08 de Septiembre de 2008
Anteanoche fui al cine Gaumont para el
estreno de La próxima estación, el documental de Pino
Solanas sobre la destrucción de los ferrocarriles
argentinos. La película es excelente: bien pensada, bien
filmada, bien montada, te deja con el gusto más amargo, con
el mejor rencor. Las imágenes de los talleres ferroviarios
convertidos en inmensos cementerios de vagones pudriéndose
despacio, las charlas con funcionarios que no tienen ni idea
ni les importa que se note, las historias de ex trabajadores
que siguen defendiendo la función que ya no tienen son
conmovedoras: el relato de un complot que ya dura veinte
años para cargarse nuestros trenes. Pero lo más jugoso vino
después de los aplausos, ya en el hall.
–Che, nos salió perfecto. ¿Viste cómo lo están pasando en
todos lados?
Le decía un cuarentón a otro, camperas oscuras, uno bigote,
otro barba, y yo traté de acercarme para escuchar mejor.
–Sí, y pensar que no había forma de que los vagones se
prendieran. Menos mal que al final pintó el trosco con la
sudadera y los hizo cagar.
–Sí, increíble, ahora todo el mundo está hablando de esto.
La verdad que fue un éxito.
Dijo el bigote y justo entonces se acercó Solanas. Los dos
cuarentones lo abrazaron, lo felicitaron.
–Genial, maestro, está buenísima.
–No, los que estuvieron geniales fueron ustedes, hermanitos.
Todo salió como lo habíamos planeado. Ahora sí que se va a
hablar de esta película. Y de paso le complicamos las cosas
al gobierno.
–Bueno, hicimos lo que pudimos.
Dijo el bigote, y el barba se acordó de un detalle:
–Che, Pino, ¿y no sabés cómo va a titular Clarín mañana?
–No, me parece que ahí perdimos. Yo los llamé, les ofrecí
toda la plata que habíamos juntado pero me dijeron que el
gobierno ponía mucho más y que no podían hacer nada, así que
van a tener que decir algo de “sabotaje”, me dijeron.
–Bueno, todo no se puede.
–No, pero qué grande. ¿Vieron la cantidad de giles que se
creyeron que de verdad fue la gente?
–Sí, cómo los cagamos.
(Mi estimado lector, muy buenos días: el test se ha
terminado. Si usted realmente se creyó esto que acaba de
leer, ya está maduro para ir a la próxima conferencia de
prensa de cualquier ministro, vivarlo y aplaudirlo. Si no,
por favor, siga participando.)
Martín Caparrós, reproducción de su columna para Critica de
la Argentina.
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