15 de Enero de 2009
ARGIES, GO HOME!!!!!!!
Emigración récord: más de 800 mil argentinos viven en el
exterior
Según un
informe oficial, la cantidad de ciudadanos que se fueron del
país ya equivale a la población de Santiago del Estero.
En España,
en un año subió un 200% la cantidad de expulsados.
Hay
806.369 argentinos fuera del país. Un 34% más que en 2000,
justo antes del estallido y la devaluación, cuando el registro
de emigrados era de 600 mil personas.
La cantidad de argentinos que residen en el exterior ya iguala
a toda la población de la provincia de Santiago del Estero.
Así lo revela un informe de la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM),
al que Crítica de la Argentina
tuvo acceso. El estudio
dice que hay 806.369 argentinos fuera del país. El monto es un
34% mayor que el del 2000, justo antes del estallido y la
devaluación, cuando el registro de emigrados era de 600 mil
personas.
¿Cuánto dinero le reporta esa fuga a la Argentina?
920 millones de dólares anuales, en calidad de remesas.
¿Adónde van los que se van?
El 50 por ciento, a Estados Unidos y a España, dos países que
–curiosamente– tienen legislaciones cada vez más restrictivas
en temas migratorios.
¿Por qué se van?
Para Jorge Gurrieri, experto en migraciones, profesor de la
Universidad de Buenos Aires y consultor de la OIM, emigran
principalmente por motivos económicos, pero también por causas
culturales. “En la Argentina existe una cultura de la
emigración”, explica Gurrieri. “Es lo suficientemente fuerte
como para afectar el desarrollo de la Argentina”.
En tanto, la mayor parte de los que se fueron, antes y después
de 2001, enfrentan ahora el dilema de volver o no volver, en
el marco de la crisis económica global desatada en el segundo
semestre del año pasado. “Éste es un momento de quiebre
–explica
Enrique Oteiza, profesor honorario de la UBA e investigador
del Instituto Gino Germani–.
Se están cayendo muchas expectativas de argentinos y no
argentinos en los países centrales. Tuve noticias de
argentinos en Estados Unidos que se han quedado sin empleo, y
para comprarse un pasaje de regreso tuvieron que pedir ayuda
de emergencia a la madre jubilada que vive acá. Hay
excepciones con los científicos, que tienen un trato especial
y siempre son recibidos, pero aún no sabemos cómo influirá la
crisis en eso”.
El perfil migratorio se hizo público por primera vez en la
página web
Artemisa Noticias
y se realizó
en base a un cruce de información del INDEC, la Dirección
Nacional de Migraciones del Ministerio del Interior y el Banco
Interamericano de Desarrollo.
Hasta antes de la debacle, según ese informe, los argentinos
que viven en el exterior enviaban remesas al país por 920
millones de dólares anuales.
Este monto –que registra sólo los movimientos de dinero
formales– equivale al 0,4% del producto bruto interno (PBI) y
es superior en un 900% al de 2001 (cuando entraban al país
sólo 100 millones de dólares).
Al parecer, la diáspora de argentinos influyó en la falta de
mano de obra en algunos sectores de la actividad económica,
como la industria y los servicios. Según datos del INDEC,
correspondientes al primer trimestre de 2008 y consignados en
el relevo de la OIM, el 37,3% de las empresas encuestadas
realizó alguna búsqueda de personal. Al no poder cubrirla con
la oferta laboral argentina, el sector privado afronto la
coyuntura capacitando y rotando personal y contratando mano de
obra que pudiera ser reconvertida. “No obstante –dice el
informe–, ello no ha podido resolver la situación de escasez
de recursos humanos calificados que muestran hoy algunos
sectores de la economía”.
Es que el problema se agrava con la calificación laboral de
muchos de aquellos que emigran. “Los sectores altamente
calificados de la población argentina tienen capacidades
laborales que son transnacionales –puntualiza Gurrieri–. La
fuga de técnicos, científicos o especialistas en informática
genera agujeros difíciles de tapar. Esto se vio en el inicio
del proceso de recuperación en 2004, cuando muchas empresas
decían que les faltaba personal idóneo, con habilidades
técnicas. La suma reiterada de este tipo de pérdida en algún
momento puede limitar las capacidades. El mundo de la
inteligencia es muy importante para construir el futuro”.
Para subsanar al menos en parte la fuga de cerebros, el
Gobierno estableció distintos programas de repatriación. Esto
podría contribuir a evitar que en la Argentina se haga común
el graffiti que ya es clásico en otros países como Uruguay:
“No proteste, emigre”.
Josefina Licitra,
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