18 de Noviembre de 2008
Con
sus 40 años de experiencia, Moisés Altman, de Altman
Construcciones, contó: "Viví siete crisis inmobiliarias
hasta ahora y considero que la peor fue la que sufrimos
durante la década de los '80, que nos mantuvo inactivos
durante unos años”.
Conviene
recordar que marzo de 1981 se devaluó el 10% y a pocos días
de su asunción, Lorenzo Sigaut, ministro de Economía de la
dictadura, dice la frase por la que es recordado: "El que
apuesta al dólar, pierde".
A tan sólo dos meses de esta expresión,
en junio de ese año devalúa un 30% y el dólar, que en el
mercado libre se cotizaba a $ 2.000, salta a $ 10.000; la
inflación de 1981 fue de 131 %.
Con una memoria prodigiosa, Altman
recordó durante el desayuno mensual del Comité de Real
Estate de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la
República Argentina-AmCham, sus experiencias.
Respecto de la situación actual, aclaró
que “el boom del sector de los últimos años nunca fue tal
porque no existió una masa de consumidores finales, fue un
excelente negocio para quienes tenían ahorros en dólares”.
Altman explicó que “ahora se están terminando las unidades
comenzadas en 2005/2006 y los constructores quieren vender
los remanentes para iniciar nuevas obras. En este contexto,
también, los inversores quieren vender sus unidades, por lo
que se produce una suerte de competencia y a la vez, una
sobreoferta que va dirigida al mismo segmento de
compradores”.
Como siempre, muy contundente y
explícito, Miguel Pato, Director Regional del Real Estate
Group para América Latina de Ernst & Young enfatizó que “los
mensajes que se transmiten desde los medios de comunicación,
muchas veces, están alejados de la realidad o no tienen una
visión de largo plazo”.
La evolución del mercado argentino,
luego de la crisis del 2001, “en realidad, fue un boom de
anuncios, más que un boom inmobiliario, porque estuvo
destinado a pocos clientes, al segmento Premium, dejando de
lado a una gran cantidad de personas que constituyen la
clase media y a los sectores más carenciados”.
Con su acostumbrado entusiasmo y sin
ahorrar expresiones, Miguel Pato, también Presidente de la
Comisión de Real Estate de la Amcham, expresó que “no se
generaron muchos negocios, fueron parciales y además, no se
atendió a la gran demanda social, la eterna olvidada en las
últimas décadas”.
En cuanto a la prospectiva, Pato dijo
que “al igual que se sobredimensionó al sector inmobiliario
de los últimos años, hoy no debemos dar un valor desmesurado
a la crisis actual sin negar que estamos atravesando
momentos difíciles, pero hay que ser realistas y proactivos”.
Pese a las noticias que anuncian bajas
de precios, descenso del nivel de actividad y otras
catástrofes para el sector inmobiliario, lo cierto es que “
hay mucha plata dando vuelta, se intensificó la desconfianza
en los bancos, el mercado turístico argentino sigue siendo
una mina de oro para los inversores , entre otros tantos
indicadores”.
Las recomendaciones son que “hay que
estar bien informados, no hay que asustarse, sino acomodarse
al nuevo escenario y brindar seguridad y rentabilidad,
aunque de menores magnitudes, a los futuros negocios
inmobiliarios”.
Moisés Altman
es optimista por naturaleza “de esta crisis vamos a salir
airosos, como siempre lo hemos hecho; estarán en problemas
las constructoras que no cuenten con capital propio y venden
desde el pozo, sin tener la certeza de la continuidad de la
construcción de las obras. Los constructores sabemos que
tenemos que mantenernos en las buenas y en las malas...”.DyN