21 de Abril de 2009
Sospechas
de corrupción
Entre ellos
hay acusados de secuestrar, fraguar procedimientos y
encubrir a delincuentes
![](http://www.lanacion.com.ar/anexos/fotos/91/986091.jpg)
Cada
año, la Policía Federal suma centenares de efectivos, no
pocas veces, reemplazan a cesanteados Foto: Archivo
Debajo del debate sobre la inseguridad y las medidas
necesarias para poder combatirla con eficacia subyace la
histórica sospecha de que no pocos policías, en lugar de
trabajar contra el delito, se nutren de él en beneficio
propio.
En lo que va del año, según cifras oficiales, la
Policía Federal abrió 120 sumarios contra oficiales y
suboficiales de la fuerza, tanto por cuestiones
disciplinarias como, lisa y llanamente, por sospechas de
corrupción o de participación criminal.
Entre ellos está el caso de tres policías (dos de la
comisaría 44a. y uno de la 35a.) acusados de integrar, junto
con barrabravas de Vélez Sarsfield, una banda dedicada a los
secuestros extorsivos. De años anteriores hay abiertos más
sumarios por sospechas de toda índole, como ser
enriquecimiento ilícito, encubrimiento de robo, venta de
drogas o prostitución, y hasta la propia comisión de esos
delitos violentos.
En la fuerza, que cuenta con casi 40.000 efectivos, los
sumarios pueden concluir con la exoneración o el paso a
retiro, en los casos en que se comprueben las
irregularidades, o con absoluciones. Nunca dejan de ser una
marca en los legajos.
Muchas veces, los procedimientos administrativos dentro de
la policía se prolongan incluso más allá de las resoluciones
de la Justicia y hasta se resuelven con independencia de
criterio: una absolución en la justicia penal no garantiza
idéntica resolución del sumario administrativo. Ante tal
panorama, y aunque legalmente nada les impediría recuperar
sus cargos, muchos eligen la vía rápida y buscan trabajo en
la actividad privada, si es que ya no lo tenían (algo que no
está permitido).
Uno por día
Según la estadística obtenida por LA NACION, entre el 1° de
enero y el 13 de este mes el Departamento de Investigaciones
de la Policía Federal inició 120 sumarios. En promedio, más
de un uniformado por día es investigado por la propia fuerza
por presuntas causas, sean irregularidades administrativas o
acusaciones sobre su participación en delitos graves.
Aunque el Ministerio de Justicia, Seguridad y
Derechos Humanos no informó cuántos policías fueron
sumariados en 2008, LA NACION pudo saber que hasta agosto se
habían iniciado 242 investigaciones.
Como se dijo, el último caso resonante ocurrió el 10 de
marzo, cuando dos policías de la comisaría 44a. fueron
detenidos acusados de integrar una banda de secuestradores
junto con "barras" de Vélez. Por ese caso, el subinspector
Enrique Zabala lleva casi 40 días prófugo, mientras que el
suboficial Héctor Miño fue procesado con prisión preventiva
por el juez Marcelo Martínez De Giorgi.
También hay brigadas policiales que tienen causas judiciales
en su contra por su presunta responsabilidad en el armado de
operativos "truchos" o por "liberar zonas" para permitir la
comisión de hechos ilícitos.
"Si la Policía Federal hace la vista gorda para permitir la
venta ilegal callejera, no tengo dudas de que también, en
algunos casos, deja que se cometan otros delitos, como las
salideras bancarias", afirmó a LA NACION un fiscal de
instrucción porteño, que pidió que su nombre fuera mantenido
en reserva.
En la actualidad, según fuentes judiciales, se investiga a
los ex jefes de la seccional 42a., el comisario Héctor Hugo
Lucca, y el subcomisario Fabián Güidali, acusados de haber
dado protección a una red de prostíbulos en Mataderos. El
juez federal Norberto Oyarbide los había indagado, pero
ahora la causa pasó al fuero ordinario.
"El comisario Lucca está en funciones, pero no está designado
en ninguna comisaría hasta que la Justicia defina su
situación. Además de la causa judicial, Asuntos Internos,
que funciona con mucha rigurosidad, tiene un expediente
abierto por su caso", dijo a LA NACION un vocero de la
Policía Federal.
Acusaciones y absoluciones
Hace unos años, un funcionario nacional le pidió a un recién
designado jefe en la Federal "rigurosidad y control" sobre
los uniformados para evitar delitos y corrupción. Le
respondió: "Vamos a ir a fondo, pero sepa que su intención
es meterse con la caja negra, que existe".
En tal diálogo, confirmado a LA NACION por tres fuentes que
pidieron reserva de su identidad, el jefe policial se
refería a negocios oscuros, tales como la protección de
prostíbulos y desarmaderos y la venta callejera ilegal.
Durante la gestión del ex fiscal Norberto Quantín como
secretario de Seguridad Interior del ex presidente Néstor
Kirchner fue echado el comisario general Roberto Giacomino,
jefe de la Federal, por irregularidades en contratos
millonarios, por lo cual está hoy procesado. También
entonces echaron a otros oficiales jefes por haber cobrado
viáticos por "custodiar" a Quantín en viajes que nunca se
hicieron.
"Es indispensable para mejorar la fuerza, que Asuntos
Internos esté en manos de civiles con intachables carreras.
Si no, nunca habrá un cambio para mejor", dijo Quantín.
Hace nueve años, se creó la Comisión Investigadora de
Procedimientos Policiales Fraguados, que, según fuentes
judiciales, develó la existencia de más de 100 casos de
analfabetos, mendigos, inmigrantes ilegales, desocupados y
personas con retrasos mentales que habían sido detenidos
injustamente y sin pruebas. Algunas de esas causas llegaron
a juicio, en los que los policías acusados fueron absueltos.
El abogado
Marcelo Rocchetti defendió a una
brigada de la Federal que fue a juicio por tres de esos
casos. "Fueron absueltos, y estoy seguro de que otros de mis
defendidos que pronto irán a juicio por lo mismo también
serán absueltos", dijo.
Rocchetti defiende a Giacomino y a otros jefes investigados
por malversación de fondos y enriquecimiento ilícito. Sin
nombrarlo, culpó a Quantín. "La mayoría de las causas contra
mis defendidos, estoy convencido, se iniciaron por
cuestiones ideológicas. Pero lo más grave es que fueron
hechas por obsecuentes que se apoderaron de una ideología
ajena y que efectuaron las denuncias [contra los policías]
para quedar bien con el poder de turno", dijo Rocchetti.
Gabriel Di Nicola, para
LA NACION.