28 de Julio de 2009
Atropello a la democracia hondureña
El golpe de las burlas
Despertar a un presidente constitucionalmente elegido a
punta de bayonetas y enviarlo al exilio sin darle tiempo
siquiera a cambiarse el pijama, como hicieron los militares
hondureños con Manuel Zelaya, es un acto de barbarie
política y resulta justa la enérgica condena que este
atropello ha merecido de las Naciones Unidas, la OEA y de la
mayoría de las naciones del mundo entero.
![](http://rcdtx.lanacion.com.ar/anexos/fotos/53/1031953.jpg)
Ahora bien, sentado este principio, que la interrupción de
la democracia por una acción militar no es justificable en
ningún caso, es preciso analizar lo ocurrido más de cerca y
con prudencia, porque en este golpe de Estado, como en la
famosa "cena de las burlas", nada es lo que parece ser y la
frontera entre la verdad y la mentira resulta más
escurridiza que una anguila.
Tal vez más que la acción misma del asalto a la residencia
del jefe de Estado hondureño haya que reprochar a los
militares, y a los jueces que les dieron la orden de
hacerlo, que, con semejante atropello, hayan convertido en
víctima de la democracia, y poco menos que en héroe de la
libertad, a un demagogo irresponsable como Mel Zelaya,
quien, en violación flagrante de la Constitución que había
jurado respetar, se disponía a llevar a cabo un referéndum
para hacerse reelegir, una pretensión que fue condenada por
la Corte Suprema y la Fiscalía de la Nación, y por la que el
Congreso hondureño había iniciado un proceso para
destituirlo como jefe del Estado. Este era un procedimiento
legítimo en defensa de la democracia que la acción militar
frenó y desnaturalizó, sembrando una confusión de manicomio.
A tal extremo, que nada menos que el comandante Hugo Chávez,
el comandante Daniel Ortega, Evo Morales y hasta el
mismísimo Raúl Castro aparecieron de pronto liderando la
protesta continental en defensa de la ley y de la
democracia, exigiendo sanciones contra Honduras y convocando
en Nicaragua una reunión de ALBA (Alternativa Bolivariana
para las Américas) a la que el despistado José Miguel
Insulza, secretario general de la OEA, dio, con su
presencia, un aura de legitimidad.
Si el comandante Hugo Chávez, gran desestabilizador de la
democracia latinoamericana, ex golpista y megalómano
caudillo que ha convertido a Venezuela en una pequeña
satrapía personal y aspira a hacer otro tanto con el resto
de América latina, se arroga el rol de defensor del Estado
de Derecho hondureño, además de un eclipse del sentido común
y de la racionalidad, comprobamos una evidencia: que algo
debía de andar podrido antes de este golpe en ese pequeño
país latinoamericano, convertido hoy en el centro de la
atención mundial. Y, en efecto, Honduras estaba a punto de
caer, tras de Bolivia, Nicaragua y Ecuador, en la órbita de
Hugo Chávez cuando sobrevino la intervención militar. Manuel
Zelaya era la última conquista del caudillo venezolano.
Lo había sobornado, al igual que a sus otros vasallos
latinoamericanos, vendiéndole el petróleo de su país a
precio de ganga y con créditos generosos, y, sobre todo,
apoyando sus apetitos reeleccionistas. Ni corto ni perezoso,
Zelaya, antiguo destacado figurín de la oligarquía rural
hondureña, vinculado en el pasado a matanzas de campesinos,
y elegido presidente como candidato del Partido Liberal, de
centroderecha, con un programa de apoyo a la inversión
extranjera y a la empresa privada y de severa persecución a
la delincuencia, de pronto, a media gestión, experimentó una
conversión populista y revolucionaria (es decir, chavista),
afilió su país a ALBA y comenzó a preparar su eternización
en el poder mediante una reforma constitucional, tal como lo
han hecho Chávez y sus discípulos, es decir, la hez política
de América latina.
Pero, a diferencia de lo ocurrido en países como Ecuador,
Bolivia o Nicaragua (o, en el otro extremo del espectro
político, la Colombia de Uribe, un mandatario democrático
que por desgracia incurrió también en el siniestro deporte
de la reelección), donde los mandatarios reeleccionistas
contaban con una base popular que apoyaba sus planes, en
Honduras la pretensión de Zelaya fue desde el principio
masivamente impopular y lo desprestigió en todos los ámbitos
del espectro político. Todas las instituciones rechazaron su
intento, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal
Electoral, todos los partidos políticos democráticos
(empezando por el suyo, el Liberal), la Fiscalía de la
Nación y la opinión pública en general. El rechazo no fue
sólo al volteretazo ideológico del voluble mandatario.
Fue, también, una clarísima toma de posición del
grueso de la población hondureña en contra de la perspectiva
de convertirse en un país dependiente de Hugo Chávez, es
decir, en una pequeña dictadura populista enfeudada al
caudillo venezolano.
Este es el contexto en el que hay que juzgar la situación
hondureña. No para justificar una acción militar de una gran
torpeza, que sólo ha servido para sembrar el descrédito en
unas instituciones y un pueblo que habían emprendido una
valerosa resistencia contra un intento claramente
antidemocrático de un mandatario sin principios, sino, para
no incurrir, creyendo actuar en defensa de la democracia, en
una operación que termine legitimando los planes
inconstitucionales, reeleccionistas y de entrega de Honduras
al poder chavista de Manuel Zelaya.
¿Qué se puede hacer para reconstituir la demediada
democracia hondureña? Lo ideal, que sería reponer a Zelaya
en la presidencia, a condición de que renuncie a sus planes
reeleccionistas y garantice que las elecciones de noviembre
se lleven a cabo de manera impecable, bajo vigilancia de las
Naciones Unidas, parece ahora difícil, por lo envenenada que
está la situación, como se vio el 5 de julio, cuando el
fracasado intento de retorno a Tegucigalpa del depuesto
presidente, que provocó violentos incidentes y varios
heridos. Honduras se ha retirado de la Organización de los
Estados Americanos, lo que no debe sorprender a nadie, dada
la pertinaz inutilidad de esta institución, que tiene,
además, la nefasta propiedad de volver también inútiles a
sus secretarios generales, incluso a los que, como José
Miguel Insulza, parecían más despiertos que los otros, de
modo que la OEA mientras menos intervenga ahora tanto mejor.
La mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias,
premio Nobel de la Paz, es una buena idea: se trata de un
estadista respetado y respetable, buen negociador y
auténtico demócrata.
De otro lado, hay que evitar por todos los medios que la
tensión existente evolucione hacia el derramamiento de
sangre. Chávez ha amenazado con una intervención militar, en
la que probablemente haría de peón de brega la Nicaragua del
comandante Ortega, a la que el gobierno de facto ha acusado
de movilizar tropas hacia la frontera con Honduras. Es
cierto que no hay manera de verificar si las noticias, según
las cuales esa frontera viene siendo cruzada ya desde antes
del golpe por comandos venezolanos y cubanos, que denuncia
la prensa de Honduras, son ciertas o meras operaciones
publicitarias en defensa del gobierno de Roberto Micheletti;
pero, dados los antecedentes y el contexto político de
América Central, tampoco pueden ser descartadas. La
situación inestable y precaria de Honduras, ahora en la
picota de la opinión internacional, es propicia para una
acción insurreccional teledirigida desde Caracas.
Tal vez estos riesgos puedan conjurarse con el adelanto de
las elecciones presidenciales, ya convocadas para el mes de
noviembre. Este proceso debería tener lugar a la brevedad
posible, dentro de un par de meses a lo más, algo realizable
si la comunidad internacional colabora con la
infraestructura electoral, y llevarse a cabo bajo la
responsabilidad y vigilancia de las Naciones Unidas, y con
observadores internacionales de la Unión Europea y de
organizaciones políticas y de derechos humanos como la
Fundación Carter, Amnistía Internacional y Americas Watch.
No veo otra manera más rápida de reconstruir el Estado de
Derecho y poner fin a la anómala situación que vive Honduras
por culpa tanto de los militares que asaltaron la
presidencia con nocturnidad como de las arteras maniobras de
Mel Zelaya y su gurú ideológico, Hugo Chávez.
Reproducción textual de la columna de Mario Vargas Llosa, en
el diario La Nación.
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NOTAS RELACIONADAS:
CHÁVEZ “IMPERIALISTA”,
NARCOTRAFICANTE-POPULISTA
ENEMIGO DE LAS DEMOCRACIAS!!
Chávez viola acuerdos comerciales con Uruguay y deja de
pagar importaciones
Las mayores empresas del sector lácteo uruguayo denuncian
que régimen chavista impide
el envío de sus embarques y no
concreta el pago de algunos negocios por las restricciones
para la liberación de divisas que estableció el autócrata
Algunas de las mayores empresas del sector lácteo de Uruguay
están enfrentando problemas para concretar exportaciones
hacia Venezuela o para cobrar negocios hechos con ese país,
informaron ejecutivos citados hoy por la prensa de
Montevideo.
Según reportó El
País, el Ministerio de Alimentación de Venezuela, que otorga las
licencias de importación a proveedores, le
planteó a empresas uruguayas la necesidad de diferir los
embarques de leche en polvo previstos para 2009 y 2010 por
un exceso de stock y ante la presión de los productores
lecheros venezolanos.
La Cooperativa Nacional de Productores de Leche (Conaprole) -la mayor empresa láctea de Uruguay-tiene
un negocio firmado con Venezuela desde agosto de 2008 por
20.000 toneladas de leche en polvo, pero
hasta ahora no concretó ningún envío. ![](http://www.infobae.com/adjuntos/imagenes/99/0269915G.jpg)
Otra compañía,
Ecolat, debió
postergar un embarque de 1.000 toneladas de leche en polvo
previsto para junio. Contactos realizados por sus ejecutivos en Venezuela la
semana pasada no permitieron normalizar el flujo comercial,
indicó el diario.
Empresas uruguayas como
Claldy, Pili, Calcar y Bomprole,
que exportan quesos a Venezuela, enfrentan algunos problemas
para cobrar sus negocios debido a las restricciones para la
liberación de divisas en el marco del control de cambio
vigente en ese país.
El gobierno uruguayo, del presidente socialista Tabaré
Vázquez, aprobó en 2006 un acuerdo con Venezuela para
intercambiar petróleo por productos agroindustriales que
hicieron pensar en que se daría una profundización de los
vínculos comerciales bilaterales.
En los primeros seis meses de 2009 Uruguay exportó
mercaderías a Venezuela por 105 millones de dólares, en un
total de 2.400 millones de dólares, según estadísticas del
paraestatal Instituto Uruguay XXI de promoción comercial. DPA.
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Crecen las críticas a Rafael Correa por haber llamado
"payaso" a Carlos Menem
Diputados y un ex vicecanciller
criticaron al ecuatoriano. El recuerdo del "Por qué no te
callas" del rey Juan Carlos
El miércoles, Perfil.com publicó
un video en
el que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, calificaba
entre risas de "payaso" al ex presidente Carlos Menem
mientras describía los lujos del Tango 01 y aclaraba que el
avión fue comprado por el riojano.
La situación llama la atención por lo inusual de
ver a un presidente insultar a un ex mandatario de otro
país. No es algo que se ve todos los días. De hecho, la
reacción de los lectores de Perfil.com fue contundente en
contra de Correa: el 60 por ciento de los participantes de
una encuesta de este portal dijeron que el ecuatoriano debe
pedir disculpas (según resultados medidos a las 19 horas del
jueves).
![](http://www.inforegion.com.ar/archivos/imagen/Menen400.051007.jpg)
La cancillería argentina no ha hecho ningún
comentario oficial al respecto, pero hoy Perfil.com se
comunicó
con diputados integrantes de la Comisión de Relaciones, con
políticos cercanos a Menem y con ex funcionarios del cuerpo
diplomático argentino
para saber qué pensaban.
El diputado radical Pedro Azcoiti, vicepresidente
de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja,
no siente simpatía por el riojano, pero ello no le impidió
ser duro con Correa: "Mas allá de la opinión que tenga de
Menem, me parece una falta de respeto" lo que dijo Correa.
Azcoiti agregó no creer "que la forma en que deber actuar un
mandatario de país".
La diputada del PRO Nora Ginzburg también integra la comisión de exteriores, y le pareció
indignante lo dicho por Correa. "Es vergonzoso que un
presidente extranjero violente nuestra soberanía
refiriéndose de una manera tan impropia a un ex presidente
argentino. Debería ocuparse de su país, donde tiene
problemas graves con FARC y pedirle explicaciones a amigos
como Chávez para que explique las expropiaciones y la
violación de la libertad de prensa".
El diputado Eduardo Macaluse, del SI, señaló a Perfil.com que
tiene "mucho respeto por Correa" y lo calificó como "una
persona seria que ha tomado decisiones valientes en su
país". El ex-ARI dijo que "comparte lo que dice sobre Menem"
aunque no sabe si el presidente de un país vecino debe
"referirse de ese modo a un ex mandatario argentino".
Lazos de familia. La
crítica más dura contra Correa vino de parte del ex diputado
Adrián Menem, quien es además sobrino de Carlos Menem.
"Antes de fijarse en otro país, debería fijarse en el suyo y
tendría que salir a aclarar de manera fuerte cuál es la
relación que tiene con la guerrilla colombiana, que
pareciera que le financió la campaña", dijo indignado.
Igualmente,
Adrián Menem no se sorprendió demasiado por el
comentario y recordó cuando durante la jura como senador de
su tío Néstor Kirchner se tocó el testículo izquierdo.
"Pedirle a Kirchner respeto por las instituciones, por los
diputados, es pedirle peras al olmo. Pero bueno... Dios los
cría el viento los junta", lanzó en referencia al vinculo de
amistad que une a Kirchner y Correa.
"Eso hay que aprender de los otros países, cómo
protegen a sus instituciones y sus ex presidentes, como el
'por qué no te callás del Rey contra Chávez'; ese es el
ejemplo que tenemos que mirar", sostuvo y añadió: "Es un
papelón, pero hay que tomarlo de quien viene".
Diplomático. Eduardo Valdes, vicecanciller argentino en tiempos de Rafael
Bielsa,
lamentó lo dicho sobre Menem: "Me hubiera gustado que Correa
se refiera a la Argentina por otra virtudes, más que por el
viaje que compartió con la Presidenta para apoyar a Zelaya,
que yo comparto plenamente".