03 de Diciembre de 2008
EL DIFUSO ORIGEN DE LOS CAPITALES Y LA PLATA NEGRA QUE YA
ENTRO
Blanqueo: unos cuantos gatos encerrados en la
ley del Gobierno
Así como está, el blanqueo lanzado por el
Gobierno abre una ancha puerta al ingreso de los capitales
más diversos, incluidos algunos de origen controvertido. Y
en algún sentido, también podría ser un traje a medida para
regularizar fondos en negro que ya se colocaron en el país o
estarían en las gateras: además, bien barato.
El proyecto deja expresamente afuera del blanqueo a quienes
puedan ser alcanzados por las leyes sobre lavado de dinero y
financiamiento del terrorismo. Pero, a la vez y también
expresamente, libera a todo el mundo de la obligación de
declarar el origen de los fondos (cómo se consiguieron) o el
momento cuando fueron realizados. Podría ocurrir, así,
que por un lado se cierre la puerta y por el otro se la
entreabra.
Por de pronto, declarar el origen de las tenencias
--divisas, bienes o lo que sea-- es un punto clave en las
normas del GAFI, el organismo internacional que controla el
lavado de dinero, el narcotráfico y el financiamiento al
terrorismo. La Argentina está adherida al GAFI y, por lo
mismo, el Gobierno debió sancionar leyes que le exigían: la
cuestión es si esta vez no se estarían perforando las
reglas.
Habrá que ver si es suficiente, como dice el proyecto de la
ley, con que un banco del exterior le extienda al autor del
blanqueo un certificado donde figure su nombre y domicilio,
el importe y la entidad donde fue hecho el depósito. Son
requisitos de rigor: el punto es si con eso alcanza.
O si basta con que el banco o la institución financiera del
exterior estén "sujetos a la supervisión de los bancos
centrales u organismos equivalentes de sus propios países".
No hay referencias a organismos atados al GAFI, como la UIF
argentina: por lo demás, la adhesión al instituto
internacional que controla el lavado es voluntaria y hay
muchos países no afiliados.
Se sabe, hace tiempo, que no bien asoma una oportunidad
capitales que circulan por el mundo son blanqueados; claro
está, aquellos de origen oscuro o controvertido. Y aunque
mal no habría venido, en el proyecto tampoco aparece ninguna
cita a los paraísos fiscales.
Así, entre la posibilidad de no declarar el origen de los
fondos, locales o externos, y las normas sobre lavado de
dinero queda una dudosa zona gris. Si se quiere, una
contradicción que tal vez sea atendida cuando la ley sea
reglamentada. Tanto como para aflojar las especulaciones que
asocian la medida al caso de la valija con 800.000 dólares
del venezolano Antonini Wilson.
Lo que sí está dicho expresamente es que al dinero negro no
le cabe "la figura de evasión tributaria o participación en
la evasión tributaria": haberla cometido o ser parte de una
asociación que la cometió. Para el caso, esto deja de ser
delito y también caen procesos civiles, penales, comerciales
y administrativos; muchos, y algunos muy avanzados. Aquí el
redactor no se anduvo con vueltas para decir lo que quería
decir.
Ahora, el traje a medida que suele intuirse detrás de
cualquier blanqueo.
Según el proyecto, se pueden blanquear divisas que
ingresaron al país antes de octubre de 2007. Y fueron
utilizadas en inversiones inmobiliarias, en compra de
máquinas o maquinitas, se las incorporó al capital de
empresas o fueron prestadas a otras empresas, tal vez
vinculadas. Es la legalización de operaciones que ya fueron
hechas. Aquí también puede haber un gato encerrado.
Queda claro, pues, que el blanqueo lanzado por el Gobierno
es una puerta ancha y propicia. Por la que también pueden
filtrarse fondos fugados que aún no ingresaron, para
negocios diversos o cosas que ya se pensaban hacer.
Otro cantar es cuánta plata nueva de verdad ingresará al
país, con un Gobierno imprevisible para los capitalistas
poco afectos a correr riesgos, que se bandea desde el pago
al Club de París y el arreglo con los bonistas a la
liquidación de las AFJP. O si, como dice el texto oficial,
es una oportunidad para "fortalecer nuestra economía real".
Literalmente, pensado "bajo un prisma positivo y
pragmático".
Eso sí, no hay una sola explicación
-ni positiva ni pragmática- para quienes cumplen con la ley
y encima creen que pagar los impuestos equivale a educación,
salud y seguridad, por nombrar algunas funciones del Estado.
No la hay, sencillamente porque no existe.
Tampoco se ha reparado en el precedente que se sienta y
puede resentir ingresos futuros: que es posible incumplir
las normas fiscales, porque siempre habrá un salvavidas. Ni
se ha medido el daño que se le inflige al trabajo de control
que estos años hizo la AFIP.
Queda para el final, algo que también está en la base de la
movida. Que con el blanqueo y la moratoria impositiva
interconectados, el Gobierno busca hacerse de plata: poca,
mucha, la que sea posible. Y se abre, de paso, una
oportunidad para colar algunas operaciones negras, hechas o
por venir, en un sistema que será vasto y polifuncional.
Por: Alcadio
Oña,
su columna en el diario Clarin
NOTAS RELACIONADAS VARIAS:
La moratoria haría caer juicios por más de $
2.000 millones
Son demandas que ya inició la AFIP a
frigoríficos, cerealeras, pesqueras, supermercados y hasta
clubes de fútbol. Y que también incluyen a varios
empresarios de peso. Con el plan del oficialismo, evitarían
penas que llegan hasta la prisión.
Si el Congreso decide aprobar la moratoria
impositiva que impulsa la Casa Rosada, quedarían en la nada
más de 3.600 juicios penales contra presuntos evasores
acusados de no pagar impuestos por más de 2.137 millones de
pesos. Se debe a que el proyecto del oficialismo establece
que, no bien las deudas se salden con las rebajas ofrecidas,
las acciones penales contra estas personas -físicas y
jurídicas- queden suspendidas.
Esa montaña de expedientes va a ir derecho a saturar los
archivos de Tribunales. Según los registros oficiales, 3.638
son las causas que la Administración Federal de Ingresos
Públicos (AFIP) inició en los últimos años: 1.432 en 2006,
en reclamo de $ 692 millones; 1.367 al año siguiente para
tratar de cobrar otros 909 millones y 839 en lo que va de
2008 por 539 millones de pesos más.
Los delitos tributarios tienen diferentes sanciones, que
en los casos más graves -más de 100 mil pesos evadidos en un
mismo impuesto y en un mismo período-pueden llegar a penas
de prisión. Pagando menos de lo que la AFIP reclamó
originalmente en esos 3.638 casos, evitarán todo castigo
desde multinacionales hasta pequeños contribuyentes,
cerealeras, supermercados y constructoras, pesqueras,
clubes, líneas aéreas y financieras y haras.
El listado de empresas denunciadas es de libre acceso en el
sitio web de la AFIP. No incluye denuncias anteriores ni las
virtuales confesiones de empresas como Skanska, que por su
cuenta decidió pagar más de 21 millones de IVA y Ganancias
que dijo adeudar.
Un juez que lleva muchas de estas causas dijo a Clarín que
la medida que impulsa el Gobierno es "lisa y llanamente una
amnistía". "Lo más grave de todo -opinó- es que pone en un
plano de igualdad a los ciudadanos que cumplen la ley con
los que no la cumplen".
De acuerdo al proyecto del Ejecutivo, la moratoria
permitirá una rebaja de hasta el 70 por ciento de los
intereses de todos los acusados de evasión. El ex titular de
la AFIP, Alberto Abad, calificó el proyecto como
"socialmente injusto", mientras que su sucesor, Claudio
Moroni, respondió que quienes hayan estado al día tuvieron
mayores facilidades para acceder a créditos.
Las cerealeras son de las empresas más denunciadas por la
AFIP. En la lista oficial figuran Agro Land, Agro Muñoz,
Agro Saladillo, Agroquiroga, Agroservicios Entre Ríos,
Cerealera Santafesina, Cereales Laborde, Cereales Marcos
Juárez y Monsanto, entre otras.
Algo parecido ocurre con los frigoríficos: aparecen
Araucano, Ranquelino, Entre Ríos, Gorina, Tolosa, La Cabaña,
Verónica y más. Todos podrán entrar en la moratoria, al
igual que grandes compañías y empresarios como Aceros Zapla
(Sergio Taselli), Enrique Menotti Pescarmona, Harengus (Bulgheroni)
o Ledesma (Blaquier).
En el rubro pesqueras, sobresalen Conarpesa, Universal y Los
Moros. Entre los clubes, Newell's Old Boys y Colón de Santa
Fe. Y hay más: la supermodelo Valeria Mazza, la ex línea
aérea Dinar, la financiera Puente Hermanos, Transvideo,
los supermercados Toledo, la línea 22 de colectivos.
Estas 3.638 causas que abrió la
AFIP están desperdigadas por todo el país. Entre otras pocas
excepciones, se les negaría la posibilidad de entrar en la
moratoria a aquellos que tengan sentencias firmes. Pero otro
juez que lleva causas sobre evasión advirtió al respecto:
"Hoy se entiende que un fallo no está firme hasta que no
haya decisión de la Corte". En ese caso, con la sola
interposición de un recurso de queja, simplemente a la
espera de que la Corte lo trate, un deudor podría acogerse a
la moratoria.
Por Lucrecia Bullrich ,De la
Redacción de lanacion.com
lbullrich@lanacion.com.ar
PODER CIUDADANO
Las voces de alarma frente a la moratoria y
el blanqueo de capitales anunciados esta semana por el
Gobierno no ceden y llegan desde los más variados ámbitos.
A las críticas de la oposición, los
especialistas, los abogados y los fiscales, se
sumó la presidenta de Poder Ciudadano, Delia
Ferreira Rubio, quien alertó que las medidas planteadas por
la Casa Rosada tendrán efectos directos no sólo sobre las
causas de corrupción en marcha, sino también sobre la imagen
de la Argentina en el mundo en términos de transparencia.
En un reportaje con
lanacion.com, la titular de Poder Ciudadano y máxima
referente de Transparencia Internacional en el país y el
resto de América latina también advirtió sobre la
"responsabilidad" que tendrán los diputados y senadores, que
tratarán el proyecto de la semana próxima, para "evitar que
se consagre la impunidad".
"Tanto la moratoria como el blanqueo de
capitales son una burla a los contribuyentes que cumplen con
la ley. El mensaje es claro: ?Si en la Argentina usted paga
sus impuestos es un tonto. El vivo es el que no paga?",
planteó la especialista.
Enseguida, destacó que la mayor falla del
proyecto de ley que impulsa la Casa Rosada anida en la falta
de límites. "Es sumamente amplio en
cuanto a la inclusión en los beneficios de cualquier
obligación tributaria impaga o de infracciones cometidas
mientras no haya recaído sentencia firme y eso puede
provocar que muchas de las investigaciones en marcha queden
sin efecto", señaló en coincidencia con las advertencias de
juristas, abogados y fiscales.
Frenos.
En este punto, propuso mecanismos para acotar
la posibilidad de acceso, tanto al blanqueo como a la
moratoria impositiva. "Una forma posible sería fijar que
sólo quedarán comprendidas en la moratoria las obligaciones
fiscales cuyo cobro judicial no se haya iniciado, o aquellas
no sujetas a investigación judicial", planteó. En el mismo
sentido, añadió que "habría que excluir del beneficio las
infracciones al régimen tributario que estén tipificadas
como delitos".
Las medidas para aminorar los "efectos no
deseados" podrían completarse, según Ferreira Rubio, con un
incentivo para contribuyentes cumplidores. "Ya que el
Gobierno dice que quiere ideas, ¿por qué no suma a la
moratoria algún beneficio para los que pagan en tiempo y
forma? Se podría aplicar un descuento en los impuestos de
los próximos años del 70 por ciento o más", sugirió.
Corrupción y percepción mundial.
Para Ferreira Rubio, una de las aristas tal
vez más preocupantes del paquete anti recesión es el impacto
que su aprobación pueda tener en la lucha contra la
corrupción y en la percepción mundial sobre la materia en la
Argentina.
Este año, escándalo de Antonini Wilson y
sospechas sobre el financiamiento de la campaña de Cristina
mediante, el país retrocedió cuatro casilleros en el ránking
de corrupción que elabora Transparencia Internacional.
Según el Indice de Percepción de la
Corrupción (IPC), la Argentina ocupa el número 109, entre
180 países clasificados. En una escala de 1 a 10 (entre la
percepción de muy corrupto a la ausencia de corrupción), el
país sumó un decepcionante 2,9, el mismo número que el año
último, aunque retrocedió del puesto 105 al 109.
El IPC es una encuesta de encuestas, que
resulta de consultas a empresarios, académicos y expertos de
cada país sobre la percepción que tienen del manejo del
Gobierno y de los funcionarios en general en lo relacionado
con los fondos públicos.
Ferreira Rubio no duda de que el avance del
paquete de medidas afectará este tipo de mediciones. "Si se
confirma la sospecha de que la moratoria podría significar
una amnistía encubierta para quienes participaron en
maniobras como las de las facturas truchas, para ocultar el
pago de coimas, sin duda la moratoria será como una forma de
protección de la corrupción", alertó.
La mira en el Parlamento.
En este contexto planteó que el Congreso
"está frente a una gran responsabilidad" y apeló a la
actitud de cada uno de los legisladores. "Deben ser
sumamente cuidadosos para evitar que, con el pretexto de la
crisis y la recaudación, se consagre la impunidad".
Pese al optimismo oficial frente a la
aprobación del plan y la férrea defensa que en estos días
ensayó desde todos los frentes, el panorama en el Congreso
dista de ser alentador para el kirchnerismo. Ayer, el jefe
de la bancada oficialista en el Senado, Miguel Pichetto,
admitió que, en particular el blanqueo de capitales,
provocará "cuestionamientos".
"El Congreso tiene la palabra", concluyó
Ferreira Rubio.
ADMISIÓN
TACITA
El plan para enfrentar la crisis que ha
lanzado el Gobierno ha significado, más allá de su eficacia,
la admisión tácita de que las consecuencias del terremoto
serán serias en este país. Han terminado, por fin, la
jactancia de que estábamos libres de la plaga y los consejos
irónicos recomendando a otros qué hacer. Uno de los
voceros de ese pensamiento ha sido el diputado Kunkel con
sus despectivos comentarios públicos sobre la presencia de
España en el Grupo de los 20 (participó bajo la bandera
de la Unión Europea), en tanto que la Argentina, subrayó el
legislador, lo hizo como miembro pleno. No se sabe qué
conclusiones sacó de esa situación pero ese tipo de
razonamientos exitistas sólo sirven para reforzar la
"infalibilidad" que el oficialismo intenta imponer para
ocultar los bruscos cambios de planes que hubo en los
últimos días respecto de los efectos de la crisis.
Más allá de eso, el plan es un reconocimiento de la realidad
y eso es positivo. De allí a que sea efectivo hay una
distancia grande. Esa brecha es de credibilidad, un
cimiento fundamental para que despierte el entusiasmo y
venza los temores de quienes no quieren correr riesgos en la
Argentina. El blanqueo es, ya se ha dicho, una gran burla a
quienes han cumplido con sus obligaciones impositivas y
legales, aún en las condiciones políticas y económicas más
complicadas. La necesidad de mantener y engrosar el
superávit y, quizá, de crear fórmulas para que el desempleo
no crezca, hicieron que el Gobierno haya optado por este
blanqueo. Si la confianza no es reforzada con hechos que
rectifiquen la estrategia de enfrentamiento, los efectos del
plan serán acotados. Tal vez eso explique este
reacercamiento con la Iglesia.
Ricardo
Kirschbaum,
editor general de Clarin.
La moratoria: "Cuanto peor, mejor".
Si hay un sector que se suponía que apoyaría
el muy generoso paquete impositivo lanzado esta semana por
el Gobierno era el de los contadores. Sin embargo, el
Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) opinó que
al Poder Ejecutivo se le fue la mano ya que se premia a los
más incumplidores."El proyecto conspira en términos
filosóficos contra la equidad tributaria, porque el que más
infringió la ley, más se beneficia con esta moratoria",
expresó a
LA NACION
la secretaria del CPCE porteño, Flavia Melzi.
Lejos de formular un cuestionamiento moral
(que no estaría de más para consolar a los contribuyentes
puntillosos que ahora se sienten más tontos que nunca), la
entidad que agrupa los profesionales de las ciencias
económicas afirma que el proyecto está plagado de
contradicciones: "Le otorga mayores
incentivos al que nunca declaró nada que a quien había
comenzado a blanquear bienes o empleados, que ya tiene una
deuda que deberá seguir pagando. En cambio, quien estaba
totalmente en negro parte de cero y pagará mucho menos".
Además, los contadores se quejan porque en la
nueva ley queda vigente la responsabilidad para que informen
sobre "operaciones sospechosas" que puedan estar
relacionadas con lavado de fondos ilícitos, mientras que los
contribuyentes quedan eximidos de responder ante la AFIP de
dónde sacan el dinero que van a blanquear.
Finalmente, los profesionales del sector no
escapan al escepticismo generalizado respecto del efecto
práctico de esta medida: "En este contexto de incertidumbre
y constantes cambios de política económica nadie va a traer
un peso para tenerlo dos años inmovilizado", indicó Melzi,
de lo cual se puede inferir que sólo fluirá dinero de dudosa
procedencia para alimentar la compra de propiedades en
barrios acomodados. Mientras tanto, el Gobierno elude
cualquier rebaja de los pesados impuestos al consumo, que
recaen por igual sobre todos los estamentos sociales,
inclusive los más desfavorecidos.
Y si el objetivo oficial es lograr un mayor
blanqueo laboral, sólo cabe observar el resultado de las
moratorias de 1991 o del 2001 para comprobar que el Estado
perdió recaudación por la rebaja en las contribuciones
patronales pero que las fuentes de trabajo formal no
crecieron.
Pese a estas objeciones, resulta difícil
pensar quién se va a quejar ante esta nueva norma, como
explicaba ayer un abogado en la city: "El Estado cobrará
más, los estudios jurídicos también y los empresarios con
problemas van a estar más tranquilos", concluyó con mucha
franqueza.
Martín Kanenguiser, para lanacion.com
la sospechosa moratoria impositiva y los
riesgos del narcotrafico
Al Capone, de fiesta
Frases de la semana: “La moratoria es un
salto al vacío porque permite blanquear dinero o bienes mal
habidos sin que se investigue su origen”; de Alberto Abad,
ex titular de la AFIP durante la gestión de Eduardo Duhalde,
la de Néstor Kirchner y los primeros meses de la de Cristina
Fernández de Kirchner.
Frases de la semana
“La moratoria es un salto al vacío porque permite blanquear
dinero o bienes mal habidos sin que se investigue su
origen”; de Alberto Abad, ex titular de la AFIP durante la
gestión de Eduardo Duhalde, la de Néstor Kirchner y los
primeros meses de la de Cristina Fernández de Kirchner.
“Al igual que le pasó a Gustavo Beliz cuando fue ministro
del Interior de Carlos Menem, Sergio tiene toda la
percepción de estar rodeado por un nido de víboras”; de una
voz de las cercanías del jefe de Gabinete de Ministros,
Sergio Massa.
“Si salimos a decir la verdad de lo que está pasando con
los cortes de energía eléctrica vamos a tener problemas con
De Vido”; dichos en off de un funcionario de una de las
compañías distribuidoras de electricidad en Capital Federal.
La crisis económica ha comenzado a tener su impacto en la
Argentina. Esto ya no es novedad. “La necesidad tiene cara
de hereje” dice el refrán. Y sin dudas que para el Gobierno
el imperativo de contar con un plan B, que permita hacer
frente a las dificultades del presente y del futuro
inmediato, demolió la estentórea y ufana expresión de la
Presidenta cuando hacia fines de septiembre, a su paso por
Nueva York, respondió, con bastante ofuscación y poca
reflexión, en forma negativa la pregunta de alguien que la
inquirió sobre la existencia de un plan B para la Argentina.
Hasta aquí, el tardío plan B ha comprendido la controvertida
nacionalización de las AFJP, a la que siguieron la
reinstauración del Ministerio de la Producción y la
moratoria.
La recreación del Ministerio de la Producción y la
designación a su frente de Débora Giorgi fueron decisiones
bien recibidas en los ámbitos empresariales. Para muchos fue
más importante el nombramiento de la licenciada Giorgi que
la resucitación de la estructura burocrática del ministerio
cuya disolución, curiosamente, había sido dispuesta por el
mismísimo Néstor Kirchner no bien asumió la Presidencia, el
25 de mayo de 2003. Seguramente la nueva ministra tendrá
entre sus prioridades atender el valor del dólar, buscar
alternativas a la falta de crédito y considerar la creación
de instrumentos que incentiven la producción.
El requerimiento de la hora es claro: mantener el empleo
tiene no sólo una finalidad salarial sino que también hace a
la dignidad de la persona y a la cohesión social. Eso es
algo que no se arregla con indemnizaciones ni dobles ni
triples.
Débora Giorgi es una mujer dedicada al tema de la producción
desde siempre. Su paso por las distintas administraciones
–recordar que fue funcionaria de la Alianza– habla del
reconocimiento que su tarea genera. La pregunta aquí es:
¿Será ella la que, finalmente, pueda desplazar a Guillermo
Moreno, el omnipresente “Lassie” de los Kirchner? ¿Podrá
Débora Giorgi hacer lo que no pudieron ni Felisa Miceli, ni
Miguel Peirano, ni Martín Lousteau, ni Carlos Fernández, ni
Alberto Fernández, ni Sergio Massa? Guillermo Moreno sigue
haciendo lo suyo, que es el apriete.
En realidad es lo que le piden que haga los Kirchner.
Algún día, o tal vez nunca, el matrimonio presidencial se
dará cuenta de lo inútil y perjudicial que ha sido para su
imagen y su gestión creer que gobernar es cosa de pseudo-guapos
y guarangos.
Nota al pie:
En la alforja de las cosas buenas de la semana está la
reunión que la Presidenta tuvo con la cúpula de la
Conferencia Episcopal Argentina, encabezada por el cardenal
Jorge Bergoglio. Se habían visto en ocasión de la asunción
de la primera magistratura de la Dra. Kirchner. Aquel fue un
encuentro protocolar en donde hubo un monólogo de la
Presidenta. Esta vez hubo diálogo. Los obispos le regalaron
a Cristina Fernández de Kirchner dos elogios que la
sorprendieron. Uno fue una visión crítica del capitalismo
salvaje que reinó en los 90 y la otra un reconocimiento por
el compromiso de la jefa de Estado con la lucha contra el
narcotráfico. Hubo, por otra parte, una insistencia de los
obispos en la necesidad de regenerar el clima de diálogo
político ausente entre el Gobierno y la oposición. ¿Cuánto
ganaría el Gobierno si accediera a eso?
La moratoria anunciada por el Gobierno constituye algo
brutal en cuanto a su significado político, jurídico y
moral. El proyecto de ley lleva el ostentoso nombre de
“Régimen de Normalización Tributaria, Promoción y Protección
del Empleo Registrado con Prioridad en Pymes y
Exteriorización y Repatriación de Capitales”.
Hacía falta un título así para intentar tapar un vulgar y
grosero blanqueo de muchas cosas oscuras.
La mayoría de los especialistas la consideran una de las
moratorias más amplias que haya conocido el país en los 89
blanqueos que registra a lo largo de su historia. Una fuente
judicial abocada al seguimiento de estos casos fue lapidaria
en su opinión: “Esto es similar a la autoamnistía dictada
por los militares cuando estaban dejando el poder”.
Esas fuentes judiciales que entienden en materia
tributaria, van aún más allá en sus conclusiones críticas
sobre el proyecto. Se escuchan ahí cosas como estas:
“Este proyecto convierte al juez en una especie de
controlador.”
“Suspende la acción penal y abre las puertas a la
prescripción”.
“Hay juzgados en los que se venían investigando causas
importantes que caerán.”
“Abre la puerta al dinero negro y a la impunidad.”
“¡Que después, desde el Poder Ejecutivo, no se quejen
diciendo que la Justicia no hace nada contra la evasión!”
Hasta el Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas
expresó una posición fuertemente crítica ante el proyecto.
He aquí algunos de los conceptos de la secretaria del
Consejo, Flavia Melzi, a La Nación:
“El proyecto conspira filosóficamente contra la equidad
tributaria porque el que más infringió la ley más se
beneficia con esta moratoria.”
“Le otorga mayores beneficios a quien nunca declaró nada que
a quien había comenzado a blanquear bienes o empleados, que
ya tiene una deuda que deberá seguir pagando. En cambio,
quien estaba totalmente en negro parte de cero y pagará
mucho menos.”
“En este contexto de incertidumbre y constantes cambios de
política económica nadie va a traer un peso para tenerlo dos
años inmovilizado.”
El desánimo que esta medida genera al interior de la AFIP
es enorme. La sospecha también. Nadie olvida allí la
remoción del titular de la Dirección General Impositiva (DGI),
contador Horacio Castagnola, por respaldar una investigación
sobre la emisión de facturas truchas de la empresa Gotti SA,
vinculada al amigo del matrimonio presidencial Lázaro Báez.
La historia es contundente: las moratorias nunca han
conseguido atraer a los grandes evasores ni han ayudado a
solucionar ninguna crisis económica.
Por lo tanto, nada bueno habrá de salir de esta moratoria,
una verdadera invitación a la indecencia.
A este cuadro se le agregó el de los cortes de energía
eléctrica que aún afectan a muchas zonas de la Capital
Federal y del Gran Buenos Aires. Como siempre, la respuesta
del Gobierno, a través del titular del que debería ser
rebautizado como Ministerio de Infraestructura Deficitaria y
Planificación Federal Fallida y Poco Transparente, Julio De
Vido, fue la misma.
Primero negaron que hubiera algún tipo de inconveniente.
Después dijeron que lo que había era “un pequeño
problemita”. Finalmente, con las imágenes y los sonidos de
las cacerolas en las calles de distintos barrios porteños,
se reconoció la realidad y se comenzó a hablar de las
sanciones a las empresas distribuidoras de electricidad.
Todo esto es algo ya conocido.
La situación eléctrica es crítica desde hace años. Y
todo está atado con alambre. El Gobierno decidió emparchar
el déficit energético apostando a la benignidad del clima y
a la ayuda que pudiera venir del presidente Hugo Chávez.
Pero esa ayuda, poco generosa y muy costosa, ha servido de
poco.
Lo precariedad, una vez más, ha salido a la superficie y
quien la sufre es el ciudadano de a pie. Por supuesto que
nada de esta precariedad la vivió la Presidenta, quien, en
el fin de semana, buscó alivio al calor de Buenos Aires en
su retiro de El Calafate.
Para concluir, un
poco de historia.
En el siglo pasado, durante las décadas del 20 y el 30,
el delito se enseñoreó en las calles de Chicago. La “Ley
Seca” actuó a la manera de verdadero combustible que fogoneó
la aparición de temibles bandas mafiosas.
Uno de los jefes más prominentes de esas organizaciones
planeó y dirigió una amplia gama de delitos: juego ilegal,
proxenetismo, elaboración, distribución y venta clandestina
de bebidas alcohólicas, y el asesinato de varios de sus
enemigos.
Pudo liberarse de casi todos esos delitos. Pero hubo uno por
el cual acabó, finalmente, en la cárcel. Ese delito fue la
evasión impositiva, y el personaje en cuestión era Al
Capone, quien, de vivir hoy día en la Argentina, seguramente
estaría celebrando este proyecto de moratoria y blanqueo de
capitales y paseando su impunidad por todo el país. Nelson
castro, periodista, Diario Perfil, su columna.
Producción periodística: Guido Baistrocchi, con el aporte de
Laura Bartolomé.
paradojas del discurso k
Cristina quiere blanquear, pero el propio
Estado contrata trabajadores en negro
Bajo la figura de los “convenios de asistencia técnica”,
unos 300 trabajadores de los ministerios de Planificación y
Economía están regidos por los denominados “contratos
basura”. Tienen un sueldo mínimo y deben costearse la ART,
la jubilación y la obra social. La aparente “pasantía”
esconde una virtual relación de dependencia.
PERFIL conversó con seis
empleados que reconocieron estar en esta situación
irregular.
![](legislacion24_archivos/image001.jpg)
Contrato. Aunque llevan el membrete de la UTN, varios de los
empleados que lo firman nunca estudiaron en esa universidad.
El martes pasado, en la UIA, la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner presentó el plan oficial para
enfrentar la crisis financiera global. “Vamos a enviar en el
mismo proyecto un instrumento que permita poner de negro a
blanco a los trabajadores en la República Argentina”,
anunció la mandataria. Quienes escucharon con atención ese
párrafo del discurso presidencial fueron los al menos 300
empleados del Ministerio de Economía que, con la excusa de
una pasantía encubierta en un “contrato de locación de
servicios”, firmaron un “contrato basura”, que desde la CTA
no dudan en calificar como “trabajo en negro”.
“Yo
trabajaba en el Ministerio de Economía, pero iba todos los
meses a Avellaneda, a la sede de la UTN (Universidad
Tecnológica Nacional), a cobrar el cheque”, cuenta Juan. El
caso de este ex empleado del organismo, que no quiso dar su
nombre real, es uno de los seis relevados por PERFIL que
demuestran que detrás del ímpetu del Gobierno por blanquear
a los trabajadores se esconde una trama de contrataciones
irregulares en el propio ámbito estatal.
En el
Ministerio de Economía, comandado por Carlos Fernández,
PERFIL relevó cinco casos entre empleados y ex empleados que
firmaron un contrato, sobre la base de un convenio con una
facultad de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), que
presenta graves irregularidades. Con un sueldo mensual de $
1.600 por mes, $ 400 más que el salario vital y móvil, los
aportes jubilatorios, de ART y de obra social corren a cargo
de los “pasantes”.
“Tampoco nos pagan horas extras, ni por asistencia, ni
siquiera por hijo”, contó “María”, una empleada que jura que
sólo le dieron un día libre cuando se casó. “Si quería irme
de luna de miel tenía que descontar los días de mis
vacaciones”, agregó.
Quienes prestaron su testimonio a PERFIL son universitarios.
A excepción de uno de ellos, ninguno cursó en la UTN. “Yo sí
fui alumno, pero cuando comenzó la pasantía ya no lo era.
Igual nunca en el Ministerio me preguntaron si tenía algo
que ver con la UTN”, relató “Adrián”, otro joven que trabajó
en una dependencia de Planificación. En los convenios,
las unidades académicas se comprometen a aportar alumnos y
graduados. Estas contrataciones bajo convenio esconden
una virtual relación de dependencia. “Yo entré con un
convenio con la UBA, después me pasaron a la UTN de
Avellaneda, y ahora estoy en la de Venado Tuerto”, contó
“Natalia”, que ingresó hace cuatro años al Ministerio de
Economía y pasó por varios “convenios de asistencia
técnica”, como se los conocen formalmente.
“Son contratos no registrados, contratos basura y contratos
ilegales porque no son regidos por la ley de empleo público.
Es trabajo en negro”, explicó Horacio Meguira, asesor legal
de la CTA. El abogado agregó: “Estos contratos crecieron con
furor en los 90, durante el proyecto privatizador”.
Ante
la consulta de PERFIL, desde la facultad de Avellaneda sólo
contestaron que el convenio finalizó el año pasado. “No
detectamos ninguna irregularidad”, señaló el decano de
Venado Tuerto, Hugo Quaglia, sin querer brindar más
información.
Desde
el Ministerio de Salud confirmaron a este diario que hasta
el mes pasado había 47 personas trabajando bajo esta
normativa. “Los dimos de baja porque los contratos eran
irregulares”, confesó un vocero del organismo.
Según
los “pasantes”, habría al menos 300 empleados en el
Ministerio de Economía en esta situación. No hay datos
oficiales al respecto y desde la Oficina de Recursos
Humanos, a través del departamento de prensa, no brindaron
ninguna declaración al requerimiento de PERFIL. Sorprende el
Anexo II de los contratos, en el cual se declara “bajo
juramento entender que el Ministerio de Economía no es
contratante en forma directa o indirecta”.
Ahora
corre el rumor de que se realizará una consulta anónima para
evaluar el futuro del convenio. “El ciento por ciento lo va
a desaprobar”, adelantó “Natalia”, como si quedaran dudas.
Por Sebastian Iñurrieta / Rodrigo Alegre para el diario
Perfil.