17 de Junio de 2009
No beneficia a los profesionales
ni a los pacientes que muchas entidades privadas tengan a sus
trabajadores en condiciones laborales precarias.
La calidad de la atención sanitaria en la Argentina está
influida por las condiciones del trabajo médico. Pocos saben
que hay establecimientos privados de alto nivel que tienen al
80% de su plantel en negro, con condiciones de seguridad que
ponen en riesgo no sólo a los pacientes sino también a los
médicos, que, además, son quienes responden con su matrícula
ante las cada vez más numerosas demandas por mala praxis.
Además del multiempleo y las guardias agotadoras a que están
expuestos los profesionales que pretenden vivir de su
profesión, casi ningún médico que se desempeña en el ámbito
privado cuenta con ART en caso de accidente, por lo que ante
cualquier problema de salud es echado sin miramientos (ni
indemnización) o deja de percibir sus honorarios hasta que
pueda reincorporarse.
Por supuesto que tampoco pueden percibir seguro de desempleo.
Ni gozan de vacaciones ni aguinaldo. Y debido a estas
condiciones precarias de trabajo no contarán al retirarse de
la profesión con una jubilación digna.
Aunque parezca paradójico, en la mayoría de los casos, los
médicos que trabajan en el ámbito privado no tienen cobertura
de salud si no la pagan de su bolsillo, ya que no están
cubiertos por la Seguridad Social. Las mujeres no tienen
licencia por maternidad ni lactancia. Tampoco cuentan con
ningún tipo de licencia para capacitarse, por lo que en un
contexto de avances diarios en la medicina y, sobre todo en la
farmacología, no tienen tiempo para la actualización de sus
conocimientos.
¿De qué calidad de la atención se les puede hablar a estos
médicos? ¿De qué relación médico-paciente se le puede hablar a
un profesional proletarizado, agotado, desilusionado por haber
dedicado décadas de estudio para obtener ingresos que en la
mayoría de los casos no tienen absolutamente ninguna relación
con los años de preparación y especialización y la
responsabilidad de su tarea?
El desafío gremial de los médicos hacia el futuro es lograr
trabajar bajo nuevas formas, con un paradigma nuevo en materia
sociolaboral. Nadie puede desarrollarse como persona y como
profesional -y sobre todo un médico, que cada día tiene la
responsabilidad de mantener la salud de sus pacientes, que
trabaja en la delgada línea entre la vida y la muerte-, si no
cuenta con un mínimo de seguridad sobre su propia vida, si es
humillado con una remuneración denigrante y es sumido en la
incertidumbre del desempleo.
Sólo la unidad, a través de sus entidades representativas
médico-gremiales, en el reclamo de sus legítimos derechos, va
a lograr que la medicina vuelva a ser un trabajo digno.
Héctor Garín, Secretario General de la
Asociación de Médicos de la Actividad Privada. |