ESTOY UN POCO OLVIDADO
A
VECES SIENTO
QUE TOCO FONDO!!!!

 30 de Septiembre de 2008


A veces siento que toco fondo, pero hay algo que a mis 86 años me llena el corazón: sigo dando charlas por todo Buenos Aires.
Hago un monólogo llamado "Recuerdos de un comediante", donde repaso una carrera que las jovencitas no conocen, pero sí sus abuelas: participé de unas 40 películas, entre ellas "Juvenilia", en 1943; "Se abre un abismo", de Pierre Chenal, en 1944; "Ritmo, sal y pimienta", en 1951, con Lolita Torres o "Cuando en el cielo pasen lista", con el maestro Narciso Ibáñez Menta.


Ese "Passanito" , como me decían, era el galán de las mujeres en aquellas épocas. Desde María Duval a Virginia Luque, Malisa Zini, Mecha Ortiz. Hoy está un poco olvidado.
Aunque gracias a Dios, recordado por cientos de abuelos.
Las mujeres grandes me toman la mano y me dicen, "tiene la misma voz".
Claro, el pelo ya lo perdí. Pero no las ganas de trabajar.
 Me gustaría que se haga pública mi tarea, dicto clases y además hago junto a mis alumnos festiteatros. Hemos perdido la cuenta ya de cuántos.
 Mientras, yo voy por los barrios dando charlas en centros culturales, geriátricos, clubes, sociedades de fomento. Contando secretos de mi profesión y pasando revista a los años maravillosos en el teatro, el cine y la televisión. Todo sin cobrar un centavo. Firme hasta que caiga el telón.


Mi padre fue el fundador del teatro "La máscara".
Tengo cientos de recuerdos y hechos que pueden servir para que cualquier productor me convoque. Aunque quizá no haya espacio para los abuelos hoy.
Entonces yo propongo a los grandes hacedores de la TV de hoy, como Gerardo Sofovich, Adrián Suar o Marcelo Tinelli, que los actores mayores seamos considerados.
Sería bueno que se nos incluyera en campañas para la tercera edad a favor de los valores, para que les hablemos a los más jóvenes.
Tantos como yo estarían encantados. Abro una puerta.
Carta de lectores Diario Clarín del 27 de Setiembre de 2008




Ricardo Passano.
ACTOR/4624-0513

EL COMENTARIO 
RESISTIR LA NAFTALINA

Se inició con grandes de la escena como Nora Cullen, Guillermo Battaglia, Elías Alippi y Angel Magaña. Para que los jóvenes de hoy lo entiendan: con obstinación digna de un Galileo de las tablas, el hombre, firme hacia los 90 años, se resiste a ser un sobre más en el archivo del diario. Aunque sea un sobre que guarda las mejores glorias del pasado. Y con todo el derecho que le da ser hoy mismo testigo de carne y hueso de casi un siglo de la riqueza cultural del país, quiere dejar la naftalina y pide en esta carta que lo pongan en la vidriera. O que lo miren y mimen como parte de aquella historia. Fue una cara bonita y, como se dice, nunca quiso ser "sólo eso" ni que lo recuerden por haber sido "el único galán que besó en una película a Lolita Torres", según señala el propio archivo. "Aprendí mirando, nunca fui a ninguna academia", dice a propósito de su carta. Para quienes creen que la actuación infantil es una sobreexigencia de esta época, cuenta que se formó haciendo sus primeras destrezas actorales en los actos patrióticos de la escuela y en las audiciones radiales infantiles que reclutaban talentos incipientes. Allí compuso prototipos de inmigración de aquel tiempo.


Años después, y en la senda del prestigio de su padre, uno de los fundadores del teatro independiente en la Argentina, el cine le puso el sello de galán. En la década del 40, por su primera película, le pagaron $ 250 y un traje. Hoy, más de siete décadas después, muchos actores de su generación, y aun más jóvenes, se lucen en teatro y en TV. Lidia Lamaison, Pepe Soriano, Hilda Bernard, Gogó Andreu, Jorge Luz, Perla Santalla, Haydeé Padilla, Jorge Rivera López, entre otros. Con esta carta, ¿alguien se atreve a decir que no hay lugar para un venerable más antes de "que caiga el telón final", como el mismo Passano define? La puerta está abierta. Y hay un hombre que espera. Osvaldo Pepe. Clarin