26 de Marzo de 2009
Las
palabras de
Carmen Argibay, ministra de la Corte Suprema de Justicia,
agregaron ayer condimentos a la controversia sobre los
niveles de inseguridad en el país. En medio de cotidianos
hechos delictivos, que castigan especialmente a los
principales conglomerados urbanos,
la jueza criticó al periodismo y a los que la semana pasada
se manifestaron en la Plaza de Mayo. "Nunca los vimos
marchar contra el hambre y la pobreza", dijo sobre los
asistentes a la protesta, que se repitió en las principales
ciudades del país. Y agregó que la inseguridad es "exagerada
e inflada por los medios de comunicación".
En diálogo con
radio Mitre,
la jueza sostuvo que primero se debería ver la cantidad de
muertes evitables por falta de atención médica, de programas
de salud y de atención a la niñez. "Sólo entonces podemos
empezar a hablar de lo que estamos haciendo para remediar la
inseguridad", afirmó.
"Es cierto: hasta que no se solucione la crisis social no va
a mejorar la seguridad” dijo la diputada oficialista Diana
Conti. Compartimos esa postura. Sin embargo, creemos que
entretanto algo hay que hacer. De los medios opinamos lo
mismo. Reproducen y repiten los hechos policiales, crean una
sensación de inseguridad y hasta se convierten en verdaderas
escuelas del delito", dijo.
Las declaraciones de Argibay chocan conceptualmente con el
discurso de apertura del año judicial
del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo
Lorenzetti: "Los jueces no nos ocupamos de la seguridad en las calles
ni de las decisiones en el ámbito económico. Para eso está
organizado un sistema basado en las decisiones de la
mayoría. Si las decisiones no gustan, serán juzgadas en las
elecciones, y no en los estrados judiciales".
"El problema [de la inseguridad] es mundial, y desde Caín y
Abel que pasa esto", expresó ayer la magistrada. También
volvió a cuestionar el reclamo de pena de muerte hecho por
la diva
Susana Giménez:
"Pedir la pena de muerte es absurdo. Actuamos por
impulso y por histeria. Y nosotros [la Justicia] no podemos
darle voz a la histeria -dijo-. La pena de muerte no se
puede aplicar aquí, entonces no podemos estar pidiéndola;
nunca hubo estas manifestaciones absurdas".
Las declaraciones de la jueza no fueron bien recibidas entre
quienes organizaron la movilización, que el miércoles último
convocó a unas 12.000 personas a la Plaza de Mayo.
Diario
La Nación.