"TANGO PALACE."
UNA OBRA DE LUJO
A CONSIDERAR COMO ESCENARIO
PARA FESTEJAR EL BICENTENARIO.

17 de Octubre de 2008


 

Un lugar, una historia del acervo Argentino 

Un poco del lugar y mucho sobre su origen 

Reducto del arte, del tango y del buen gusto, Tango Palace abrió sus puertas en abril de 2008. Un pabellón de La Rural, totalmente remodelado, fue el origen de este magnifico salón que ofrece pasar un momento único, disfrutando de una buena comida, acompañada por bailes y un show de luces. Pensado para agasajar a nuestros visitantes foráneos, Tango Palace ofrece mucho más que tango, erigiéndose como un auténtico símbolo argentino.
Construido por el ingeniero Pedro Ángel Vinent, con el fin de celebrar el Primer Centenario del Gobierno patrio, el Pabellón Frers fue declarado Monumento Histórico Nacional, por los trabajos arquitectónicos y de refacción.
Todos los lujos imperantes hace 98 años atrás se conservan intactos en una fachada majestuosa que incita a entrar en el mítico mundo del tango. Lo popular este ritmo rioplatense queda reducido a “la callecita porteña”, una recreación de los conventillos de Buenos Aires de principio del siglo XX.  A través de esa escenografía uno puede introducirse en los orígenes diversos de una pasión argentina.

El tango como expresión musical surge en los burdeles y casas de mala fama, con letras imposibles de reproducir. Los músicos de la guardia vieja, también conocidos como “orejeros”, tocaban de oído flauta y guitarra para darle vuelo musical a palabras groseras. Hacia 1920, el bandoneón y el piano comienzan a llevar este ritmo a otros sectores, refinándolo y volviéndolo atractivo para oídos exigentes.
Empiezan a resonar nombres como Carlos Gardel, Julio de Caro, Osvaldo Fresedo, figuras emblemáticas de la vanguardia. La época de oro en materia musical llega entre los años ’40 y ’50, época en la que las orquestas competían en virtuosismo y en la que Juan D’ Arienzo y Aníbal Troilo se destacaban como ídolos populares.
Veinte años después de la mano de Astor Piazzolla, el Tango presenta nuevos compases y se fusiona con un ritmo de origen similar del hemisferio norte: el jazz. Por nuestros días, el tango-fusión es la novedad.

El tango como baile se nutrió en sus orígenes de los bailes de los negros, apropiándose de movimientos y posturas afrocubanas. De ahí términos como cayengue y milonga. El tango cayengue, orillero, se bailaba en los conventillos, barrios y clubes, con un andar cadencioso, mucha improvisación, informalidad, piernas flexionadas, contacto de los torsos y  abrazos.  En la milonga, término que en africano hace referencia a  lío, enredo, las parejas bailaban amontonadas, con figuras cortas y marcación sutil. En los dorados años veinte, el tango se vuelve europeo, triunfa en París y se nutre del charleston. Rodolfo Valentino populariza este baile a nivel mundial en el film Los cuatro jinetes del Apocalipsis.

Las mujeres, desde temprano, supieron encontrar en el Tango un medio de satisfacer sus habilidades artísticas. Azucena maizani, fue una de las pioneras, vestida con trajes masculinos ó de paisana a la hora de cantar. Paquita Bernardo debutó en 1921 como bandoneonista. Tita Merello grabó su primer disco en 1927 y, con más de setenta años de trayectoria, la intérprete de Se dice de mí, se convirtió en el símbolo de la mujer del tango.

En la época del tango-fusión, quien visite Tango Palace puede darse el lujo de consumir una fusión de platos típicos, con los mejores vinos, disfrutando de un show impecable y de una fusión entre lo pasado y lo actual.

 

REDACCIÓN:  todocountries.com: Realización de la pasante de la Licenciatura de Comunicación Social:  Tatiana Vezzani