14 de Julio de 2009
Magros resultados para el fisco
Perseguidos por la Justicia, beneficiados por
la moratoria
Cuando faltan sólo 50 días para
su vencimiento, la cuestionada ley de moratoria y blanqueo
de dinero que lanzó el Gobierno a fines de 2008 no atrajo
aún los cerca de $ 25.500 millones que predijeron sus
defensores, según surge de las planillas preliminares a las
que accedió La Nacion. Pero sí ratificó uno de los riesgos
que vislumbraron la oposición y los analistas al debatir la
iniciativa.
Con poco más de 1800 millones de pesos ingresados hasta
mediados de mayo, el listado preliminar de personas
jurídicas beneficiarias incluye, por lo menos, una treintena
de empresas que figuran en algunos de los expedientes más
calientes de los últimos tiempos en los fueros Penal
Económico y Penal Tributario. Al acogerse al beneficio se
suspende la acción penal.
La compañía Skanska, sin ir más
lejos, protagoniza y da nombre a uno de los mayores
escándalos por facturas truchas, sobreprecios y coimas del
kirchnerismo. Ahora integra el listado, aun cuando ya había
saldado parte de sus deudas con la
Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Se comprometió a abonar otros 340.000 pesos, en una sola
cuota.
El atractivo de la
moratoria para Skanska y otros compañías es -más allá de los
descuentos automáticos en los impuestos que adeudan- que la
ley determina no sólo la suspensión de las acciones penales
mientras paguen las cuotas, sea 1 o 121, sino también el
cierre de las investigaciones judiciales al completar el
pago.
Semejante opción resulta anecdótica para la mayoría de las
empresas. Pero sustancial para otras. Algunas figuran en el
llamado "caso Skanska", o en su causa madre, "Di Biase", el
expediente que abarcó a más de 680 empresas usuarias de
facturas truchas; otras, en el expediente "Viazzo", que
acumula remitos apócrifos de cerca de 850 proveedores
sospechosos.
Algunas de las empresas ahora en la moratoria figuran en dos
de esos expedientes, como Coviares, en "Skanska" y "Viazzo"
a raíz de las facturas truchas que recibió, por ejemplo, del
sello fantasma Cáliban. Se acogió a la moratoria por $ 8,2
millones.
Pero cabe una aclaración, varias de las compañías se
acogieron al plan más allá de la justicia penal. Tal es el
caso de la constructora patagónica Contreras Hermanos, con
otros $ 4,5 millones que aceptó pagar en 121 cuotas.
El listado preliminar de firmas inscriptas en la moratoria
incluye otras sorpresas. Como el
Casino de Buenos Aires -operador de los buques "Estrella de
la Fortuna" y "Princess" en Puerto Madero-, vinculado a los
empresarios Federico de Achával y Cristóbal López,
que se acogió por $ 10,6 millones.
O Petersen, Thiele & Cruz SA, de la familia Eskenazi,
con $ 1,1 millón. Dueños de los
bancos de Santa Cruz, Santa Fe, San Juan y Entre Ríos,
los Eskenazi lograron adquirir el 25% de las acciones de
YPF, la filial argentina de la
petrolera Repsol-YPF, que también figura en el "caso
Skanska", y ahora, en paralelo, se comprometió a abonar al
fisco $ 42,1 millones en 121 cuotas.
Con ese monto, sin embargo, YPF quedó lejos de figurar entre
los mayores contribuyentes que se acogieron a la moratoria,
siempre según el listado preliminar que obtuvo LA NACION.
Como Aerolíneas Argentinas
-que también aparece en los expedientes "Skanska" y "Viazzo"-,
con $ 229 millones; Arte Gráfico
Editorial Argentino SA (AGEA), con $ 102,5 millones;
Solvay Indupa, con $ 88
millones; Panamerican Energy,
con $ 78,5 millones; o Coca-Cola
-también parte del caso "Viazzo"-, con $ 37,7 millones.
Ante la consulta de LA NACION para esta nota, desde la AFIP
señalaron oficialmente que no podían dar "datos frescos"
sobre las empresas y contribuyentes que regularizarán sus
impuestos, opción que "por ahora" se cerraría el 31 de
agosto próximo. Sin embargo, fuentes gubernamentales
indicaron a LA NACION que se evalúa extender la moratoria
por seis meses más, tal como lo permite el artículo 47 de la
ley 26.476 "de regularización impositiva, promoción y
protección del empleo registrado, exteriorización y
repatriación de capitales".
Pesimistas
Las últimas proyecciones de la AFIP ya no resultan tan
optimistas como cuando se lanzó la convocatoria. Se
ilusionaban con absorber hasta $ 19.000 millones por la
moratoria y quizás otros $ 6500 millones por el blanqueo de
capitales. Más reservados, ahora se ilusionan con rondar los
3000 a 4000 millones.
Pero más allá de la recaudación que se obtenga, el listado
parece reafirmar los recelos que ocho meses atrás expresaron
numerosos analistas, como la titular
de Poder Ciudadano y máxima referente de Transparencia
Internacional en América Latina, Delia Ferreira Rubio.
Había alertado entonces que la ley "podría significar
una amnistía encubierta para quienes participaron en
maniobras como las de las facturas truchas, para ocultar el
pago de coimas". Y añadió: "Sin duda, la moratoria será como
una forma de protección de la corrupción".
Una de las más críticas del proyecto al tratarse en la
Cámara de Diputados fue la
legisladora Patricia Bullrich (Coalición Cívica), que
desafió a sus colegas del oficialismo: "¡Déjense de joder y
tengan pelotas: voten en contra!" Ahora ironiza sobre la
réplica que recibió: "Nos decían que no era ninguna
amnistía, que el proyecto no tenía nombre y apellido",
comentó a LA NACION.
Otra diputada crítica del proyecto fue
la ex kirchnerista Vilma Ibarra,
que también caracterizó la moratoria como una "amnistía
encubierta" al debatirla en el recinto. Ante la consulta de
LA NACION, ahora reafirmó que el proyecto "tenía sentido en
materia laboral, pero no en otras áreas; era demasiado
amplio".
Una última curiosidad: el Estado se sumó a su propia
moratoria, con empresas bajo su control:
Sistema Nacional de Medios
Públicos ($ 583.000),
Nucleoeléctrica Argentina SA ($ 4 millones),
Austral Líneas Aéreas ($
33,9 millones) y Nación AFJP
($ 228.000).
Si a esos montos se suman los de Aerolíneas
Argentinas ($ 229 millones) y Provincia Seguros ($ 2,5
millones), representan el 15% del total de lo ingresado en
el plan.
Hugo
Alconada Mon,
producción de su nota en el diario La Nación.
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NOTA RELACIONADA:
Empresarios, famosos y algunos procesados
Las figuras que se sumaron al beneficio
El listado interno de
la Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP) sobre sus "grandes
contribuyentes" que se sumaron a la moratoria podría pasar
por la nómina de una fiesta de las más selectas, con
empresarios poderosos, dirigentes eternos y artistas. Salvo
que también incluye a procesados, prófugos e imputados por
lavado de dinero.
Entre los nombres más
incómodos de la nómina figura
José Enrique Rohm,
alias "Puchi", investigado junto con su hermano Carlos por
el vaciamiento del Banco General de Negocios (BGN) -por unos
600 millones de dólares- y por su desempeño en el colapso
financiero argentino de fines de 2001.
Más allá de eso, su gestor se presentó ante la AFIP el 24 de
abril pasado y ofreció pagar poco más de 85.000 pesos en 121
cuotas: a razón de 703 pesos por mes.
Mucho más es lo
que acordaron pagar los antiguos
dueños de la petrolera San Jorge, que por la sucesión
de Norberto Priu reconocieron 33 millones de pesos, además
de los 8,6 millones de pesos que afrontará
Martha Priu y los 34,9
millones que solventará
Raquel Emilse Oddone de Ostry.
Algo peor
le fue a Enrique Jorge Klein,
cuyo auto de procesamiento y prisión preventiva por evasión
tributaria agravada fue confirmado por
la Cámara de Apelaciones en diciembre de 2008, aunque
ahora se acogió al plan de la AFIP por 8,9 millones de
pesos.
Otros quizá son más conocidos por el gran público:
Constancio Vigil ($ 7,5
millones), Amalita Lacroze de
Fortabat ($ 4,8 millones) y
su hija Inés Lafuente ($ 581.000),
el ex funcionario delarruista
Fernando de Santibañes ($ 2,9 millones) y
la diva televisva Susana Giménez
($ 238.000).
También figuran el polista Gonzalo
Pieres ($ 1,3 millón), el
eterno presidente de la AFA, Julio Grondona ($
172.000), y el empresario
Francisco Macri ($ 162.000),
A ellos se suman Sergio Einaudi
(de Techint, por $ 804.000),
Gerardo Werthein ($
639.000), y Jorge, Rafael, Arturo
y Guillermo Acevedo, de Acindar (11,8 millones).
Y también Claudio Andrés Garfunkel
(Banco del Buen Ayre, $ 8,3 millones),
María Georgalos ($ 1
millón), Raúl Frávega ($
1,2 millón), y Federico Tomasevich
(de Puente Hermanos, por $ 1,2 millón) y
su esposa, Olga Martínez Blanco
($ 650.000).
Allí no se acaban los nombres
de los grandes contribuyentes que, entre todos, se
comprometieron a pagarle al fisco más de 150 millones de
pesos. También aparecen Orlando
Salvestrini, uno de los hombres de Mauricio Macri en Boca
Juniors y presidente de la empresa Pago Fácil ($
43.900), el empresario marplatense
-amigo de Daniel Scioli- Florencio Aldrey ($ 1,4
millón), el abogado de Raul Moneta,
Carlos Basílico ($ 34.000), y David
Sutton Dabbah, allegado al
empresario menemista Mario Falak (con $ 184.000).
Diario La Nación.
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