IMPUNIDAD DE LA CGT!!
PABLO MOYANO Y HNOS.:
PORTACIÓN DE APELLIDO?

23 de Junio de 2009

La impunidad de Pablo Moyano

El sindicalista e hijo del titular de la CGT ha incurrido en numerosos actos de fuerza sin que nadie los impida ni sancione

Amparandose en la cobertura de la monopólica influencia sindical y política paterna, Pablo Moyano -uno de los hijos del titular de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano- ha cometido graves desmanes en perjuicio de empresas privadas.

Los bloqueos de los accesos a las plantas impresoras de LA NACION y de Clarín , y de las playas de distribución de diarios y revistas -ni más ni menos que concretos atentados contra la libertad de prensa- son apenas dos ejemplos de la actividad disociadora e ilegal de quien pretende sumarle por la fuerza afiliados espurios al Sindicato de Camioneros. Moviliza a título de arma esencial belicosos piquetes integrados por activistas de esa organización, a los cuales, convencido de su invicta impunidad, lidera sin ningún disimulo.

Una de las más recientes incursiones de tales facciones tuvo por víctima a Papelera del Plata, empresa cuyos capitales mayoritarios provienen de Chile. So pretexto de reivindicaciones gremiales que, en todo caso, podrían dirimirse en la cartera laboral o en la Justicia, manifestantes encabezados por Pablo Moyano les pusieron sitio a las oficinas administrativas, en el Parque Roca de esta ciudad, y luego la emprendieron contra las plantas fabriles instaladas en las localidades bonaerenses de Wilde y Zárate, y en Náschel, provincia de San Luis.

Era previsible que, a poco, se produjese la reacción de quienes vieron afectados sus legítimos derechos e intereses, sin que las autoridades moviesen un dedo para protegerlos. En consecuencia, aquella empresa habría dejado en suspenso una inversión de 1300 millones de pesos, destinada a instalar una papelera en la provincia de Corrientes.

No se trata de un dato menor. Corridos por las perspectivas de malos tratos, desatinos y francas amenazas gubernamentales, importantes inversiones se han marchado en busca de mejores perspectivas o, directamente, han renunciado a asentarse en nuestro país, que no se encuentra en condiciones de darse el lujo de que el alocado comportamiento de un sindicalista ahuyente un aporte de la magnitud del aquí citado.

¿Habrá reparado el principal responsable de tanta cizaña en la cantidad de puestos de trabajo que no se habrán de establecer aquí por causa de sus prepotentes actos de compulsión? No es un detalle para nada desdeñable, en especial porque, incluso a pesar de las falsamente optimistas estadísticas oficiales, (que hasta su padre puso en duda) en los últimos días han sido difundidas cifras que dan cuenta del incremento de los subsidios por desempleo.

A nadie asombra ni extraña la permisividad que torna factible la reiteración de esos atropellos. En los últimos años hay pruebas sobradas del reinado de esa tolerancia cómplice, tramada y puesta en práctica en exclusivo beneficio de los amigos del poder.

Míreselos por donde se los mire, se trata de pésimos y reiterados ejemplos de la promoción de un Estado de anomia que, con evidente desprecio por el futuro de nuestras instituciones, las sigue desmereciendo, al tiempo que atenta contra la ley, fundamento imprescindible para la vigencia plena de la convivencia social pacífica. Reproducción textual del editorial del diario La Nación.