27 de Mayo de 2009
Cristina cuestionó a Techint, pero dijo que defenderá sus
intereses
Aseguró que ese grupo obtuvo US$ 1.970 millones por Sidor
gracias a su directa intervención ante Caracas. "Nos hubiera
gustado que los 400 millones que ya cobraron los hubieran
depositado en la Argentina". La UIA pidió frenar el
ingreso de Venezuela al Mercosur.
Randazzo:
Chávez es "pre peronista".
![](http://www.criticadigital.com/fotos/Tapa_OK_54.jpg)
Todos unidos. Paolo Rocca y Cristina junto con el presidente Hugo Chávez en una
visita a la Argentina. (Foto:
presidencia de la Nación)
La estatización de tres
siderúrgicas del Grupo Techint en Venezuela disparó ayer una
puja inédita entre el Gobierno y todo el establishment.
Cinco días después de la decisión venezolana, la Unión
Industrial Argentina (UIA) salió a reclamar abiertamente la
expulsión del Mercosur del país de Hugo Chávez. El
mandatario caribeño acusó a los empresarios y medios de
comunicación argentinos de crear cortocircuitos entre ambos
gobiernos para “atacar la integración latinoamericana”.
Pero, a la vez, ratificó su política de nacionalizaciones y
le aseguró a Lula que no tocará a las firmas brasileñas.
Aunque prometió pelear para que Techint cobre una
indemnización justa, Cristina Kirchner también le disparó al
grupo con munición gruesa. Lo cuestionó en público por haber
depositado en el exterior los u$s 400 millones que ya le
pagó Chávez por Sidor, su primera firma expropiada el año
pasado. La firma no lo desmintió.
“No se puede ser argentino para pedir y extranjero para
depositar dinero afuera”, dijo la Presidenta en un acto en
Berazategui. Tras facturarle a Techint sus gestiones para
que Chávez le pagara “la bonita suma de 1.970 millones de
dólares” por Sidor, agregó: “Nos habría gustado que los
primeros 400 millones de dólares que ya cobraron los
hubieran depositado en algún banco aquí, en la Argentina”.
El dinero habría sido depositado en un banco alemán.
Cristina pidió respetar “las decisiones soberanas de cada
país” y argumentó que “tampoco nosotros aceptaríamos que
nadie se entrometiera en una decisión soberana”. Igual
aseguró que “vamos a seguir tendiendo nuestra mano y
brindando nuestra ayuda, porque ésa es nuestra obligación”.
Los dos gobiernos recién abordarán formalmente el tema el
lunes próximo, cuando el canciller Jorge Taiana se reúna con
su par venezolano Nicolás Maduro. Pero la Casa Rosada ya
adelantó que no buscará torcer la decisión. Y que a su
juicio, las tres empresas estatizadas la semana pasada no
valen más de 190 millones de dólares.
Como ocurrió durante el último fin de semana, no bien se
conoció la noticia de las nacionalizaciones, el empresariado
argentino cerró filas en torno a Techint.
Tras una reunión de todas sus delegaciones del interior, la
UIA reclamó en un comunicado que el Gobierno “revea” la
incorporación de Venezuela al Mercosur, por considerar que
sus decisiones “son contrarias” a las disposiciones del
bloque y “ponen en riesgo la integración regional”.
La Asociación de Industriales Metalúrgicos (Admira), donde
el holding de la familia Rocca también pisa fuerte, hizo
notar “su preocupación por el futuro de las inversiones
realizadas o en vías de concreción por numerosas empresas
metalúrgicas argentinas” en Venezuela. La mayoría de esos
emprendimientos de menor envergadura fueron incluso
incentivados por Techint, que concretó jugosos negocios con
Chávez durante el mandato de Néstor Kirchner.
Aunque ninguno lo ponga por escrito, los empresarios buscan
neutralizar una avanzada similar a la de Chávez por parte de
los Kirchner después de las elecciones. Ése es el fantasma
que tienen, a pesar de que el Gobierno ya descartó
nacionalizaciones. Los hombres de negocios temen que de la
mano de la ANSES, que tiene acciones en las principales
firmas del país y ya nombró a varios delegados en sus
directorios, el Estado avance sobre los capitales privados.
El ingreso de Venezuela al Mercosur como miembro pleno fue
trabado durante años por Paraguay, cuyo parlamento no aprobó
aún su postulación. También por Brasil, donde sólo los
diputados le dieron media sanción. La Argentina y Uruguay,
en cambio, ya dieron el visto bueno.
Mientras en Buenos Aires los empresarios reclamaban echarla,
Venezuela obtenía en Brasil el respaldo de Lula para su
entrada definitiva al bloque. El brasileño firmó con Chávez
un acuerdo de desgravación arancelaria que allanará su
ingreso.
El caribeño, a cambio, le dijo –medio en chiste y medio en
serio– que su país “está en una fase de nacionalizaciones de
empresas, menos de las brasileñas”. Eso crispó aún más los
ánimos en la UIA, desde donde un directivo que pidió el
anonimato se lamentaba anoche de “no tener un presidente
como Lula”.
Con defensores por todos lados, Techint evitó ayer las
declaraciones públicas. Sus voceros sólo recordaron que, en
los últimos cinco años, el grupo invirtió u$s 2.300 millones
en el país. Menos de lo que destinó a comprar empresas fuera
del país, pero más de lo que había desembolsado en el
quinquenio previo.
A. Bercovich.
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NOTAS
RELACIONADAS:
Duros cuestionamientos de Cristina Kirchner a Techint
La
Presidente aseguró que la empresa no depositó en el país u$s400
millones por una indemnización que cobró por la
estatización de Sidor, también en Venezuela.
La crítica llega días después de que Hugo Chávez
estatizara dos firmas más de esa compañía argentina.
![](http://www.infobae.com/adjuntos/imagenes/41/0274125G.jpg)
La
presidente Cristina Kirchner
cuestionó hoy
severamente al Grupo Techint
por no haber
depositado en nuestro país parte de la indemnización que
cobró por parte del estado venezolano por la estatización de
la firma Sidor en Venezuela en 2008.
"Fue la presidente de todos los argentinos la que
defendió a Sidor respetando las decisiones soberanas"
de Venezuela, dijo la jefe de Estado desde
Berazategui, días después de que varias
cámaras empresarias del país le reclamaran una respuesta a
Hugo Chávez
por la estatización de dos
empresas del gigante siderúrgico nacional.
La Presidente señaló que gracias a su
intervención "defendiendo también los intereses de
los argentinos" es que Techint
pudo conseguir como indemnización "la bonita suma de
1970 millones de dólares" por parte del régimen
venezolano.
"Fue un muy buen precio y estamos muy contentos de
haber intervenido", remarcó la jefe de Estado,
aunque reprochó a Techint por no haber depositado parte de
esa suma en un banco nacional. "Nos hubiera gustado
que los primeros 400 millones los depositaran acá en la
Argentina", cuestionó.
![](http://www.infobae.com/adjuntos/imagenes/41/0274132B.jpg)
En momentos que desde todos los sectores industriales y
empresariales argentinos le reclaman un pronto accionar ante
el gobierno venezolano, Cristina Kirchner salió
a defender el sistema financiero nacional y declaró: "Con
la libertad que tienen todos de disponer de sus bienes,
cuánto nos hubiera gustado que lo hubieran depositado en
alguna entidad financiera del país", señaló y
añadió que desde el Gobierno "vamos a seguir
defendiendo a nuestros inversores aún cuando sigan
depositando en otros países".
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Randazzo: "Venezuela está viviendo una etapa preperonista"
El
ministro del Interior justificó la decisión del presidente
de Venezuela de nacionalizar empresas y se expresó acerca de
la realidad de ese país
![](http://www.lanacion.com.ar/anexos/fotos/59/1003659.jpg)
Foto:
LA NACION
Esta sección tiene fines editoriales para poder conocer las
opiniones de los lectores sobre el tema particular
propuesto. Les pedimos que se ciñan a la consigna a fin de
realizar un mejor relevamiento. Estas opiniones pueden ser
publicadas en la edición de papel.
Nota de la
Redacción:
Es bueno que el Ministro del Interior, nos
anticipe las expropiaciones que vamos a tener con los
Kirchner, es su ahora “resucitada” de la etapa peronista.
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Un ejemplo
que los "K" deberían imitar, en vez de ser serviles!!
Chávez: "Estamos
en una fase de nacionalización de empresas en el país, menos
las brasileñas"
Así, lo
sostuvo el presidente de Venezuela al reunirse con Lula da
Silva a puertas cerradas, sin embargo, los periodistas la
pudieron escuchar gracias a unos auriculares traductores. Hugo Chávez
y Lula da Silva se reunieron en Salvador para avanzan en
acuerdos petroleros
SALVADOR.-
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó hoy durante
una reunión con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da
Silva, que las empresas brasileñas están a salvo del proceso
de nacionalizaciones que lleva a cabo en su país.
"Estamos
en una fase de nacionalización de empresas en el país. Menos
las brasileñas", afirmó Chávez en tono desinhibido en la
reunión a puerta cerrada que tuvo hoy con Lula en la ciudad
brasileña de Salvador.
El contenido
de la reunión fue escuchado por los periodistas a través de
los aparatos de traducción simultánea dispuestos para la
posterior rueda de prensa, que captaron la señal de los
micrófonos de la sala.
Chávez
aseguró también con una dosis de humor que intentó convencer
al empresario brasileño Emilio Odebrecht, presidente del
Consejo de Administración de la constructora Odebrecht, de
que abrazara la causa socialista, pero el industrial rechazó
esa propuesta. "Yo intenté
conversar con don Emilio [Odebrecht] para ir al socialismo.
Él se rió y me dijo que no", anotó Chávez.
Nacionalización argentina. El mandatario comentó además la
reciente nacionalización en su país de empresas de productos
siderúrgicos en las que tiene participación la argentina
Techint. Justificó la
medida por el hecho de que Techint mandaba acero venezolano
para producir tubos en México que después eran vendidos a la
petrolera estatal venezolana PDVSA a precios muy altos.
La
filtración de lo hablado en la reunión presidencial llevó a
los organizadores a recoger los aparatos de traducción, lo
que causó pequeños incidentes con los periodistas.
El gobierno
de Venezuela posee recursos para continuar llevando adelante
su programa de nacionalización de empresas, dejó entender
Chávez en su encuentro con Lula da Silva, en el marco de la
sexta reunión trimestral para analizar asuntos bilaterales y
de la integración regional. "Nos han
preguntado si tenemos dinero para seguir las
nacionalizaciones. Sí, lo tenemos. Un argumento dice que
tenemos que invertir en otras cosas, pero son inversiones
rentables, que seguirán fortaleciendo la economía. No
estamos arrojando dinero a la barranca", dijo Chávez en una
conferencia de prensa posterior a la reunión.
Las
nacionalizaciones "seguirán marchando, al ritmo de las
posibilidades, porque nos hemos colocado como prioridad la
inversión social y la protección del empleo", sostuvo.
"Las
reservas monetarias internacionales de Venezuela son ahora
el triple de hace 10 años. Y en las inversiones de este tipo
que hemos realizado recuperamos rápidamente el recurso. En
el caso de [la telefónica] CanTV recuperamos lo invertido en
dos años", señaló y remarcó: "Las nacionalizaciones
realizadas por el momento en el país representan 10.000
millones de dólares que se iban de Venezuela todos los años,
y que ahora se quedan en el país".
Defender a Cristina. El presidente venezolano Hugo Chávez
criticó a la prensa argentina en una conferencia de prensa
posterior a su reunión con su par Lula da Silva.
"Yo
quiero saludar a la compañera presidenta argentina
recordando que ella está siendo bombardeada con críticas que
intentan perjudicarla y perjudicar también nuestra relación.
Le mando saludos ahora que hay algunos medios de
comunicación tratando de hacerle daño, tratando de dañar las
relaciones con Venezuela", expresó Chávez.
El
presidente venezolano acusó a los medios de "aprovechar
cualquier cosa para satanizar a Venezuela: "Nosotros hemos
nacionalizado algunas empresas en Venezuela, sectores
estratégicos, entonces acusan a Cristina de que no defiende
los intereses de Argentina´´.
Por el
contrario, Chávez aseguró los empresarios del sector
siderúrgico "deberían agradecer que Cristina esté en la
presidencia porque gracias a su mediación fue que se
consiguió los acuerdos de compra de las empresas".
Cristina
criticó a Techint, aunque aseguró que defenderá los
intereses privados en el extranjero. La
Presidenta le reprochó a la multinacional que haya
depositado los 400 millones de dólares que cobró por las
acciones de Sidor fuera del país. Durante la
inauguración de nuevas fábricas en Berazategui, la
presidenta Cristina Kirchner criticó a Techint, aunque
aseguró que defenderá los intereses privados en el
extranjero; y elogió su gestión.
"Esta
presidenta defendió a la fábrica Sidor cuando se expropió en
Venezuela, por supuesto respetando las decisiones soberanas
de ese país. Hemos defendido los intereses argentinos. Mi
intervención en ese caso permitió a los empresarios de esa
empresa obtener 1970 millones de dólares. Estamos muy
contentos de haber intervenido porque es un muy buen precio.
Nos hubiera gustado, eso sí, que los primeros 400 millones
que ya cobraron los hubieran depositado en la Argentina",
sostuvo.
Cristina
Kirchner felicitó "a los señores empresarios, inversores
argentinos", porque son "el vívido testimonio de que algunas
cosas que por allí se publican huelen más a operación
politica en tiempos de elecciones que a realidad". Agregó
que "los hombres y mujeres que deciden hacer inversión no
leen el diario, sino que ven cómo se va desarrollando un
modelo político y económico".
"No hay secretos, no hay
fórmulas mágicas. Ya lo probamos en muchísimas
oportunidades, solamente con el trabajo la Argentina crece.
Cada vez que nos quisieron convencer que hay otro modo de
acumular riqueza, los argentinos fuimos para atrás", dijo la
Presidenta. "No hay Estado sin empresas ni empresas sin
Estado que las impulse", aseguró. "Sólo con la producción,
el valor agregado y el trabajo la Argentina crecerá",
agregó.
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Política
exterior de tono chavista
Las
relaciones internacionales de la Argentina parecen esclavas
de la peculiar relación del kirchnerismo con Chávez
Que los
Kirchner tienen intimidad con Hugo Chávez es cada vez más
evidente. La tibia respuesta del gobierno nacional ante la
nacionalización de empresas de capitales argentinos por el
mandatario venezolano así lo sugiere, al igual que la
presencia de Chávez en El Calafate, en pleno proceso
electoral. Ni el desgraciado episodio de la valija de
Antonini Wilson, repleta de dólares presumiblemente
venezolanos, obró de obstáculo para la presencia de Chávez,
para quien el principio de "no injerencia" en los asuntos
internos de otros países de la región pareciera no existir.
Desde hace
mucho tiempo, se observan señales evidentes de que la
identidad en el obrar entre el gobierno argentino y el eje
"bolivariano" de la región es un hecho. Entre ellas, la
frecuencia e intensidad de los contactos argentinos con
Venezuela, la inusual red de convenios de toda suerte
celebrados entre ambos países, la tenacidad argentina en la
promoción de las candidaturas de Venezuela al Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas y al Mercosur.
También
hay que mencionar lo sucedido en torno al discurso que la
Presidenta pronunció en la FAO en defensa de las retenciones
al agro, aplaudido solamente por los países "bolivarianos"
de la región, que en Roma se encolumnaron disciplinadamente
detrás de la posición proteccionista adoptada por la
presidenta Kirchner.
Además,
siempre debió sospecharse una presumible contraprestación
política del gobierno argentino a la asistencia financiera
de Venezuela a tasas de interés exorbitantes cuando fuera
requerida por los Kirchner, para evitar acordar con
el FMI y
el Club de París.
Pero las
cosas de pronto cambiaron. Las sospechas de alineamiento
bolivariano se transformaron en realidad, y la concertación
con La Habana y Caracas surgió evidente. Los dichos de Luis
D´Elía, con el tono habitual de bravuconada, cuando pugnaba
por integrar las listas de diputados del oficialismo, algo
que logró, dado que su esposa está entre los candidatos del
Frente para la Victoria, confirmaron esas conjeturas.
En efecto,
D´Elía señaló abiertamente que, como mandatario de Néstor
Kirchner, organizó en La Habana, con el propio Fidel Castro,
la desastrosa Cumbre de las Américas que tuvo lugar en Mar
del Plata en noviembre de 2005, en medio de saqueos y
desmanes callejeros, así como de toda suerte de agravios a
algunos de nuestros invitados, cuando nuestro país oficiaba
de anfitrión.
Esto acaba
de ser confirmado por el propio subsecretario del
Departamento de Estado norteamericano, Tom Shannon, en la
reciente reunión del Consejo de las Américas, en Washington,
cuando admitió que lo acontecido en Mar del Plata había
generado "serias dudas" sobre el futuro del "diálogo
integrador" en la región. En el sutil lenguaje diplomático,
esto supone haber deteriorado seriamente la relación
bilateral pese a las declamaciones grandilocuentes de
nuestros responsables de la política exterior que, queda
visto, se consulta con La Habana. Por esto, el sucesor de
Shannon acaba de agregar que todavía existe gran
preocupación por nuestro país.
Para
completar las señales, algunos párrafos del discurso
pronunciado por nuestra Presidenta en la reciente Cumbre de
las Américas en Trinidad y Tobago confirman las sospechas. A
contramano con el tono conciliador de la mayoría de los
participantes, señaló desafiante: "En aquella cumbre, le
dijimos que no al ALCA. Pero hubo más que eso. Aquella
reunión de Mar del Plata simbolizó una nueva forma de
razonamiento de nuestras naciones. En Mar del Plata, nos
plantamos en nuestras ideas y experiencias, y dimos una
respuesta a lo que durante muchas décadas fue una relación
traumática", actitud concertada con La Habana, según está
claro.
El rumbo
de la política exterior de nuestro país se ve cada vez más
chavista, pese al grueso manto de opacidad y silencios que
habitualmente cubre nuestro actuar en materia de relaciones
externas. La tibieza del Gobierno en la defensa de los
intereses de empresas argentinas en Venezuela termina de
confirmarlo.
Reproducción del editorial del diario La Nación.
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Los Kirchner y
Chávez; ¿hasta dónde llegan los parecidos?
La
apabullante reacción en cadena del empresariado argentino en
contra de una nueva estatización de compañías de Techint en
Venezuela y a favor de que el gobierno de Cristina Kirchner
interceda por ellas, habla de hombres de negocios que
pasaron, en tiempo récord, de la condescendencia a la
alarma. Habla del hartazgo con el presidente de ese país,
Hugo Chávez, pero también de la fuerte preocupación por el
carácter plebiscitario que los Kirchner imprimieron a la
elección legislativa y las consecuencias que esto podría
tener en el día después.
Curiosamente, para los empresarios tanto la victoria como la
derrota podrían empujar al Gobierno a una fase radicalizada
con toques chavistas. La primera, si se toma como
legitimación; la segunda, si se interpreta como la última
oportunidad para actuar sin ataduras antes de que cambie la
composición del Congreso.
En forma
indirecta, los empresarios están pidiendo al matrimonio
gobernante que digan hasta dónde están dispuestos a llegar,
que hablen con hechos y se desmarquen del estilo estatista
de Chávez como garantía de que aquí no sobrevendrá algo
parecido justo cuando la Anses pone directores en compañías
privadas e incluso asume el control de otras, como en el
caso de la Papelera Massuh.
Los hombres
de negocios han tenido en los últimos seis años una mirada
pragmática sobre los lazos que Néstor y Cristina Kirchner
tejieron con Chávez. Aceptaron el argumento oficial,
expresado en voz baja, de que la estrecha relación con
Venezuela no sería bien vista por los países centrales, pero
rendía sus frutos económicos en materia de asistencia
energética (petróleo y sus derivados) y financiera (vía
compra de bonos de deuda argentinos). Y en cuanto al costado
áspero y polémico del estilo Kirchner se lo toleró como un
mal menor dentro de un contexto de bonanza económica, ahora
en retirada por factores internacionales y locales.
En el libro
"Hugo Chávez sin uniforme", los periodistas venezolanos
Cristina Marcano y Alberto Barrera Tyszka enumeran una serie
de rasgos del estilo que Chávez ha impuesto en su país desde
que asumió el poder, en 1999, y que resultan
sorprendentemente familiares para cualquiera que haya vivido
en la Argentina en los últimos años. Algunos de ellos:
El líder
bolivariano lleva personalmente las riendas de su gobierno y
está hasta en los más mínimos detalles de la gestión. Suele
llamar a sus funcionarios, incluso los de menor rango, a
horas insólitas para exigirles que rindan cuentas sobre
determinados asuntos.
Desconfía de
la prensa. Promovió la creación de medios leales y
alternativos a los principales del país para publicar su
versión de los hechos sin contrapuntos. Llegó al extremo de
crear un diario propio (que fracasó) y el famoso programa
"Aló, Presidente" que él mismo conduce. Retiró la publicidad
estatal a los medios que lo critican.
Denuncia
conspiraciones permanentemente y tiene aversión a los
cacerolazos que organizan sus adversarios; incita a sus
partidarios a contrarrestarlos con manifestaciones propias y
"cohetazos" (fuegos artificiales).
Aún contando
con la mayoría parlamentaria pide siempre más poder y
recurre con mucha frecuencia a los decretos/ley.
Su carácter
confrontativo lo hizo pelearse con la Iglesia, los medios de
comunicación, el gobierno de Estados Unidos, sectores del
empresariado y los sindicatos. Descalifica a los disidentes
y exige fidelidad absoluta con su proyecto.
Le gusta
romper el protocolo y la solemnidad de los actos públicos. A
veces descoloca a sus propios seguidores.
El repaso de
estos rasgos habla de un terreno que aquí suena conocido y
que, con el paso del tiempo, el líder venezolano fue
profundizando, con su lógica traducción en medidas concretas
de política y economía. La reacción de los empresarios
argentinos parece mostrar que a Venezuela ya no se la
percibe como un socio incómodo pero tolerable, sino como un
modelo inspirador y potencialmente peligroso. Se preguntan
hasta dónde pueden llegar los parecidos.
Nota periodística de José Luis Brea, periodista.
Diario La Nación.
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Rechazo
generalizado de los empresarios argentinos al modelo estatizador de Chávez en Venezuela
La
Unión Industrial
Argentina (UIA)
mostró su "profunda preocupación" por la
nacionalización de tres empresas argentinas en Venezuela.
Además, Adeba, la cámara que agrupa
a los bancos, le pidió al gobierno
argentino que arbitre los medios necesarios
para defender los intereses del sector privado en el
exterior
![](http://www.infobae.com/adjuntos/imagenes/35/0273561B.jpg)
La Unión Industrial
Argentina (UIA)
expresó hoy su enérgico rechazo a las políticas estatizadoras por parte del régimen del caudillo
Hugo Chávez, quien anoche nacionalizó tres
empresas metalúrgicas de capitales argentinos.
La UIA repudió esta tarde la decisión de
Chávez, de "nacionalizar"
las empresas
Tavsa, Matesi
y Comsigua, propiedad del grupo siderúrgico
argentino Techint
y pidió al
Gobierno de Cristina Kirchner intervenir para revertir la
situación.
"La Unión Industrial expresa su profunda
preocupación por las consecuencias negativas de esta nueva
iniciativa que afecta a una empresa argentina radicada en
Venezuela", indicó la central fabril en un
comunicado de prensa.
Los industriales argentinos, cuyo titular es el empresario
plástico Héctor Méndez,
advirtieron además
sobre las consecuencias que las medidas unilaterales del
régimen chavista podría tener sobre el
comercio entre ambos estados.
"Es difícil de comprender cómo el gobierno de un
país que manifiesta públicamente el carácter estratégico de
la vinculación con la Argentina y busca estrechar los lazos
productivos entre ambas naciones, promoviendo las
inversiones y el intercambio comercial, lleva adelante
acciones que claramente ponen en riesgo las actividades de
una empresa argentina", dice el texto del
comunicado.
Exigen la intervención del Gobierno
Adeba, cámara que preside
Jorge Brito
y que
agrupa a los bancos argentinos privados, se sumó al rechazo
de la UIA y pidió que el Gobierno intervenga "con
toda energía" para revertir la situación que viven
las compañías argentinas en Venezuela.
"Adeba solicita al Gobierno argentino que con toda
energía arbitre los esfuerzos y medios necesarios para
revertir esta situación, en defensa de los intereses de
nuestro país en el exterior", sintetizó un comunicado de
prensa que fue difundido esta tarde.
El rechazo de AEA
La Asociación Empresaria Argentina (AEA), que
preside Luis Pagani, manifestó esta tarde su "profundo
rechazo" a la decisión del gobierno de Hugo Chávez
de estatizar tres firmas del grupo siderúrgico local
Techint.
"Las inversiones argentinas en el exterior son parte
fundamental de la proyección internacional de nuestro país.
En este sentido, AEA valora toda mediación del gobierno
argentino ante Venezuela para evitar que esta acción se
concrete", dijo la entidad.
Consideró que "el derecho de propiedad de las empresas sobre
su patrimonio y sus ganancias es fundamental para el
desarrollo económico, ya que sin garantías a la propiedad
privada no existen incentivos para realizar inversiones
productivas".
AEA, una entidad que agrupa a los principales grupos
empresarios locales, se sumó de esta manera a repudio
expresado también por la Unión Industrial Argentina (UIA) a
la decisión del gobierno de Venezuela de estatizar tres
empresas de Techint.
La consolidación del modelo chavista
Hace exactamente una semana,
Chávez
compartió una conferencia de prensa en Casa de
Gobierno con la presidente Cristina
Kirchner durante su visita a nuestro país.
Durante la charla de casi dos horas con los periodistas,
había anticipado que tomaría medidas estatizadoras
contra las empresas energéticas y metalúrgicas radicadas en
su país. Sin embargo, omitió decir a los
medios que entre las nacionalizaciones que llevaría adelante
incluiría a compañías de capital argentino.
Luego de esa extensa charla con los medios, el caudillo
caribeño voló junto a una gran comitiva venezolana hacia
El Calafate, en Santa Cruz.
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La
nacionalización de empresas argentinas en Venezuela provocó
un generalizado rechazo sectorial
Industriales, exportadores y banqueros repudiaron la
expropiación de compañias del grupo Techint impulsada por
Hugo Chávez; reclamaron la intercesión del Gobierno de
Cristina Kirchner
Luego de
cerrar el proceso de expropiación de Sidor y concluir las
largas discusiones con el gobierno venezolano, el Grupo
Techint vuelve a afrontar una nacionalización en suelo
bolivariano. Ayer Hugo Chávez anunció la decisión de
nacionalizar dos filiales en las que Tenaris, la empresa del
holding argentino, posee una participación mayoritaria, y
una tercera de menor porción accionaria.
Se trata de
las firmas Tubos de Acero de Venezuela (Tavsa) y Materiales
siderúrgicos (Matesi),
en el primer caso, y
Complejo
Siderúrgico de Guayana (Comsigua), en el segundo. El
objetivo oficial es terminar con los conflictos sindicales.
Tras el
anuncio de la medida, el sector salió a criticar con dureza
la medida del gobierno venezolano. La Unión Industrial
Argentina (UIA) repudió el accionar de Hugo Chávez mediante
un duro comunicado en el que expresó su "profunda
preocupación por las consecuencias negativas de esta nueva
iniciativa". Además, otras entidades se sumaron al reclamo y
le pidieron al Gobierno de Cristina Kirchner que interceda
para solucionar el conflicto.
"Es difícil
de comprender cómo el gobierno de un país que manifiesta el
carácter estratégico de la vinculación con la Argentina
(...) lleva adelante acciones que claramente ponen en riesgo
las actividades de una empresa argentina", indicó el
comunicado difundido por la UIA.
Además, la
entidad industrial solicitó al gobierno nacional que
"arbitre los esfuerzos tendientes a revertir esta situación
y defender los legítimos intereses de nuestro país en el
exterior".
También
la
Asociación Empresaria Argentina (AEA)
manifestó su rechazo a
la decisión de Chávez, y pidió acción del Gobierno. "AEA
valora toda mediación del gobierno argentino para evitar que
esta acción se concrete", afirma en un comunicado. También
se sumaron al reclamo los bancos agrupados en Adeba y la
Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).
Chávez
dispuso la formación de una gran empresa estatal
"socialista", sobre la que no dio demasiados detalles, pero
que encendió las alarmas entre los empresarios. "Hagamos ese
plan de un solo gran complejo industrial integrado
colectivo. El sector briquetero (productor de briquetas o
placas de hierro), nacionalícese", anunció el mandatario
venezolano en un acto con trabajadores del sector en Ciudad
Guayana, según reprodujo
la
agencia AFP.
El
mandatario venezolano consideró que "no hay nada que
discutir", y ordenó que "comience de una vez el proceso de
nacionalización para poder crear un complejo industrial".
Tenaris
emitió un comunicado para responder a los dichos del
presidente Chávez. En la misiva la empresa sólo dice conocer
el anuncio, aunque se destaca que "no se han proporcionado
detalles en relación con el proceso de expropiación".
Además de
las empresas de capital del Grupo Techint, Chávez mencionó a
otras como Orinoco Iron, y Venprecar, que forman parte de la
compañía venezolana International Briquettes Holding (IBH),
que vende briquetas de hierro compactadas en caliente a todo
el mundo.
Todas estas
empresas básicas, situadas en el oeste del país, atraviesan
conflictos laborales desde hace meses. Según dirigentes
sindicales, los trabajadores no han recibido su salario
desde hace medio año y solicitaron hace tiempo la
intervención del gobierno.
"Todas estas
empresas no son mías ni de ustedes, son del pueblo. Todo
esto debe ser asumido con responsabilidad, con sentido de
integración entre el Gobierno y los trabajadores", sostuvo
Chávez.
A mediados
del año pasado, Chávez nacionalizó Sidor, la mayor acería
del área andina y del Caribe, cuya mayoría accionaria
pertenecía al conglomerado argentino. A principios
de este mes, Techint anunció que había llegado a un acuerdo
para vender su paquete accionario , de 59,7%, en 1970
millones de dólares al Estado venezolano.
Venezuela
inició en 2007 una política de nacionalizaciones de
industrias estratégicas, entre ellas la petrolera,
telecomunicaciones y electricidad, que en 2008 también
abarcó los sectores siderúrgico, cementero y bancario.
Sorpresa. En
Techint se mostraron "sorprendidos" por la "insólita"
decisión del presidente venezolano dijo hoy
Luis Betnaza,
director de Asuntos Públicos y Relaciones Institucionales
del grupo.
"Estamos
absolutamente sorprendidos. Ya habíamos tenido la
experiencia de la nacionalización de Sidor y parecía que ese
era el último evento de este tipo de accidentes en
Venezuela", subrayó, al indicar que Techint se enteró del
asunto por la prensa.
En este
sentido, Betnaza remarcó que "ya son cinco" las empresas de
Techint que terminan nacionalizadas en Venezuela, incluyendo
a Sidor. "Es un hecho
absolutamente insólito, máxime en el contexto" de la "enorme
hospitalidad" que ha recibido Chávez en sus visitas a la
Argentina, la última de ellas la semana pasada, puntualizó
el directivo en declaraciones a la radio Continental.
Dijo que
desconoce si la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner,
estaba al tanto de la decisión de Chávez, con quien se
reunió el viernes pasado y a quien agasajó al día siguiente
en la finca que posee en la villa turística de El Calafate,
en la Patagonia.
Betnaza
señaló que la Argentina y Venezuela tienen "una alianza
estratégica de tipo político para la región y parecía que en
ese marco las inversiones argentinas en Venezuela parecía
ser el camino idóneo para consolidar" tal alianza.
"Es todo muy
confuso", comentó el directivo de Techint luego de afirmar
que participó en "muchas" de las comitivas de empresarios
argentinos a Venezuela en los últimos años "y siempre el
tema era la búsqueda" de mecanismos de asociación y traspaso
de tecnologías para el desarrollo venezolano.
"El propio
Gobierno argentino ha apoyado a Petróleos de Venezuela (Pdvsa)
para que se radique en la Argentina. Por lo menos, en
términos de reciprocidad es insólito [lo que ha decidido
Chávez]", remarcó.
Tenaris,
grupo siderúrgico controlado por Techint, dijo que no se le
han "proporcionado todavía detalles" sobre la
nacionalización de sus empresas en Venezuela, según un
comunicado que envió hoy a la Bolsa de Comercio de Buenos
Aires fechado en Luxemburgo, donde tiene su sede societaria.
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¡¿Qué te pasa, Techint?!
La avanzada estatista en Venezuela y el desinterés K por la
suerte de las compañías preocupa a los empresarios.
Temor a
un giro del Gobierno.
![](http://www.perfil.com/export/sites/diarioperfil/img/2009/politica/0523_chavez_kirchner_cedoc_468.jpg_687088226.jpg)
Hugo Chávez nacionalizó compañías de Techint y en Argentina
los empresarios temen un giro similar en la economía K. |
Foto: Cedoc
La nacionalización de la empresas del Grupo Techint en
Venezuela tomó por sorpresa a la compañía. Ella movilizó al
conjunto del empresariado para repudiar la acción de Hugo
Chávez, pero se encontró con un conjunto importante de
adhesiones espontáneas.
Menos de una semana después de la visita de Chávez al país y
de las declaraciones mutuas de unidad estratégica, los
empresarios argentinos reflejaron un hartazgo por el
desinterés del Gobierno en la suerte de muchas de las
compañías. Pero también un
temor visceral a
un giro del Gobierno.
En la perspectiva de los empresarios, el próximo paso podría
ser una avanzada nacionalizadora-estatizadora en la
Argentina.
El establishment considera que Néstor Kirchner pecó de un
silencio cómplice y privilegió la lealtad con Chávez o quedó
cautivo de las movidas bolivarianas, consecuencia de la
haberle dado calce. Tan fuerte sienten la amenaza - de
Néstor Kirchner - que ya no se almedrentan con los ataques
del Grupo Clarín.
No repararon ayer en que, a partir de ahora, aparezca en los
discursos de campaña un:
"¡¿Qué te pasa,
Techint?!". Las manifestaciones de ayer fueron concluyentes
respecto de la situación de Techint y Venezuela. Pero fueron
dirigidas hacia el gobierno argentino. La influyente
Asociación Empresario Argentina (AEA) - que integran
empresas como Arcor y también Clarín - señaló en su
comunicado que "considera oportuno recalcar el principio de
que el ámbito propio de las empresas privadas debe ser
respetado. La injerencia estatal en dicho ámbito lesiona el
dinamismo de la economía y atenta contra el desarrollo
económico y social".
Nota de Ariel Cohen, Prosecretario de Redacción del
Diario Perfil.
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Regalito
bolivariano
El Gobierno intercederá por Techint, resignado ante la
decisión de Chávez
El ministro Julio De Vido afirmó que se protegerá a las
empresas argentinas
estatizadas por
Venezuela. El anuncio intempestivo del mandatario caribeño convulsionó
la campaña electoral.
La oposición
denunció complicidad.
![](http://www.criticadigital.com/fotos/Cumbre_Brasil_telam_1.jpg)
El presidente de Venezuela Hugo Chávez visitó la Argentina
la semana pasada y el gobierno nacional dice que nunca
se
habló de la estatización de las empresas locales. (Archivo
Télam)
“Nos cagó”. Así de gráfico fue
uno de los ministros del gabinete para explicarle a este
diario la evaluación gubernamental sobre la estatización de
tres empresas argentinas, que ejecutó el presidente de
Venezuela, Hugo Chávez.
Horas más tarde, el ministro de Planificación, Julio De Vido,
tradujo en términos más formales estas impresiones. En
declaraciones a la agencia Télam, señaló que
Argentina respeta "la decisión soberana" de Venezuela de
nacionalizar empresas -entre ellas, tres participadas por
Techint-, pero protegerá "los intereses" del grupo
argentino.
"El Gobierno repetirá sin dudar las gestiones de la misma
forma que lo hizo ante la nacionalización de Sidor,
respetando como ha hecho siempre las decisiones soberanas de
otros Estados, pero protegiendo los intereses de los
nacionales", apuntó el funcionario.
Según distintas fuentes oficiales, el mandatario caribeño no
les adelantó a los Kirchner que iba a tomar el control de
las compañías que tiene en su país el Grupo Techint, en la
estrecha visita de la semana pasada a la Argentina, que
incluyó un viaje al Calafate y varias reuniones
confidenciales.
Aunque entre Chávez y los K la intimidad y el diálogo fluido
son indudables, la estrategia oficial consiste en insistir
ante los medios que ningún funcionario conocía las movidas
estatizadoras del caribeño.
Hasta la noche de este sábado, ninguno de los voceros
habituales del Gobierno había salido a aclarar cuál es la
posición K respecto a este nuevo conflicto estatal que se
abre con el establishment: el viernes a la noche un
importante funcionario se lamentaba en su despacho por la
cadena de comunicados alarmantes que emitieron distintas
cámaras empresariales, como la Unión Industrial Argentina (UIA)
y la Asociación Empresaria Argentina (AEA), entre otras.
Cuando la estatización de las empresas de Techint ya
recorría los portales de noticias de todo el mundo, la
presidenta Cristina Kirchner ordenó a
su ministro de
Planificación Federal y al canciller, Jorge Taiana, que
prestaran toda la ayuda necesaria a las autoridades de
Techint, contaron funcionarios con despacho en la Casa
Rosada, que aclararon que sólo hablaban off the record.
En el Gobierno dejan trascender que las relaciones con la
empresa pasaban por un buen momento. Incluso los Kirchner
habrían hecho gestiones ante Chávez para que le pague a
Techint los 1.970 millones de dólares que le había prometido
tras la estatización de Sidor: según la versión oficial, la
plata apareció y la empresa la depositó en un banco de
Londres. Todo ocurrió algunos días antes de la última visita
del mandatario venezolano a Buenos Aires, siempre según el
relato de los funcionarios que aseguran haber trabajado en
ese tema.
El anuncio de Chávez también habría sorprendido a las
autoridades del grupo y fue motivo de un rechazo
generalizado de parte de las asociaciones empresariales
argentinas, y
también de la oposición.
"Así como siempre estuve en contra de la privatización de
las empresas del Estado, como se hizo (en Argentina) en la
década del 90, ahora
tampoco estoy de acuerdo con la
estatización de las empresas privadas ",
aseguró este sábado Hugo Moyano, líder de la CGT.
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Por qué Néstor Kirchner se pelea con el Grupo Techint
Tras la
suspensión de una inversión de
U$S1000 millones, la relación del Gobierno con el
holding parece no tener retorno.
El plan de los K.
![](http://www.perfil.com/export/sites/diarioperfil/img/2009/politica/0116_techint_468.jpg_687088226.jpg)
Cortocircuito. La relación de los K con Rocca está en un
momento de impasse. | Foto: Cedoc
"No hay que olvidar que Siderar a principios de los '90 era
Somisa,
una empresa estatal por la que no pagaron
prácticamente nada". La frase que pronunció
el ultrakirchnerista José María Díaz Bancalari,
pocas
horas después de analizar junto con la Presidenta en Olivos
el caso de la millonaria suspensión de inversiones de la
empresa del Grupo Techint, podría haberse
considerado una mera reseña histórica si el diputado no
hubiese agregado: "No veo nada malo en que lo que fue del
Estado vuelva a serlo".
La advertencia llegó pronto y certera a las oficinas
centrales del conglomerado industrial que dirige
Paolo Rocca,
donde aunque afirman no haberla tomado seriamente, la
anotaron. "Es una chicana, nos están mostrando un poco los
dientes", afirman. En eso términos parece ahora definirse la
relación entre el Gobierno y el grupo económico más
importante del país, relación que supo conocer tiempos
mejores pero que los avatares de la política y los negocios
hicieron que se diluyeran sin tregua.
El freno
en la construcción de un nuevo horno en la planta de Siderar
de San Nicolás, que implicaba un desembolso previsto en U$S1.000
millones y la contratación indirecta de 2.300
trabajadores cuya resolución se negocia por estos días,
marca no sólo un nuevo pico de tensión entre ambos sino un
giro en la estrategia del grupo. Ceder ya no es una opción y
el
enfrentamiento es cada vez más abierto.