la Feria del Libro de Buenos Aires no habrían encontrado este argumento en la mezcla de sueño y desgano con la que ambos se enfrentaron al desdén del mundo.

Pero sí, ha sucedido. No están ellos y sin embargo se ha producido este cuento. Es extraordinario, en el sentido literal de la palabra. Se piensa que estas cosas no van a pasar y de pronto ahí están, acechando a la puerta de los absurdos para ponerse en el primer lugar y abrirse paso como una más de las historias universales, y en este caso latinoamericanas, de la infamia.

Ignoro cómo se lo habrá tomado Mario Vargas Llosa; los que lo conocen bien pueden saber que cuando se produce a su alrededor una atmósfera como la que ahora se ha declarado suele mirar como si fuera con otro; lo vi en Bogotá resistir a cuerpo limpio una enorme silbatina en la que le reprochaban no sé qué palabras "ponzoñosas contra Cuba y contra Fidel". Y lo vi en muchos otros lugares girando la cabeza a ver si los denuestos de veras iban contra él. Pero nunca lo escuché responder con las mismas monedas. Nunca.

Lo que ocurre ahora es más insólito, pero él está acostumbrado a lo insólito, desde chiquito; su libro El pez en el agua está repleto de experiencias que él no entendía, y al final fueron las que lo hicieron escritor. Si ahora no entiende lo que ha pasado seguramente sacará también consecuencia literaria de lo inexplicable.

En todo caso, los que no entendemos lo que pasa somos nosotros, pues es la primera vez en la historia conocida que a un lector se le dice que no vaya a hablar a una Feria del Libro, y además a una feria de las ferias, acaso la feria más rabiosamente literaria del mundo de habla española, en uno de los países más rabiosamente literarios del mundo.

Un lector como Mario Vargas Llosa, el autor de La verdad de las mentiras , proscripto de la Feria del Libro de Buenos Aires. Eso sólo lo puede inventar, como argumento, algún ignorante suelto. Pero es verdad, ha sucedido, se pellizca uno hasta que es consciente de que ha ocurrido. En fin. Hubiera entendido que le hubieran impedido el acceso a una feria de teléfonos celulares, pues ha acreditado su inutilidad legendaria ante cualquier aparato. Pero que le quiten la palabra en una feria del libro? Me pregunto qué dirán sus colegas a los que sí han invitado cuando sepan que para entrar en ese recinto un lector como Vargas Llosa no tiene credenciales?

El ha dicho muchas veces que la literatura se basa en la ley de la mentira; digamos de momento que parece mentira, que es ficción, que la feria despertará de este mal sueño que se parece a las pesadillas de Onetti, y termine desandando el mundo de su propio disparate para darse cuenta de que con esta proclama han abierto un agujero oscuro en la reputación de esa feria excepcional.

Cuando acabo de escribir me entero de que Vargas Llosa está volando a México. De allí lo echó Octavio Paz, o casi, porque dijo que el PRI era la dictadura perfecta. Luego Paz se amistó otra vez, no quedaba otra. Este Mario, empeñado en seguir siendo él mismo? Juan Cruz , LA NACIÓN

 PARA VARGAS LLOSA, LA POLÉMICA CON LOS INTELECTUALES K ES "ABSURDA"

Su mujer, Patricia Llosa, declaró a un diario español que el escritor peruano "no quiere de ninguna manera ir a la Argentina a abrir una polémica o armar un escándalo"

Doble polémica para Mario Vargas Llosa. A la que inició el director de la Biblioteca Nacional argentina, Horacio González, con su repudio a la presencia del escritor peruano en la inauguración de la Feria del Libro 2011 , se sumó una supuesta declaración que el premio Nóbel hiciera en un perfil de Facebook que resultó ser falso.

La encargada en trasmitir la posición del literato en una y otra cuestión fue su mujer, Patricia Llosa.

"Mario la considera absurda. No quiere de ninguna de las maneras ir a Argentina a abrir una polémica o armar un escándalo", declaró al radio ABC de España. En palabras de su mujer, el escritor cree, además, que "la Feria del Libro es un espacio para la literatura".

El mismo medio había reproducido esta mañana una supuesta declaración del escritor en Facebook. "La violencia de las palabras del director de la Biblioteca Nacional revela cómo son los kirchneristas y los peronistas: contrarios a la libertad" , decía el mensaje publicado en el muro de su perfil, que resultó ser falso.

Según ABC, la veracidad había sido confirmada por la editorial Alfaguara, que después se retractó, y hasta la escitora Almudena Grandes le respondió a su colega por la misma vía.

Sin embargo, fue la misma Patricia la que negó que el perfil sea del premio Nóbel. "Es rigurosamente falso, Mario no tiene ni ha tenido nunca un Facebook. Si él decide contestar lo hará como es él, con rigor y seriedad", declaró su mujer.

INTELECTUALES K, EN POS DE ECHAR A UN NOBEL

El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, le envió un mail al presidente de la Cámara Argentina del Libro con el fin de que revise su decisión de haber invitado a Mario Vargas Llosa, último Nobel de Literatura, para que inaugure la Feria del Libro.

El funcionario expresa que “me gustaría que en la inauguración de la Feria no estuviera presente. Su liberalismo lo expresa de una manera tajante y hasta se diría,si se me permite la paradoja , autoritaria también.” Paradoja al cuadrado.

El filósofo oficial y líder de la agrupación “Carta Abierta”, Ricardo Forster cerró filas junto a González, declarándose “ofendido” por la invitación, que no constituye “la mejor de las decisiones”. Según el pensador, el autor de Conversación en la Catedral “viene sosteniendo posiciones trogolotidas con respecto a América Latina”. También expresó, según la agencia DYN, que “a uno de puede gustar más o menos, pero es el último Nobel de Literatura y no lo pongo en discusión. Es parte de un espacio democrático.” Paradoja al cubo.

Por carta, Aurelio Narvaja, titular de Ediciones Colihue, también hizo saber su protesta a la Cámara del Libro, definiendo a Vargas Llosa como “un propagandista, ostensible y florido, de la derecha liberal y como tal ha dicho las peores cosas de nuestro gobierno.

” El filósofo y escritor José Pablo Feinmann le confesó al diario La Nación que “me produjo una enorme indignación que Vargas Llosa venga a abrir la Feriadespués de lo que dijo sobre la Argentina”. Agregó que, por su iniciativa, “Mario Goloboff y Vicente Battista redactaron una solicitada que ya fue firmada por Liliana Heker y Horacio González, y que seguramente será firmada por muchos escritores.” Una indignación tan paradójicamente indignad a ante quien -de acuerdo a su efectivo liberalismo- siempre se ha caracterizado por defender la democracia y las libertades, en realidad, responde a las caracterizaciones que ha hecho Vargas Llosa no sobre la Argentina sino sobre los gobiernos de los Kirchner.

En varios artículos ha narrado y descripto la decadencia del país, relacionándola con lo que él considera una forma deletérea de populismo, enemigo acérrimo de la libertad de expresión, entre otras libertades.

Estos intelectuales panegiristas de las supuestas bondades de ese “modelo” politizan, con su reacción destemplada, un acto cultural que la presencia de Vargas Llosa sin duda jerarquizaría, a la vez que elevan una sentida plegaria a la censura.

Por cierto, no es nada nuevo, ya que son los mismos que callan -en consonancia con las autoridades gubernamentales- sobre las matanzas de Kadafi en Libia, como callan -o directamente, elogian- sobre regímenes dilatada y descaradamente dictatoriales, como el de Cuba o el de China.

Es muy probable que, ante semejante zafarrancho, Vargas Llosa lo piense dos veces antes de aspirar Buenos Aires. Es un hombre grande, en más de un sentido, y seguramente no está para tristes trotes, como el de sobrellevar un escrache K.

Pero quedan esperanzas de que un brillante Premio Nobel inaugure la Feria del Libro.

Ayer la mismísima Cristina Fernández de Kirchner se comunicó con Horacio González para marcarle la inconveniencia de que las instituciones culturales -como la que él preside- se inmiscuyan en las decisiones de otras -como la que organiza la Feria-.

Parece arduo -aunque sería por demás saludable- que mañana estos intelectuales salgan a cruzar a la Presidenta. Con lo cual, lo que muy probablemente sobrevenga al agitado debate sea el más puro silencio: en el kirchnerismo la estricta obediencia suele ser un atributo que pica bien alto en el ranking de los más valorados. MARCELO A. MORENO, clarin