24 de Noviembre de 2008
La crisis financiera
mundial comienza a hacer pie en la Argentina, donde además
de la industria automotriz ya toca las puertas del mercado
inmobiliario que congeló los movimientos a la espera del
desarrollo de la situación económica internacional.
En
el sector aseguran que mermó la cantidad de compradores y
vendedores de las propiedades. Es que frente a la recesión
mundial los precios comienzan a descender, pero los
propietarios no aceptan las rebajas y prefieren esperar el
transcurso de los próximos meses.
"El que tiene que comprar, y lo hace sin la ayuda de un
crédito hipotecario, no concreta la operación porque está
esperando ver qué pasa con el tipo de cambio", explicó el
arquitecto José Rozados. Mientras el tiene que vender
-agregó el especialista- "si recibe contraofertas con quitas
demasiado altas, directamente retira su propiedad de la
venta".
Por su parte, Favio Rois, ejecutivo de la inmobiliaria
Movewithus, remarcó que los precios se mantienen estables
desde el año pasado. "El mercado está retraído pero al bajar
tanto la oferta como la demanda, no hay grandes diferencias
de precios. Puede haber excepciones en propiedades por
debajo de los 150 mil dólares, donde un propietario que
necesita vender sí o sí, termina
aceptando quitas importantes", señaló.
En informe de la Universidad Argentina
de la Empresa (UADE), sostiene que "durante los
primeros nueve meses del año comenzaron presentarse signos
de desaceleración en las
actividades de la construcción y el mercado inmobiliario
como un reflejo de la inestabilidad de los mercados
financieros internacionales".
En este sentido, la demanda de inmuebles "es muy sensible a
los cambios de liquidez en los mercados de capitales".