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La muerte en el río |
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10 de Septiembre de 2007
Señor Director:
"Meses atrás, una
lancha embistió un bote de regatas del Club San Fernando,
causando la muerte de un amigo: Alberto «Lavandina» Fernández;
el resto de la tripulación salvó su vida gracias a un héroe
que los auxilió en momentos en que, por lo menos, uno de ellos
estaba por ahogarse.
"Fueron días de
angustia para los que remamos habitualmente en el Delta; días
en que fuimos respetados por todo tipo de lanchas; días en que
la Prefectura realizó reuniones con los clubes para tomar
medidas de resguardo para con los botes a remo.
"Pensamos que la vida de nuestro amigo marcaba un antes y un después en el respeto que debe existir para con las embarcaciones menores. Pero nos equivocamos: ya todo se olvidó, las lanchas cruzan los ríos desaprensivamente, abriendo verdaderos surcos en el agua, creando olas que rebotan, rompiendo estacadas, muelles y rampas. Los astilleros las construyen cada vez más poderosas y entregadas, en ocasiones, a personas que no tienen conocimiento de los códigos del río.
Lo preocupante es
que hasta la fecha, la muerte de Alberto está impune y la
causa que la originó está al acecho."
Cartas de lectores del Diario La Nación
del 8 de Septiembre del 2007
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