29 de Abril de 2009
![](http://www.revistaenie.clarin.com/2009/04/20/thumb/fogata.jpg)
LA
MAGIA
de uno de los cuadros de Molina Campos.
En San
Antonio de Areco, ayer domingo, abrió sus puertas al público.
Se exhiben 65 obras del pintor argentino.
Mediodía
de domingo en San Antonio de Areco. A 113 kilómetros del
centro porteño, el tiempo y el ruido parecen detenerse. En la
calle Moreno al 200 hay varios autos estacionados y una pareja
de vecinos elegantes que llegan en bicicletas y las dejan en
la vereda de enfrente, sin candado. Luego se ingresa a una
hermosa casona antigua, reciclada a nuevo. A la derecha, en lo
que fuera el antiguo living de la casa, 65 obras del pintor
Florencio Molina Campos (1891-1959) muestran, en un estallido
de colores y de detalles, la mirada que este artista
autodidacta tenía del gaucho argentino.
El Museo Molina Campos de Areco, el segundo dedicado a su
obra, abrió ayer sus puertas al público en la vieja casa que
perteneció a la familia Pazzaglia,
y fue comprada en 2006 por
la fundación Las Lilas. Luego fue refaccionada por
el
arquitecto y pintor Luis Benedit, en una obra que demandó un
año y medio de trabajo y una importante inversión.
Lo que se expone allí es una interesante selección de obras
originales de Molina Campos, acuarelas, pasteles y témperas
que abarcan diferentes etapas de la vida de este pintor, junto
a afiches publicitarios, fotos y objetos personales.
Marcos Bledel, curador de la muestra,
explica detalles de
estas obras, pertenecientes a Octavio Caraballo, presidente de
la fundación Las Lilas. "La exposición abarca toda la vida
artística de Molina Campos -comenta Bledel- el mejor artista
que reflejó la vida del gaucho. Están las pinturas en témpera
que realizó para los almanaques de la fábrica Alpargatas,
entre 1931 y 1944. También están algunas de las obras que
realizó para la empresa estadounidense de maquinarias
agrícolas Minneapolis-Moline, entre 1944 y 1959".
"Un dato que pinta la personalidad de este artista es que, por
contrato, Molina Campos acordó que las obras para el almanaque
de esta empresa norteamericana iban a contener escenas de la
vida del campo, pero sólo del gaucho argentino", agrega
Bledel.
En su época, la obra de Molina Campos despertó controversias
con otros artistas. Una de ellas era por los horizontes, que
él pintaba muy bajos, casi en una sexta parte de la altura de
la pintura. "No le faltó reconocimiento de sus pares -concluye
Bledel- pero fue un artista que obtuvo más reconocimento en el
exterior que aquí".
El museo también muestra documentos sobre la relación que, a
partir de 1942, Molina Campos entabló con Walt Disney, cuando
fue contratado para asesorar a un equipo de dibujantes que
proyectaban hacer tres películas para los estudios Disney.
Pero el pintor argentino finalmente renunció al proyecto,
porque no compartía la visión, a su entender extravagante, que
el estudio cinematográfico tenía del gaucho de nuestras
pampas. Como huella de su paso por los estudios de Disney,
quedaron las fotografías que se exhiben entre sus documentos
personales.
La directora del museo, Teresa Nores,
una porteña que se
instaló hace un año en San Antonio de Areco, comentó a Clarín
algunos detalles de la muestra y del espectáculo de animación
de unos 15 minutos que se brinda a los asistentes, y que está
incluido en los 20 pesos que cuesta la entrada (los chicos no
pagan). Este espectáculo muestra esculturas teatralizadas,
notablemente creadas por Fernando Pugliese, sobre tres obras
clave de Molina Campos: "Empilchándose", "Había sido juerte 'l
viejito" y "Tan mimosa ella".
Las escenas están animadas por una voz en off de
Luis Landriscina, quien cuenta historias de
don Tiléforo Areco, un
gaucho que fue personaje central en la obra de Molina Campos.
También se puede ver en el museo un retrato a lápiz que el
pintor hizo de Don Segundo Sombra, cuando este viejo hombre de
campo ya tenía 82 años, y el escritor que lo había hecho
célebre, Ricardo Güiraldes, de los pagos de San Antonio de
Areco, ya había fallecido.
En 1959, meses antes de morir, el pintor realiza su última
exposición en la Galería Argentina, donde presenta ochenta
obras.
Ahora, en una época de conflictos y de sequías, Molina Campos
regresa con una obra donde el campo tiene color y tiene vida.
Silvana Boschi, para diario El Día, de La
Plata.
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