05 de Mayo de 2009
Un abogado acusó al ex presidente de
generar "inquietud e intranquilidad en la población"
El vínculo del
denunciante con el menemismo.
![](http://www.perfil.com/export/sites/diarioperfil/img/2009/politica/0501_kirchner_468.jpg_687088226.jpg)
Un militante menemista denunció a Kirchner por "instigación
a la violencia". | Foto: Télam
El abogado Enrique Piragini
denunció a
Néstor Kirchner por presuntos delitos de "intimidación
pública e instigación a la violencia", por las expresiones
que el ex presidente tuvo durante los últimos discursos de
esta semana. El letrado sostuvo que el titular del PJ genera
"intranquilidad" en los ciudadanos.
La denuncia del abogado -que recayó
ante
el juez federal Daniel Rafecas- señala que las palabras
que Kirchner empleó en distintos discursos
generan "inquietud e intranquilidad en la población". De
esta manera Piragini criticó la idea que desde la oposición
"se está tratando de quebrar y destituir al gobierno
nacional".
Dirigente del peronismo disidente de
la Ciudad de Buenos Aires (y correligionario del
ex
presidente Carlos Menem
a nivel nacional),
el abogado denunciante señaló, según informó la
agencia
DyN, que
las palabras de Kirchner "generan inseguridad en la
población y, por ello, dejo constancia que asumo el rol de
querellante".
Kirchner señaló en distintas oportunidades que si el
oficialismo no gana las elecciones legislativas del próximo
28 de junio, el país "explota". Días más tarde,
la presidenta Cristina Fernández
señaló que las palabras de su marido
"no son
un recurso discursivo, sino la descripción de la realidad".
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NOTA
RELACIONADA:
La nueva
campaña del kircherismo
Los
límites del discurso temerario
![](http://www.clarin.com/diario/2009/04/30/thumb/1825257-1.jpg)
Saludos. Néstor Kirchner, anoche, en
Malvinas Argentinas
Néstor
Kirchner estrenó la letra y, a partir de allí, todos
empezaron a tocar su canción: desde Daniel Scioli hasta
Nacha Guevara. O, incluso, la propia presidenta Cristina
Fernández que ayer fue mucho más allá con sus dichos: si el
lunes, Kirchner había agitado el fantasma del 2001 y el
martes había asegurado que si perdían la mayoría el país
explotaba, anoche, Cristina avisó, lisa y llanamente, que el
28 de junio peligran las instituciones. Esto es, la
democracia. Todos discursos que preocupan por lo temerario y
por las responsabilidades de quienes los pregonan: un ex
presidente, un gobernador y una presidenta en ejercicio. Tal
vez nunca se había llegado a tanto.
Que el recurso de "yo o el caos" fue un caballito de
batalla utilizado por todos los presidentes, sobre todo,
cuando el olor de la derrota venia pisándoles los talones,
no es novedad para nadie. Lo que sorprende -o preocupa, en
todo caso- son los alcances de este discurso frente a una
sociedad demasiado castigada en las últimas décadas como
para que por un voto, por un cargo, por el poder, en
definitiva, se le agiten sus peores fantasmas. Hasta el más
maldito.
Resulta curioso: es como si el matrimonio Kirchner se
esforzara por parecerse cada vez más a quien siempre quiso
parecerse menos: Carlos Menem. Cómo él, manipulan cifras
macroeconómicas. Al igual que Menem articulan alianzas por
izquierda o derecha cuando sale el sol, pero a la hora de la
tormenta terminan replegándose en lo peor del aparato
partidario. Circulan con destreza cuando la bonanza se
sienta con ellos, pero les cuesta usar la muñeca cuando los
números se ponen en rojo y dan señales de alarma.
Lo vivió Menem en 1995: recurrió también al "yo o el caos"
para ganar la elección presidencial. Por esos días, el
efecto Tequila amenazaba y Menem amenazaba, a su vez, con el
riesgo de una devaluación si él no seguía en la Casa Rosada.
Ese año, la economía cayó un 4%, pero los efectos más graves
se vieron luego de las elecciones. Dos años después, el
entonces presidente sufría una dura derrota electoral en las
legislativas. En el 99, le llegaba el final. Se cumplía de
esa forma una regla de oro: "La economía en alza es una
condición necesaria para ganar una elección. La economía en
baja, condición suficiente para perderla".
Hasta ahora, bien o mal, el matrimonio Kirchner se había
caracterizado por la coherencia. Ahora, la desesperación de
las urnas y una economía en el sube y baja parecen hacer
perdérsela. Hace apenas unos días, cuando el FMI difundió su
World Economic Outllok y pronosticó una contracción para la
Argentina del 1,5% en 2009, el Ministerio de Economía (por
orden directa del Ejecutivo) reaccionó con un comunicado muy
duro contra el Fondo y habló de un segundo semestre mejor de
lo previsto, por mayores precios de las commodities, entre
otras razones. Pero ahora desde la tribuna el kirchnerismo
dice todo lo contrario
Los Kirchner deberían dejar dormir a los fantasmas porque la
Presidenta todavía tiene, cuanto menos, dos años y medio de
gestión por delante. Es demasiada la responsabilidad.
Vale recordarlo: aquella tensa
noche de julio del año pasado en la que el Senado rechazó
las retenciones, no se terminó el mundo, ni el Gobierno, ni
hubo explosiones ni se retrocedió en el tiempo, ni nada que
se le parezca. Aunque mal dormido, el país, al otro día, se
levanto a trabajar como siempre. ¿Por qué imaginar otro
paisaje el 29 de junio?
Leonardo Mindez.
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Los votos
del miedo
Yo o el caos es la consigna
electoral que Kirchner ha decidido agitar para evitar la
fuga de votos. Eso es obvio. Tanto que el oficialismo salió
en bloque ayer a vocear el mismo mensaje: nosotros o la
crisis. Y hasta la Presidenta a sostener que está en juego
la estabilidad democrática.
En algún
sentido, es un tremendismo poco novedoso: otros han tensado
la cuerda con igual propósito. El problema es que se crea
verdaderamente que si el kirchnerismo es derrotado el país
pegará un salto al vacío. O que allí haya algo más: un
mensaje sobre el futuro mismo del Gobierno.
El 28
de junio le puede pasar a los Kirchner lo que le ha ocurrido
a muchos otros gobiernos: perder la mayoría parlamentaria y
poder para sacar las leyes que quiera. Y verse así obligado
a un ejercicio que no le gusta nada: negociar con la
oposición. Esto tampoco es novedoso en un sistema
republicano: las elecciones no existen sólo para ganar.
Scioli hizo suyo el
argumento de que estos comicios serán una opción entre dos
modelos: el del kirchnerismo y el de la Alianza. Como si el
modelo kirchnerista no hubiera nacido en las entrañas de
Duhalde y su dólar alto con superávits fiscal y comercial. Y
Lavagna una pieza clave hasta bien entrado el kirchnerismo.
Kirchner puede legítimamente levantar otras banderas. Pero
si habla del modelo, debería reconocer algunos derechos de
autor. Nunca lo hizo.
Decir que una derrota en
una elección legislativa hará estallar todo y que lo que se
ha hecho desaparecerá, puede ayudar a arrastrar votos. Pero
después de seis años en el poder, es reconocer también la
enorme fragilidad de la propia construcción política. Y más
aún, desconocer el papel que la sociedad tuvo en la
recuperación del país.
Ricardo Roa, Editor General
Adjunto de Clarín.
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El
representante del miedo
El dirigente
piquetero reiteró en Radio 10 su
pretensión de incorporarse a las listas bonaerenses del
Frente para la Victoria. Adelantó que habrá una
marcha el jueves de su organización para pedir lugares
electorales.
"Hay que
socializar las responsabilidades políticas, nosotros hemos
puesto nuestra vida en este proyecto político",
señaló
D'Elía
en diálogo con Radio 10.
"Yo quiero participar, me hubiese gustado participar de las
listas de diputados, que me explique Néstor Kirchner por qué
no tengo que estar en la lista", dijo el dirigente
piquetero y luego amplió: "el jueves vamos a
marchar para dar nuestro respaldo a este modelo y para pedir
nuestra participación en las listas"
"Yo creo que ganamos", dijo el
piquetero al referirse a las posibilidades del Frente para
la Victoria en las elecciones de junio.