GRAVE: "ME VIOLARON"

19 de Mayo de 2009

Estamos inmersos en la gravísima situación que padecen las mujeres en la Argentina, (y las del mundo en general), jóvenes o no, que llegan a un extremo absolutamente peligroso que limita el derecho de una de las partes en una acusación de violación producto de una relación sexual. 

En buena medida, está basada en dos hechos reales comprobados y en uno presuntamente similar  (a comprobarse, aunque la situación amerita dudas) sucedido en Núñez el amanecer del domingo pasado. 

Se pueden dar y aparecen casos ya “dudosos” de denuncias de “violación” por la simple relación sexual, mas que nada amparada por la nueva onda del "touch and go”  traducido al “tener sexo casual” (si se le puede llamar casual), que mas bien sería sin compromisos de ambas partes. 

Pero, pensemos ante una situación de las que se suceden en algunos de estos casos o en cualquier otro en el cual, después de la relación carnal, consentida entre ambas partes (pues parece que sólo debe ser consentida por la mujer; no importa si el hombre la consiente?), por diferentes motivos inmediatos o mediatos se producen desavenencias de diferente índole entre las partes  que llevan a un “enojo  importante” o, lo que es peor, cuando sucede que la mujer se siente “despechada” o mil excusas similares pero que quiebran "un buen momento pasado en común". 

Que es lo que sucede, y basta que la "damnificada" llame al 911 o se presente a una comisaría, al Pirovano o a las Madres del Dolor, etc. para que el que fue su “pareja circunstancial” pase a ser un violador y para ciertos medios por propia cuenta, lo será pero con el aditamento de “serial”, ya que "dicen los vecinos" que tiene antecedentes, que estaba en compañía de muchas chicas siempre, etc. 

La supuesta violación será fácilmente comprobable, médicamente por la revisación clínica, y más con la “crisis de nervios de la agredida”, etc., y claro, contará con todo el apoyo antes expresado. 

Ni que pensar si la “supuestamente violada” pero que detenta una falsa denuncia, es menor de 21, menor de 18 o, peor aun, menor de 15.

Ya hubo algunos casos como uno de un profesor en San Miguel, al que le arruinaron la vida y la propia familia con datos falsos, y ni que hablar del joven que padeció Cromagnon y luego la policía lo imputó falsamente por 17 violaciones. 

Abundando en el tema, es licito considerar el cambio de la relación "hombre-mujer", ya que de antiguo era de degradable sometimiento para con el sexo femenino, herencia que los hombres nunca hemos sabido asumir públicamente. 

Pero claro, la "realidad actual" es que las mujeres, y lamentablemente las mas jovencitas, no tienen problema alguno en "avanzar o encarar" al "chico que le gusta" y no necesariamente debe ser uno sólo en la misma noche. Afortunadamente, para nada son la gran mayoría. 

Y a ello se le agrega que no sólo el interés de una jovencita es por otros chicos; no, peligrosamente, es hacia muchos hombres ya en edades superiores a ellas o que las doblan y hasta superan en la cronología. 

Claro, el hombre o el jovencito más grande debería negarse, no?  

Clara utopía con las salvedades de toda regla. 

Para pensar que no todo es del “color del cristal con que se mira”, viejo adagio siempre vigente.



El Editor