LA CRISIS ECONÓMICA
OPORTUNIDAD PARA UN
NUEVO MODELO ENERGÉTICO

24 de Octubre de 2008

 

Responsable de la preparación de la visita de hoy a Sevilla del ex presidente de EEUU y premio Nobel de la Paz, afirma que Andalucía es y será la región española más afectada por el cambio climático

Licenciado cum laude en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad de Boston y máster en Administración Pública por Harvard, Juan Verde (Telde, 1971) es ya un veterano asesor del Partido Demócrata de EEUU que vive volcado en la campaña electoral de Barack Obama, como especialista en la captación del voto hispano, y en la lucha contra el cambio climático, como miembro del equipo del ex vicepresidente Al Gore, que le eligió como director de su fundación en España. El también premio Nobel de la Paz estuvo en Sevilla en octubre del año pasado para difundir su mensaje. Hoy repite experiencia.

-¿Por qué Sevilla?

-Sin entrar en valoraciones políticas de ningún tipo, tiene mucho que ver con la apuesta que está haciendo Andalucía y Sevilla, en particular, para convertirse en un referente en cuanto a sostenibilidad, pero también porque es la región española más afectada por el cambio climático: es y será la más calurosa y su base económica está muy relacionada con la construcción y el turismo.

-¿Perjudica la crisis económica la lucha contra el cambio climático?

-En la cultura asiática, la palabra crisis está representada por dos símbolos, el del peligro y el de la oportunidad. Eso pasa en Andalucía, donde hay empresas que están a la vanguardia mundial como Abengoa, que está construyendo la mayor planta termosolar del mundo en Arizona, o Isofotón, entre otras muchas. Estamos en una revolución verde y va a emerger un nuevo modelo energético. Barack Obama ya ha anunciado que si gana las elecciones acabará con la dependencia energética de EEUU de los combustibles fósiles en el plazo de diez años. Ahora, las energías renovables representan sólo el 2% del total del país. Incluso si gana McCain, también veremos un cambio. La UE, excepto Italia, mantiene también que es ahora el momento de apostar por un nuevo modelo de desarrollo.

-¿Es posible un desarrollo sostenible infinito en un mundo donde los recursos son limitados?


-Totalmente. La crisis financiera pone de relieve que ésta es una gran oportunidad. Nos estamos dando cuenta de que los problemas del Mundo son de carácter global, todo está interrelacionado, como el cambio climático. Ambos problemas exigen soluciones rápidas, contundentes y consensuadas por la comunidad internacional. La crisis es una oportunidad para impulsar políticas públicas que pongan a España y Andalucía en la vía de crecimiento. A diferencia de lo que ocurre con los combustibles fósiles, mientras más inviertes en el desarrollo de las energías renovables, más barato es su precio.

-¿Es reversible el proceso de cambio climático o a estas alturas tan sólo podemos atenuarlo con medidas correctoras?

-El panel internacional de expertos de Naciones Unidas, compuesto por más de 3.000 científicos elegidos por 132 países, ha determinado por consenso que con más de un 94% de probabilidades, el cambio climático es una realidad que se está viendo acelerada por la mano del hombre. Es un proceso reversible, pero tenemos poco tiempo, cinco años aproximadamente. El último informe de este grupo de expertos, aparecido hace dos semanas, determinó que no sólo no estamos actuando contundentemente contra el problema, sino que lo estamos agravando. Hay datos que me dejaron preocupadísimo: en cinco años, el Polo Norte se derretirá en verano. Quien no lo vea es miope porque quiere, porque la evidencia es aplastante. Y respecto a las temperaturas, la media del planeta pasará de 16 a 21 grados. Eso tendrá consecuencias irreversibles. El próximo hito tendrá lugar en Copenhague, en diciembre de 2009, cuando se renovará el Protocolo de Kioto.

-Pero los compromisos de Kioto han sido incumplidos por la mayoría de países firmantes.

-El Protocolo de Kioto fue insuficiente, no era la solución al problema. El más grave error fue no tomar medidas que incorporasen a los países emergentes, fundamentalmente China e India. El nuevo acuerdo englobará a todos los países y comprometerá a los mas ricos a hacer una transferencia tecnológica hacia los más pobres. Ésa es nuestra misión, no valen las medias tintas.

-Afirma que las energías renovables deben sustituir a los combustibles fósiles, pero el desarrollo de aquéllas dista mucho de ser suficiente para cubrir la demanda mundial.

-Eso es así porque no estamos invirtiendo en I+D. El ejemplo de los ordenadores nos sirve: cada 18 meses duplican su capacidad y baja a la mitad su precio. Eso pasa porque existe una fuerte competitividad entre las empresas y lo mismo va a pasar con las energías renovables. EEUU está gastando 10.000 millones de dólares al mes en la guerra de Iraq. Imagínese cuántos avances se podrían lograr si ese dinero se destinase a I+D.

-¿Nuclear sí, por supuesto?

-La solución es apostar por el I+D en renovables, aunque a medio plazo deberá haber una combinación de varias fuentes energéticas en la que la nuclear puede y debe jugar un papel importante. La energía nuclear es carísima y pocos países pueden asumir esas inversiones. En EEUU hace 20 años que no se abre una nueva central. El problema son los residuos que genera y los posibles usos no civiles de esas centrales.

-¿Y los biocombustibles? Están planteando problemas alimenticios por la subida de precios de los cereales y el desplazamiento de cultivos tradicionales, como el arroz o la patata.

-Debemos aprender de los errores y saber que no podemos apostar por materias primas que sirven para el consumo alimenticio. Hay alternativas como los carburantes de segunda generación, con plantas que necesitan poca agua y no son comestibles. Hay ya grandes plantaciones de este tipo en Africa y Ecuador. Al Gore ha propuesto la creación de una super-red energética para que el norte de Africa y su parte occidental se conviertan en una zona suministradora de energía limpia y barata para Europa. Eso desarrollaría los países emergentes, frenaría la inmigración y crearía nuevos mercados.
Javier Chaparro | 18.10.2008