12 de Octubre de 2006
![](rabino%20bergman.jpg)
El rabino Sergio Bergman señaló
que hay en el país una inédita concentración de poder "que
antes sólo estábamos a acostumbrados a ver en un régimen
totalitario, y que se maneja por el poder de la sociedad
posmoderna, que es el dinero".
Cuestionó "el manejo monopólico del superávit de caja" para
comprar todo, "las voluntades políticas de quienes se
escinden del mandato de sus representados" y una calma
social "que es ilusoria y ficticia", porque no se resuelven
los problemas de fondo. "Hay una inflación reprimida -dijo-,
con precios congelados por intimidación."
Bergman participó en una comida en la Asociación de
Criadores Pur Sang. Definió a la Argentina como un mosaico
multicolor, en el cual nadie pierde su singularidad, antes
que como un crisol de razas, que requiere fuego en lo cual
todo se funda y se amalgame en un promedio, en un molde.
"Los argentinos somos desmemoriados", dijo. Lamentó que se
olvide el esfuerzo de los mayores. "De los próceres hemos
hecho un fin de semana largo -dijo-, y a los ídolos del
deporte les damos veneración."
Animó a la participación cívica y política. "Es mejor jugar
en la cancha que ser espectadores", dijo, y alertó sobre el
cambio de las reglas del juego.
Dijo que Dios nos dio libertad y tenemos responsabilidades,
de las cuales dar cuenta. Y los gobernantes, también.
Dijo que la Nación se perfecciona "por la verdad y la
justicia, no por la revancha y la recordación de parte".
Cuestionó una recordación adolescente, nostálgica y tardía
de lo que no se hizo cuando se debió hacer, y reclamó buscar
la verdad, para hacer la justicia y la paz.
Juzgó como un drama el colapso de las minorías por la compra
de sus voluntades por el poder de la mayoría. "La política
partidaria está colapsada -se lamentó-; antes era militante
y utópica; hoy es un bien de uso y de consumo."
Afirmó que la manera más fácil de hablar de los derechos
humanos es hablar de hace 30 años, no de ahora. Dijo que
todo terrorismo tiene que ser condenado, no uno sólo, y
todos los responsables juzgados, no algunos.
"Ningún argentino puede tener hambre -dijo-. Eso son
derechos humanos". Y en alusión al Presidente y a los
fondos de Santa Cruz, se preguntó cuándo devolverá la caja
que tiene y mandó al exterior.
Haciendo una revisión desde 1983, dijo que hubo una apuesta
"a una clase política que nos defraudó" porque "ni la casa
está en orden" ni era cierto el "síganme, no los voy a
defraudar".
Instó a no quedarse en la queja, sino a participar, dentro
de la Constitución. Cuestionó el "quedar enganchado de Fidel
Castro en su ocaso y salir de paseo por el mundo con Chávez,
alineado por intereses con Irán", como parte de una política
incoherente y errática, "un revival adolescente del
antiyanquismo que se sintió en la juventud".
Fuente Diario La
Nación