26 de Mayo de 2005
  
Nuestra crisis de identidad
   
¿Quiénes somos? ¿Adónde Vamos? ¿De dónde venimos?
   
Décimo segundo Capítulo: la vida que disfrutamos ...

No es bueno que el hombre este solo, dice el dicho, pero del dicho al hecho a veces, solo a veces hay mucho trecho.
 
El funeral de mi padre fue donde aprendí también a conocer las expresiones de cinismo en estos actos desde como gente que no lo apreciaba iba a dar su pésame ( casos en que lo odiaban ) y como la mayoría de la gente iba a pasar el tiempo y a contar chistes verdes.
 
Ese fue uno de los motivos por el cual me encerré en mi cuarto y no quise atender a nadie ni recibir expresión de pésame alguno.
 
No me cabía, no entendía esa actitud. Esa de mostrar una cara siendo que la realidad era otra, para qué, porqué, decir una cosa.
 
Fue cuando empecé a darme cuenta que la realidad Argentina no se compadecía con lo que la sociedad en si expresaba.
 
Es decir el doble discurso, que siempre se le atribuyó en exclusiva al político, corresponde también al ciudadano común, que, en fin, es el lugar de donde proviene el hombre político.
 
Nada mejor como explicación de un hecho que me aconteció a mi propia persona.
 
De acuerdo a lo manifestado anteriormente, mi situación en el barrio no era de la mejor, especialmente en cuanto a respeto se refiere hacia mi persona.
 
Ello devino en que yo me recluyera mucho en mi casa ( me la pasara leyendo en especial), saliera poco y encima me conviertiera en un gran mentiroso, pero de los mentirosos tontos.
 
El problema era que no sabía como hacer para que mis amigos me incluyeran dentro del circulo de ellos, pues estaba como descartado.
 
Entonces esa salida era la mejor y empece a ser como ellos, a tratar de mimetizarme y a adoptar sus costumbres.
 
La primera de ellas era la clásica del porteño piola inspirado el niño por sus propios padres: la iniciación sexual.
 
Uno de los padres de los chicos nos había explicado que debiamos ir con una mujer de la calle a tener nuestra primera vez, para ello debíamos pagar.
 
No me gustaba ni entendía la idea, yo no tenía ningún antecedente al respecto y era muy niño, como casi todos los demás, pero era el más chico.
 
Nos iba a acompañar uno de los muchachos ya iniciados.
 
En verdad todos estaban ansiosos, yo en cambio nervioso y poco convencido de lo que ibamos a hacer.
 
Fuimos a la parte de Belgrano cerca del Hospital Militar y allí estaba donde vivían estas buenas mujeres, era tarde, entrada bien la noche y cada uno fue entrando, eramos varios, era un bochorno para mi pobre cerebro.
 
Huí espantado de ver como salia cada uno, alguno rozagante, otro re feliz, otro asustado, otro como un pollo mojado, unos con caras de sobradores y otros, los mas, con cara de pollo mojado.
 
Si, sentí que si lo hacía debía hacerlo porque así lo sentía pero con quien estuviera en pareja o al menos no hubiera plata de por medio.
 
Mas valía para mi la virginidad a la espera de su momento, que el fin de la misma sin sentimiento de nada, ni siquiera de haber ganado la posibilidad de hacerlo.
 
Pero es curiosa la vida.
 
Me había quejado que como una docena de chicos se había iniciado con una mujer pagada y de una edad vaga y terminaría por ver una manera no igual pero similar.
 
A los pocos dias de lo pasado, en una noche de paseo, vaya a saber como ( nunca me enteré ) uno de los chicos encontró una ( en esos momentos llamada aun sirvienta jovencita ) mucama en el zaguán de su propia casa cuando parecía que había llegado y los patrones no estaban.
 
No recuerdo con que artimaña el màs piola de todos se quedó con ella, pero eso no era nada, lo mas increíble es que uno de los chicos se quedaba mientras él hacia el amor allí nomás, CUIDANDO en sus brazos al bebito de la jovencita!!!!!!!!!!!!!
 
Como el lugar se tornaba peligroso, uno de los muchachos, ofreció el Ford de su padre, estaba estacionado en la calle y era menos peligroso.
 
Era cómico el desfile de chicos y en el caso de un gallego el movimiento de todo el auto mientras hacia el amor con la muchacha.
 
Nuevamente desistí de intervenir, otra vez quedo como un tarado.
 
Solo puedo decir que no era favorable tampoco en las conquistas personales, pues era tímido, tartamudo y con muy poca pinta.
 
Para dar una idea, simplemente puedo decir que había una chica Mónica en mi barrio que me gustaba muchísimo, vivía a la vuelta de mi casa y jamás me animaba a nada, mas que a pasar mil veces por la puerta de su casa y al verla, caminar más rápido.
  
Por si ello fuera poco, donde yo vivía, en Coghland, al lado de mi casa había un kiosco de golosinas y ella era amiga de la dueña y se quedaba largo rato charlando con ella y yo me encontraba por lo general parado en la puerta.
 
Bueno, cuando ella venía, yo la veía y lo más que se me ocurría era traer un tocadiscos Winco y poner discos románticos de vinilo.
 
Lógico, nunca nada de nada, pero aun hoy la recuerdo, aun hoy no la olvido.
 
Donde estarás Mónica?
 
La otra faceta de mi vida se iba complementando con la recién comentada.
 
Al no salir con chicas y convertirme en mentiroso, siempre hablaba de mis aventuras con chicas y de mis locuras sexuales.
 
Estaba muy convencido ( como todo mentiroso ) que me creían a pié juntillas todo, pues yo era el primero en creérmelo.
 
Nada más lejos de la realidad, pero bueno.
 
Pero nuevamente me dieron una lección que me fue muy importante para el resto de mis días, bueno, aun me es útil.
 
Estábamos en una de esas reuniones de barrio donde se dicen pavadas y más pavadas.
 
Y allí, entre otros, había un chico que particularmente me tenía odio, los demás simplemente bronca.
 
Y empecé a contar mis aventuras alegremente hasta que este muchacho Osvaldo no pudo más y me dijo: pero Marijan cuando te vas a dar cuenta que no te creemos nada de tus bolazos, que estamos hartos de ellos y que sos un pendejo pelotudo.!!!!
 
De golpe un silencio sepulcral y yo que me sentía la cara roja, que me veía un tomate y que sabía que estaba de más allí.
 
Me fui, primero despacio y luego cada vez más rápido hasta mi casa, para no salir por más de una semana.
 
Era pavoroso lo que me había sucedido, no solo que no me había integrado a la barra, sino que prácticamente me había auto expulsado de ella y de la peor de las maneras.
 
Pero me sirvió de mucho, jamás volví a querer mentir en mi vida, solo me quedan lo que llamamos mentiras poiadosas o de circunstancia, pero nunca de las otras.
 
Tal es asi que a los varios años me encontré de circunstancia con el tal Osvaldo que sabía y había disfrutado con mi defenestración y grande fue su sorpresa al ver que lo paraba por la calle pero para felicitarlo y agradecerle por haberme ayudado con su actitud a cambiar mi enfoque de la vida.
 
Desde ya que no fuñe su intención, pero para mi fue una salvación.
 
A veces hacer el mal permite hacer el bien, depende de cómo lo tome aquel a quien se dirige la bala.
 
 Marijan Pirsic 

Our Identity Crisis

Who are we? Where are we going? Where did we come from?

It is not good for a man to be alone, so goes the saying, but only sometimes the distance between the word to the deed is long.
 
My father's funeral was where I learned the demonstrations of cynism that appear in this kind of ceremony, since people who did not like him went to offer us their condolences (some of them hated him) and, moreover, most of the people who attended were there just to kill time and tell bad jokes.
That was one of the reasons why I locked myself in my room and I did not want to talk to anyone or receive any condolences.
 
I did not understand that attitude of showing a face knowing that reality was much different, why and what was saying something useful for.
 
I realized that the double speech, which was always attributed exclusively to the politicians, corresponded also to the ordinary citizen who, after all, is the same person that will then turn into a politician.
 
The best explanation to this would be something that happened to myself once.
 
According to what I expressed previously, mi situation in the neighbourhood was not good, especially as far as the respect towards myself as an individual was concerned.
 
That made me shut myself away a lot in my house (I spent most of the time reading), I seldom went 
out and to top it all I became a big liar, but the foolish type of liar.
 
The problem was that I did not know how to make my friends let me in in their circle, because I was never taken into account.
 
So going out with them was the most appropriate way out and I started to be like them, to try to imitate their behaviour and adopt their habits.
 
The first of the outings was the smart-porteño classic, inspired in children by their own parents: the sexual initiation.
 
One of the parents of the guys had explained to us that we should go with a street woman to have our first time and we should pay for that.
 
Neither did I like nor I understood the idea, but I had no experience in that area and I was very much of a child, like most of everybody else, but I was the youngest. 
 
One of the already initiated guys would come with us.
 
To tell the truth, they were all anxious, whereas I was feeling nervous and little convinced about what we were going to do.
 
We went to Belgrano, near the Militar Hospital, where these good ladies lived. It was late, the night had started long ago and each of us entered. We were quite a few, and it was a scandal for my poor brain.
 
I ran way, scared of seeing how each one left the room, one of them was excited, the other one was too happy, the other was frightened, the other looked like a wetback, some had an expression of triumph on their faces and others, most of them, were wetbacked.
 
Yes, I felt that I wanted to do it when I felt like it but not because I ought to, and I had to be dating someone or at least, no money should be in the middle.
 
My virginity was more worthy than that for me at that moment, it was senseless to lose it without having any feelings involved, at least I should earn the possibility of losing it.
 
But life is curious.
 
I complained about those twelve kids getting sexually initiated by paying a woman at an early age, and I would end up getting involved in something similar, though not identical.
 
Some days after that episode, I was at a nightly outing, and I do not know how ( I never got to know ) one of the guys found a housekeeper (then they were called 'servant ladies') in the hallway of his own house when his parents were not at home.
 
I do not remember how the smartest one got her and the most incredible thing is that one of the 
guys stood there while he was making love to her, HOLDING in this arms the baby of the young 
girl!!!!!!!!!!!!!!
  
As the place was getting dangerous, one of the guys offered his father's Ford, which was parked 
in the street and was less dangerous.
  
It was funny to see the parade of guys and to see a Galician guy make the whole car shake as he 
made love to the girl.
 
Once again I desisted to get involved, once again I made a fool of myself.
 
I can only say that I was not benefited either in my personal conquests since I was shy, and I was a stammer with little physical attractiveness.
 
To make it clear, I can simply say that there was a girl called Monica in my neighbourhood that I was really fond of, she lived on my block and I never said anything to her, I just passed a thousand times by the door of her house and when I saw her, I started to walk faster.
 
To top it all, I lived in a neighbourhood called Coghland and there was a kiosk next to my house and I was friends with the owner and I spend a long time chatting with her and I was usually standing on the door.
  
Well, when she came I saw her and all I could think of was to take a Winco and play romantic vynil discs.
 
Logically, nothing ever happened, but still today I remember her, and I cannot forget her yet.
 
Where are you Monica?
 
The other side of my life was starting to complement the one described above.
 
As I did not date girls and I had turned into a liar, I was always talking about my adventures with girls and my sexual madnesses.
 
I was plenty convinced (just like every liar) that they believed me everything, because I was the first one who believed it.
 
Nothing further than the truth, but well.
 
But again they gave me a lesson that was very important for the rest of my days, well, it is still useful.
 
We were in one of those neighbourhood meetings where you say nonsense and more nonsense.
 
And there, among others, was a guy who hated me in particular. The others just had it against me.
 
And I started to tell my adventures joyfully since this guy, Osvaldo, could not keep his mouth shut and said: Marijan, when are you going to realize that we do not believe any of your lies, that we are fed up with them and that you're an asshole!
 
All of a sudden, a deathly silence came about and I felt blushed, I felt I looked like a tomato and I knew I was the odd one out there.
 
I left, slowly first and then faster until I got home and I did not go out for more than a week.
 
It was dreadly what had just happened to me, not only I had failed to get in their circle but also I had been practically expelled from it and in the worst of ways.
 
But it was very useful for me, never in my life did I want to lie again, all that there is left are those we call white lies or circumnstance lies, but not the other ones.
 
Some years later I found Osvaldo on the street, I knew he had enjoyed my shameful moment, and he was surprised when I stopped him to congratulate him and thank him for having helped me change my attitude and approach to life.
   
Of course it was not his intention, but it was salvation for me.
  
Sometimes doing wrong lets us do good, it depends on how the person who gets the bullet takes it.
  
 Marijan Pirsic