Señor Director:
"Seré siempre feliz de haber permanecido despierto aquella
interminable madrugada del 17/7. De haber vivido, con zozobra
y en vilo, el tenso debate y el infartante final voto a voto.
Y ser, también, privilegiado testigo de ese suave y pausado
decir con dejo provinciano, culminado en el inefable «sí, pero
no». Sin embargo, la gran sorpresa llegó el día después. Hace
tiempo que no se veía tan generalizada expresión de
satisfacción, espontánea y auténtica como pocas. Ese
infrecuente alivio, profundo pero medido.
"Entre los militantes convencidos y de buena fe, los muy
respetables y queribles peronistas de cuño, no había caras
largas. Los tenuemente abatidos eran apenas un puñado de los
miles que poblaron actos y plazas y aplaudieron,
incondicionales, la prédica K.
"Fue así como brotaron preguntas inquietantes: ¿dónde están
los que llenaban las plazas de Mayo y del Congreso? ¿Quienes
eran los que libre y genuinamente, o no tanto, portaban
carteles y pancartas, marchando disciplinados con expresión no
siempre convencida? ¿Qué fue de la otra mitad en que se habría
dividido el país?
"Por fortuna, la crisis caló hondo e hizo que emergiera
tanta gente valiosa. Ahora conocemos mejor a los argentinos
decididos a ser parte, los que levantan banderas de la
historia y están dispuestos a defenderlas. A dar pelea. Queda
por ver en cuántos pedazos nos encontramos realmente
divididos. Por sobre todo, saber cuándo, por fin, llegará el
día en que, sin ser masa, tiremos todos juntos por la patria.
"Después de lo vivido, debería ser pronto."
Carta de lectores del 8-8-08
Eduardo Marques Iraola
DNI 93.800.078
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