24 de Noviembre de 2008
Este
jueves se cumplen dos años de la cara más visible del
conflicto que mantienen Uruguay y Argentina por la
instalación de la papelera finlandesa Botnia del lado
uruguayo del río Uruguay, límite natural entre los dos
países.
![](../../../../images/cortes.jpg)
El 20 de noviembre de 2006, un grupo de argentinos
-integrantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental de
Gualeguaychú- comenzó a bloquear de forma permanente la ruta
136, uno de los tres pasos fronterizos terrestres, que une
Gualeguaychú, en Argentina, con Fray Bentos, en Uruguay.
"Este corte es la única forma que tenemos de que los dos
gobiernos se den cuenta del mal que está haciendo esta
empresa a todo su entorno, porque con la contaminación no va
a quedar nada", le dijo a BBC Mundo uno de los cuatro
asambleístas que montaba guardia en la frontera en el
momento en que llegamos al lugar del bloqueo.
El grupo alega que la papelera, que produce celulosa desde
noviembre de 2007 en Fray Bentos, contamina la región, algo
que Botnia y el gobierno uruguayo niegan.
En Argentina, la Secretaría de Ambiente de la Nación encargó
estudios de medición a varias universidades, pero el
gobierno decidió no dar a conocer los resultados por ahora.
Estudios realizados luego de los primeros seis meses de
operación de la planta -por la propia empresa, la Dirección
Nacional de Medio Ambiente de Uruguay y consultoras
ambientales independientes, como la canadiense Ecometrix-
indicaron que no se pudo comprobar ninguna modificación en
la calidad del agua del río Uruguay ni del aire.
¿Confiar o no confiar?
Los asambleístas desconfían de esos informes y encargaron
estudios a profesionales de la zona, con la esperanza de
hallar pruebas que demuestren lo contrario.
"En mi opinión, Uruguay y Botnia manipulan los coeficientes
de contaminación para quedarse en el lugar", afirmó otro
integrante del movimiento que bloquea el paso fronterizo.
Muchos habitantes de Gualeyguachú apoyan a la Asamblea y
también abrazan la teoría de que Botnia afecta negativamente
a la región.
"Habría que ver muy bien los estudios que muestran que no
hay contaminación", le dijo a BBC Mundo Julián Madorno,
comerciante de la principal zona céntrica de la ciudad.
"Yo creo que sí existe contaminación, y si no existe hoy va
a existir mañana; a la larga, el río se va a contaminar",
aseguró.
Dudas
Del lado uruguayo, muchos habitantes de Fray Bentos confían
en lo que les asegura su gobierno.
"No creo que nos engañen y nos digan que Botnia no contamina
si está contaminando", aseguró Rubén Panizza.
Sin embargo, algunos mantienen un dejo de incertidumbre.
Blanca Rainieri señaló que "todos tenemos un poquito de
miedo".
"Aunque uno confía en que nuestro gobierno no va a permitir
que nos contaminen, siempre hay una pequeña duda", admitió.
A largo plazo
Lo que muchos se preguntan es cuándo se podrá saber, con
certeza, los posibles efectos de las emisiones de la planta
papelera.
El decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la
Universidad de Buenos Aires, Jorge Aliaga, sostiene que "hay
que esperar por lo menos un par de años" para tener
resultados serios sobre contaminación.
Dos investigadores independientes que siguen los estudios
ambientales en curso, le dijeron recientemente al diario
argentino "La Nación" que una contaminación considerable ya
habría dejado pruebas y huellas contundentes.
"Si hubiera habido contaminación en el río, debería haber
aparecido mortandad de peces o coloración del agua", dijo
Alberto Venica, doctor en Ciencias de la Madera y Papel de
la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos.
"Y si hubiera habido mayores problemas en el aire, los
olores hubieran sido insoportables de manera sostenida",
agregó.
Relaciones tensas
La incidencia de la papelera Botnia en el medio ambiente de
la región es una de las aristas del conflicto diplomático
que, desde hace cinco años, mantienen Uruguay y Argentina,
pero no la única.
También está en juego la legalidad de la instalación de la
planta sobre un límite natural compartido.
Argentina denunció a Uruguay ante la Corte Internacional de
Justicia de La Haya, Holanda, por presunta violación del
Tratado del Río Uruguay, alegando que no consultó a su
gobierno sobre la intención de instalar plantas papeleras en
la zona fronteriza.
Uruguay sostiene que autorizó la instalación de Botnia con
la anuencia de la cancillería argentina.
El fallo del organismo está previsto para 2010.
Derivaciones políticas
El conflicto ha tenido también otras derivaciones políticas.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, vetó la
candidatura del ex mandatario argentino Néstor Kirchner como
secretario general de la Unión de Países Sudamericanos (Unasur).
El gobernante dijo que cambiaría de opinión si la presidenta
Cristina Fernández interviniese para levantar los cortes de
ruta que, según Uruguay, le significan pérdidas económicas
millonarias.
Aunque ha habido rumores de que el gobierno argentino
estaría dispuesto a tomar acción para que los asambleístas
levanten el bloqueo -incluso así lo manifestó el canciller
uruguayo Gonzalo Fernández tras un encuentro con la
presidenta argentina en Nueva York- no se han emitido
declaraciones oficiales al respecto.
"Hasta el final"
En Fray Bentos y Gualeguaychú, las ciudades fronterizas más
afectadas por el corte de ruta, muchas personas cuestionan
la efectividad del bloqueo como medida de protesta.
"Cada cual tiene derecho a opinar y defender sus derechos,
pero cortando el tránsito perjudican tanto a Fray Bentos y
Gualeguaychú como a todo Uruguay y Argentina", señaló la
fraybentina Rainieri.
"Lo que yo veo es que el corte ya no tiene sentido, pero sí
seguir luchando. De qué forma no sé, pero hay que seguir
luchando", indicó una residente de la argentina Gualeguaychú
a BBC Mundo.
Por su parte, los asambleístas están determinados a
continuar bloqueando el paso.
"Esto lo tenemos que defender
hasta el final. Hasta que se vayan de acá (las papeleras) o
hasta nuestro final", concluyó Isabel, otra asambleísta,
junto a la barrera que impide el desplazamiento de vehículos
en la ruta 136.
Verónica Psetizki para BBC
Mundo.