Una larga vida por el arte
En el Malba, Andy Warhol marcó otro récord
La marca Warhol sigue sumando éxitos en su carrera
mundial, que ha convertido al artista pop, autor de
Marilyn y la serie de latas de Sopas Campbel
resignificadas, en un ícono del arte universal. Ni los
mosquitos gigantes ni la tarde tórrida del último domingo
frenaron a los visitantes, miles, que armados de paciencia
respetaron la cola de una cuadra para ingresar en el Malba
y visitar Mr America, hasta hoy la muestra más visitada
del museo fundado por Eduardo Costantini en septiembre de
2001. La siguen en la carrera de la taquilla las
retrospectivas de Kuitca y de Berni.
Lo de Warhol es una profecía cumplida. Convoca
multitudes y factura millones. Su pintura consagrada al
billete de dólar fue rematada en 43 millones de dólares
dos meses atrás, para confirmar que "su" precio tiene poco
que ver con la cotización de la divisa prisionera del
tembladeral financiero global.
Cuando la economía vacila, Warhol sale
fortalecido por la adhesión unánime del público, que no
reconoce ni edades ni nacionalidades, aunque la corriente
turística que ha vuelto a bendecir a Buenos Aires en estos
días tenga mucho que ver con esta marca récord.
Un promedio de 3000 personas cruzan a diario las
puertas del Malba y pagan los 18 pesos de entrada que, por
cierto, no alcanzarán ni por asomo -aunque siga el ritmo
de visitas dos meses más, hasta el cierre- para cubrir la
inversión de 600.000 dólares que han exigido traslado,
seguros, curaduría y catálogo, de una muestra que
curiosamente se enriquece con los comentarios del público.
Facebook es una nueva herramienta para medir gustos y
tendencias que tienen en su manos curadores y directores.
Las obras proceden del Museo de Pittsburg, y en
su conjunto constituyen un corpus sólido para analizar
diversos aspectos de la producción del más universal de
los artistas norteamericanos.
Me tocó guiar en una visita a un grupo de
coleccionistas de Houston, Texas, aficionadas al golf de
bajo handicap y a las pinturas de Fontana. Fue un par de
semana atrás, era domingo y había cola. Fue unánime el
asombro de las texanas ante la calidad de la exposición y
del montaje.Luego de atravesar el luminoso lobby invadido
por las prolongaciones "vegetales" del banco de Pablo
Reynoso, quedaron rendidas antes la obra de un conocido de
siempre.
Y sí. ¡La remota Buenos Aires tiene mucho más que
tango y buenos bifes!
Reproducción textual de la columna de
Alicia de Arteaga en el diario La nación
|