3 de Enero de 2009
LLAMATIVA CONCENTRACIÓN DEL
PODER KIRCHNERISTA
Un pingüino en la AFIP, con
información clave y mucha plata
Con una eficiencia desconocida para ciertos
usos y costumbres de la Administración Pública, ya al día
siguiente de su designación, el martes, Ricardo Echegaray
apareció en la Web de la AFIP como director del organismo en
funciones, con foto y todo. Igual que Emilio Eyras, el sucesor
de Echegaray, en la página de la ONCCA, el organismo que
controla toda la actividad agropecuaria y agroindustrial:
mirando de frente a la cámara y con papeles en su escritorio.
Nada semejante a lo que sucede con el sitio de la mismísima
Presidencia de la Nación, donde todavía figura Romina
Picolotti como secretaria de Ambiente y Desarrollo en el área
de la Jefatura de Gabinete. Anécdotas al fin, pues la
eficiencia no es un dato que brille por su presencia en la
gestión kirchnerista.
Parece no mucho más que una anécdota, también, que el despido
de Claudio Moroni de la AFIP haya sido asociado a su relación
con Alberto Fernández, claramente fuera del universo K, tal
cual pasó en su momento con Picolotti y otros albertistas
eyectados del sector público. Lo que de verdad cuenta es que,
ahora sin intermediarios, quedará bajo el mando de Olivos el
organismo que maneja la mayor caja del Estado y cuenta con
información de un valor acaso superior a la de la propia SIDE.
Recaudar impuestos a todo trance, cuando las cuentas fiscales
empiezan a flaquear, será la tarea primaria de Echegaray. Y
desde luego, emplear para eso todo el poder de fuego que tiene
la AFIP.
Según datos que se manejan en el sector privado, sólo las
ventas de Fin de Año hicieron repuntar la recaudación del IVA,
que venía en declive durante las primeras semanas de
diciembre. Ya se nota, y previsiblemente sea más ostensibles
en 2009, el impacto de la crisis internacional en los ingresos
por retenciones a las exportaciones agropecuarias. Y muchos
dan por hecho que Ganancias no rendirá como antes, porque las
empresas ya están recalculando, también para abajo, los
anticipos que pagarán el año que viene.
Es obvio que si la actividad economía se retrae, como todo el
mundo descuenta y ahora mismo se ve, se resentirán los
ingresos por IVA, el Impuesto al Cheque y Ganancias. Así hayan
sido pensados para recaudar, es un albur cuanto pueden dejar
el blanqueo de capitales y la generosa moratoria impositiva;
aunque puede ayudar, para el caso, la información y la presión
de Echegaray sobre los evasores y quienes tienen plata en
negro. Fondos seguros son, eso sí, los que llegarán desde las
ex AFJP.
Moroni no era un funcionario díscolo para el poder. Más aún,
defendía la moratoria y el blanqueo como si hubieran sido de
su propia cosecha, cuando se sabe que le llegaron "llave en
mano", sin consultarlo, desde Olivos. Otra cosa significa
Echegaray, un pingüino de la primera hora siempre a las
órdenes de Néstor Kirchner, las que sean.
Quienes conocen las entrañas de la AFIP saben que allí existe
información ultrasensible y que se la puede usar a todos los
efectos: sobre los empresarios, pero también para alinear
voluntades de dirigentes políticos; nacionales y provinciales.
Datos reservados que debieran estar a cubierto de las
acechanzas del poder de turno.
Nadie tendría que estar preocupado, en realidad, si cumple con
sus obligaciones fiscales. Ni los sectores empresariales, que
viven la designación de Echegaray como un acto de
beligerancia. Ni tampoco la dirigencia agropecuaria, aunque
desde que se desató el conflicto por las retenciones sintieron
el acoso que el flamante jefe de la AFIP ejercía sobre ellos
desde la ONCCA.
De todos modos, resulta difícil no asociar el nombramiento a
la pelea con el campo. Sencillamente porque le provocó al
kirchnerismo una derrota política que no imaginó y lo colocó
ante un estado de debilidad que no conocía, es posible ver
allí la intención de ir por la revancha: más en un sistema de
poder sin medias tintas, poco propenso al debate y la
negociación.
Aunque siempre la función está para ser ejercida y eso le
cuadra redondamente a la AFIP, Echegaray no parece ser uno de
los funcionarios que consideran al trato amigable como una
aptitud del recaudador. Quienes lo conocen dicen que en él
prevalece la "mentalidad del que está para cumplir y ejecutar
órdenes".
Echegaray en la DGI y la Aduana directamente. A través de
Eyras también en la ONCCA, la oficina que abre o cierra
exportaciones agropecuarias, que este año manejó subsidios por
casi 3.500 millones de pesos y tiene presupuestados 3.800
millones para 2009. Julio De Vido al control de las obras
públicas y de las empresas privatizadas o estatizadas. Y
Guillermo Moreno en el INDEC y en lo que le pidan.
Todo eso suena a una concentración de poder extrema, como si
se estuviesen jugando todas las cartas ahora.
Por: Alcadio
Oña
, su columna para el Diario Clarín del 31.12.2008
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El gabinete casi en pleno, durante uno de los
últimos actos en Olivos Foto: Archivo
La creciente intervención del ex presidente
Néstor Kirchner en las decisiones del gobierno de su esposa,
Cristina, desató tensiones en el gabinete de ministros, a tal
punto que en los pasillos de Olivos y de la Casa Rosada
aseguran que podrían continuar los recambios de figuras de
primer nivel durante el verano o en el mediano plazo.
"Se viene un gobierno dominado y poblado por
los kirchneristas duros", comentó ayer a La Nacion un
funcionario de extrema confianza del ex presidente.
Los dos nombres más cuestionados en el entorno
de Kirchner son en estos días los de Oscar Parrilli y Graciela
Ocaña. El secretario general de la Presidencia y la ministra
de Salud son los dos funcionarios que podrían dejar el
Gobierno en un plazo breve.
"Ambos reciben serias objeciones de Néstor y de
Cristina por igual", se comentó en el palacio gubernamental. A
Parrilli se le reprocha un exceso de choques con sus pares en
el área de ceremonial. A Ocaña le recriminan sus críticas a la
decisión de Kirchner de aliarse al PJ.
También la ministra de Defensa, Nilda Garré,
sufrió cuestionamientos del matrimonio, pero está sólo "en
observación".
La intervención de Kirchner en la política y en
la gestión, con una batería de medidas económicas supervisadas
por él, provocó, a la fuerza, un mayor activismo del
secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Se trata
del ejecutor de las órdenes del jefe político del PJ.
La influencia de Moreno sobre los planes de
créditos para autos 0 km, el consumo y el turismo desató una
pésima relación con el jefe de Gabinete, Sergio Massa. Moreno
invoca el poder real de Kirchner; Massa ejerce el poder
institucional. En rigor, se disputan los espacios de poder.
A diferencia de Ocaña, Parrilli o Garré, en el
entorno de Massa dicen que el jefe de Gabinete sabe pelearse
con Moreno, pero al mismo tiempo retener la confianza del
matrimonio presidencial. Pero Massa soportó en los últimos
días embates del "entorno" y discusiones importantes con
Kirchner en Olivos.
Kirchner nunca cede ni otorga la razón. Pero
ciertas señales de apertura, como la eliminación de la
"tablita de Machinea", fueron impulsadas por Massa. No
consiguió, en cambio, la ampliación de la devolución del 10%
del IVA para compras con tarjeta de débito. Influyó en los
planes de crédito. Pero Moreno privilegió los planes de ahorro
para autos por sobre los préstamos bancarios.
"Massa empezó con demasiada exposición en sus
declaraciones. Pero aprendió rápido cómo son las cosas en el
mundo K. Y bajó la velocidad de 180 a 80 km por hora; es
prudente", dijo a La Nacion un incondicional de Kirchner.
Las tensiones por la injerencia de Kirchner se
agudizaron tras la renuncia el lunes pasado de Claudio Moroni
a la Administración Fedederal de Ingresos Públicos (AFIP).
Moroni fue reemplazado por Ricardo Echegaray, que dejó así la
titularidad de la Oficina de Control Comercial Agropecuario (Oncca).
Se trata de otro kirchnerista puro.
En rigor, Kirchner controla a Massa y a otros
ministros, como Carlos Fernández (Economía) y Débora Giorgi
(Producción), por vía de Moreno, Echegaray y el ministro de
Planificación Federal, Julio De Vido.
La renuncia de Moroni -se esperaba para marzo-
fue precipitada por el propio Kirchner.
"En la crisis global, que se agravará, Kirchner
quiere la información y las áreas clave en sus manos", dijo
una fuente oficial. Moroni no era kirchnerista puro. Como
ahijado del ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, hoy caído
en desgracia, corrió la misma suerte que otros albertistas:
Romina Picolotti, ex secretaria de Ambiente y Desarrollo
Sustentable, y Héctor Capaccioli, ex superintendente de
Servicios de Salud.
También Ocaña y Garré se cobijaron en el pasado
bajo el ala de Alberto Fernández.
"Se terminó la etapa de los aliados. Es la de
kirchneristas gurkas", dicen en el entorno del ex presidente,
donde sobresale su amigo Rudy Ulloa Igor, padrino de Echegaray.
El lápiz oficial
Massa, Fernández y Giorgi empujan el lápiz de
los proyectos. Pero Moreno traba, discute y consulta con
Kirchner. "No siempre Moreno tiene el visto bueno de Néstor.
Se le pueden ganar discusiones, como la de los créditos para
un auto económico sin levantavidrios ni aire acondicionado,
que se quedó en boxes y sin largar", bromeó un ministro.
A sabiendas de que parte del entorno de
Kirchner quiere involucrarlo en peleas palaciegas, Massa
procura no entrar en combate para preservarse. Se alió con
Carlos Fernández y Giorgi, y completó un equipo con Amado
Boudou, director de la Administración Nacional de Seguridad
Social (Anses); Martín Redrado, presidente del Banco Central,
y el echado Moroni.
"En discusiones en Olivos, éstos advierten
riesgos y consecuencias de cada medida. No dejan de opinar.
Pero decide Kirchner", contó un ministro del ala "técnica" a
LA NACION. Allí se terminan las peleas, añadió.
Moreno, De Vido y Echegaray, en cambio, acatan
como soldados.
Las objeciones a Parrilli se fundamentan en que
el secretario general de la Presidencia se atribuyó un exceso
de potestades en el ceremonial y protocolo de la Casa Rosada.
Nombró a militantes piqueteros en despachos oficiales y le
achacan que se superpone en tareas con el ministro del
Interior, Florencio Randazzo, hoy un kirchnerista puro.
Cristina y Néstor Kirchner le recriminaron
aspectos específicos en diversos actos y dicen que no se lleva
bien con Rudy Ulloa.
Ocaña cuenta con el afecto de Cristina
Kirchner. Pero la ministra de Salud tiene bolilla negra del ex
presidente y del peronismo duro: cuestionó la alianza de
Kirchner con el viejo PJ ortodoxo en una nota en LA NACION y
le atribuyen peores críticas en conversaciones privadas con
otros interlocutores. Molesta el elevado perfil de sus
investigaciones a laboratorios y droguerías. "Si investiga,
que reporte a su jefa, pero que no ventile", dicen en Olivos.
Nilda Garré
tuvo contratiempos en Defensa que parecen revertirse. Su pelea
con el ex jefe del Ejército general Roberto Bendini la dejó
debilitada, pero en observación.
Mariano Obarrio , su columna
para el diario LA NACION del 31.12.2008
Uno por uno
-
SERGIO MASSA
Jefe de
Gabinete: Está enfrentado con Moreno y con otros
incondicionales de Kirchner, pero trata de manejar con
muñeca política las tensiones en las que queda involucrado.
-
GRACIELA OCAÑA
Ministra de
salud: A Kirchner no le gustaron las declaraciones en las
que pedía cambios en el rumbo del oficialismo. En algunos
sectores del Gobierno piensan que podría dejar el cargo.
-
OSCAR PARRILLI
Secretario
general: Es incondicional de los Kirchner, pero en los
últimos tiempos surgieron críticas hacia él de sectores de
máxima confianza del matrimonio presidencial.
-
NILDA GARRE
Ministra de
Defensa: Según algunas fuentes, no será reemplazada, por
ahora, aunque su gestión se encuentra "en observación".
-
GULLERMO MORENO
Secretario
de Comercio: Es el ejecutor de las políticas de Kirchner.
Tiene mala relación con Massa, pero su influencia no para de
crecer.
-
DEBORA GIORGI
Ministra de
la Produccion: Es otra de las que se enfrentaron con Moreno.
Empezó en el cargo con mucho ímpetu. La debilitaron las
críticas públicas que le dedicó la Presidenta.
Mini vacaciones en El Calafate
-
La
presidenta Cristina Kirchner y su esposo, Néstor Kirchner,
se quedarán hasta los primeros días de la semana próxima en
su casa de El Calafate, lejos del contacto con el gabinete
nacional. Fuentes oficiales indicaron que sólo luego de esas
hermétic
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