13 de Julio de 2007
Tras la sorprendente nevada que se registró este fin de semana
en varios lugares de la Capital Federal, el Gran Buenos Aires
y distintas provincias, la Reserva Natural de Pilar no
quedó exenta. Sin embargo, desde la Asociación para la
Protección del Patrimonio Natural aseguran que es una
grave consecuencia del calentamiento global, más allá del
extraño espectáculo que convirtió a la Reserva en
un típico paisaje patagónico.
Luego de una nevada leve pero persistente que cayó ayer sobre
la ciudad de Buenos Aires y sobre gran parte del conurbano,
fenómeno que no ocurría desde 1918, los valientes visitantes
de la Reserva también pudieron disfrutar del paisaje
blanco que mostraba el lugar por primera vez en su historia de
sitio protegido.
Varios centímetros de nieve cayeron en las tierras de la
Reserva, sus visitantes no lo podían creer. A pesar de las
bajas temperaturas, conocedores de la Reserva se acercaron
para tomar las que hoy son históricas fotografías.
Liliana Filodoro, de la Asociación para la Protección del
Patrimonio Natural, entidad gerenciadora de la Reserva Natural
del Pilar, comentó que “esto es una muestra más de lo que es
el calentamiento global, donde las temperaturas son cada vez
más extremas, el calentamiento global no sólo genera que las
temperaturas se eleven sino que también provoca las
catástrofes naturales que vivimos, como lo fue el año pasado
los gigantes granizos que cayeron en diversos lugares
destruyendo autos y todo a su camino”, añadió.
Filadoro, expresó sus sentimientos: “luego de la novedad de
la nieve, llegó el dolor de saber que esto es reflejo del
calentamiento global, la tierra está enferma”.
Los primeros indicios de la nieve en Pilar sucedieron cerca de
las 10:30, cuando se notó la presencia de una persistente
garúa que de a poco iba cobrando más consistencia y se iba
transformando en agua nieve. Por el medio día, el descenso de
la temperatura permitió que la llovizna tomara estado sólido y
alcanzara las características de una sorprendente lluvia de
nieve. La caída de copos se tornó persistente y osciló con
diferentes intensidades hasta cerca de la medianoche.
La nevada también sorprendió a los meteorólogos, desde el
Servicio Meteorológico Nacional explicaron que el fenómeno se
originó por la irrupción de una masa de aire polar en los
niveles medios de la atmósfera en conjunción con la baja
temperatura de la superficie. Además, puntualizaron que es
posible que se produzcan más nevadas.
Otros lugares que vivieron la nieve fueron: Monte Grande,
Luján, los municipios de Pilar y San Antonio de Areco, también
en Villa Lugano, Ezeiza, San Miguel, Berisso, Avellaneda, El
Palomar y Tigre. También en el norte bonaerense en los
partidos de Pergamino, Junín, Baradero, San Pedro, San Nicolás
y Zárate.
La nieve marca historia
La nevada más intensa que cayó sobre Buenos Aires se registró
en junio de 1918, cuando se acumuló en las calles y en las
copas de los árboles, y en 1928 y 1967 hubo fenómenos
similares, pero en forma de aguanieve o nevisca.
Pero en esa época, Buenos Aires no vivía el fenómeno actual
que los meteorólogos llaman "isla de calor", por el cual la
creciente urbanización hace que la temperatura terrestre se
eleva e impide la acumulación de nieve
Se vivió un fenómeno extremo, distintas miradas
Osvaldo Canziani, doctor en Meteorología y copresidente del
Grupo de Trabajo II del Panel Intergubernamental de Cambio
Climático, rechazó la vinculación entre el cambio climático
global y la nevada registrada, sostuvo que "La causa fue
simplemente el invierno, nada más. El cambio climático no
cambió las estaciones". A lo cual agregó, "se dieron las
condiciones de humedad y temperaturas adecuadas para que
nevara, como ya sucedió en otras ocasiones en la historia.
Mario Núñez, director del Centro de Investigaciones del Mar y
la Atmósfera (CIMA), dependiente de la UBA y el CONICET,
tampoco vio relación entre las nevadas registradas y el cambio
climático. "Lo que sí sucede con cada vez mayor frecuencia son
los eventos climáticos extremos; la nevada de ayer fue uno. El
clima se está moviendo para los extremos y estamos registrando
fenómenos que eran inusuales en los últimos años en los
lugares donde ahora ocurren: las sequías, las inundaciones,
las nevadas, el calor extremo", ejemplificó Núñez
“Algo está pasando que tenemos más intensidad de
precipitación, más agua en el suelo, hoy tenemos otro extremo
(meteorológico) como la precipitación de nieve y el año pasado
tuvimos granizo. Esto está indicando que los parámetros
extremos son más intensos”, indicó Héctor Ciappesoni,
interventor del Servicio Meteorológico Nacional y
vicepresidente del Centro Argentino de Meteorólogos.
“Lo que marca el cambio climático es una sucesión de eventos
extremos. Lo que está pasando en estas horas (ayer) es un
evento extremo dentro de lo que es el invierno”, indicó Carlos
Zotelo, meteorólogo y docente. “La suma de este tipo de
eventos extraordinarios debería despertar un estado de alerta.
Quizá existe una falla y hay que revisarla”, agregó
Por su parte, el doctor meteorología Federico Norte expresó
que “la nieve sobre Buenos Aires no anula el fenómeno del
calentamiento global. Simplemente denota el desequilibrio que
se está produciendo”. El doctor añadió que las “anomalías
marcadas” son consecuencia “del desequilibrio que se produce
en la atmósfera ante la modificación climática que se está
viviendo”.
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