25 de Septiembre de 2008
Ante las tentaciones de comida barata y rápida, los padres
cometen equivocaciones burdas. Manual para saber qué no hay
que hacer a la hora de alimentar a los más chicos
Harriet Worobey, nutricionista infantil, sabe muy bien
que los chicos pueden ser muy exigentes a la hora de comer,
pero hasta ella se sorprendió cuando vio el año pasado a un
chiquito de jardín que comía nada más que alimentos con
chocolate. "Leche chocolatada, muffins de chocolate,
panqueques de chocolate", explica Worobey, directora del
Preescolar de Ciencias Nutricionales de la Universidad Rutgers
de New Brunswick, Nueva Jersey. "Su madre pensó que si él
quería eso, eso le iba a dar".
Si bien la mayoría de los padres no recurren a esta dieta del
chocolate, sí tienen algo que ver con esta historia en cuanto
al desafío diario de encontrar comidas que los chicos coman.
El hecho de ser quisquillosos con respecto de la comida es
parte normal del desarrollo de los chicos. A la mayoría de los
padres los atemoriza la decisión de sus hijos de no comer
nada. "Creo que los padres piensan que su trabajo es lograr
que sus hijos coman algo. Pero en realidad su trabajo consiste
en servirles una variedad de alimentos sanos".
Los que siguen son seis errores comunes que cometen los padres
al alimentar a sus hijos.
Sacar a los chicos de la cocina. Con hornallas calientes, agua
hirviendo cerca y afilados cuchillos a mano, es comprensible
que los padres no quieran que los chicos estén en la cocina
cuando ellos cocinan. Sin embargo, los estudios realizados
sugieren que hacerlos participar en la preparación de la
comida es un importante primer paso para lograr que prueben
platos nuevos. Investigadores de la Universidad de Columbia
analizaron la forma cómo cocinar con un chico afecta sus
hábitos alimentarios. Descubrieron que los que habían cocinado
sus alimentos eran más proclives a comerlos que los que no lo
habían hecho.
Presionarlos para que prueben un poco de todo. Exigir que un
chico coma al menos un bocado de cada cosa parece razonable,
pero puede ser un arma contraproducente a la larga. Los
estudios muestran que los chicos reaccionan de forma negativa
cuando los padres los presionan para comer algo, aún si la
presión supone una recompensa posterior. En un estudio en la
Universidad del Estado de Pensilvania, los investigadores
pidieron a los chicos que comieran verduras y tomaran leche.
Si lo hacían, les ofrecían a cambio stickers y tiempo para
mirar TV. Tiempo después se vio que mostraban desagrado por
esos alimentos por los que habían sido recompensados si los
comían.
Mantener las cosas ricas fuera de su alcance. Los padres temen
normalmente que los chicos coman demasiado si tienen a su
alcance cosas muy ricas y por ello las ponen por lo general
fuera de su vista o en algún estante alto. Sin embargo, una
gran cantidad de investigaciones muestran que si un padre
restringe un alimento, el chico lo querrá más todavía. El
consejo para los padres es entonces no llevar al hogar
alimentos que tendrán que restringir.
Hacer dieta delante de los chicos. Los chicos tienden a imitar
las preferencias de comida de sus padres y se muestran mucho
más proclives a probar alimentos si ven que su padre o madre
los están consumiendo. Un estudio de la Universidad de Rutgers
sobre preferencias de alimentos de los padres y sus hijos
descubrió que los preescolares tienden a preferir y rechazar
las mismas frutas y verduras que les gustaban o no a sus
padres.
Servir verduras aburridas. Aquellos padres que suelen contar
las calorías de todos los alimentos sirven por lo general en
su casa verduras hervidas sin ningún otro agregado. No es de
extrañar que los chicos se muestren reacios a comerlas. Los
nutricionistas sostienen que los padres no debieran tener
miedo de "adornar" a las verduras.
Abandonar la lucha demasiado pronto. Las preferencias que
tienen los chicos en materia de alimentos cambian por lo
general. Es por ello que los padres deben seguir preparando
alimentos sanos para sus hijos y seguir poniéndolos en la
mesa, aún si se niegan a probarlos. Para que un alimento sea
aceptado se necesitan diez o más intentos y hasta varios meses
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