Violencia en la plaza:

Qué lástima

 por Jorge Fontevecchia

26 de Marzo de 2008

 

 

Editorial Perfil está en Chacabuco y Diagonal Sur, a dos cuadras de la Plaza de Mayo. Al ver lo que pasaba dejé luces, computadora y TV encendida y fui a ver con mis propios ojos cómo era. Mis ojos no vieron nada diferente a lo que mostraba la televisión. Estaba en el Cabildo conversando con el redactor del diario Perfil Juan Cruz Sanz y se acerca una señora con su marido con cara de espanto para decirnos que le habían pegado a pocas cuadras.
 

 

 

 

Le pedí a Juan Cruz que acompañara a la señora al lugar donde decía que le pegaban a los manifestantes y volví a la editorial por avenida de Mayo hacia Chacabuco. A las 22,30 cruzaba la calle Florida. Venía hablando por celular con el jefe de Redacción de la revista Noticias, Gustavo González, y de pronto siento una fuerte patada en el pecho. Inmediatamente el agresor es apartado por varias personas del mismo grupo supuestamente la avanzada del grupo de D'Elía (que una hora después hizo su irrupción en la plaza). "Andate porque te matamos". Sigo mi camino, recupero la conversación con un Gustavo González que se había quedado mudo por lo que escuchó a través del celular y a no más de media cuadra se me acerca una chica joven de poco más de 20 años y me grita:
 


–"Vos sos Fontevecchia, sos un hijo de puta que apoyó a Videla, mi mamá estuvo desaparecida en la ESMA".
 


–"Estás equivocada –respondí– yo también estuve desaparecido como tu madre. Cuando tenía tu edad me tuvieron chupado en El Olimpo"
 



–"¡Qué vas a haber estado chupado vos! Venís acá porque apoyas a la Sociedad Rural."
 


–"No sólo estuve chupado, también me pusieron a disposición del Poder Ejecutivo".
 


–"Sos un mentiroso hijo de puta".
 


Se fue corriendo, tenía los ojos llorosos y estaba visiblemente emocionada. Me hubiera gustado seguir conversando con ella. Si llega a leer estas líneas le pido que venga a visitarme para mostrarle los diarios y revistas de la época y continuar nuestra trunca conversación para que ella saque sus propias conclusiones.
 


Que lástima. Que lástima que la propaganda desinforme a los ciudadanos con mentiras. Pero mucho más grave, que lástima que se construya poder en base a la división.
 


Yo estuve en la Plaza de Mayo en diciembre del 2001. Estuve toda la noche previa a la renuncia de De la Rúa. Me fui de aquella plaza con la misma tristeza que la dejé hoy.
 


Que lástima.

 

 

Reproducción Diario Perfil