20 de Enero de 2009
Tendencia:
políticos y tecnología
Los K no son como Obama
Cristina
apenas usa internet para leer noticias. Néstor sigue
escribiendo en un viejo cuaderno Rivadavia de tapa dura. De
BlackBerry ni hablar.![](educacion151_archivos/image002.jpg)
Conservador.
Kirchner sigue tomando nota en un Rivadavia de tapa dura. “A
este no me lo pueden hackear”, dice sonriente.
Mientras Barack Obama se encamina hacia la Casa Blanca y
empieza a extrañar la amada BlackBerry que la Central de
Inteligencia (CIA) le sacará por razones de seguridad, la
Argentina está lejos de una discusión semejante. La presidenta
Cristina Fernández, aun en lugares tan lejanos como Cuba,
donde se encuentra hoy, evita usar todo tipo de nueva
tecnología para la comunicación con su entorno y apenas
aprovecha internet para leer algunos portales de noticias. En
tanto, Néstor Kirchner, según confiesan quienes los frecuentan
habitualmente, anota todo en su modesto cuaderno Rivadavia de
tapa dura. Pero eso no impide que varios miembros del gabinete
nacional se muestren bastante cercanos a los fierros
tecnológicos. El más fanático, por lejos, es Aníbal Fernández,
quien todos los días elige el chat y otras modernas formas de
hablar con colaboradores y periodistas.
“Cristina no lleva consigo ningún tipo de celular, mucho menos
una BlackBerry”, reveló a este diario uno de los funcionarios
que frecuenta a la Presidenta tanto en la Casa Rosada como en
Olivos. “Muy pocas veces la vi frente a una PC. No usa
mensajes de texto porque no tiene celular, no chatea, al menos
nunca la vi. Alguna vez recibe algún informe de algún ministro
vía mail, pero en general se lo traen impreso. Sólo en algunas
ocasiones ingresa a alguna página de noticias”, sostuvo un
ministro.
Por su parte, Kirchner es aún menos tecno. “Si Barack es
BlackBerry, Néstor es Rivadavia tapa dura”, sintetizó, con
gracia, uno de sus principales consultores. Su ex jefe de
Gabinete, Alberto Fernández, cuenta que cuando su correo
electrónico fue violado, en 2006, Kirchner le dijo: “Jodete,
vos me cargás por el cuadernito, pero fijate si a mí alguien
me lo puede hackear, ¡je, je je!”. Tampoco Néstor K portaba
celulares, menos aún usaba PC. De chat, ni hablar.
Sin duda, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, está a la
cabeza de la tecnología entre los funcionarios de la
administración nacional. “Es el hombre más cibernético de la
gestión K”, apuntó un colaborador de la Presidencia. Tiene una
PC en su mesa donde el Messenger está siempre activo. Una de
sus paredes está virtualmente tapizada de aparatos de tevé
sintonizados en canales de noticias y, como Barack, no se
despega ni un minuto de su BlackBerry. Uno de sus colegas está
sorprendido de la velocidad con que contesta los e-mails. “No
tarda más de tres minutos, esté donde esté”, reveló. Tiene
handy y otro de los consultados se extrañó de la habilidad que
muestra para chatear con alguien, mientras sostiene una
conversación telefónica con otro.
Lo que está muy popularizado entre la clase política local es
el uso de los Nextel. Sucede que, por razones de seguridad, el
sistema de radio es más difícil de interceptar que una
comunicación vía celular. De todos modos, desconfiados, cuando
no quieren arriesgarse a que sus conversaciones resulten
expuestas a los inescrupulosos hackers, apelan al viejo cara a
cara.
El jefe de Gabinete Sergio Massa de lo que no se despega jamás
es de su portátil Sony Vaio, desde donde accede a internet,
incluso mientras viaja a Pinamar los fines de semana. Al igual
que Fernández, es un adicto a su BlackBerry Nextel. El iPhone
prefiere dejarlo en manos de sus colaboradores.
La ministra de Salud, Graciela Ocaña, dijo a Crítica de la
Argentina que también le iban a tener que cortar la mano para
alejarla de su BlackBerry. “¿Sabés qué pasa? De esta manera
estoy siempre al tanto de lo que sucede”, señaló, haciendo
honor al apodo de hormiguita, por su afección al trabajo.
En cuanto a los gobernadores, el chubutense Mario Das Neves
chatea cada quince días con los ciudadanos que desean
realizarle consultas y sólo tiene un mail oficial que usa
exclusivamente para lo que concierne a su gestión. Pero eso
está más vinculado con su promoción como candidato a
presidente que con su necesidad personal de comunicación con
el mundo que lo rodea.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, siempre viaja con su
mini laptop descripta por uno de sus asistentes como “una
Ferrari”. También utiliza el correo electrónico y el chat para
comunicarse con sus colaboradores.
Fuera del PJ, Fabiana Ríos, la gobernadora de Tierra del Fuego
del ARI, usa mucho los mensajes de texto (SMS) para
comunicarse con los miembros de su gabinete y sigue teniendo
el mismo número de teléfono que cuando estaba en el llano,
aunque si no identifica a quien la llama, no atiende. El
gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, usa una
casilla de correo oficial y para el uso personal prefiere una
vieja dirección de Hotmail. Para hablar por teléfono prefiere
un iPhone.
Los intendentes también se valen de los avances tecnológicos.
El de Morón, Martín Sabbatella, por ejemplo, como Ocaña, usa
su blackBerry para estar siempre conectado. En su gestión
implementó todo tipo de dispositivo tecnológico para difundir
información. Desde blogs hasta YouTube pasando por Facebook y
SMS.
Algunos se ilusionan con que, ahora que Obama deja su
modernísima BlackBerry, mire al sur y averigüe el precio de
los prácticos Rivadavia de tapa dura.
Sarkozy, el amante de
los mensajes de texto que resultó hackeado
La frase que disparó la polémica la pronunció el presidente
electo de los Estados Unidos: “Tendrán que arrancármela (la
BlackBerry) de las manos” advirtió la semana pasada, después
de que desde la CIA le recomendaran desistir de su uso por
“razones de seguridad nacional”.
Por ese tipo de situaciones, en los Estados Unidos, por ley
(la Presidential Records Act), no está permitido que el
presidente disponga de dispositivos de comunicación por fuera
del control de los organismos de seguridad.
La posibilidad de que las comunicaciones de altos mandatarios
sean interceptadas dio lugar a múltiples papelones en varios
países. Entre los escándalos más conocidos, está el del
presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien le mandó un SMS
a su ex esposa Cecilia Ciganer para reconciliarse con ella
mientras le seguía hablando al oído a Carla Bruni.
O las conversaciones del príncipe Carlos de Inglaterra con
quien por entonces todavía era su amante, Camilla Parker-Bowles.
Gabriela
Vulcano y Javier Romero.
|