07 de Abril
de 2008
Las herramientas para lograr el éxito que busca o las
respuestas a los problemas que tiene están ahí, justo al
frente, a un clic de distancia.
Sólo hay que acudir a los sitios que fomentan el "procomún" -
donde los bienes son de todos y de nadie al mismo tiempo -
para que se beneficie de ese conocimiento que pensó era
privado.
En otras palabras son "bancos de conocimiento" en los que la
oferta y la demanda de la información se cotizan por
popularidad y cuyo único fin es ayudar a aquel que lo necesita
para que éste a su vez aporte con lo que sabe a esa fuente
virtual.
"Nosotros lo que hacemos es generar espacios donde se reúnen
conocimientos significativos que se puedan pasar a otros", le
explica a BBC Mundo Susana Noguero, miembro del colectivo
Platoniq que coordina el Banco Común de Conocimiento.
Todo vale
El sistema o la metodología para participar o beneficiarse de
este intercambio de conocimiento es ilimitado. Eso si, la
única regla es que el dinero no forme parte de la transacción
Por ejemplo, si hay una persona u organización que sabe cómo
montar redes inalámbricas gratuitas a comunidades donde el
acceso a internet es casi o completamente nulo, éste publica
en uno de los sitios a favor de la libre información cómo
hacerlo.
Estas ideas se pueden explicar en varios formatos. Uno de
ellos es el lúdico "que muestra a partir de simulaciones las
tecnologías que son populares, como la diferencia entre el
intercambio de archivos utilizando Web 2.0 o P2P, que es una
red más horizontal", comenta Noguero.
En general se trata de ofrecer experiencias accesibles "sin
que tengan que pagar a expertos" para crear un proyecto.
Democracia del saber
Estas personas no están en contra de negocios lucrativos. Al
contrario, si a partir de una información publicada un
individuo o asociación pudo salir adelante con su empresa, han
cumplido con el objetivo de ayudar para salir adelante.
Lo que rechazan es el acaparamiento de la información. Aquel
know how privatizado por las grandes multinacionales.
"Nosotros creemos en la democracia del conocimiento", aclara
Noguero, quien señala que para ello utilizan espacios públicos
virtuales y reales.
Es decir, que mientras Internet es la plataforma para reunir
la mayor información posible de todas partes del mundo. Las
calles, plazas y centros culturales son el espacio ideal para
que esos desconocidos se encuentren.
Internet en la calle
"Estamos rescatando ese 'cara a cara', porque si todo pasa en
Internet ¿qué dejamos en la ciudad?", dice Noguero.
Por ello, el colectivo Platoniq organiza lo que llaman
"mercados de conocimiento" en distintas urbes.
Ya lo han hecho en Cambridge, Lisboa y Barcelona. La siguiente
parada será Casablanca, donde intentarán llevar a las calles
de la ciudad marroquí las "buenas enseñanzas" de la red.
"No ponemos filtros, porque el conocimiento es para el bien de
todos", concluye Noguero. BBCCiencia
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