23 de Marzo de 2009
Proyectonacional
Un espacio de
argentinos para pensar la Argentina.
¿Nos
estamos desendeudando realmente como dicen los K?
Para saberlo
tenemos que consultar a las cifras del INDEC. Ahí nos
encontramos con que el primer engaño no fue el de disminuir
artificialmente los índices de inflación (para bajar los
índices de indexación de parte de la deuda pública); sino
que el engaño mayor fue disminuir artificialmente el monto
de la deuda mismo.
En efecto, luego
de la renegociación de la deuda de Kirchner-Lavagna del
2004 -para mostrar que había sido “exitosa” la quita- se
ocultó al capital de la deuda en los intereses a pagar por
un monto cercano a los 12.000 MU$S. Esto lo denuncié cuando
era diputado. También se sacó del monto de la deuda lo
correspondiente a los “holdouts”, cuando nunca se repudió
esa deuda, eso hoy suma 30.000 MU$S.
La cifra real de
la deuda hoy sería de la que muestra el INDEC 145.000 MUS$
más la oculta de 42.000 MU$S, o sea 182.000 MU$S. Recordemos
que cuando entramos en default en el 2001 la deuda era de
145.000 MU$S. O sea que en el periodo NK-CFK la deuda
aumentó, a pesar que se pagó cash de intereses y
capital. Otras de las razones por las que en el año 2008 se
registró un aparente no aumento de la deuda fue por las
diferencias de cambio entre el Euro, el dólar y el peso. De
esa forma se disimularon otros 6.000 millones de dólares
¿Por
qué es pagamos miles de millones anuales y sigue subiendo la
deuda?
El endeudamiento
externo es un proceso que viene desde 1976. Aunque parezca
una insensatez absoluta la deuda ya la hemos pagado varias
veces y seguimos debiendo. Si se investiga este fenómeno
–despojado de los fuertísimos intereses políticos y
económicos en juego- se llega a la conclusión que:
-Los intereses
de la deuda son por lo general más altos de lo que crece la
economía del país. Por lo que estamos frente a una usura
crónica. El país creció el año pasado al 7,8 % anual, y pagó
intereses con los bonos cedidos a Venezuela del 15,4 %
anual. O sea el doble.
-Así como hoy se
ve claramente en la crisis mundial, que los Estados se
endeudan para salvar a los bancos; en nuestro país las
crisis de los últimos 30 años se “resolvieron” trasladando
al Estado los pésimos negocios privados, pasando la deuda
fraudulenta del BCRA al Estado nacional (Cavallo lo hizo en
1982, y en 1991, y Lavagna lo hizo en el 2004 maquillando
los resultados).
La Argentina
desperdició tres grandes oportunidades históricas para poner
fin a este sistema : Alfonsín en 1983 además de juzgar a las
Juntas, debió haber declarado la ilegalidad de todos sus
actos de gobierno, y repudiado la deuda odiosa. No lo hizo,
solo se animó a lo primero, y así le fue y nos fue. Duhalde
debió haber repudiado la deuda ilegal del 2001,
comenzando por el megacanje de Cavallo, y además investigado
el feroz vaciamiento de las reservas financieras del
sistema. En lugar de eso, derogó la ley de subversión
económica que permitía esa investigación, e hizo un
salvataje integral de los bancos. Proporcionalmente un
salvataje de tal magnitud, como el que actualmente no se
puede concretar en los EEUU, por el absoluto rechazo de la
opinión pública. Siempre se optó, vaya a saber por qué
ocultas razones, a esconder la basura debajo de la alfombra,
así nos va.
La posterior
renegociación de Kirchner-Lavagna tuvo resultados pésimos,
porque se basaba en el supuesto absurdo de volver al mercado
de capitales inmediatamente después del default, y dejando a
los holdsouts en el camino. Así optaron por la peor de las
soluciones y dejaron a Argentina a mitad de camino, al no
impulsar una solución soberana de ESTADO, ni una
solución amistosa con el mercado. Por eso tal como lo
previmos en las críticas que hicimos a ese arreglo en el
2005, a poco de andar estamos ante una nueva crisis de
deuda. Esperemos que ahora no desaprovechemos esta nueva
oportunidad, ante las enormes oportunidades para hacer
herejías que brinda la caída del sistema financiero
mundial.
¿Con
la programación actual, cuando terminaríamos de pagar la
deuda?
La deuda tiene
una contracara o socio perfecto que es la fuga de capitales.
En los últimos 30 años, por cada dólar que entró se fugó un
dólar. Es lo que llamamos el “sistema de la deuda”. Es un
sistema de succión o “saqueo” de capitales de la periferia a
los centros financieros internacionales. Nuestros ahorros se
fugan y estamos dependiendo permanentemente de capitales
externos. Por ese efecto y por el peso de los servicios de
intereses, nunca vamos a terminar de pagar la deuda, siendo
por lo tanto una servidumbre perpetua. Hay que reconstruir
un esquema financiero autónomo y regional. Hay que discutir
una un nuevo sistema bancario para que el ahorro interno se
transforme en inversión y no en fuga. Si no cambiamos el
“sistema de la deuda”, se puede decir que nunca vamos a
terminar de pagarla.
¿Cuál
es la relación deuda - PBI a través de los gobiernos?
Hoy es de cerca
del 70 % del PBI, pero se aconseja que no sea mayor del 30%.
El problema es que buena parte de la deuda es externa o
puede rápidamente transformarse en ella, por lo tanto ante
cualquier crisis dependemos de los que manejan el monopolio
de la emisión de dólares o sea de la Reserva Federal o sea
del selecto grupo de bancos internacionales que la
controlan.
Si se
estableciera una comparación de este gobierno con respecto a
los anteriores de la democracia, ¿qué postura identificaría
a cada uno?
Cambio mucho el
discurso, pero hay un perfecto continuismo en las políticas
de endeudamiento, libre movilidad de capitales, y fuga de
divisas. El estilo del actual gobierno parece ser el de
embrollar los problemas a los que no puede o no se anima a
darle una salida realmente heterodoxa como correspondería.
Tanto el
gobierno como la oposición están presos de una postura
ortodoxa -la misma que brilló desde el advenimiento de la
democracia- y hoy el país está ante un grave conflicto,
porque el gobierno en una absurda postura antikeynesiana,
pese que predica lo contrario, no quiere bajar las
retenciones agropecuarias -dice que las necesita caja para
pagar la deuda- y la oposición propone una estúpida vuelta
al Fondo, tanto en sentido real como figurado. No por algo
los que proponen esta última salida son los mismos que
estuvieron involucrados en la crisis financiera del 2001, o
en su encubrimiento, como el banquero Prat Gay.
¿Qué
alternativas o salidas hay para resolver el tema de la
deuda?
La Argentina
debe aprovechar esta crisis mundial para replantear
definitivamente este grave problema. Lo primero que hay que
hacer es auditar la deuda, replantear el sistema bancario y
financiero y el rol del Banco Central.
¿Qué
habría que hacer con el Club de Paris y los bonistas que
quedaron fuera del canje?
La totalidad de
la deuda con el club de París fue contraída por la dictadura
del 76-82. O sea es una deuda calificada como deuda odiosa o
ilegítima. Siendo la Unión Europea defensora a ultranza de
los derechos humanos, se debería explorar con firmeza una
solución política, desde el planteo que hay
corresponsabilidad de los países europeos en el
financiamiento de la dictadura. De ninguna manera se debe
pagar tocando reservas del Banco Central.
Respecto a los
bonistas, luego de la auditoría, habría que pagar lo legal y
legítimo, cuando se pueda y buscando mecanismos de
inversión.
Mario Cafiero
Las
elecciones de Catamarca han sido consideradas por los
medios, el gobierno y la oposición, como una confirmación de
la democracia. Pero ¿qué es lo que no se dice de dicha
elección? ¿Cuál es el hecho que se esconde, que se
“desaparece”, que se ningunea?
Es el
siguiente: de 243.797 votantes potenciales, sólo votaron
150.953. Es decir, el Frente Cívico obtuvo el
26,17%
real de los votantes, el FPV el
20,22% real de los
votantes y los ciudadanos que se abstuvieron fueron el
41,57%.
Ante esta realidad, las
patéticas pulseadas entre el gobierno nacional, sus aliados
circunstanciales y la oposición, ahora exultante y creída de
que acometió exitosamente una epopeya, son el síntoma de una
dirigencia agotada y agónica, que sigue girando en el vacío
y cuyo único recurso parece ser esconder la realidad. Con la
complicidad de los medios de comunicación más poderosos y
los analistas de siempre, pretenden negar lo evidente: que
una parte creciente del Pueblo les da la espalda. No
acompaña estos procesos electorales que oscilan entre la
comedia de enredos y el grotesco. ¿Será porque la enorme
mayoría de los argentinos que sufre cotidianamente la
tragedia de la exclusión, del hambre, de la falta de
horizontes, de la inseguridad y de la injusticia más
degradante, ve que el oficialismo y la oposición se ocupan
de sus luchas por el poder, pero no hacen nada para
enfrentar y resolver seriamente sus angustiantes problemas?
En el documento “Elecciones
¿qué hacemos?”, que días atrás dimos a conocer, decíamos:
“En este contexto
institucional vaciado, una porción de la población argentina
– creciente de elección en elección – se niega a participar
de los eventos electorales. Sea para no sentirse cómplice de
tales procesos, sea porque está convencida de que haga lo
que haga, todo va a seguir igual.”
Reiteramos la convocatoria
que hacemos en él a superar la falsa democracia
representativa y a construir, entre todos, una democracia
participativa con justicia social. Reiteramos también
nuestra disposición a compartir con otros grupos la
refundación de una Argentina soberana y justa, que se
encamine por la vía del desarrollo para todos los argentinos
y que avance decididamente a la integración latinoamericana
GESTAR
Grupo Encuentro Social para la Transformación Argentina
Nunca me
gustó la frase “la toma del Poder”; no sé muy bien porqué.
Supongo que es porque “cosifica” el poder, como si fuera un
objeto que está allí, y hay alguien que lo tiene, a quien
hay que quitárselo. De esa forma se impide visualizar el
aspecto relacional del poder. Dado que siempre que se habla
de poder, en realidad, se está aludiendo a una relación de
poder entre dos o más personas o grupos o sectores sociales
entre sí.
Sin
embargo, algo tiene de cierto esto de tomar el poder. Porque
existe una cosa llamada Estado, en la que se concentró el
“uso legítimo de la fuerza pública”; es decir que en la
“cosa” llamada Estado, existe una porción importante del
poder, en la medida en que dicha organización o “aparato”,
al tener la exclusividad del uso de la fuerza pública, está
capacitada para imponer al resto de la sociedad una acción
hegemónica absoluta. Dicho de otra manera, el Estado está
capacitado para hegemonizar o dominar la relación
Estado/sociedad.
La división de ese Estado en tres poderes y el sistema
electoral que le permite a la sociedad, supuestamente, decir
quien va a ejercer ese poder, no elimina en absoluto la
condición básica de dicho Estado: la hegemonía absoluta en
el uso legítimo de la fuerza sobre el resto de la sociedad.
De más está decir que esta estructura del Estado fue
pergeñada por la nobleza y la burguesía europea, entre uno
de sus motivos fundamentales, para quitarle poder al
campesinado que disponía de armas, y en consecuencia de
poder de coacción propio. Al quitarle la posibilidad de usar
la fuerza, anularon su capacidad de oponerse al “Estado” que
ambos sectores armaron en función de su ideología e
intereses; asegurándose que el pueblo no deliberara ni
gobernara, sino “a través de sus representantes”.
Es bueno
recordar que ese Estado europeo fue “exportado” a nuestra
América para “imponer” sus designios, no al campesinado
rebelde, sino a todos los pueblos originarios y criollos o
nuevos gestados en estas tierras. De manera que su carácter
impositivo fue mucho mayor aún que en Europa.
La
pregunta del millón es ¿Al buscar y eventualmente tomar ese
poder estatal no estamos convalidando y reforzando una
relación de imposición hegemónica de un aparato estatal
sobre toda la sociedad? Creo que resulta evidente que sí.
De
manera que por ahí, la cuestión no pasa tanto por “tomar el
poder” sino por modificar esa estructura de poder asentada
en un Estado hegemónico, a partir de un cambio en la
relación entre la sociedad y ese Estado. Para lo cual no es
imprescindible esperar a tomar el Estado, ya que se puede ir
desarrollando el poder social y presionando sobre el Estado,
lo que implica modificar ya, en mucho o en poco, la relación
sociedad/Estado. Y aunque para lograr ese cambio sea
necesario – aunque para nada suficiente – “tomar el poder”,
ésta toma del poder, tendría que transformarlo
sustancialmente, para constituirse en un elemento más de la
modificación de la relación de poder entre la sociedad y el
Estado.
Resulta
muy bueno recordar, en ese sentido, que, sistemáticamente,
todos los movimientos populares, desde Artigas hasta Perón,
dieron a la participación organizada del pueblo en el Estado
un papel absolutamente esencial. Esto de “Un
gobierno centralizado, un Estado descentralizado y un Pueblo
libre y Organizado”
tiene que ver con la transformación de la relación
sociedad/Estado que necesitamos llevar adelante. Lo podemos
llamar democracia participativa o social o directa, pero la
base conceptual y metodológica a desarrollar, me parece que
se encuentra por esos antecedentes en los que deberíamos
profundizar; porque son los nuestros.
Cortes de ruta por descamisados,
constructores de rutas y peajes, y la historia como farsa.
Por Javier Llorens.
La
Presidenta al inaugurar un tramo de la autopista de Córdoba
a Rosario, manifestó que ella pertenece a los argentinos “que
construyen la ruta, no de los que la cortan“. Criticó
así a la manifestación de ruralistas descamisados que para
recibirla efectuaron una sentada en la ruta de acceso, para
trasmitirle simbólicamente que el fisco les había despojado
hasta de la ropa. Es indudable que media un abismo entre los
“queridos descamisados” de Evita, y estos denostados
descamisados rurales, donde la mayoría de ellos no son
“cabecitas negras”.
Autopistas con costos lanzados
Lo
que no dijo la Presidenta es que por ese tramo de la
autopista, de 118 Km. entre Pilar y Ballesteros,
a la fecha de su inauguración se
llevan pagados 758 millones de pesos,
pese haber sido contratado tres años antes
con ROGGIO en 288 millones de pesos. Y la cuestión no acaba
allí, porque se calcula que el monto final, con accesos a
las poblaciones incluidos, va a superar largamente los 800
millones de pesos. O sea casi 7 millones por kilómetro de
autopista, cuando había sido contratada en poco más de 2,4
millones el km.
Se
registró así un aumento respecto lo originalmente contratado
de casi tres veces en tres años, pese que el INDEC nos dice
que la inflación solo llega al 7 % anual. Se trata por ende
de un saqueo al fisco, muy propio de la patria contratista
que asola a nuestro país desde hace cincuenta años, en el
que el Estado es el que parece haber perdido hasta la
camisa. Mediante modificaciones, ampliaciones y mayores
costos, el contrato con el Estado en manos de un contratista
avieso y de funcionarios cómplices, se convierte en una
obligación interminable para el fisco, similar a la de la
deuda eterna.
Simultáneamente la Presidenta inauguró un barrio de 400
viviendas, razón por la que una nutrida y agradecida
concurrencia la aplaudió en su por momentos agresivo
discurso. Pero si el Estado se hubiese ahorrado los más de
500 millones de pesos cobrados demás por ROGGIO en la
construcción de la autopista, podría haber inaugurado 10.000
viviendas en lugar de 400, con lo que podría haber
multiplicado por 25 la concurrencia que la aplaudía.
Parecida
situación sucede con los otros dos tramos de la autopista
que están en construcción por parte de las constructoras
IECSA y JCR (Juan Carlos Relats). El tramo desde Ballesteros
a Leones, por un total de 63 Km., que el Estado contrató con
la primera y esta subcontrató con la segunda, fue pactado
originalmente en 362 millones de pesos. Pero actualmente con
una ejecución del 45 % ya anda en los 691 millones. Un costo
de 11 millones de pesos o 3 millones de dólares el Km.,
cuando el costo clásico del kilómetro es del orden del
millón de dólares. Resulta evidente por lo tanto que con el
esfuerzo mancomunado de empresarios aviesos y funcionarios
corruptos, en poco tiempo su monto original logrará
triplicarse con creces.
A su vez
el tramo de Leones a Tortuguitas de 44 Km., fue contratado
con la UTE IECSA - JCR en 456 millones de pesos. O sea que
aun antes del comienzo de la obra, ella ya cuesta 11
millones de pesos el Km., cuatro veces y media más que los
2,4 millones el Km. que se contrataron con ROGGIO tres años
atrás. Estas cifras refrendan lo manifestado por el
gobernador puntano Rodríguez Saa, que ha sembrado de
autopistas su provincia, quién denunció que las autopistas
emprendidas por la Nación cuestan cinco veces más que las
ejecutadas por San Luís.
O sea que
el total de los 224 Km. de autopistas inaugurado y en
construcción, trepará a un monto muy superior a los 2.000
millones de pesos. Equivalentes al monto de las retenciones
sobre seis millones de toneladas de soja (unos doscientos
mil camiones de soja) suficientes para construir 50 mil
nuevas viviendas, o rehacer enteramente de nuevo a Villa
María.
Estas
constructoras son también conspicuas contratistas de
Yacyretá, ente en el cual actualmente cualquier contrato
cualunque (contratado generalmente con enormes aumentos
sobre el presupuesto oficial) trepa a los 500 millones de
pesos. O sea son equivalentes a las retenciones sobre un
millón y cuarto de toneladas de soja (42 mil camiones de
soja), sobre las 40 o 50 millones de toneladas que en
Argentina se cosechan al año. De esta manera el “monumento a
la corrupción” apelativo con el que de larga data se
denomina a Yacyretá, con el advenimiento de los Kirchner
parece haberse extendido explosivamente a todas las
contrataciones de obras públicas.
Keynesianismo solo para los amigos
El
gobierno con una simplificación propia de un escolar dice
que su plan es keynesiano, por las enormes sumas de dinero
que despilfarra en obras públicas. Y lógicamente la patria
contratista nucleada en la Cámara de la Construcción y la
Unión de Constructores aplaude este supuesto plan a rabiar,
refocilándose ante la presa, para la que tiene como cómplice
al guardián del zoológico. En Italia y EE.UU la construcción
es manejada por la mafia; y en Argentina lo es por esas dos
cámaras, aunque sus procederes son en todos los casos
iguales.
Con ese
keynesianismo elemental, el gobierno olvidó enteramente los
otros dos factores fundamentales a los que se refiere Keynes.
Uno es la baja de impuestos, que el gobierno se empecina en
mantenerlos a toda costa, e incluso en aumentarlos
indirectamente mediante tarifazos sobre los servicios. El
otro es la baja de la tasa de interés, un factor fundamental
para Keynes que ni el gobierno ni el Banco Central se
preocupan en rebajar, dejando que los bancos cobren a sus
clientes lo que quieran, dándoles absoluta libertad para
depredar.
Por
esta razón recientemente un grupo de ruralistas ocupó
pacíficamente la filial del banco BERSA, propiedad de otro
conspicuo amigo del poder. El ahora flamante petrolero
Ezkenazi, quién hace un año asumió como presidente de YPF
gracias a los muy buenos oficios de Néstor Kirchner ante la
española REPSOL. Para posibilitar esta transferencia poco
antes de dejar el gobierno Néstor dictó incluso una
resolución, con la que elevó sustancialmente las retenciones
a las exportaciones de hidrocarburos.
De esta
manera deprimió el precio de las acciones de YPF, para que
pudiera comprarlas su amigo Eskenazi. Pero a la par mediante
la reglamentación de esa resolución, la Aduana tornó en
aguas de borraja ese supuesto aumento en las retenciones. De
esta manera las retenciones efectivamente pagadas por los
hidrocarburos, muy lejos de los niveles teóricos
establecidos, fueron inferiores incluso a la de la soja.
Recientemente al lanzar una nueva licitación a favor de la
patria contratista, asombrosamente la Presidenta se quejó
por las altas tasas de interés que cobran los bancos… a los
contratistas de obras públicas para el descuento de sus
certificados. El permiso para depredar de la patria
financiera, no alcanza por ende a la patria contratista, lo
que pone en evidencia el orden de prelación en la cadena
trófica establecido por el gobierno.
Los dueños de Argentina y socios del gobierno
IECSA era
propiedad de Franco Macri, quién supuestamente se la vendió
a su sobrino Angelo Calcaterra, quién a su vez es íntimo de
Lázaro Báez, el amigo íntimo de Néstor Kirchner que se ha
convertido en el zar del juego en Argentina, además de otros
prósperos negocios que detenta en la construcción y
petroleros. Tras esa venta Franco Macri se convirtió en
acérrimo kirchnerista -incluso en oposición a su hijo
Mauricio- como antes fue acérrimo menemista, alfonsinista,
procesista, etc. Negocios son negocios.
Por su
parte JCR es propiedad de Juan Carlos Relats, amigo íntimo
de Néstor Kirchner. A grado tal que es el quién explota la
glamorosa hostería super VIP de Los Sauces en El Calafate,
propiedad de la pareja presidencial que tiene su domicilio
personal fijado en ese mismo lugar. La habitación más barata
en dicha hostería cuesta 800 dólares la noche, así que si
usted quiere hacer un canje de soja por una noche (cosa un
poco dificultosa), tiene que ir allí con un camioncito con
cuatro toneladas de granos del yuyo de la soja.
Relats le
paga a la pareja presidencial cinco millones de pesos al año
por la explotación de la hostería. De esta manera la fortuna
de la pareja presidencial según sus declaraciones juradas,
se ha multiplicado por nueve en cinco años. Pasó de poco más
de dos millones en el 2002, a casi 18 millones en el 2007, y
sigue en ascenso. ¡Estas si que son ganancias
extraordinarias, libres de riesgo climáticos, retenciones e
impuestos a las altas ganancias!
Los
peajes
Empero en
su discurso la Presidenta reprochó a los ruralistas, haber
“crecido mucho” y querer “llevarse todo”, sin dejar “nada
para los demás”. Trató de justificar de esta manera los
peajes que cobra el fisco al productor rural mediante las
retenciones, para permitirle acercar su cosecha a puerto. En
el mejor de los casos, el producido de ese peaje va a pagar
la deuda eterna. Y en el peor de los casos, va a parar a
los abultados bolsillos de los contratistas amigos del
poder. De ambas maneras generalmente el producido de esos
peajes queda muy lejos de donde se originaron.
Pero la
Presidenta nada dijo del peaje que esos prósperos
contratistas -los nuevos dueños de Argentina desde el
Proceso Militar en adelante- abonan a los funcionarios de
turno, para perpetrar sus negociados y poder cobrar sus
enormes sobreprecios. Y sospechosamente una de esas garitas
de pago de peaje sería la Hostería Los Sauces de El
Calafate, con los rumbosos pago del alquiler que de ella
hace el contratista Relats a la pareja presidencial. La
mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo.
Una mínima pudicia presidencial hubiese desaconsejado
establecer prósperos “negocios privados”, con quién
paralelamente por otra ventanilla recibe enormes prebendas
del sector público. Pero tras el derrocamiento del viejito
Illia, la austeridad y la pudicia parecen haber sido
enterradas definitivamente en Argentina por parte de los
allegados al poder.
Gobernabilidad
y gobernanza con el ejemplo
La
presidenta expresó también que “la crisis es un desafío
para todos los argentinos” y que debe tomar durísimas
medidas que favorezcan al conjunto, en detrimento de
intereses sectoriales, como los de los ruralistas. Es
evidente que para que esas durísimas medidas puedan tener un
mínimo de legitimidad y consenso y sean acatadas, deben
suceder simultáneamente cinco cosas:
-
Que el
gobierno sea un ejemplo vívido de honradez y austeridad,
contando así con la suficiente autoridad moral para
imponer esas medidas.
-
Que la cúpula
del gobierno brinde el ejemplo de desprenderse de una
buena parte de los cuantiosos bienes que posee, que han
acrecido sustancialmente en los últimos tiempos, para
destinarlos al bienestar del conjunto de la población.
-
Que el
gobierno pueda dar cuenta del uso esmerado y sin
despilfarro de cada peso que le ingresa, con absoluta
transparencia y honestidad, cosa que brilla por su
ausencia en funcionarios como Jaime y De Vido.
-
Que el
esfuerzo sea parejo para todos los sectores y no haya
sectores privilegiados, como lo son actualmente la patria
contratista, la patria financiera, la patria petrolera y
minera, y la flamante patria lúdica o del juego. Ley
pareja no es rigurosa, y la ley despareja lleva al
desacato y la desobediencia.
-
Que el
esfuerzo sea proporcional para los integrantes de cada
sector, dado que no es lo mismo un pequeño productor rural
de la zona marginal, que un gran productor de la zona
núcleo, estando de por medio todos los matices
intermedios.
Ninguna de
estas condiciones ni individual ni en conjunto se cumplen,
ni parecen tener posibilidades de cumplirse. Razón por la
que se puede afirmar que los márgenes de gobernabilidad del
actual gobierno en el marco actual de la crisis nacional e
internacional, se están reduciendo a cero, con los enormes
peligros que esta afirmación implica.
Y en este
marco de enorme crisis, como si se tratara de una “tormenta
perfecta”, irrumpió nada menos que la seca, que ha
agravado sustancialmente todo el cuadro rural. No solo por
la falta de rentabilidad en las labores agropecuarias, sino
también por los aspectos emocionales que la seca conlleva,
como lo sabe cualquier persona relacionada con el campo.
El
gobierno en su empecinamiento en no reducir y/o segmentar
las retenciones sobre la actual cosecha, y en dejar que los
formadores de precios en la cadena agroindustrial hagan lo
que quieran, parece no haber calibrado adecuadamente lo
decisivo que puede resultar este factor. No está
enfrentándose con personas que no quieren renunciar a su
renta, como fue el año pasado, sino a personas que luchan
por su sobrevivencia. Cualquier manual de estrategia
aconseja no confrontar frontalmente con un enemigo
desesperado.
Jaqueado
por problemas emocionales por la derrota que le propinó el
campo, y por problemas de caja que no sabe resolver (pese
a que tiene posibilidad de tomar efectivas medidas al
respecto, si se decide a confrontar con los banqueros) el
gobierno va en directo curso de colisión a un nuevo
conflicto con el campo, que le va a resultar mucho más
gravoso que el del año pasado. Tuvo la astucia de forzar la
firma de un convenio escrito en la reunión con la Mesa de
Enlace, con la que eludió los problemas cruciales; pero esta
astucia táctica solo revela su ausencia total de visión
estratégica.
La historia como farsa
Parecería
en consecuencia que está por cerrarse un largo ciclo
histórico que comenzó en el `45, sesenta años atrás, en el
marco del enorme conflicto de la Segunda Guerra Mundial, con
la irrupción en la escena pública de una rutilante pareja
presidencial. Los legendarios Perón y Evita, que invocando
justicia para los descamisados de entonces, impulsaron un
profundo y auténtico cambio en la sociedad argentina. Empero
la zaga de proteicos lideres justicialistas que vino después
despilfarró totalmente esa herencia. Llevaron oprobiosamente
al país a sucesivos desastres, en nombre de una
acomodaticia interpretación de la doctrina peronista, que
esencia solo pretendía el ejercicio del verticalismo -pese a
que Perón había dicho que su único heredero era el pueblo-
para llevar adelante planes que incluso venían elaborados
desde afuera.
Hoy la
pareja presidencial de Néstor y Cristina, como una parodia
de aquella dramática pareja presidencial de antaño, en el
marco de la actual crisis nacional e internacional parece
estar destinada por la historia para cerrar definitivamente
ese largo ciclo de más de medio siglo de “pejotismo”. La
historia se escribe, primero como tragedia, y después como
farsa.
Carlos Wilkinson
La deuda externa
fraudulenta
Vuelta empezar
El canje de los
Préstamos Garantizados remata
la maniobra de vaciamiento bancario del año 2001.
Mientras algunos
de nuestros naciones hermanas actualmente se animan a
enfrentar y tratar de elucidar la álgida cuestión de las
deudas públicas ilegales e ilegitimas, en nuestro país
nuestro gobierno supuestamente “progre” hace todo lo
contrario.
Frente a un complicado escenario
de vencimientos de la deuda pública, dispuso refinanciar una
parte ínfima de ella, por 15.000 millones de pesos, con el
canje de los Préstamos Garantizados, mediante la emisión de
una nueva deuda en títulos públicos a tasa de interés
flotante, con vencimiento en el 2014.
Esta medida lejos de ser una
solución, es más de lo mismo. O peor aún, una vuelta a
empezar a hundirnos nuevamente en el sistema de la deuda,
del que el país, si realmente desea ser políticamente
soberano, económicamente independiente, y socialmente libre,
está obligado indefectiblemente a salir.
El “sistema de la deuda” se basa
en que ésta, de manera alguna se puede extinguir o cancelar.
Solo se puede “enrrollar para adelante”, como una alfombra
cada vez mas pesada, hasta que se hace imposible de
sobrellevar; y finalmente el sistema estalla para volver a
empezar. Como una servidumbre perpetua de la que está
prohibido escapar.
Cabe aclarar que el hecho que el
actual escenario de vencimientos sea muy complicado, es
directa consecuencia la renegociación que Kirchner y Lavagna
concretaron en el 2005. En ella se cometieron una serie de
inexplicables errores garrafales, que nos dejaron a mitad de
camino y sin resolver genuinamente el tema de la deuda,
cuando era la oportunidad histórica para hacerlo.
N. Kirchner aceptó como válida toda la deuda
heredada, pese que buena parte debería haberse denunciado
como fraudulenta, como hizo recientemente Ecuador. Se
descapitalizó al país pagando deuda cash con reservas,
sin comprometer nuevo financiamiento. Se impuso una quita a
parte de acreedores mientras otra parte salió indemne,
quebrando así la paridad de esfuerzos. Se hizo socios solo
en las buenas a nuestros acreedores, mediante unas absurdas
Unidades Ligadas al PBI, cuyos montos a pagar suben por el
ascensor en forma geométrica, mientras nuestro PBI sube por
la escalera. Lavagna dibujó un plan de sustentabilidad de la
deuda basado ingenua y torpemente en volver en forma
inmediata al “mercado de la deuda”, mientras que al mismo
tiempo se despotricaba duramente contra nuestros acreedores.
Algo tan inconsecuente como ir a pedirle plata por favor al
usurero, después de haberlo denunciado e insultado ante el
pueblo.
Todo esto, sumado a la gravísima crisis
financiera internacional actual, hace que no se pueda
acceder a un nuevo financiamiento. Tal como lo anticipamos
en nuestro trabajo del año 2005
¡Oh Juremos con deuda morir!,
en el que criticamos duramente al arreglo de la deuda de
Kirchner – Lavagna de ese año, y donde pronosticamos un
escenario como el actual para los años 2009 – 2010.
El intocable sarcófago de
la deuda
Y no es que seamos observadores
muy esclarecidos de la realidad, sino que frente a la deuda
parece ser que rápidamente se nublan las mentes y
personalidades políticas más esclarecidas, que por alguna
razón u otra se encuentran cercanas al stablishment
financiero. Ya sea porque hayan fugado divisas, como el caso
de los fondos de Santa Cruz; o porque estén ligadas a
quienes son fugadores profesionales, como los banqueros. Por
esta razón, no es extraño que el gobierno K siempre haya
favorecido a los bancos internacionales y que la principal
oposición nunca diga ni mú respecto a este tema.
Es el caso de la Coalición
Cívica, que -alejándose de sus orígenes fundacionales- se ha
convertido en el partido de los banqueros “progres” de los
Olivera, Prat Gay y Bullrich. Precisamente, esta
permeabilidad de Carrió hacia personeros del stablishment,
fue paralela a su renuncia a la verdad sobre la deuda. Cabe
consignar que esta cuestión de los Prestamos Garantizados,
fue el comienzo de nuestro distanciamiento político de esa
agrupación, de la que fuimos fundadores en su inicio. Allá
en el 2003, pusimos el grito en el cielo, cuando -pese su
origen espurio- el ARI salió a sostener su pago pese a la
declaración de default.
No es casual tampoco que en un
principio hayan salido a apoyar el canje de la deuda de
Kirchner y Lavagna del 2005. La corrupción no solo consiste
en recibir sobornos y metérselos en el bolsillo. Consiste
también en la corrupción intelectual de atenuar o anular el
sentido critico respecto determinados temas, que molestan a
determinados sectores del establishment o geopolíticos (como
Malvinas). La corrupción consiste también en la corrupción
moral y del espíritu de ceder al oropel y los cantos de
sirena, por parte de quienes saben ejercer muy bien un suave
y blando lobby a favor de sus intereses, sin que ello
necesariamente venga acompañado de un sucio sobre.
En consecuencia, pese los
discursos que tanto el oficialismo como la oposición
“oficial” intentan articular, estamos con lo mismo de
siempre en la cuestión de la deuda. Dando vueltas, como una
calesita financiera, de la cual el país no se puede bajar;
condenados como el mito de Sísifo, a permanentemente a la
punta de la montaña la misma pesada piedra financiera, que a
continuación montaña abajo vuelve a rodar.
Porque la deuda pública se puede
criticar -incluso maltratando discursivamente a los
acreedores como el FMI- refinanciar, defaultear y luego
pagar, renegociar, o canjear. Pero en Argentina, cualquiera
sea el color del gobierno, de centro, de derecha, de
izquierda, de arriba, de abajo, para –supuestamente- los
pobres, o contra los pobres, NUNCA SE PUEDE AUDITAR O
INVESTIGAR. Se trata este de un capítulo absolutamente
prohibido para esta democracia incompleta o “renga” que nos
tocó vivir después del Proceso Militar.
Junto con los desaparecidos,
esta es la herencia maldita del Proceso Militar. Y si bien
la lápida de los desaparecidos se procura levantar, el
sarcófago que encierra el secreto de la deuda, NADIE, NADIE,
NADIE; ni el Congreso, ni la Justicia, ni el Poder
Ejecutivo, ni la oposición “oficialista” se animan a tocar.
Como los restos del emperador egipcio Tutankamón, que tanto
deslumbraron a nuestra presidenta, los secretos de la deuda
están preservados bajo seis impenetrables bóvedas. El
secreto financiero, la inopia del Poder Ejecutivo, la
inacción de la Justicia, la defección del Congreso, la
elusión del tema por parte de la oposición, y el
escatimamiento que hacen los medios de comunicación respecto
esta decisiva cuestión.
La negra historia de los
PG en cuatro actos
Por esta razón, pese a los
múltiples intentos realizados ante los tres estamentos del
poder, no hemos podido lograr que se efectuara una auditoria
de la deuda. Pero con enorme esfuerzo la hicimos
personalmente y la publicamos en el año 2003 en el libro “LA
ARGENTINA ROBADA”.
Conforme lo que en el decimos, surge
claramente que los Préstamos Garantizados (PG) que se están
canjeando actualmente, provienen esencialmente del
Megacanje
del 2001, que preanunció la catástrofe de fines de ese año.
Son la zaga espuria de ese famoso canje, por la que están
procesados penalmente sus dos grandes responsables: el ex
ministro de Economía Domingo Cavallo, y el secretario de
Finanzas Daniel Marx (hoy devenido en lobbista de Obama).
Los PG son los hijos putativos
directos de la fabulosa estafa del Megacanje. Pero fueron
además una pieza esencial en la enorme maniobra financiera
que le permitió a los bancos internacionales –los mismos que
hoy se encuentran en la picota pública ante el mundo- salir
indemnes de la crisis argentina del 2001, cuyos efectos los
argentinos todavía estamos pagando.
La impunidad financiera reina en Argentina
desde los tiempos de Martínez de Hoz, pero este caso de los
PG es el colmo del absurdo, al punto de convertirse en un
verdadero latrocinio financiero. Y lo más deplorable de todo
es que esta maniobra se urdió y consumió durante gobiernos
democráticos, en el cual supuestamente funcionan los
organismos de control, y también una “Justicia”
supuestamente independiente. Que ahora aparentemente se
encuentra alumbrada bajo el lema
“Memoria, Verdad, y Justicia” respecto
los derechos humanos. Pero que en relación a los grandes
ilícitos económico financieros y en especial el tema de la
deuda, en la práctica significa todo lo contrario:
“Olvido, Mentira, e Impunidad”.
De esta manera nuestros actuales
gobernantes, pese su aparente “progresismo”, poniendo su
mejor cara de bobos han decidido -como siempre- que el
Estado argentino “bobo” se haga cargo y socialice a libro
cerrado las grandes pérdidas financieras. Y que los bancos
privados y sus socios se lleven las grandes ganancias, que
obviamente, tarde o temprano fugan al exterior.
No hay que ser un “gurú de la City” para
entender la maniobra de “afano y fuga” que urdieron los
bancos a fines del año 2000. Como la crisis argentina era
inminente y previsible – entre otras razones por la propia
usura que los bancos sometieron al Estado nacional, a las
provincias y a los particulares- precavidamente se
prepararon para ponerse a salvo, y perpetraron ese “afano y
fuga” en cuatro actos,
con tres canjes de deuda sucesivos,
que se remataron con la instauración del
“corralito” bancario:
-
Acto Primero:
urdieron un “Blindaje internacional”, simulando que había
“salvataje” para la Argentina, induciendo a desinformados
ahorristas internos a invertir en bonos de deuda soberana
argentina, próxima a caer en default. Con dicho Blindaje
el FMI, el Banco Mundial, y España con su préstamo, se
convirtieron en los grandes financistas de la fuga de
capitales que se estaba por producir, para que los bancos
y empresas extranjeras se pusieran a salvo de la
catástrofe argentina que se avecinaba.
-
Acto segundo:
perpetraron un Megacanje
de bonos para supuestamente aliviar al Estado, cuando en
realidad estafaron al Estado incrementando la deuda
pública en 55.000 millones de dólares (preparándose así
para la futura “quita” de los Kirchners). De esta manera
los bonos que estaban en el exterior ingresaron en los
bancos argentinos, o en las filiales argentinas de los
bancos extranjeros.
-
Acto Tercero:
canjearon las sustanciales reservas con que contaban los
bancos argentinos (RML – Requisitos Mínimos de Liquidez)
por los bonos del Megacanje o por cualquier otro título
público que hubiera a mano. Con este “empapelamiento”
bancario, se llevaron puestas al exterior las cuantiosas
reservas líquidas con que contaba el sistema financiero
argentino, que junto con las de convertibilidad a
principios del 2001 trepaban a los 38.000 millones de
dólares.
-
Acto cuarto:
establecer un “corralito” bancario, porque los bancos ni
el sistema de convertibilidad pueden funcionar sin
reservas. Y simultáneamente efectuaron el
tercer canje
convirtiendo los títulos del Megacanje en “Prestamos
Garantizados” con el ingreso de impuestos, autorizado
por el decreto de Necesidad y Urgencia 1387/01, que a
título de ejemplo lleva la firma de la hoy vocera de la
Coalición Cívica, Patricia Bullrich.
Esta fraudulenta denominación de
Prestamos Garantizados,
violatoria de todas las normas de contabilidad
del Banco Central, cuyos artífices
fueron Cavallo y Marx, junto al asesor de estos, Tomás
Liendo; y se consumó a la vista y paciencia de banqueros
como Blejer, Olivera y Prat Gay, no fue para
nada
ingenua ni casual.
Por un lado con ella se encubrió el
hurto de las reservas de los
bancos, al ocultarse de
esta manera que la fuga de depósitos de los bancos no había
sido solventada en realidad con las reservas del sistema,
que se habían hurtado; sino mediante una feroz recuperación
de préstamos bancarios al sector privado que se practicó a
lo largo del 2001, con la que se colapsó definitivamente la
actividad productiva, precipitando así la crisis de fines de
ese año.
Por otro lado, con estos seudo “Préstamos
Garantizados” con impuestos, se logró evitar que ellos
cayeran en default,
e
ingresaran en la reestructuración de la deuda.
De esta manera los grandes bancos en un alarde defraudatorio
perpetraron una triple estafa. Primero se
quedaron con las reservas que pertenecían a los
ahorristas, sustituyéndolas por títulos públicos.
Seguidamente lograron que esos títulos públicos
no cayeran en default. Y finalmente lograron que
el Estado se hiciera integralmente cargo de los
costos del corralito y la pesificación asimétrica,
que en gran parte eran consecuencias de su accionar. Y si
alguien tiene dudas que los bancos puedan tener esta
capacidad de maniobra, que por favor recuerden la derogación
de la ley de “subversión económica”.
El quinto acto de la
tragedia, el canje actual de los PG
Hoy, a libro cerrado, la presidente Cristina
Kirchner efectúa el Quinto
Acto y el cuarto canje
en esa magna defraudación, pese la existencia de actuaciones
penales abiertas contra esa sucesión de operaciones
estafatorias, incluidas las del Megacanje, la conversión de
la deuda del DNU 1387, y el corralito bancario.
Como resulta ya un clásico en la
historia de la deuda, la presidenta y sus ministros
transformarán la deuda en “Prestamos Garantizados” con los
bancos, de difícil trasmisión que no cotiza en los mercados;
en deuda en títulos públicos libremente transferible, que
cotiza diariamente en los mercados. Una salida similar a la
del Plan Brady de Cavallo de 1992, que transformó los
préstamos que nos habían otorgado los bancos
internacionales, en títulos públicos. Luego de sucesivos
canjes y refinanciaciones, inspirados en la típica modalidad
de la dirigencia argentina de “patear para adelante”, esos
títulos se transformaron en el “festival de títulos
públicos”, o bola de nieve financiera que aplastó al país en
el 2001.
Manteniéndose fiel a la tradición argentina
de beneficiar con cada canje cada vez más a los acreedores
–la forma en que se arman las bolas de nieve financieras-
con este canje se cambia el índice de ajuste del CER, con el
cual el INDEC de Moreno estafó y estafa a los desempleados,
asalariados, jubilados y tenedores de bonos de
indemnizaciones (entre ellos las víctimas de los bancos y la
dictadura militar) por la
tasa flotante de interés
correspondiente a los depósitos en bancos privados (BADLAR)
mas un adicional, la misma que ha hecho actualmente
impagables las deudas hipotecarias de los pequeños deudores.
De esta manera los banqueros de
la City escapan limpiamente del “default técnico” que
denunciaran con el absurdo manoseo del CER por parte de
Moreno en el INDEC, sin que cese para nada esta gravísima
mentira oficial, que perjudica a vastos sectores de la
sociedad. Los privilegiados financistas no solo quedarán
exentos de impuestos, sino también de las penurias del CER.
CER o no CER, esta es una de las cuestiones que subyace en
el canje de los PG.
Pero este cambio no solo supone
una sustancial mejora en el pago de los intereses, que
prácticamente se duplicarán del 11 % efectivo anual (CER mas
4 %), a mas del 20 % anual (BADLAR mas 2,75 % anual). Supone
además, gracias a los artilugios de la matemática
financiera, una sustancial mejora en el flujo de pagos a
favor de los bancos y en contra del Estado. Porque en cada
servicio de intereses los intereses “reales” ( 4 % anual”)
no se pagarán sobre el capital reajustado con el CER (7,2 %
anual), cuyo reajuste se cancela al final; sino que en cada
servicio se pagaran los intereses nominales (18 al 24 %)
anual, sobre el capital nominal que se cancelará al final.
Esto se ve agravado porque los
servicios de intereses pasarán a ser trimestrales en vez de
semestrales, lo que aumenta aun más la tasa efectiva de
interés. Este cambio de la tasa de interés y de la modalidad
de cálculo resulta particularmente ruinoso, porque en la
práctica significa pasar de una deuda indexada, con bajo
servicios de intereses; a una deuda tipo Circular 1050,
destructora de deudores.
Si la tasa BADLAR llegara al 20 % anual,
nivel que incluso superó recientemente, esto reportará un
mayor pago a favor de los bancos de mas de
13.000 mil millones de pesos,
casi equivalente al capital nominal de los PG rescatados ($
15.000 millones); a cambio de extender el plazo medio de
pago previsto para los PG con vencimiento entre 2009 y 2011,
poco mas de dos años. Este costo de refinanciación por tan
exiguo plazo, hace que la tasa de refinanciación efectiva,
calculada sobre el plazo de refinanciación efectivo, sea
leonina, usuraria, y lesiva para los intereses del país, al
trepar al 30 % anual con los niveles de la BADLAR actual.
Se trata de una tasa de interés
impagable para el más modesto de los deudores hipotecarios,
con mayor razón para un país. Incongruentemente, por un lado
el Estado financia los canjes de electrodomésticos con los
fondos de los jubilados de la ANSES, con una tasa del 11 %
anual, por importes de unos cientos de millones de pesos. Y
al mismo tiempo se compromete a pagar el doble de interés a
los banqueros, por montos por decenas de miles de millones
de pesos. Es evidente que si la tasa BADLAR es presuntamente
justa y equitativa para los banqueros, los grandes
perjudicados -como siempre- serán los jubilados. Y si la
tasa es justa y equitativa para los jubilados, el país –como
siempre, incluidos los jubilados- está siendo esquilmado.
Proporcionalmente, los
resultados de este canje supuestamente “voluntario”, son
peores aún que los del famoso Megacanje. Ambos están
inspirados en la misma lógica irresponsable, posibilista e
inmediatista, de que es la “única solución” atento las
circunstancias internas y externas que vive el país. Y que
la cuestión es “patear para adelante la latita”; y el que
venga después que Dios o el diablo lo ayude. Y si es
contreras y le va mal, tanto mejor; aunque muchas veces
sucede que uno tenga que beberse su propio brebaje, como le
está pasando actualmente al gobierno de los Kirchners.
Cabe apuntar que ese artilugio
de la tasa flotante fue el que dio origen a la impagable
deuda externa fraudulenta que agobia a Argentina y otros
países periféricos. Préstamos tomados a tasa flotante al 6 %
anual con la banca internacional en la década del `70,
terminaron pagando intereses superiores al 20 % anual,
generándose así la bola de nieve financiera que aplastó al
país en 1982, 1989, 1991, y ahora vuelta a empezar.
Dorando la píldora de la
operación, se dispuso que la tasa de canje de los PG sea del
98 %, simulando así una quita simbólica del capital nominal
del 2 %, que será compensada largamente con los flujos
reales de pagos al que se obliga el fisco. Para un banquero
resulta más beneficioso un aumento del interés, aun a costa
de la disminución de capital, porque el interés se paga
antes y periódicamente, en sucesivas veces, mientras que el
capital se paga generalmente al final, en este caso en el
2014.
El gobierno se jacta además como si fuera una
novedad, de la ausencia comisiones, cuando tampoco la hubo
cuando se crearon los estafatorios PG, con los que se
birlaron las reservas de los bancos, dispuestos en la misma
fecha en que se instauró el inolvidable “corralito”
bancario. También se jacta de haber logrado un acogimiento
del 97 % (pretendiendo llegar ahora hasta un 100 %); cifras
parecidas de las que se jactaba Cavallo… o el dictador
africano Mobutu cuando ganaba todas las elecciones, sin
advertir que la cuantía de la cifra, como se explica mas
adelante, indica la
anormalidad, no la normalidad del proceso.
Por esta razón la City
financiera sonríe, brinda y festeja, contabilizando
fructuosas ganancias futuras con esta reapertura del
“festival de los bonos”, denominación con la que en 1987 el
entonces secretario de Industria Roberto Lavagna, preanunció
la crisis y el ocaso del gobierno de Alfonsin. Mientras
tanto el sector productivo cruje y se queja, repitiéndose
así indefinidamente el mal financiero que aqueja a
Argentina.
Politica & Finanzas &
Negocios
Como si esas prebendas
financieras no fueran suficientes, el flamante titular de la
AFIP Ricardo Echegaray se despachó prestamente a favor de
los banqueros, eximiéndolos del impuesto a las ganancias que
deberían oblar como consecuencia de la curiosa forma de
contabilización de los Préstamos Garantizados que
dispusieron Liendo y Cavallo, a los efectos de disimular la
maniobra de vaciamiento de los bancos, y que tampoco pagaran
ganancias. Los eximió por un importe que trepaba según
trascendidos a los mil millones de pesos, en el mejor de los
casos los difirió para que lo paguen recién dentro de cinco
años, en el 2014.
Estas cifras y plazos suenan mas
que generosos, si se los compara con el diferimento por un
año por un monto del orden de los doscientos millones de
pesos, que se dispuso a favor de los productores
agropecuarios -que son el motor de la economía argentina-
con motivo del dictado de la emergencia agropecuaria por la
feroz sequía que asola al país, la peor en cincuenta años.
De tal manera el lema bobo del
gobierno, que está “para solucionarle los problemas a la
gente” (como si esto se pudiera hacer sin solucionar los
problemas fundamentales del país) parece tener como
preeminencia el de solucionarle los problemas a los
empresarios amigos y los banqueros.
En este sentido es elocuente la
reciente trayectoria de Echegaray, en el agitado año 2008.
Simultáneo con el conflicto por el campo por la Resolución
125, Echegaray pasó de la Aduana a la ONCCA. Precavidamente
se llevó bajo el brazo el control de las Declaraciones
Juradas de Venta al Exterior (DJVE) de las exportadoras de
granos. Estas casualmente estaban haciendo la ganancia de su
vida, al comprar la soja al productor con la aplicación de
las retenciones móviles de la resolución 125, para venderlas
al exterior con las anteriores retenciones congeladas un año
atrás, en momentos en que esa oleaginosa alcanzaba el record
de cotización en su historia.
Posteriormente el áspero
desarrollo del conflicto con el campo y la denuncia que
efectuáramos ante la Justicia penal y ante el Congreso,
planteando la sospecha de que la Resolución 125 no había
sido dictada para allegar dineros al fisco y favorecer a los
mas pobres, sino para que las exportadoras de granos
pudieran concretar ese fabuloso negocio, obligó al gobierno
y a Echegaray a sincerar la situación. En consecuencia
conminó a las exportadoras a devolver los más de 2.000
millones de dólares que se habían quedado con ese juego
especulativo de retener las retenciones, en perjuicio de los
productores y/o el fisco. Devolución que lógicamente esas
poderosas encartadas eludieron, con dilatorios
planteamientos administrativos y ante la Justicia.
Pero seguidamente el mismo
gobierno como la caballería de las películas del Oeste,
pareció venir raudamente en auxilio de las exportadoras de
granos, al disponer intempestivamente una improvisada
moratoria y blanqueo de capitales, que les permitiría
devolver pesificados, en diez años, con mínimos intereses
del 7 % anual (muy lejos de los reconocidos con el canje de
los PG), los dólares que habían birlado a los productores
y/o el fisco. Y además les permitirá blanquear con una
mínima tasa impositiva las divisas “en negro” depositadas en
el exterior, resultantes de la diferencia del precio de
venta declarado ante la Aduana, y el realmente vendido al
exterior.
Inmediatamente después de
sancionarse esa ley, Echegaray abandonó la ONCAA y fue
designado como titular de la AFIP. Además de llevarse
nuevamente las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior
bajo el brazo, es así el encargado de confeccionar la
reglamentación de dicha ley, para que los “amigos”
exportadores de granos encabezados por el senador
kirchnerista Urquía, y otros dilectos amigos del gobierno
encuadren perfectamente en ella.
Una de las primeras medidas de
Echegaray fue la de poner a funcionarios de su muy estrecha
confianza al frente de la sección de informática y
compilación de datos de la AFIP. Con el evidente objeto de
preservar a toda costa el secreto fiscal, en resguardo del
blanqueo por venir. Así tanto el secreto fiscal, como el
secreto financiero y el secreto aduanero, se han convertido
en el principal resguardo de la delincuencia de guante
blanco que desde el Proceso Militar asola al país.
El resultado concreto de esta
“articulación”
(como gusta denominar el gobierno) entre el Estado y los
privados, será que los importes de la moratoria por la que
los exportadores de granos devolverán al fisco los dineros
mal habidos con la famosa resolución 125, serán aportados a
los largo de diez años… por los productores agropecuarios.
Lo harán mediante un módico aumento en sus márgenes de
comercialización por parte de esos exportadores, en un
mercado que funciona como un desembozado monosopnio u
oligosopnio (uno o pocos compradores puestos de acuerdo,
frente a múltiples y atomizados vendedores) a la vista y
paciencia y con la complicidad del gobierno. A su vez la
sospechosamente demorada labor de la comisión investigadora
creada en el Congreso al respecto, se tornaría en una
cuestión enteramente abstracta.
Se cumplirá así nuevamente el
viejo dicho, que el “vivo vive del sonso, y el sonso de su
trabajo”. Máxime si el vivo opera “articulado” con el
Estado, y el “sonso” está peleado con él. Y con respecto a
los PG el gobierno también hará honor al viejo dicho del
medioevo, que desde el Proceso Militar parecen honrar todos
los gobiernos democráticos que vinieron después: “de enero a
enero todo el año es del banquero”.
El fraude de los PG con
la fuga de sus garantías igual que los fondos de Santa Cruz
Además de las graves anomalías
expuestas, propias del “sistema de la deuda”, la operación
de canje de los PG esconde un grave engaño, tanto por parte
del gobierno como de los banqueros. El primero se jacta de
haber logrado una adhesión del 97 % por parte de los
segundos, anunciando que va a intentar llegar al 100 %. Pero
ambos ocultan prolijamente, que tanto el gobierno como los
banqueros, en disimulada complicidad, están obligados a
renovar el vencimiento de los PG.
Esto sucede por un lado, porque el gobierno
carece de fondos para pagar los PG. Y por el otro porque los
banqueros están imposibilitados de recibir el pago para
extinguir esa deuda. ¿Por
qué? Porque las garantías de la misma,
consistente esencialmente en los bonos emitidos con el
Megacanje, no obran en poder del fideicomisario
(la Caja de Valores)
que debe restituirlos al Tesoro Nacional, una vez que este
cancele los PG.
Misteriosamente, dichas
garantías, consistentes en los mismos títulos canjeados por
los PG, que conforme los artilugios financieros de Cavallo y
Liendo deberían estar depositados en la Caja de Valores, se
fugaron del país, igual que los famosos fondos de Santa
Cruz, y aparecieron depositadas en Nueva York. La Caja de
Valores, una vez cumplida la condición de fideicomiso de
pago de los PG, está obligada a entregar esos títulos viejos
al Tesoro para su extinción.
Pero esta obligación no la puede
cumplir, porque los títulos que indebidamente aparecieron en
Nueva York, fueron embargados por el juez norteamericano
Griesa, a pedido de los fondos buitres y tenedores de los
títulos argentinos impagos (holds out) que no entraron en el
canje de deuda de Kirchner y Lavagna. Por esta razón esas
garantías no se pueden devolver contra el pago de los PG; y
menos aun extinguir.
¿Cómo se llegó a esto?
Una versión, sostenida por los abogados de los holds out,
dice que el gobierno infló los resultados del canje del año
2005, con los títulos que estaban depositados en garantía en
la Caja de Valores, pero que no iban a ingresar a él. De
esta manera, con una mentira de mayor tamaño aún que las del
INDEC, el gobierno habría logrado que la adhesión a ese
canje llegara al 75 %, cuando en realidad solo habría sido
del 55 %, cambiando así notablemente en términos
cuantitativos y cualitativos los resultados del mismo.
Sea verdad o no esta
explicación, lo cierto es que tanto el gobierno, como los
bancos, como la Caja de Valores, se niegan a dar una
explicación plausible de porqué esas garantías estaban en
Nueva York, a tiro de los acreedores. Evidentemente, en lo
que va desde el 2001 al 2007, desde Cavallo a los Kirchner,
alguien cometió una alta traición financiera contra los
intereses del país, que tanto el gobierno como los bancos
con el canje de los PG procuran disimular.
Para tratar de salir de este
enorme embrollo, junto con el canje de los PG, también se
habla de reabrir el canje con los holds out, que
supuestamente está prohibido por ley. El jefe de Gabinete
Massa afirmo sugestivamente que ambas cosas, enteramente
desconectadas entre si, son parte de un mismo “paquete”. Si
fuera sincero, debería haber dicho de que son parte de un
mismo balurdo o un mismo embrollo, generado por una
administración embrollona, que parece tener como principal
guía de sus acciones, el embrollar aun mas las cosas, al no
animarse -o no poder- darles una genuina solución.
No es casual que para la
reapertura del canje del 2005, se haya designado nada menos
que al Citibank, el Deutsche y el Barclays. Los mismos que
intervinieron en el famoso Megacanje y en la conversión de
deuda en PG en el 2001, y fueron los líderes del vaciamiento
de las reservas financieras del país en ese año.
Por esta razón, para evitar que
la liebre salte por ningún lado, se trata de llegar a una
aceptación del 100 % en el actual canje de los PG, dándose
diez días mas para ello, según se anunció oficialmente. A la
par se anuncia la apertura de un nuevo canje para los
restantes PG, por otros 15 mil millones de pesos,
correspondiente a otros títulos del megacanje de mayor plazo
y en poder de la banca extranjera, para el que se insinúa
incluso que habría incentivos en efectivo para suscitar la
adhesión de esta. Este inusitado interés en renovar de
cualquier manera los PG manteniendo sus garantías
colaterales a favor de los acreedores, con un altísimo costo
para el país a cambio de un leve respiro inicial, evidencia
que hay algo podrido, no en Dinamarca, sino con los PG.
El NO CANJE, el mejor de
los canjes para el país
Con el canje de los PG el
gobierno está incurriendo en un acto opaco e irracional,
lindante con el delito y la estupidez, que la Justicia
debería investigar. Porque además de pagar una deuda
fraudulenta proveniente del vaciamiento bancario del año
2001, como todo el que paga mal, puede pagar dos veces una
misma deuda fraudulenta, lo que sería el peor de los
fraudes.
A la luz de las mencionadas actuaciones
judiciales existentes en el país, y el problema del embargo
de los garantías colaterales por parte del juez Griesa, lo
menos que haría un gobierno honesto y sensato que no tiene
nada que esconder, es
suspender totalmente el pago del capital de los PG,
para continuar pagando en todo caso solo los intereses de
ellos, conforme las modalidades originalmente pactadas,
hasta que se expida la Justicia. Así paradojalmente, el
mejor de los canjes posibles para el país, en todo sentido,
sería el de NO EFECTUAR NINGUN CANJE, hasta que los
acreedores estén en condiciones de restituir las garantías
colaterales de los PG, y hasta tanto las Justicia agote
enteramente la investigación de los hechos acaecidos a lo
largo del resonante año 2001.
Este NO CANJE sería el mejor de
los canjes, porque reportaría un verdadero alivio a las
arcas del gobierno, y preservaría además los títulos en
manos de sus titulares de origen, sin permitirles diluir su
responsabilidad mediante la tercerización de la deuda. Pero
claro, canje quiere decir cambio, y para ello el gobierno
debería “canjear” enteramente su conducta de opacidad y no
investigación respecto la cuestión de la deuda. Y aceptar
que para ella también es indispensable que rija la Memoria,
la Verdad, y la Justicia.
Los beneficiarios de las
maniobras
La insignes integrantes de la
City financiera beneficiados con estas maniobras tienen
nombre y apellido: son los bancos intervinientes en el
Megacanje y a la vez tenedores de los PG. Entre estos
descuellan el Citibank, Boston, BBVA, Galicia, HSBC, Río, y
el extinguido BGN de los hermanos Rohm, procesados por el
vaciamiento de este banco. Estos hechos están siendo
investigados judicialmente, y deberían ventilarse en el
juicio oral contra Cavallo y Marx por el Megacanje, que
debería tener lugar este año.
Alguno de estos bancos
internacionales (visualizados ahora como “delincuentes
financieros internacionales”, ya que sus estafas hoy asolan
al mundo) ya ni siquiera están en la Argentina, pero
permanece otros socios menores de estas fraudulentas
maniobras. Bancos nacionales como el Credicoop o el Macro,
en cantidades menores pero importantes son poseedores de PG,
y fueron “socios” pasivos o indirectos de esa magna maniobra
de vaciamiento financiero del 2001. Tal vez por esto sus
dirigentes son parte de un permanente canje de favores
políticos.
Nuestra presidenta da lecciones
de economía ética a todo el mundo, pero se olvida de empezar
por casa. De esta forma está a punto de entrar por la puerta
amplia, en la amplia historia de los amplios fraudes y
engaños, cometidos en relación con la deuda pública.
Javier
Llorens
En tanto que se
cree en Dios, es plausible hacer el Bien PARA ser moral. La
moralidad se convierte en un cierto modo de ser ontológico e
incluso metafísico que nos es posible alcanzar. Y como se
trata de ser moral a los ojos de Dios, para alabarle, para
ayudarle en su creación, la subordinación del hacer al ser
es legítima. Pues, practicando la caridad no servimos más
que a los hombres, pero, siendo caritativo, servimos a Dios.
(…) Es legítimo ser el más bello, el mejor posible. El
egoísmo del Santo está justificado. Pero que muera Dios, y
el Santo no será más que un egoísta: ¿a qué sirve que tenga
el alma bella, que sea bello, sino a sí mismo? A partir de
este momento, la máxima “actúa moralmente para ser moral”
está envenenada. Lo mismo que “actúa moralmente por actuar
moralmente”. Es preciso que la moralidad se supere hacia un
objetivo que no sea ella misma. Dar de beber al sediento no
por dar de beber, ni para ser bueno, sino para suprimir la
sed. (…) [La moralidad] debe ser elección del mundo, no de
sí.
Jean
Paul Sartre
1
Nota aclaratoria.
Este
artículo es la trascripción de una ponencia que pronuncié el
25 de julio de 2006 en uno de los Cursos de Verano de El
Escorial (”Occidente: Razón y Mal”) organizado por la
Universidad Complutense de Madrid y patrocinado por la
Fundación del BBVA. Estaba previsto publicar las ponencias
del curso en un libro financiado por esta Fundación. Durante
ya casi dos años mostraron todo tipo de reticencias para la
publicación de mi artículo, alegando que no se trataba de
censura ideológica, pues mi intervención había carecido de
“rigor académico y de seriedad científica”. Para no
perjudicar a los otros autores que participaban en el libro,
accedí varias veces a practicar la autocensura, limando
expresiones coloquiales y suavizando el tono en la versión
escrita de mi ponencia. Pero finalmente, han dejado claro
que el libro no saldría si yo no retiraba mi contribución.
Hacía año y medio que estaba deseando quedar liberado de mi
compromiso, de modo que me alegro de poder publicar por fin
este texto por otras vías. Lo grave no es el tiempo que se
me ha hecho perder (desdichadamente el tema está lejos de
quedarse anticuado). Lo grave es que esta anécdota es un
síntoma fatal que anuncia un futuro muy nefasto para el
mundo académico y la Universidad pública. El proceso de
Convergencia Europea en Educación Superior, lo que se llama
el “proceso de Bolonia”, se articula sobre la subordinación
de toda financiación pública a la previa obtención de una
financiación privada. Así, en lugar de financiar el mundo
académico con criterios científicos, independientemente de
la autoridad del mercado, se financia con dinero público tan
sólo aquellos proyectos que interesan al mundo empresarial.
Somos muchos los que llevamos advirtiendo que esta
mercantilización de la Academia supone el colapso de la
Universidad pública a medio plazo. Mi “competencia
científica” y mi “rigor académico”, por ejemplo, tendrían
que haber sido juzgados exclusivamente por los organizadores
académicos del Curso (o por los miembros del tribunal de
oposiciones con el que gané en su día la libertad de cátedra
en tanto que profesor Titular de la UCM). Repugna a la idea
misma de Academia que una institución privada, un Banco,
tenga algo que opinar al respecto. Sin embargo, esta es la
situación que se está generalizando con el proceso de
Bolonia: la financiación privada tendrá en adelante la
última palabra en el mundo académico, condicionará los
planes de estudios, los proyectos de investigación, la
distribución de departamentos, facultades y escuelas. La
Convergencia Europea es el equivalente de una reconversión
industrial en la Universidad. Es difícil entender cómo puede
haber quien no lo vea claro2.
Para
ilustrar la anécdota con la Fundación del BBVA, he preferido
dejar el texto lo más parecido posible a la versión original
del evento, respetando el estilo oral de la intervención.
Ponencia:
Nuestro tema es “Occidente: Razón y Mal. El mal en la
política”. Hay que comenzar constatando una desorientación
moral muy profunda. Esto es algo que podemos apreciar
fácilmente con tan solo que pensemos en lo que a mí me
parece un misterio insondable. Diez millones de votantes del
PP apoyaron la invasión de Iraq argumentando que Sadam
Hussein disponía de armas de destrucción masiva. El
misterio, lo que a mí me parece el enigma moral más profundo
de lo que llevamos de siglo, es que ahora que se sabe que
jamás hubo en Iraq armas de destrucción masiva, y ahora que,
además, se sabe que siempre se supo que no las había
(ahora que se sabe que Bush, Blair y Aznar mintieron)
de todos modos, esos diez millones de votantes van a seguir
votando al PP (y muchos más millones a Blair y Bush). Se
trata, como digo, de un misterio insondable que, por cierto,
nosotros tenemos la obligación de abordar, pues para eso nos
pagan a los profesores, investigadores, becarios y
catedráticos de ética. Nuestra obligación, si es que
queremos cumplir con nuestra profesión, es abordar la
cuestión de qué ha ocurrido con la consistencia moral
contemporánea para que ocurran esas cosas tan extrañas. Yo
diría que todos deberíamos estar escribiendo un libro que,
por cierto, ya ha escrito Fernando Savater: Los diez
mandamientos en el siglo XXI. Lo que pasa es que ese
libro es malo, pero malo con ganas. Pero su título es de lo
más oportuno: tiene que haber algo muy mal planteado en la
manera en que entendemos los mandamientos para que nuestra
conciencia moral haya enfermado hasta los límites nihilistas
que traspasan todos los días nuestros medios de
comunicación. El delirio moral en el que estamos sumidos es
sólo comparable al descalabro que causó la Iglesia católica
durante el franquismo en la conciencia de los españoles.
Cuando yo era pequeño, era pecado ver Lo que el viento
se llevó, y los adolescentes, según los padres de la
iglesia, iban al infierno por masturbarse. Sólo una secta de
psicópatas puede perder hasta ese punto el sentido de las
proporciones, pues en esa misma época se consideraba cosa
discutible si también deberían ir al infierno los policías
de la dictadura argentina que (en el cumplimiento de su
deber) violaban, torturaban y desaparecían a no pocos de
esos adolescentes abocados a las llamas del infierno. Para
ser realistas, hay que decir que la Iglesia no ha recuperado
demasiado el sentido de las proporciones. Aplicando sus
peculiares parámetros, el papa Woytila, al que ahora quieren
canonizar, le daba la comunión a Pinochet y medio
excomulgaba a los teólogos de la liberación, dejándoles con
el culo al aire en una situación en la que muchos de ellos
no tardarían en ser asesinados. Tan sabia decisión se tomó
por consejo del cardenal Ratzinger, nuestro papa actual3.
Ahora bien, no cabe duda de que el papel de los medios de
comunicación respecto del nihilismo contemporáneo es mucho
más importante que el de la Iglesia. Los periodistas y los
intelectuales mediáticos son los nuevos sacerdotes y obispos
de este mundo secularizado en el que se ha vuelto imposible
distinguir el bien del mal. Y algo de responsabilidad
tendremos también en el mundo académico.
Probablemente, como consecuencia del bloqueo a Iraq a partir
de la primera guerra del golfo, murieron un millón y medio
de personas inocentes. Cerca de un millón más han muerto a
causa de la guerra y de la destrucción de infraestructuras.
El país está sumido en una guerra civil y sembrado de uranio
empobrecido. En Iraq las embarazadas ya no preguntan al
médico si es niño o niña, sino si viene o no con
malformaciones. La gravedad de todo esto sólo es equiparable
a la gravedad de que todo esto esté ocurriendo mientras
conservamos nuestra tranquilidad de conciencia.
Probablemente el nihilismo nunca había llegado tan lejos
entre nosotros ni había gozado de tanta impunidad. Ni
siquiera en esa situación tan vehementemente denunciada por
Hannah Arendt, lo que ella llamó “el colapso moral de la
población alemana”, una población que más o menos sabía y no
quería saber que sabía de la existencia de Auschwitz y que
con su indiferencia y su banalidad se hizo cómplice del
holocausto. Los campos de concentración sobre los que se
levanta nuestra tranquilidad de conciencia europea son
demasiado grandes para rodearlos con alambradas. Nos sale
mucho más rentable rodearnos nosotros mismos de alambradas:
encerrarnos en una fortaleza inexpugnable, materializar con
púas y cuchillas la “solución final” de nuestras leyes de
extranjería, y dejar que la economía internacional se
encargue por sí sola de perpetrar el exterminio. No es sólo
que esto salga mucho más barato. Es que sale muy rentable,
tan rentable que sus efectos superan con mucho la audacia de
los surrealistas. La realidad se ha convertido en un chiste,
en una broma de mal gusto. Según el último informe de
Naciones Unidas, por ejemplo, resulta que el 1 % de la
población adulta del planeta acapara el 40 % de la riqueza
mundial, mientras que en el otro extremo el 50 % de la
población apenas cuenta con el 1 % de la riqueza. Cuando
lees estos datos piensas que están equivocados. Claro que,
según un cálculo elemental, para que una de las 2500
millones de personas que subsisten al día con 2 dólares
diarios, llegara a amasar, con el sudor de su frente, una
fortuna como la de Bill Gates, tendría que estar trabajando
(ahorrando todo lo que ganara) 68 millones de años. Otro
chiste: por un anuncio de zapatillas deportivas Nike,
Michael Jordan cobró más dinero del que se había empleado en
todo el complejo industrial del sureste asiático que las
fabricaba. Por supuesto que para que un absurdo tan abyecto
se encarne en la cruda realidad de cada día hace falta
administrar mucha violencia, cortar el planeta con muchas
alambradas, deslocalizar poblaciones, descoyuntar, en
definitiva, el cuerpo entero de la humanidad.
Es
muy sintomático que Hannah Arendt esté hoy día tan de moda.
Los estantes de las librerías están repletos de libros de
Arendt, se cita a Arendt en el Parlamento, tenemos a Arendt
hasta en la sopa. A todo el mundo le resulta interesantísimo
que un pueblo entero, el pueblo alemán, colapsara moralmente
en los años treinta del pasado siglo XX. En cambio, se lee
muy poco (de hecho, ni siquiera se le traduce demasiado) a
Günther Anders, quien fuera, por cierto, su marido. Anders
se ocupó más bien de denunciar la continuidad de
ese colapso moral entre nosotros, en la conciencia
occidental en general. Lo que le preocupaba era que nos
habíamos vuelto analfabetos emocionales y que eso nos
abocaba a una abismo moral en el que todos nos hacíamos
cómplices de un holocausto cotidiano e ininterrumpido. A
mediados de los ochenta, Anders renegó del pacifismo en el
que había militado toda su vida de forma tan activa y
argumentó que la única solución era la violencia. “Hemos
hecho todo lo posible por convencer al mundo y está claro
que no vale de nada”. “El mundo no está amenazado por seres
que quieren matar sino por aquellos que a pesar de conocer
los riesgos sólo piensan técnica, económica y
comercialmente”. La economía capitalista ha llevado el
planeta a un callejón sin salida4.
La situación es tan grave que, hoy día –plantea Anders- el
recurso a la violencia por parte de los movimientos
antisistema debe considerarse, sin más, legítima defensa.
Estamos amenazados, la población mundial está amenazada de
muerte, por vulgares hombres de negocios con aspecto
inofensivo. “Considero ineludible que nosotros, a todos
aquellos que tienen el poder y nos amenazan, los asustemos.
No hay que vacilar en eliminar a aquellos seres que por
escasa imaginación o por estupidez emocional no se detienen
ante la mutilación de la vida y la muerte de la humanidad”.
Estas citas están sacadas de un libro titulado Llámese
cobardía a esta esperanza, que publicó una editorial
marginal5
que, por supuesto, no ha gozado de la fortuna comercial de
los editores de Hannah Arendt.
Günther Anders explica el insólito fenómeno de la
tranquilidad de conciencia contemporánea aludiendo a lo que
el llama “el desnivel prometeico”6.
Es la idea de que, actualmente, somos capaces técnicamente
de producir efectos desmesurados con acciones
insignificantes. Aprietas un botón y una bomba cae sobre
Hiroshima y mata a 200.000 personas. La desproporción entre
la acción y sus efectos es tan grande que la imaginación se
desorienta. Es imposible, por otra parte, vivir
emocionalmente la muerte de 200.000 personas. Los seres
humanos estamos hechos para sentir la muerte de un ser
querido, incluso de bastantes seres queridos y no queridos.
Pero el número 200.000 no nos dice nada emocionalmente.
Hannah Arendt contaba que, durante su juicio en Jerusalén,
el genocida Eichmann explicaba con naturalidad que su
trabajo consistía en aligerar el ritmo de la cadena de
exterminio de judíos. Así pues, desde su punto de vista, era
un éxito laboral el que, gracias a ciertas mejoras técnicas
en la rutina del exterminio, se lograra eliminar 25.000
personas al mes, en lugar de 20.000. Ahora bien, en una
ocasión en que unos testigos le acusaron de haber
estrangulado a un muchacho judío con sus propias manos,
Eichmann perdió los estribos y se puso a gritar desesperado
que eso era mentira, “que él nunca había matado a nadie“.
Estrangular a una persona es insoportable para una
conciencia moral normal, administrar la muerte de un millón
de personas es pura rutina.
Pero el
problema es que siempre estamos ya, lo queramos o no,
apretando esos botones que producen efectos demasiado
grandes para nuestra capacidad de imaginar y de sentir.
Susan George comparaba a los ejecutivos que teclean
pacíficamente en su ordenador del Fondo Monetario
Internacional con los pilotos de un B-52 que aprietan los
botones de un tablón de mandos para dejar caer toneladas de
bombas sobre una población civil. Probablemente los pilotos
no pueden representarse fácilmente el desajuste que hay
entre la insignificancia de su gesto sobre el tablero y la
desmesura de sus efectos, ahí abajo, sobre la ciudad
bombardeada. Con mucha menos razón, el ejército de
ejecutivos que deciden sobre las medidas económicas que se
aplican a lo largo y ancho del planeta (y el ejército de
periodistas e intelectuales que les hacen el juego), no
están en condiciones de hacerse cargo moralmente de este
“desnivel prometeico” entre “su trabajo”, rutinario y
pacífico, y el océano de miseria y de dolor sobre el que
están produciendo sus efectos.
Anders
responsabiliza a la complejidad de la técnica y la industria
de este “desnivel prometeico”. Yo diría que no se trata
tanto de una cuestión de complejidad técnica como de una
cuestión de complejidad estructural. Sea como sea, su
intuición es acertada. Cuando la voluntad está separada de
sus efectos por una complejidad muy grande, la voz de la
moral se desconcierta por entero. En general vivimos en un
mundo tan complejo desde un punto de vista técnico y
estructural que todas nuestras acciones, incluso las más
aparentemente insignificantes, tienen unos efectos
colaterales imprevisibles. Dicho brevemente: estamos sumidos
en una situación en la que no hay manera de saber lo que
estás haciendo cuando haces lo que haces. Por supuesto,
en estas condiciones, la voz de la moral no sabe a qué
atenerse. Es demasiado complejo distinguir entre el bien y
el mal.
Voy
a poner un ejemplo. Tengo aquí unas páginas de
El País7.
Son del 2 de septiembre de 2001, publicadas a todo color en
la sección de los domingos. La gente debió de leerlas
mientras lavaba su coche o desayunaba con su familia, a la
salida de misa o durante una comida campestre. Quizás
sintieron que su conciencia caía en un abismo ético… o
quizás no sintieron nada. No se trataba de un panfleto de
extrema izquierda, de esos que se leen con escepticismo. Era
El País, un reportaje sobre la guerra del Congo,
por cierto que muy bueno, de esos que se cuelan de vez en
cuando en los medios. El titular de la noticia decía: “Según
Naciones Unidas, el tráfico ilegal de coltan es una de las
razones de una guerra que, desde 1997, ha matado a un millón
de personas”. En las minas de coltan en la República
Democrática del Congo, se nos decía, trabajan niños
esclavos. Los ejércitos de Ruanda y Uganda se disputan el
tráfico de este mineral sumiendo el país en una guerra civil
en la que nadie quiere pensar. El caso es que este mineral
es vital para el desarrollo de la telefonía móvil y de las
nuevas tecnologías. Por ejemplo, la escasez de este mineral
había provocado otro efecto dramático: la videoconsola Play
Station 2 tuvo que posponer su lanzamiento al mercado,
provocando grandes pérdidas de beneficios a la casa Sony.
Mirado
fríamente, es insólito que eso salga un día en El País
y al día siguiente todo siga igual. Es incluso enigmático.
El otro día decían (también en El País) que los
muertos de la guerra del Congo se calculan ya en cuatro
millones. Mientras tanto, la videoconsola Play Station 2 ya
se quedó anticuada y los móviles siguieron desarrollándose
vertiginosamente desde ese domingo en que salió la noticia.
No
es fácil saber hasta qué punto tenemos las manos manchadas
de sangre cada vez que llamamos por el móvil o que nuestro
hijo juega a la videoconsola. Sin duda que estamos metidos
hasta las cejas en el entramado estructural que genera esas
guerras. Sin embargo, llamar por el móvil es llamar por el
móvil, no matar a nadie. Y por supuesto, dejar de llamar por
el móvil tampoco va a salvar la vida a nadie. El móvil, bien
mirado, es un invento magnífico ¿quién puede negarlo? Si
cuando llamo por el móvil estoy teniendo una oscura e
imprevisible relación intangible con no sé qué conflicto
sangriento de África, la culpa, desde luego, no la tiene el
móvil, ni yo por utilizarlo. No podemos evitar ser piezas de
un engranaje muy complejo, en el que todo está ligado entre
sí por caminos imprevisibles que nadie ha decidido. Esta
complejidad, es cierto, hace que, como decía Günther Anders,
nunca podamos estar seguros de lo que estamos haciendo
cuando hacemos lo que hacemos. Nunca podemos estar seguros
de los efectos indirectos de nuestra acción directa, como
dice Franz J. Hinkelammert8.
El
problema es que cuando el mundo alcanza un determinado nivel
de complejidad, la máxima de no violar los mandamientos se
convierte en una receta envenenada. La propia moralidad se
transforma en la gran coartada de un mundo criminal. Todo el
mundo llama por el móvil y todo el mundo revienta en el
Congo sin que nadie viole los mandamientos. Nadie
tiene la culpa de que el mundo se haya convertido en algo
tan complejo. En esta complejidad insondable, por ejemplo,
se amparan los votantes del PP para considerar que algo
bueno tendrá incluso algo evidentemente malo, como
la invasión de Iraq. Al final, todo será para bien. Hay
cosas que parecen muy dañinas para los seres humanos, pero
que son muy buenas para que vaya bien la economía. Y no hay
que olvidar que los seres humanos dependen a vida o muerte
de su economía. Conviene, por lo tanto, hacer las cosas que
convienen a los que tienen la sartén por el mango de la
economía internacional. Conviene, pues, apoyar la política
de los Estados Unidos, y vuelta a empezar, así con cualquier
tema imaginable. Mientras tanto, todo el mundo puede vivir
con la conciencia tranquila: hasta donde nos llegan las
narices, no se ve que nadie haya violado ningún mandamiento.
Y
sin embargo, por muy complejo que se haya vuelto en este
mundo distinguir el bien del mal, hay una cosa que seguro
que es mala, y esta cosa es, nada más ni nada menos, el
hecho mismo de que exista un mundo así. Si vivimos en
un mundo en el que “es imposible saber qué es lo que
realmente estás haciendo cuando haces lo que haces”,
entonces es que vivimos en un mundo muy malo. El lema de los
movimientos antiglobalización –”otro mundo es posible”,
“otro mundo tiene que ser posible”– se convierte en un
imperativo ético insoslayable. Es insoportable vivir en un
mundo en el que basta meter los ahorros en una cuenta
corriente de Caja Madrid para tener que preguntarte con
cuántas ignominias y matanzas estás colaborando sin saberlo.
Es intolerable un mundo en el que te tienes que alegrar de
que en España se fabriquen bombas de racimo, pues al menos
en eso parece que sí que somos competitivos a nivel
internacional9.
Sin duda
alguna, el concepto más interesante que se forjó en la
reflexión ética y moral del siglo XX fue el concepto de
“pecado estructural”. Este concepto era la columna vertebral
de la llamada Teología de la Liberación y los que se
ocuparon de pensarlo eran fundamentalmente curas, obispos,
cristianos de base que estaban directamente comprometidos en
cambiar un mundo injusto y criminal. Mientras ellos se
jugaban la vida y daban de lleno en la diana del problema
ético de nuestro tiempo, la filosofía académica de
izquierdas y de derechas estaba completamente en la Luna,
haciendo tonterías con los textos de Deleuze y de Foucault,
ideando genialidades para poner a discutir a Rawls con
Habermas, a ver si así descubrían la pólvora, y, también,
cómo no, leyendo a Rorty y cositas de parecido calado.
En
este mundo las estructuras matan con mucha más eficacia y de
forma mucho más masiva que las personas. La capacidad de ser
inmoral que tienen las personas es casi patética comparada
con la inmoralidad de las estructuras. En estas condiciones,
la cuestión moral pertinente es qué responsabilidad
tenemos respecto a las estructuras. La pregunta ya no
puede ser ¿qué puedo hacer yo para no violar los
mandamientos en ese mundo que no llega más allá de mis
narices? En un mundo en el que las estructuras violan los
mandamientos con una eficacia colosal e ininterrumpida, es
inmoral limitarse a respetar los mandamientos… y las
estructuras. El primer mandamiento, por el contrario,
atañe a nuestra actitud respecto de las estructuras. Y para
responder a esta cuestión, en primer lugar, hay que
responder a esta otra ¿en qué consisten esas estructuras?
¿De qué son estructuras esas estructuras? Así pues, en
primer lugar, deberíamos estar todos estudiando economía.
El primer mandato moral debería ser: ponte a estudiar
economía y no pares hasta que no averigües en qué consiste
este mundo. Y mucho cuidado con dejarte engañar por la
Escuela de Chicago, que de eso también eres responsable. Si,
por ejemplo, acabáramos por concluir que la economía mundial
puede ser llamada con rigor y sentido la economía
capitalista, lo que no cabe duda es que nuestra máxima
responsabilidad moral, inmediatamente después, sería
volvernos comunistas (al menos si llegamos a la conclusión
de que ser comunista es la manera adecuada de combatir el
capitalismo). Por supuesto que ese fue el camino que, muy a
menudo, siguió la Teología de la Liberación en Latinoamérica10,
el camino que tanto escandalizó al cardenal Ratzinger. Una
serie de obispos latinoamericanos, de pronto, pusieron toda
su red de catequistas a estudiar economía, especialmente,
crítica de la economía política. Pusieron a todos sus
feligreses a leer El capital y a estudiar marxismo.
Lo demás se dejaba ya a la conciencia de cada uno. Aunque no
por casualidad la conciencia de cada uno aconsejaba montar
una guerrilla para combatir el sistema capitalista. El
ejercito zapatista del subcomandante Marcos, por ejemplo, no
cabe duda de que se montó desde la red de catequistas de la
diócesis de San Cristóbal de Las Casas.
En un
mundo en el que las estructuras son mucho más inmorales de
lo que jamás pueden llegar a serlo las personas, la cuestión
crucial no es saber en qué medida somos piezas de ese
engranaje estructural o en qué medida podemos dejar de
participar en él. Esto es lo que a veces sugería Günther
Anders, pero no es ni mucho menos suficiente. Dejar de
llamar por el móvil no vale absolutamente de nada y dejar de
consumir coca-cola, de casi nada. Puede que negarse a
trabajar en la industria del armamento valga para algo si se
consigue que ese gesto sirva de propaganda a los programas
políticos pacifistas. De lo contrario, ese gesto no sirve
más que para que corra un puesto la lista de parados que
esperan a trabajar en cualquier cosa y a cualquier precio.
Retirar el dinero de una cuenta de Caja Madrid si sospechas
que esa entidad invierte dinero en la producción de
armamento no sirve de nada si luego es para meterlo en el
Banco de Santander, es decir, para confiar en el
humanitarismo de un sujeto como Emilio Botín. Y tampoco es
buena idea esconder tu birria de sueldo debajo de una
baldosa.
La
verdadera cuestión moral es qué responsabilidad tenemos en
que determinadas estructuras perduren y qué estaría en
nuestra mano hacer para sustituirlas por otras. Es obvio que
eso pasa por la acción política organizada y no por el
voluntarismo moral que intenta inútilmente apartarse de la
maquinaria del sistema. No es a fuerza de no mover las
fichas o de moverlas lo menos posible como se consigue dejar
de jugar al ajedrez, si eso es lo que se pretende. Para
dejar de jugar al ajedrez y comenzar a jugar al parchís hay
que cambiar de tablero. Si no, lo único que se logra es
perder el juego, y el juego del ajedrez, no del parchís. No
sé si se capta el mensaje: vivimos en un mundo tan inmoral
que no tiene soluciones morales, aquí no valen más que
soluciones políticas y económicas muy radicales. Y la única
cuestión moral relevante que todavía tenemos sobre la mesa
es la de qué tendríamos la obligación de estar haciendo
políticamente para que el mundo dejara de jugar en este
tablero económico genocida. La cuestión no es la de si puedo
beber menos coca cola o llamar menos por el móvil para
participar lo menos posible en esta matanza. La cuestión es
cómo y de qué manera atacar los centros de poder que la
generan. Mi responsabilidad en la matanza no es la de llamar
por el móvil. Mi responsabilidad es la de aceptar vivir en
un mundo en el que llamar por el móvil tiene algo que ver no
sé con qué guerras en el continente africano. Es el mundo lo
que es intolerable, no nosotros. Pero sí es intolerable que
aceptemos de brazos cruzados un mundo intolerable.
Es
grotesca la indiferencia que ha habido en la reflexión ética
de los medios académicos europeos y estadounidenses hacia el
concepto de “pecado estructural” y, en general, respecto a
toda la filosofía de la Teología de la Liberación. Se
trataba de lo único interesante que parió el siglo XX en el
campo de la ética, pero la Academia estaba demasiado ocupada
en intentar comprender a Derrida y en hacer el payaso con el
dilema del prisionero. Para ser justos, hay que recordar que
mucho antes de que la Teología de la liberación planteara el
problema, lo teníamos ya abordado con mucha contundencia en
la historia de la filosofía por filósofos como Jean Paul
Sartre o Bertolt Brecht. Claro que Sartre no está tan de
moda como Hannah Arendt, porque Sartre era comunista, así es
que se le lee bastante poco actualmente. Sartre había
explicado muy bien por qué la elección moral no tenía que
ver con elegirnos buenos a nosotros mismos, sino con elegir
un mundo bueno. Elegir ser bueno en un mundo en el que no se
necesita pecar para vivir de la injusticia que se comete
sobre los demás, es, sencillamente hacerte cómplice, no de
un crimen, sino, como decía Anders, de “todo un sistema de
crímenes”.
11
Mario Cafiero – Javier Llorens
1
Cahiers pour une morale, Editions Gallimard, Paris,
1983, pág. 11.
2
Cfr. Fernández Liria, Carlos / Alegre Zahonero, Luis: “La
revolución educativa. El reto de la Universidad ante la
sociedad del conocimiento “, Revista Logos, nº 37, Madrid,
2004. Cfr. también la siguiente página web:
http://fs-morente.filos.ucm.es/convergencia/debate/inicio.htm
3
Ratzinger, J. Libertatis nuntius Instrucción sobre
algunos aspectos de la “teologia de la liberación”
(Congregación para la Doctrina de la Fe, 6 Agosto 1984) /
“Presupuestos, problemas y desafíos de la Teología de la
Liberación.” Paramillo 5 (1986): 574-580. También
en La Segunda, Santiago de Chile, jueves 5 de enero
de 1984, pp. 15-16; Tierra Nueva 49/50 (abril-julio
1984): 93-96 / 95-96. Edición digital preparada por Holly
Ann Hughes. Marzo de 2004.
4
El desánimo de Günther Anders respecto al pacifismo recuerda
al de Dennis Meadows en el campo del ecologismo. Meadows,
como se sabe, fue el coordinador del informe del Club de
Roma sobre los Límites del crecimiento, el estudio
que en 1972 daría el pistoletazo de salida al movimiento del
ecologismo político. Mucho tiempo después, en una entrevista
de 1989, al ser preguntado si aceptaría realizar hoy un
estudio semejante, respondía: “Durante bastante tiempo he
tratado ya de ser un evangelista global, y he tenido que
aprender que no puedo cambiar el mundo. Además, la humanidad
se comporta como un suicida, y ya no tiene sentido
argumentar con un suicida una vez que ha saltado por la
ventana” (Der Spiegel, nº 29, 1989, pág. 118.
5
Günther Anders, Llámese cobardía a esa esperanza,
Besatari, Bilbao, 1995.
6
Cfr., en castellano, Nosotros, los hijos de Eichmann
y Más allá de los límites de la conciencia, Paidos.
La obra más importante de Günther Anders es Die
Antiquierheit des Menschen.
7
La fiebre del coltan (Ramón Lobo, Diario El
País, domingo, 2 de septiembre de 2001).
8
Franz J. Hinkelammert (Berlín, 1931), economista y teólogo
de la liberación, ganador del Premio Libertador al
Pensamiento Crítico 2005 del Ministerio de Cultura de la
República Bolivariana de Venezuela, con su libro El
sujeto y la ley. El retorno del sujeto reprimido, Euna,
Costa Rica, 2005.
9
Algunas referencias para el seguimiento del tema:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=43604
/
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=43581
/
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=44188
10
Quizá resulte interesante la siguiente entrevista con un
comandante colombiano del ELN, guerrilla que se reclama
heredera del pensamiento del sacerdote pionero de la
teología de la liberación, Camilo Torres: Cuatro
intelectuales españoles se reúnen con el Ejército de
Liberación Nacional de Colombia (Santiago Alba, Carlos
Fernández Liria, Belén Gopegui y Pascual Serrano entrevistan
a Milton Hernández, comandante del ELN) Cfr.:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=9100
11
Anders, G.: Nosotros, los hijos de Eichmann, Paidós,
Barcelona, 2001, pág. 92.
INTERPONEN RECURSO JERÁRQUICO
Al
Sr. Ministerio de Relaciones Exteriores,
Comercio Internacional y Culto
Canciller Don Jorge Enrique TAIANA:
Nos
dirigimos a Ud. en el Expediente Nº 45130/2008, y por
vuestro intermedio lo hacemos a la Excma. Sra. Presidente de
la Nación Argentina, con el objeto de interponer RECURSO
JERARQUICO (Arts. 89 y concordantes del Reglamento de
Procedimientos Administrativos Decreto Nº 1759/72, t.o. y
sus modificatorias) contra la Resolución 2385/08 dictada por
el Ministerio a vuestro cargo conforme las consideraciones
que seguidamente pasamos a exponer.
Entendemos
que la Resolución impugnada viola los principios básicos que
hacen a la publicidad de los actos de Gobierno y el derecho
de acceso a la información pública que garantiza nuestra
Constitución Nacional a través de sus artículo 1, 33, 41, 42
y concordantes y del artículo 75 inciso 22, que incorpora
con jerarquía constitucional diversos Tratados
Internacionales. Esta cita emerge de los propios
“considerandos” del mismo Decreto 1172/2003 que, con
diferente finalidad, son citados en el acto recurrido.
En
la Resolución 2385/08 se cita el Artículo 3º del Anexo I del
Decreto aludido en el párrafo precedente. Dicho precepto
dice textualmente: “La Audiencia
Pública constituye una instancia de participación en el
proceso de toma de decisión, en la cual la autoridad
responsable habilita a la ciudadanía un espacio
institucional para que todo aquél que pueda verse afectado o
tenga un interés particular o general, exprese su opinión.
Seguidamente el Artículo 4º expresa la FINALIDAD de la
Audiencia Pública en los siguientes términos: “La
finalidad de la Audiencia Pública es permitir y promover una
efectiva participación ciudadana y confrontar de forma
transparente y pública las distintas opiniones, propuestas,
experiencias, conocimientos e informaciones existentes sobre
las cuestiones puestas en consulta.”
En ninguna
parte del texto legal se sostiene que la Audiencia Pública
solo puede tener lugar como “instancia previa a una decisión
que debería ser identificada por el solicitante”. Esta es
una interpretación peligrosa que tiende a restringir el
proceso de transparencia y finalidad que la propia normativa
consagra según quedó dicho en las transcripciones expuestas.
La
exigencia de identificar una decisión administrativa
concreta no es en absoluto consagrada por el texto legal
sino que viene a contravenir la “ratio legis” prohibiendo
(por vía interpretativa) lo que la ley no prohíbe.
Lo que
requiere de la normativa citada es la necesidad de exponer
un MOTIVO SUFICIENTE para convocar a una audiencia pública y
ello no puede confundirse con la inminencia de una decisión
administrativa ya que, por ser esto último potestad del
Poder Ejecutivo, bastaría que cualquier aspecto fundamental
para los intereses de la Nación sea valorado como superfluo
o innecesario por el poder de turno y se cierre, por su mero
arbitrio, el tratamiento público de un tema sustancial.
En otras
palabras, la decisión del llamado a una audiencia pública
debe emerger de aspectos inherentes a la importancia notoria
del objeto propuesto para su tratamiento y no desde la
perspectiva que el P.E.N. tenga respecto de si conviene
dictar o no un acto administrativo al respecto en un futuro
inmediato. Justamente, la finalidad participativa e
informativa de la audiencia tiende a consagrar el interés y
la contribución ciudadanas en un aspecto capital que puede o
no estar precedido de la importancia anticipada que le haya
brindado el Estado.
Ante este
débil sustento del acto administrativo impugnado, aparece un
segundo fundamento mucho más irritante: el secreto como
principio genérico de ciertos actos de gobierno.
Precisamente todo lo opuesto al concepto republicano que
consagra nuestra Constitución y el decreto aludido.
Es
realmente inverosímil que se argumente “…la
inconveniencia de discutir públicamente cuestiones
directamente relacionadas con la disputa de soberanía aun no
resuelta…”. En realidad las decisiones sustanciales
sobre nuestras islas Malvinas y la situación en el Atlántico
Sur y Antártica Argentina, casi siempre han sido adoptadas
en ámbitos “privados” y no públicos. Los pésimos resultados
alcanzados se exponen por sí solos.
Parece más
increíble aún que TODA información oficial sobre este tema
sea catalogada como “reservada” bajo el pretexto que fuere.
Se entiende que alguna puede ostentar tal calificación pero
de ninguna manera éste debe ser el principio y menos aún
cuando se trata de implementación de acuerdos
internacionales y comunicaciones a ellos vinculadas.
No está en
nuestro ánimo facilitar información desconocida por la
contraparte británica; pero si ésta información ya es de
conocimiento de los británicos, resulta insensato pensar que
dicha información pueda ser sustraída al conocimiento de los
ciudadanos argentinos
Carece de
toda lógica suponer que la toma de conocimiento por parte de
ciudadanos argentinos de “documentos, opiniones e
informaciones” ya conocidas por los británicos, pueda
vulnerar la posición de la República Argentina. Más aún si
se tiene en cuenta que dichos “documentos, opiniones e
informaciones” fueron elaborados por algunos funcionarios,
los cuales ahora sugieren denegar su difusión.
Solicitamos asimismo se informe y
se dé a conocimiento -con copia auténtica- todos los
documentos suscriptos por autoridades argentina y británicas
durante el período posterior a la firma de los Acuerdos de
Madrid o sea desde octubre de 1989 a la fecha;
sean estos acuerdos, entendimientos, notas reversales o
comunicados oficiales de prensa, declaraciones conjuntas
suscriptas o aprobadas en forma bilateral o declaraciones
unilaterales o interpretativas de alguna de las partes, o
sea cual fuere la denominación o título bajo la que se
adoptaron o suscribieron, referidas a la temática en
cuestión. Dichos entendimientos y o declaraciones
unilaterales son por su naturaleza de conocimiento de la
diplomacia británica, y en la mayoría de los casos suscritos
asimismo por una autoridad británica, por lo tanto su
naturaleza no puede ser calificada como reservada, ya que no
se puede excluir a los ciudadanos de una república, la
Argentina, de lo que es de conocimiento de las autoridades
británicas.
Preocupan que puedan existir -tal como
manifiesta el Canciller en la Res. 2385/08 -documentos cuya
difusión “podría vulnerar la posición de la República
Argentina”. Si estos
documentos fueran desconocidos por la parte británica
admitiríamos en principio una cierta razonabilidad en la
reserva; ahora bien, si se trata de documentación conocida,
registrada o suscripta por la parte británica, la
denegatoria de información constituye un ocultamiento
incompatible con el sistema republicano de gobierno, la CN y
las leyes vigentes.
Asimismo solicitamos se informe si estos documentos fueron
puestos en su oportunidad en conocimiento del Congreso
Nacional y de la Jefatura de Gabinete, tal como establece la
CN y si se dio cumplimiento al articulo 103 de la misma, que
señala que: “Los
ministros no pueden por sí solos, en ningún caso, tomar
resoluciones, a excepción de lo concerniente al régimen
económico y administrativo de sus respectivos
departamentos.”
Por todo
lo expuesto solicitamos:
1) Se
tenga por interpuesto en tiempo y forma el presente RECURSO
JERÁRQUICO.
2)
Oportunamente, la Sra. Presidente de la Nación disponga
revocar el acto recurrido y ordenar la convocatoria
solicitada.
Saludamos a Ud.
con distinguida consideración.
En el
marco del año electoral
NUESTRA
PROPUESTA
ANTE EL
PADECIMIENTO POPULAR, DEMOCRACIA PARTICIPATIVA y JUSTICIA
SOCIAL
….No debe olvidarse que “el problema básico de la mayor
parte de los países del Tercer Mundo es la ausencia de una
auténtica justicia social y de participación popular en la
conducción. Sólo así estarán en condiciones de enfrentar las
angustiosamente difíciles décadas que se avecinan”….
“Debemos cuidar nuestros recursos naturales con uñas y
dientes de la voracidad de los monopolios internacionales
que los buscan para alimentar un tipo absurdo de
industrialización y desarrollo …”
Juan D. Perón. Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo
1972
Un
contexto institucional vaciado
En las jornadas de 2001 el pueblo argentino en la calle dio
por concluido – con su “que se vayan todos” – el régimen
político institucional en el que se asentaron todos los
gobiernos desde 1983, bajo el ropaje de la democracia
“representativa”.
A pesar de esa contundente demostración popular, la
preocupación de las dirigencias en general sigue estando
reducida a las roscas, para controlar la caja y perpetuarse
en un lugar de poder y privilegio. Salvo la implementación
de las políticas mínimas indispensables para evitar un
incendio que también los consumiría.
En este contexto institucional vaciado, una porción de la
población argentina – creciente de elección en elección – se
niega a participar de los eventos electorales. Sea para no
sentirse cómplice de tales procesos, sea porque está
convencida de que haga lo que haga, todo va a seguir igual.
¿Para
qué las elecciones?
-Ésta es la pregunta urticante que se hace el Pueblo
argentino ante tanto verso, tanta pelea minúscula, tanto
deterioro, tanta falta de horizontes y tanta injusticia. Por
qué ser parte de una democracia vaciada de contenido,
convertida en una maquinaria para impedir que el pueblo sea
el protagonista principal de su destino, como debe ser en
una verdadera democracia.
Nuestra propuesta es darle un sentido distinto a este
proceso electoral. Ya que se nos impone, queremos que tenga
algún provecho para el Proyecto de una Argentina justa,
soberana y con su propio modelo de desarrollo. Apostamos a
que el clima electoral nos permita no sólo hablar, sino
empezar a plantear y enfrentar, como sociedad, seriamente,
maduramente, realistamente, los temas y problemas
verdaderamente sustanciales que nos aquejan. De esos que no
se habla entre quienes integran el horizonte directivo, se
trate de gobernantes, opositores o referentes sectoriales.
Por ese motivo, el grupo
GESTAR
plantea la necesidad de encarar el próximo proceso electoral
partiendo de cuestionar profundamente el régimen político
institucional vigente y buscando acciones que profundicen,
desde el llano, la democracia argentina. Ante el fracaso de
la democracia representativa, luchamos por crear una
democracia verdadera, participativa y social.
Debate y
organización o zonceras y decadencia
Estamos en el inicio de la campaña electoral. Las fuerzas
políticas en juego están comenzando una teatralización
destinada a engañar los pocos azonzados que todavía puedan
quedar en el país. Lo hacen con tal convicción y con tan
impresionante despliegue mediático, que hasta ellos mismos
llegan a creer y a hacernos creer que esa es la realidad del
país.
Pero nosotros no queremos ser parte del teatro, ni del
decorado.
De modo que pensamos que es necesario replantear el debate
político de fondo sobre cuál es la Argentina que somos y
cual la Argentina que queremos ser. A nuestro juicio, las
tareas de la hora son: introducir una agenda que se ocupe de
lo que realmente importa al Pueblo argentino y organizarnos
para confluir en una fuerza con capacidad de transformación.
Se impone superar la fragmentación social y la confusión
mediática que los sectores dominantes han impulsado y crear
las condiciones para que confluya, en una única fuerza
transformadora, la más que elocuente diversidad de
asambleas, luchas y reclamos en que los argentinos estamos
involucrados a todo lo largo y ancho de nuestra patria.
Lo otro es decadencia y más decadencia, sobre lo cual no
hace falta aquí decir mucho. Sólo llamamos la atención sobre
la creciente proliferación de zonceras de las que
coparticipan gobernantes, opositores, dirigentes en general
y medios de comunicación.
Entre tales zonceras, destacamos en primer lugar las que
vienen desde la cabeza presidencial. La Presidente sostuvo
que: “Obama ha interpretado a Perón”. ¿Habrá que deducir que
el nuevo presidente norteamericano es antiimperialista?,
¿que asume la Tercera Posición y que apuesta a la
integración latinoamericana? Estaría bueno; no nos
sorprendamos entonces si próximamente (en esta misma sala),
Swarzeneger confesara que se inspira en los ejemplos y las
enseñanzas del Che.
Pero las zonceras no son patrimonio
exclusivo del oficialismo: los grupos de la oposición –
tanto en la variante radical de Carrió, como en la variante
pejotista de Macri & CIA - han dicho que la Argentina
debería volver a pedirle “financiación” al FMI. Con esto la
“oposición” se suma a la campaña de los sectores financieros
que le están diciendo al gobierno que ahora se puede volver
porque “no es el FMI de Bush, es el FMI de OBAMA” .Créase o
no.
Pero no
hay que extrañarse: ni el oficialismo, ni la oposición han
planteado salirse del patrón financiero de libre movilidad
de capitales que implantara la dictadura de Martinez de Hoz.
Por eso,
ambos miran sentados como se evaporan “libremente” las
reservas del Banco Central y cómo los capitales producidos
por el país vuelan hacia los paraísos fiscales. Para estos
dirigentes, suena coherente entonces que el FMI reinyecte
dólares cuando la bomba del saqueo sufre un temporal vacío.
Las zonceras llegan a tal punto que desde algunas esferas
mediáticas se propone que los argentinos adoptemos la
calidad institucional que generosamente nos proponen los
grandes países del Primer Mundo; por ejemplo, tenemos que
decidirnos de una vez por todas a consumar nuestro propio
Pacto de la Moncloa (con la presencia del rey de España y
todo si se pudiera).
Esta y otras tantas zonceras a que nos tienen acostumbrados,
confunden la visión de la realidad y plantean conflictos y
antinomias falsas, en las que pretenden embretarnos. Como en
la cuestión del campo, donde casi nadie plantea que no se
pueden bajar las retenciones porque hacerlo implicaría caer
nuevamente en default, ni cómo enfrentar los enormes costos
socio-ambientales de los monocultivos transgénicos, ni cómo
evitar el embudo que permite a las cerealeras quedarse con
la parte del león. Como en la cuestión de inseguridad, donde
el antagonismo represión/garantismo, impide plantear la
necesidad de reparación e inclusión social y de reforzar la
educación en valores humanistas en lugar de los
mercantilistas, para enfrentar a fondo el crecimiento
delincuencial.
En los temas centrales de esta Argentina
de cuarta, hay coincidencia entre el oficialismo y la
oposición:
continuidad en el
modelo de dependencia “globalizada” que nos han impuesto.
Frente a toda esta farándula, creemos que es la hora de
debatir públicamente lo que importa: cuál es la situación
real de la Nación, qué país queremos, con que democracia
queremos construirlo y qué modelo de desarrollo nos
proponemos realizar con el fin de garantizar trabajo y
seguridad para todos los argentinos.
Los
verdaderos problemas
El primer problema serio y fundamental
que, a nuestro juicio, debemos plantearnos los argentinos en
este momento,
es el del
padecimiento que está sufriendo la inmensa mayoría de
nuestro pueblo.
Desde una enorme cantidad de población rural obligada a
subsistir en la pobreza más extrema, sujeta a una desaforada
agresión humana y ambiental, hasta una masa creciente de
indigentes urbanos obligados a deambular en busca de
sustento o caer en las garras de las mafias
narcotraficantes, pasando por una inmensa clase media
empobrecida que camina angustiada al borde del despido o de
la quiebra de su comercio o industria y del endeudamiento
insuperable que lo arrastre a la ruina. Aquellos que tienen
la suerte de haberse alejado del abismo, se ven obligados a
hundirse en un egoísmo extremo para “salvarse”,
contraviniendo los valores más profundos y tradicionales del
pueblo argentino, mientras el robo y el asesinato los
acechan todo el tiempo.
Todo esto en el marco y como consecuencia de una estructura
económica nacional que se hizo intencionalmente dependiente
del sistema mundial globalizado, para sostener con los
recursos de los países debilitados del planeta, una economía
del despilfarro absolutamente destructora de la naturaleza;
porque el despilfarro genera lucro. Un lucro capaz de romper
aceleradamente equilibrios naturales de millones de años, en
función de la codicia y ambición de poder sin límites de
unos pocos.
Estos padecimientos, sufrimientos y destrucciones – que
parecen haberse instalado en nuestra sociedad como algo
inevitable y natural – no son tales. Tienen sus autores, sus
móviles y sus herramientas. Dichas herramientas,
voluntariamente sostenidas por los poderosos del país con la
complicidad del sistema político corrupto, son las que
resulta imperioso desmontar. Por nuestro bien y el de las
futuras generaciones.
Desmontar las herramientas del saqueo para construir la
Nación:
A esta altura nadie de buena fe y con algún grado genuino de
compromiso con nuestra comunidad puede ignorar que los
argentinos somos víctimas, hace ya décadas, de un
desmesurado saqueo. Dicho saqueo tuvo un fuerte anclaje en
la dictadura cívico militar y continuó de hecho en los
gobiernos civiles que la sucedieron, con mayor o menor
prolijidad y capacidad de disimulo.
Sólo citaremos acá algunos de los ejemplos más expresivos de
tal saqueo y de las herramientas usadas para ejecutarlo:
La llamada deuda externa es una de ellas.
Tiene como móvil la descapitalización del país. Como
herramienta, el “sistema de la deuda” se basa en que ésta,
de manera alguna se puede extinguir o cancelar. Solo se
puede incrementar hasta hacerse imposible de sobrellevar y
estallar, para volver a empezar. En 1976 debíamos sólo 8.000
millones de U$S; en 1983 la deuda ascendía a 44.000 millones
de U$S ; en 1990 a 90.000; en 1999 a 130.000 luego de haber
privatizado todas las empresas públicas; en 2001 a 144.000 y
ahora a 170.000 millones. Estas cifras demuestran que se ha
generado una servidumbre perpetua de la que no nos hemos
atrevido a escapar. Es mentira que nos hayamos desendeudado,
ya que hoy tenemos una deuda mayor que la teníamos en el
2001, a pesar de todo lo que se pagó tiqui-tiqui.
La extracción y exportación de materias
primas, como eje esencial de la economía argentina, es otra
herramienta del saqueo. Sea que
hablemos de soja, cereales en general, petróleo o minerales,
agua o tierras o bellezas naturales solo disponibles para el
turismo extranjero. Esta herramienta tiene como objetivo
extraer nuestros recursos naturales para sostener el sistema
de despilfarro mundial , a costa de la creciente
imposibilidad de nuestro pueblo para acceder al uso y
beneficio de ellos.
Los servicios y la industria extranjerizada en sus núcleos
centrales,
absolutamente dependientes de estos núcleos en sus cadenas
secundarias de producción y totalmente incorporados al
modelo consumista vigente, es la otra herramienta esencial.
Finalmente como resultado de este saqueo, los argentinos
debemos conformarnos con una Argentina residual o marginada,
donde nos tratan como inquilinos de una propiedad ajena. Sin
que el Estado garantice los mínimos derechos sociales. Donde
la desinversión y desinterés manifiesto en los sistemas de
salud vivienda y educación de la población,
constituyen un genocidio larvado que es el causante del
padecimiento popular.
Democracia social participativa
El Pueblo delibera y gobierna, define su conducción y
encuadra a sus mandatarios: así es la Democracia que
queremos. Lo demás son cuentos que disfrazan el ejercicio de
poder de sectores cuyo negocio está en otro lado. Desde esta
convicción el grupo GESTAR quiere aunar esfuerzos con los
miles de argentinos que desde múltiples organizaciones,
grupos sociales y agrupaciones políticas están luchando de
mil formas diversas contra este modelo de país dependiente.
Retomar el largo camino de la recuperación y reconstrucción
de una nación autónoma, fundada en la Justicia Social y
hermanada con las naciones latinoamericanas dispuestas a
seguir el mismo camino.
Como primer paso de esta determinación, invitamos a los
compañeros a encarar el próximo proceso electoral:
1.
Denunciando el carácter
falaz y descreído
de la “democracia representativa” actual.
2.
Plantear públicamente los problemas de
fondo del país, sistemáticamente evadidos por las fuerzas
políticas dominantes o complacientes, estableciendo como eje
de nuestra campaña político social la convocatoria a una
epopeya;
la epopeya de
terminar con la “reorganización nacional” impuesta por el
proceso militar y continuada por los gobiernos civiles que
lo sucedieron. Proponemos articularnos mediante una consigna
básica: “Trabajo y Seguridad para todos”.
3.
Invitar a las organizaciones sociales y
agrupaciones políticas que coincidan con los puntos
anteriores, a
establecer acuerdos
y compromisos de acciones concretas para enfrentar cada uno
de los problemas derivados del modelo que nos han impuesto.
Antes, durante y después de las elecciones.
4.
Empezar a realizar en la práctica, de esa
forma, un germen de
democracia social y
participativa desde el llano, que avance hacia el desarrollo
de una sociedad popularmente organizada que delibere y
gobierne junto a un Estado
que ejecute sus
mandatos y sea controlado por ella.
Mario Cafiero,
Hugo Melgarejo, Carlos Wilkinson, Ruben Rojas Breu, Marisa
Timor, Honorio Díaz, Guillermo Hamlin, Alex Obal, Virginia
Loures, Amalia Zille, Beatriz Castiglioni, Lalo Cernadas,
Silvia Mozeris y otros/as compañeros/as.
GESTAR
Grupo
encuentro social para la transformación argentina