06 de Enero de 2009
“El
diseño se debería pagar aun más caro”
La diseñadora argentina con más proyección
mundial esquiva a la farándula. El negocio fashion. Hijos, y
pasión por la rutina.
Sus diseños con plumas, cuentas y fotografías
ya se distribuyen en todo Europa, Arabia Saudita y Hong Kong.
Más acá, comparten la primera fila de sus desfiles Dolores
Barreiro, Leticia Bredice, Romina Ricci y hasta Juan di Natale.
Ella prefiere no nombrar a sus clientes famosos. Y no hacerles
ropa a medida. A sus 42 años, Jessica Trosman evita los
circuitos más cool de lo fashion. En buena medida comparte la
afición por el trabajo y cierta vocación de anonimato con su
colega belga Martín Margiela, hoy casi de culto en la moda
mundial. Y su figura, ya una marca, fue elegida este año como
una de las “100 new fashion designers” del mundo entero.
“Todo empezó cuando tenía nueve ó diez años”,
cuenta en tono lacónico mientras se sirve frutillas de un
generoso plato. Su mamá Susana era una amante de la moda:
“¡Súper pilchera!, cuando me llevaba de compras se me iba
desarrollando el ojo. Opinaba, la tenía bastante clara”. A sus
doce años –corría 1978– la economía hogareña de los Trosman no
iba del todo bien y decidieron probar suerte en Miami. Así, en
ese paraíso de jubilados, mucho antes de la movida de South
Beach y del glamour de Lincoln Road, Jessica hizo sus primeros
dólares despachando hamburguesas en Mc Donald´s. Pudo comprar
su primer auto y cierta independencia: “Siempre fui de
arreglármelas bien sola, sabía lo que quería e hice lo posible
para conseguirlo”. Para poder entrar a la universidad se probó
en voley (en Argentina era federada) y obtuvo la admisión. Así
fue que empezó a estudiar Diseño de Indumentaria. “Me
levantaba, estudiaba, entrenaba y trabajaba... Los dos mangos
que me quedaban los gastaba en pilcha. Compraba marcas
francesas o recorría los lugares de ropa vieja”, recuerda. Al
tiempo vino a Argentina siguiendo a un amor. (Quien sería el
papá de Jerónimo, su primer hijo, hoy de 17 años). “Me vengo
atrás de un hombre, ¡no da!”, pensó, y quiso estudiar diseño
en la UBA, por entonces la única universidad que contaba con
la carrera. Pero no le reconocía su High School. Así fue que
se inscribió en Traductorado Público en la Universidad de El
Salvador. En sólo tres meses de ejercicio se dio cuenta de que
no le gustaba nada. Entonces diseñó una colección de remeras
que enloqueció a Santiago Sáez: “Para mí era muy fuerte. En
ese momento Ona Sáez me parecía la mejor marca argentina”.
Después hizo lo mismo con María Vázquez y Kosiuko.
Noticias: Buscaba hacer su nombre...
JessicaTrosman: Eso siempre. Era segura de lo
que quería ser. Recuerdo perfecto ese sentimiento a los diez
años de saber por dónde iba lo mío. Cuando mis amigas hablaban
de los tests vocacionales yo pensaba ¿Qué les pasa? (ríe)
Noticias: Después vino la sociedad con Martín Churba. ¿Qué le
aportó?
Trosman: Comprendí que cuando trabajás con
alguien tenés que compartir la visión. Con Martín nos
llevábamos bárbaro, pero teníamos visiones diferentes del
negocio. Y eso daña a la empresa. Por suerte pude comprarle su
parte y continuar con Trosman. Siento que estoy en el camino,
cumpliendo lo que tenía planeado, lo que escribí.
Noticias: ¿Lo que escribió?
Trosman: Sí, yo escribía mucho en un cuaderno
sobre cómo iba a ser mi negocio. Cuáles eran los puntos clave
a focalizar y con quiénes contactarme. Decía que tenía que ser
una marca de lujo, dentro de las número uno del mundo... una
meta ambiciosa. Decía también que la estrategia de prensa
tenía que ser desde París. De hecho ahora tengo una agencia
que hace la comunicación de la marca desde ahí.
Noticias: ¿Y cómo se asesora?
Trosman: No soy de quedarme en el taller
diseñando. Me encanta investigar quién es la persona clave de
la moda. Cuando vos tenés un fin hay una fórmula para
alcanzarlo.
Noticias: ¿Quiénes son esas personas?
Trosman: A veces un buen cliente, o un socio
estratégico, como los japoneses. Trosman entró a Onward
Kashiyama, en Japón, una tienda que tiene 19 locales con
multimarcas como J.P. Gaultier y Víctor & Rolf. Que la gente
de Oriente nos vea en lugares estratégicos hace que empiecen a
investigar: ¿Quién es Trosman?
No piensa en instalarse en el exterior: “Me
siento súper argentina. Me encanta este país y quiero criar a
mis hijos acá”, asegura. Casada con Pablo Sandrigo, un ex
modelo hoy dedicado a la línea masculina de Trosman, volvió a
ser mamá (de Rosa, de 2 años). “Me gusta la rutina, estar en
la fábrica y que no me muevan de ahí. Hoy tenía que venir a
hacer esta nota y medio estaba a las puteadas. Soy un animal
de costumbre y me gusta hacer siempre lo mismo. ¡Soy una
pesada!”, ríe. Considera a los viajes imprescindibles, por eso
los hace en persona. Se considera una buena mamá. “Menos
hincha obsesiva e insegura que con el primero. Creo que para
mi bebé es fundamental tener una mamá que sea feliz con su
laburo. No hay nada que pague eso”.
Noticias: ¿No se tentó de ser una diseñadora
más “cholula”?
Trosman: (Piensa) No. No soy mediática. Hago
notas porque sé que ayudan a mi marca, pero no me gusta. Si
quisiera más flashes estaría haciendo vestidos a medida.
Noticias: ¿Cómo es la mujer Trosman?
Trosman: Básicamente la mujer Trosman soy yo.
Cuando diseño pienso en mí. Es más, las cosas que a mí no me
gustan no funcionan. Cada vez que me encantó algo y sentí que
era adecuado anduvo bien. Cuando hice algo pensando en otro,
no me salió. La mujer Trosman busca lo que yo quiero para mí.
Trosman es para intelectuales a los que les gusta descubrir. A
simple vista no te das cuenta cómo está hecha la prenda, tenés
que investigarla. A una mujer Trosman le gusta insinuar, no
muestra todo. No es una persona básica.
Noticias: ¿Y cómo conecta con la tendencia?
Trosman: ¿La tendencia? ¡A mí me importa nada
la tendencia! Yo laburo mucho afuera. Si voy y copio lo que
hace otro, no me compran. No son tarados. La tendencia es lo
que uno propone.
Noticias:¿Se infiltra en algún momento lo que
va viendo?
Trosman: ¿Lo que veo dónde? Yo no veo nada de
nadie. Para nada. Pensá que yo les vendo a locales que venden
Comme des Garçons, Marni... si hago algo parecido a ellos no
me van a comprar a mí. Mi punto de partida es la colección que
acabo de hacer. Siempre quedan temas para desarrollar. Me
gusta lo constante. Respeto a los que vuelven a fojas cero,
pero no es mi estilo.
Noticias:¿Está de acuerdo con los que ven a la
moda como una expresión artística?
Trosman: Para mí la moda no es arte. Hay piezas
que pueden llegar a dar “como” objetos de arte. La moda puede
ser un camino, un inicio. Quizá ves una prenda y parece una
obra de arte. Pero me resulta raro decir que soy una artista.
En todo caso si alguien lo ve así que venga y me lo diga.
Noticias: ¿Qué le parece que el diseño no sea
accesible a todos?
Trosman: El diseño nunca es accesible a todos.
En Europa hay listas de espera para conseguir un par de
zapatos o una cartera Chanel. Son meses esperando, incluso
pagando mucha guita por eso. Yo creo que el diseño se debería
pagar aun más caro. A veces un producto no se puede cobrar ni
lo que vale por la poca cantidad que se produce. Para bajarle
el precio debería fabricarse en forma más masiva.
Noticias: ¿Y cómo es en el caso de Argentina?
Trosman: En un país como éste, en donde el
diseño recién empieza, la gente todavía no puede asumir que
sea caro. Todavía no estamos con todo ese yeite en la cabeza
como Europa. Acá casi nadie piensa “Me compro una pieza de
diseño porque sé que no pasa de moda”. Nos falta mucho para
perder ese prejuicio. El diseño es caro. No queda otra: es
caro.
Noticias: ¿Eso vuelve impredecible el mercado?
Trosman: Y... dura seis meses. Tenés que
cambiar todo cada semestre. No podés dejar la colección que
tenías.
Noticias: ¿Qué porcentaje es ganancia?
Trosman: La rentabilidad del negocio es del
diez por ciento.
Noticias: O sea que hay que generar mucho...
Trosman: (Su cabeza dice “Sí”. Sus ojos dicen
“Demasiado”)
Noticias:¿Cree que las argentinas somos
elegantes?
Trosman: La argentina de por sí es bastante
sexy. No sé si eso es compatible con la elegancia. Mostrar
demasiado puede dar un poco “cache” Existe esa gente y es la
que vende hoy en las tapas de revistas, pero no somos todas
así.
Noticias: ¿Nota un deslumbramiento por marcas
como Louis Vuitton o Gucci?
Trosman: Sí, pero pasa en todo el mundo. Hay
gente a la que le gusta el “monogram” (“LV” o “G”, de Gucci).
No sé por qué. Será por el status. Pero pertenecer a un grupo
tan grande de gente es casi no pertenecer, es un grupo tan
gigante y masivo que casi vomito. Es como no tener
personalidad.
Noticias: La imagino leyendo revistas y
criticando a todo y a todos...
Trosman: No leo casi nada. Salvo notas que me
interesan, o alguna entrevista que me hicieron. ¡No tengo
concentración!
Noticias: ¿Es cierto que sólo usa ropa suya?
Trosman: Sí, además usarla me genera un montón
de sensaciones y me da nuevas ideas.
Noticias: ¿Pero
sólo esa?
Trosman: Claro. Diseñar mi ropa y que no me
guste me parece una estupidez.
Entrevista de
Cecilia
Alemano
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La menos pensada
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