El encanto de la noche en la zona norte, hoy: Pilar 

Hoy es viernes y desde las primeras horas de la mañana ya se presiente el aire de fin de semana. 
 
¿Qué hacemos? Es la pregunta más común entre este día y el domingo.
  
Después de una semana de trabajo y estudio, a los jóvenes, Pilar les ofrece lo que les gusta, salir y distraerse con o sin demasiado ruido. Para ello generalmente lo mejor es ir al complejo de cines del Village, que a su vez es un lugar tranquilo, para luego simplemente tomar una café. 
 
El sábado a la tarde es mi día preferido, ahora ya para pasear en el shopping, y se puede hacer un tour que incluye moda, accesorios, comida y belleza entre tantas otras cosas y se puede elegir desde empezar a ir desde la mañana temprano a desayunar, a almorzar o ambas cosas y luego cenar si se estira para tanto el tiempo.. 
 
Luego las opciones son muy variadas pero la principal (o más frecuente) es juntarnos alrededor de las 12 de la noche.
 
Allí las chicas ya totalmente producidas, entre un mar de minifaldas, pantalones ajustados, escotes, algún brillo y diferentes detalles para llamar la atención, le dan color a la noche con la ayuda de alguna cerveza, mientras las miradas disimuladas les indican qué grupo de chicos del pub va a ir a qué lugar. En ese momento es donde chicos y chicas solos o conjuntamente deciden hacia donde continúa la aventura, en la inmensidad de lo que es ahora Pilar y que incluye ( las mas de las veces) juntarse en la casa de alguien en algún country o quinta. 
 
Pero la onda son los boliches y las chicas saben que siempre hay un conocido de esos grandotes y musculosos con los que intercambian alguna sonrisa o mirada especial para que las haga entrar sin esperar un segundo. Una vez dentro del boliche eligen un lugar estratégico en cuanto a comodidad, sonido, iluminación, cercanía a la barra y baños pero sobre todo la vista hacia el resto de los rincones. Se instalan y comienza el éxtasis de música y movimiento y se quedan horas y horas bailando...
 
Entre el humo y las imágenes psicodélicas que se forman por el juego de luces tratan (hombres y mujeres) de encontrar esa persona que les llame la atención y les gustaría que se les acerque.
 
Al borde de las 6 de la mañana se juntan en el lugar elegido al entrar y van a desayunar a algún bar para contarse los nuevos conocidos y las experiencias de cada una/o.
 
Y luego a dormir hasta que sus padres los saquen de la cama para el almuerzo.