DENUNCIAN A KIRCHNER
POR "INSTIGACIÓN A
LA VIOLENCIA"

05 de Mayo de 2009

Un abogado acusó al ex presidente de generar "inquietud e intranquilidad en la población"

El vínculo del denunciante con el menemismo


Un militante menemista denunció a Kirchner por "instigación a la violencia". | Foto: Télam

El abogado Enrique Piragini denunció a Néstor Kirchner por presuntos delitos de "intimidación pública e instigación a la violencia", por las expresiones que el ex presidente tuvo durante los últimos discursos de esta semana. El letrado sostuvo que el titular del PJ genera "intranquilidad" en los ciudadanos.

La denuncia del abogado -que recayó ante el juez federal Daniel Rafecas- señala que las palabras que Kirchner empleó en distintos discursos generan "inquietud e intranquilidad en la población". De esta manera Piragini criticó la idea que desde la oposición "se está tratando de quebrar y destituir al gobierno nacional".

Dirigente del peronismo disidente de la Ciudad de Buenos Aires (y correligionario del ex presidente Carlos Menem a nivel nacional), el abogado denunciante señaló, según informó la agencia DyN, que las palabras de Kirchner "generan inseguridad en la población y, por ello, dejo constancia que asumo el rol de querellante".

Kirchner señaló en distintas oportunidades que si el oficialismo no gana las elecciones legislativas del próximo 28 de junio, el país "explota". Días más tarde, la presidenta Cristina Fernández señaló que las palabras de su marido "no son un recurso discursivo, sino la descripción de la realidad".
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Saludos. Néstor Kirchner, anoche, en Malvinas Argentinas

Néstor Kirchner estrenó la letra y, a partir de allí, todos empezaron a tocar su canción: desde Daniel Scioli hasta Nacha Guevara. O, incluso, la propia presidenta Cristina Fernández que ayer fue mucho más allá con sus dichos: si el lunes, Kirchner había agitado el fantasma del 2001 y el martes había asegurado que si perdían la mayoría el país explotaba, anoche, Cristina avisó, lisa y llanamente, que el 28 de junio peligran las instituciones. Esto es, la democracia. Todos discursos que preocupan por lo temerario y por las responsabilidades de quienes los pregonan: un ex presidente, un gobernador y una presidenta en ejercicio. Tal vez nunca se había llegado a tanto.

Que el recurso de "yo o el caos" fue un caballito de batalla utilizado por todos los presidentes, sobre todo, cuando el olor de la derrota venia pisándoles los talones, no es novedad para nadie. Lo que sorprende -o preocupa, en todo caso- son los alcances de este discurso frente a una sociedad demasiado castigada en las últimas décadas como para que por un voto, por un cargo, por el poder, en definitiva, se le agiten sus peores fantasmas. Hasta el más maldito.

Resulta curioso: es como si el matrimonio Kirchner se esforzara por parecerse cada vez más a quien siempre quiso parecerse menos: Carlos Menem. Cómo él, manipulan cifras macroeconómicas. Al igual que Menem articulan alianzas por izquierda o derecha cuando sale el sol, pero a la hora de la tormenta terminan replegándose en lo peor del aparato partidario. Circulan con destreza cuando la bonanza se sienta con ellos, pero les cuesta usar la muñeca cuando los números se ponen en rojo y dan señales de alarma.


Lo vivió Menem en 1995: recurrió también al "yo o el caos" para ganar la elección presidencial. Por esos días, el efecto Tequila amenazaba y Menem amenazaba, a su vez, con el riesgo de una devaluación si él no seguía en la Casa Rosada. Ese año, la economía cayó un 4%, pero los efectos más graves se vieron luego de las elecciones. Dos años después, el entonces presidente sufría una dura derrota electoral en las legislativas. En el 99, le llegaba el final. Se cumplía de esa forma una regla de oro: "La economía en alza es una condición necesaria para ganar una elección. La economía en baja, condición suficiente para perderla".

Hasta ahora, bien o mal, el matrimonio Kirchner se había caracterizado por la coherencia. Ahora, la desesperación de las urnas y una economía en el sube y baja parecen hacer perdérsela. Hace apenas unos días, cuando el FMI difundió su World Economic Outllok y pronosticó una contracción para la Argentina del 1,5% en 2009, el Ministerio de Economía (por orden directa del Ejecutivo) reaccionó con un comunicado muy duro contra el Fondo y habló de un segundo semestre mejor de lo previsto, por mayores precios de las commodities, entre otras razones. Pero ahora desde la tribuna el kirchnerismo dice todo lo contrario

Los Kirchner deberían dejar dormir a los fantasmas porque la Presidenta todavía tiene, cuanto menos, dos años y medio de gestión por delante. Es demasiada la responsabilidad.

Vale recordarlo: aquella tensa noche de julio del año pasado en la que el Senado rechazó las retenciones, no se terminó el mundo, ni el Gobierno, ni hubo explosiones ni se retrocedió en el tiempo, ni nada que se le parezca. Aunque mal dormido, el país, al otro día, se levanto a trabajar como siempre. ¿Por qué imaginar otro paisaje el 29 de junio?
Leonardo Mindez.
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Los votos del miedo

Yo o el caos es la consigna electoral que Kirchner ha decidido agitar para evitar la fuga de votos. Eso es obvio. Tanto que el oficialismo salió en bloque ayer a vocear el mismo mensaje: nosotros o la crisis. Y hasta la Presidenta a sostener que está en juego la estabilidad democrática.

En algún sentido, es un tremendismo poco novedoso: otros han tensado la cuerda con igual propósito. El problema es que se crea verdaderamente que si el kirchnerismo es derrotado el país pegará un salto al vacío. O que allí haya algo más: un mensaje sobre el futuro mismo del Gobierno.

El 28 de junio le puede pasar a los Kirchner lo que le ha ocurrido a muchos otros gobiernos: perder la mayoría parlamentaria y poder para sacar las leyes que quiera. Y verse así obligado a un ejercicio que no le gusta nada: negociar con la oposición. Esto tampoco es novedoso en un sistema republicano: las elecciones no existen sólo para ganar.

Scioli hizo suyo el argumento de que estos comicios serán una opción entre dos modelos: el del kirchnerismo y el de la Alianza. Como si el modelo kirchnerista no hubiera nacido en las entrañas de Duhalde y su dólar alto con superávits fiscal y comercial. Y Lavagna una pieza clave hasta bien entrado el kirchnerismo. Kirchner puede legítimamente levantar otras banderas. Pero si habla del modelo, debería reconocer algunos derechos de autor. Nunca lo hizo.

Decir que una derrota en una elección legislativa hará estallar todo y que lo que se ha hecho desaparecerá, puede ayudar a arrastrar votos. Pero después de seis años en el poder, es reconocer también la enorme fragilidad de la propia construcción política. Y más aún, desconocer el papel que la sociedad tuvo en la recuperación del país. Ricardo Roa, Editor General Adjunto de Clarín.
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El representante del miedo

El dirigente piquetero reiteró en Radio 10 su pretensión de incorporarse a las listas bonaerenses del Frente para la Victoria. Adelantó que habrá una marcha el jueves de su organización para pedir lugares electorales.

"Hay que socializar las responsabilidades políticas, nosotros hemos puesto nuestra vida en este proyecto político", señaló D'Elía en diálogo con Radio 10.

"Yo quiero participar, me hubiese gustado participar de las listas de diputados, que me explique Néstor Kirchner por qué no tengo que estar en la lista",
dijo el dirigente piquetero y luego amplió:
"el jueves vamos a marchar para dar nuestro respaldo a este modelo y para pedir nuestra participación en las listas"

"Yo creo que ganamos", dijo el piquetero al referirse a las posibilidades del Frente para la Victoria en las elecciones de junio.