14 de Julio de 2009
La ley que pide la Presidenta
fue derogada por el Congreso hace dos años y medio
Con contadas excepciones,
oficialismo y oposición dejaron sin efecto en 2006 la norma
que imponía internas abiertas y simultáneas para elegir
candidatos electorales; hoy el Gobierno busca reimpulsarla
"Dejar
en manos únicamente de los partidos la designación de sus
candidatos no es suficiente garantía de estabilidad
democrática y de fortaleza de los partidos". No es la frase
de un politólogo ni de un analista político. La pronunció
la presidenta Cristina Kirchner,
hoy, en el discurso que dio en Tucumán por el 9 de
Julio.
En
nuestro país, desde el regreso de la democracia, las
internas abiertas tienen una historia de idas y venidas.
La
última noticia sobre las internas fue el miércoles 6 de
diciembre de 2006, cuando el Senado, sobre tablas y sin
debate, aprobó la derogación de la ley que obligaba a los
partidos políticos a realizar internas abiertas y
simultáneas para elegir candidatos electorales en todo el
país.
El
proyecto, que ya había sido tratado en
la Cámara de Diputados a
mediados de noviembre, fue ingresado al final de una extensa
jornada (en la que también se aprobó el proyecto de la ley
nacional de educación). Respondía a una iniciativa del
entonces diputado Jorge Landau, hoy apoderado del PJ.
El
expediente fue tratado sin debate y sin que pasara por
la comisión de Asuntos
Constitucionales. Fue convertido en ley por 39 votos
en favor, dos en contra (el
salteño renovador Ricardo Gómez Diez y el socialista Rubén
Giustiniani), y la abstención de
Liliana Negre de
Alonso.
Miguel Angel
Pichetto, jefe de bancada de los senadores justicialistas,
fue el único orador durante el tratamiento del proyecto.
"Esa ley nunca estuvo en vigencia, nunca se cumplió. Ahora
le estamos devolviendo al partido político el patrimonio de
la decisión sobre las candidaturas y para que fijen los
mecanismos que, además, son democráticos", sostuvo.
La ley
de internas abiertas había sido sancionada en junio de 2002,
en medio del reclamo social de renovar la dirigencia y de
ampliar la participación ciudadana y de una consigna
repetida hasta el hartazgo: "Que se vayan todos".
Resistida por los grandes partidos políticos, la aplicación
de la norma fue suspendida por ley en 2003; para permitir
que el peronismo pudiera participar de las elecciones
presidenciales de ese año con tres candidatos:
Néstor Kirchner,
Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá.
Sin
embargo, la norma mantenía su vigencia; y el oficialismo
decidió impulsar su derogación definitiva, con el apoyo de
la oposición.
La ley.
La ley de elecciones internas abiertas y simultáneas
obligaba a los partidos a convocar a ciudadanos
independientes a participar de la elección de sus candidatos
a cargos electivos. Su sanción fue considerada como un
avance en materia electoral, aunque en su debut, en 2003,
fue suspendida y, en 2005, sólo el radicalismo la
instrumentó. Además, el nivel de participación ciudadana fue
bajísimo: sólo el 3 por ciento del padrón fue a votar.
Originalmente, las internas abiertas estaban contempladas en
el artículo 29 de la ley 23 298, (ley orgánica de los
partidos políticos); sancionada el 30 de septiembre de 1985.
Sin
embargo, esa ley, entre 1987 y 2007, fue modificada por
otras 35 normas. En 2002, al calor de la protesta social y
del "Que se vayan todos", el decreto 1397/2002 del Poder
Ejecutivo fijó las pautas para regir las elecciones internas
abiertas y simultáneas de los partidos políticos o alianzas
electorales nacionales para la elección presidencial y de
renovación legislativa.
Tres
años más tarde, el decreto 292/2005 derogó el 1397/2002 y
reglamentó el sistema de elecciones internas abiertas para
la selección de candidatos a ocupar cargos electivos a nivel
nacional.
En 2006,
Jorge Landau, con la venia
de la Casa Rosada, presentó en Diputados la iniciativa de
suspensión de la ley 25 611 (modificatoria de la ley 23298,
ley orgánica de los partidos políticos). La derogación fue
votada por la mayoría de las fuerzas políticas, con la
oposición de Francisco Delich,
Norma Morandini y Cristian Ritondo, quien había
impulsado la norma cuando fue viceministro del Interior, en
2002.
En
diciembre de 2006, el Senado aprobó la derogación. Así, los
partidos políticos ya no estaban obligados a hacer internas
abiertas y simultáneas para elegir sus candidatos.
Dos años
y medio después. Hoy, la Presidenta convocó "a todos los
sectores al diálogo" y llamó a efectuar una profunda reforma
política. "Tenemos que darnos una reforma democrática en
serio, adentro de los partidos, para que la sociedad pueda
decidir y hacerse cargo de las decisiones que toma".
Diario La Nación.
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NOTA RELACIONADA:
La
dedocracia
La
frustrada historia de las internas abiertas y simultáneas en
la Argentina demuestra que, aunque hacia afuera los partidos
elogian sus bondades, puertas adentro se impuso en el pasado
la inercia de definir candidatos a dedo o a través de
acuerdos entre dirigentes.
De hecho, cuando el Senado
terminó por darles de baja en 2006, el voto que marcó su
anulación unió a kirchneristas, radicales y fuerzas
provinciales, tras apenas tres minutos de debate.
La entonces senadora Cristina
Fernández se ausentó de la sesión y dejó que
el jefe de la bancada, Miguel
Ángel Pichetto, defendiera la derogación.
Crítica de la Argentina.