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"DE PARADIGMAS????"

11 de Noviembre de 2008


Corrientes: en una escuela los chicos trabajan para poder tener sus aulas

Decenas de chicos de entre 12 y 17 años estudian en la intemperie, bajo los árboles o en aulas prestadas. Por ello, optaron por trabajar y juntar fondos para construir su escuela. Todo, a 160 kilómetros de la Casa de Gobierno correntina

Unos 76 alumnos de una escuela correntina decidieron, junto a sus maestros, comenzar a trabajar vendiendo comidas típicas, de la zona en la que viven, en fiestas provinciales para obtener fondos y, así, poder construir aulas para estudiar. ¿El Estado? Bien, gracias.

Se trata de los chicos que asisten a la Escuela de la Familia Agrícola (EFA, de orientación rural), del paraje correntino Pago Alegre, perteneciente al departamento Saladas -a unos 20 kilómetros de la localidad de Mburucuyá y a unos 160 de la Capital provincial-.

En varias oportunidades los chicos han tenido que recibir clases teniendo como único techo al cielo y, en otras, debido al intenso sol y las elevadas temperaturas que caracterizan al nordeste argentino, han optado por cobijarse bajo un árbol.

Según explicó el maestro Roberto Rivarola a Infobae.com, la mayoría de los chicos provienen de familias pobres y numerosas y hacen varios kilómetros a caballo, en bicicleta o caminando cada vez que deben asistir a clases.

La escuela es de alternancia. Es decir, los alumnos pasan 15 días “internados” en la institución y 15 días están junto a sus familias en sus casas. El cupo está dividido por quincena, por lo que los más pequeños concurren durante las dos primeras semanas del mes, y los más grande durante las dos siguientes.

Hasta el momento, los 76 alumnos de entre 12 y 17 años cuentan con dos habitaciones -divididas por sexo- donde deben acomodarse para dormir, comer, vestirse; y tres aulas en las que tienen que convivir el Tercer Ciclo de EGB y Polimodal.

Allí, los chicos pasan la mitad del ciclo lectivo y realizan diversas acciones: estudian, practican juegos y actividades deportivas, trabajan una huerta en la que aprenden de agricultura, entre otras cosas.

El establecimiento figura como institución escolar para el Estado, pero no tiene edificio que cubra las necesidades tanto de profesionales como de los chicos, por lo que los alumnos toman clases en una parte de las instalaciones de la escuela primaria 614.

Las autoridades de la EFA esperan desde hace al menos cuatro años que el Gobierno correntino les de una respuesta a los documentos y requisitos que presentaron ante el Ministerio de Educación de esa provincia para que el Estado brinde asistencia y le pague un salarios a aquellos docentes que por el momento trabajan ad honorem.

Los chicos amasan y venden, por ejemplo, Chipá Mboká, una especie de pan que se realiza con almidón de maíz o harina de maíz y es cocinado en horno a leña, apto para acompañar el mate, café con leche u algún aperitivo.

Si bien los más pequeños colaboran, la venta está en manos de los más grandes y los propios maestros, quienes acompañan con asesoramiento la iniciativa que propusieron los alumnos.

“Seguimos juntando dinero para poder comprar ladrillos, cemento y arena. Estamos construyendo ‘a pulmón’ una escuelita en un terreno donado por una familia que emigró a Buenos Aires. Ahora nos hacen falta aberturas”, explicó el docente consultado.

Si bien este tipo de instituciones es de gestión inicial privada (porque son los propios docentes y alumnos quienes proponen crear una institución por necesidades de una determinada zona o región) el Estado no está exento por Constitución Nacional de brindar asistencia.

Entre el país hay más de 56 Escuelas de la Familia Agrícola y en Corrientes existen 11 (Ñanderoga, Santa Lucía, Coembotá, Anahí, Yahá Catú, Ñandesyla Itatí, Esperanza campesina, Arandú Roga, Mocoví, Itú, Tupá Rembiapó), ubicadas a lo largo y a lo ancho del territorio provincial y a las que asisten cientos de alumnos.

Datos oficiales de la provincia indican que en Corrientes el porcentaje de población rural es del 25,9 por ciento, cifra que duplica la media nacional que está en el orden del 12, 8 por ciento.

El 64 por ciento de los departamentos provinciales poseen un 35 por ciento o más de población rural y además este tipo de escuelas existen 46 establecimientos de EGB3 rurales.

De las once Escuelas de la Familia Agrícola, nueve están "totalmente institucionalizadas", entre las que el Gobierno repartió 150 mil pesos en los últimos años, y "dos en proceso de regulación".

Paraje Pago Alegre continúa en la espera: "Ahora esperamos donaciones de aberturas, porque estamos viendo que no vamos a poder comprarlas. Sus costos son muy elevados", expresó el maestro Rivarola.  Por Javier Álvarez (Infobae.com)