20 de Julio de 2009
David Viñas: Literatura y política en países
humillados
A meses del bicentenario latinoamericano una de las voces
más críticas de la literatura argentina presenta su
antología polémica sobre Simón Bolívar,
cuestiona el
vaciamiento de la política nacional y denuncia la corrupción
de las ideologías.
![](http://www.revistaenie.clarin.com/2009/07/17/thumb/davidv.jpg)
Le carraspea la voz, se interrumpe para toser y
después le da una pitada larga a su cigarrillo. Fuma y
afortunadamente, a sus 82 años, no le importa la gripe
porcina. Pero igual está alerta, preocupado por el presente
y por el futuro nacional.
"El próximo presidente de la República es Tinelli, querido. ¿O
no? Es el tipo más popular de la Argentina. ¿No fue Reagan
en Estados Unidos? Y era un pobre diablo, Reagan, eh.", dispara el autor de Cuerpo a cuerpo en
el sector de fumadores del Café La Paz, en la Avenida
Corrientes, a dos cuadras de de donde vive, en el barrio en
el que nació, y en su enésima digresión. Pero los paréntesis
de Viñas no son divagaciones arbitrarias. La literatura y la
política son esferas indivisibles en el mundo de Viñas. Para
él, no existe una literatura que no sea política.
Testimonios de esa afirmación, que no sale de su boca, se
leen en sus obras de teatro y narrativa y –sobre todo- en
sus ensayos Literatura argentina y política. De los jacobinos
porteños a la bohemia anarquista
(1995) o antes en Literatura
argentina y realidad política: de Sarmiento a Cortázar (1970).
La literatura latinoamericana
es un terreno demasiado fértil para obviar el prisma
político de Viñas y, también, el de Gabriela García Cedro,
su colega en la cátedra de Problemas de la Literatura
Latinoamericana que dictan juntos en Filosofía y Letras en
la UBA. Juntos editaron también a fines de 2007 y a pulmón
-a pesar de los pergaminos de Viñas- Bolívar.
Antología polémica.
En la primera entrega de la
colección Crónica General de América latina que –imaginan-
continuará con "el oriental" Artigas y los revolucionarios
mexicanos Zapata y Villa, Viñas y García Cedro compilaron
textos de diferentes historiadores, políticos y escritores
de realidades, pensamientos y épocas diferentes sobre el
fundador de la fracasada Gran Colombia. Figurones de
pensamiento y realidades tan variadas como el cubano José
Martí, el liberal Bartolomé Mitre, el sanmartiniano José
Pacífico Otero y Marx dialogan a través de sus propios
retratos de Bolívar. Viñas y García Cedro se preservan de
grandes prólogos y sutilmente le dejan la apertura y el
final al historiador venezolano Germán Carrera Damas, que no
duda en exhibir las contradicciones, vacilaciones y aciertos
del presidente vitalicio de Venezuela. "Sarmiento es el que
mejor lo ve, dice: Bolívar no era napoleónico, era un
caudillo popular", desembucha Viñas...y antes de anteponer
cualquier objeción, es terminante: "Era un caudillo, andaba
en mula".
Sin embargo, a meses del
bicentenario de la mayoría de los países latinoamericanos,
el tema no pierde actualidad, y de la verborragia del
fundador de "Contorno" emergen en la misma discusión los
nombres del libertador de América, el del autor de El
capital, y
también los de Mitre, Chávez y Kirchner, entre otros.
-De todos los
personajes ¿por qué comenzaron la colección con Bolívar?
-Porque este libro quiere ser
fundamentalmente informativo, queremos decir "acá está este
personaje; no hay que pasarlo por alto". No es un libro un
libro apologético. No lo es, se llama Antología polémica.
-¿Y por qué si es un
tema relevante y de actualidad se trata de una publicación
independiente que directamente roza lo marginal?
-Son los límites con que
se maneja el pensamiento crítico en la Argentina. ¿Dónde se
puede publicar algo que sea crítico en serio? Es una
pregunta para hacerse, compañero. ¿Por qué no hay trabajos
críticos sobre esto? Es lo que estamos intentando hacer. No
quiero monopolizar, ¿no? Es un grupo de gente, además, que
trabaja en la cátedra.
-¿Pero en 1960
hubiera sido más fácil para usted abrir estos canales?
-En algunos momentos sí
porque había gente muy empecinada, con mucha práctica. En
los 60, ya que usted pregunta puntualmente, estaba, por
ejemplo,
Boris Spivacow, que hacía colecciones y colecciones de lo que le diera la gana, y
no pagaban derecho. Lo quemaron los militares. Es decir,
cuando hay una producción crítica que se visualiza, aparece
la censura, que es también un elemento que está ahí.
-La entrevista de
Guayaquil entre San Martín y Bolívar es tal vez una síntesis
de la construcción de la historia oficial argentina. ¿Qué
sucedió en verdad allí?
- Pero ahí hay que plantearlo en términos políticos. Es una
correlación de fuerzas, y las fuerzas las tiene Bolívar.
Está en la casa y él tenía ese proyecto; San Martín no lo
tenía. San Martín es un militar a la europea,
fundamentalmente. Este es loco, incluso a nivel
temperamental si usted quiere, pero hay cosas que se han
anecdotizado mucho, empezando porque era morocho y andaba en
mula. Diga que también era un señorito, millonario, de
familia mantuana. En otras cosas que han abundado,
perdóneme, es en su colección de queridas. Su vida. ¡¡Lo
descalifican por eso!! ¿Qué tontera es ésa? ¡¡Era un héroe!!
Más bien héroe a la locura; legó su apellido a un país,
imagínese.
Viñas no quiere monopolizar
pero le gana su carácter y su capacidad inigualable de ver a
los personajes históricos en toda su dimensión, de desautomatizar lo
que ya no sorprende. El texto que más aborrece de los que
compiló es el de autor de El
Manifiesto comunista,
que dejó un testimonio fuera de foco de Bolívar. Viñas
vuelve a hablar del libro y se entusiasma. "Marx era un
ganapán; escribió el artículo para un diario norteamericano
donde le pagaban, y tal vez sea de Engels, que a veces
escribía por él, o de algún otro. Tiene un pensamiento
eurocéntrico del que no se puede desprender. Él es un
burgués, es un burgués que intenta dejar de ser burgués,
pero su formación era burguesa. Se pasó la vida escribiendo.
Era un loco, era un obsesivo por ese trabajo: todavía
estamos asistiendo a un capítulo del capitalismo del cual él
no iba a poder dar cuenta. Y ahora, ¿qué pasa con el
capitalismo? Estados Unidos, querido, ¡quiebra la General
Motors!".
El mundo es un lugar
distinto, la izquierda y la derecha se confunden, la
tradición liberal se convierte en conservadora. "Se
corrompen", corrige Viñas antes de toser y volver a fumar,
otra vez.
-¿No hay
publicaciones sobre Bolívar ni lugar para las publicaciones
políticas y el discurso político es cada vez más vacío.
¿Cuándo comenzó, por qué comenzó?
Gabriela García Cedro: Bueno, una de las cosas asociadas con la despolitización tiene que
ver, por ejemplo, con los planteos desde la Ciudad de Buenos
Aires para el Bicentenario, que no se filtren –no quiero
citar mal-, cuestiones ideológicas, lo dijo
Michetti.
Es decir, el acto del 25 de Mayo, llamaron a cantantes de
rock para cantar las canciones patrias "con onda", que no se
filtren cuestiones políticas, qué sé yo. Acá no ya no hay
más ciudadanos hay sólo vecinos.
DV:-Yo
le voy a citar pedantemente a Aristóteles, porque es un
lugar común. Aristóteles dice: "el hombre es un animal
político", y si usted le saca la política, ¿qué queda?
GGC: Bueno,
pensemos eso en oposición, por eso decía, a lo que fue el
Centenario, que mal que mal, había otro tipo de ilusión, de
proyecto. Digo, en estos dos festejos también se pueden ver
grandes diferencias. Está todo impregnado en el libro
El tiempo se acaba, entre
cigarrillos y cafés. Cuando García Cedro y Viñas se montaron
en la aventura de la antología polémica, el fantasma del
resignificado movimiento bolivariano que impulsa
Hugo Chávez
desde Venezuela gozaba de otra recepción, también en
la Argentina. "Venezuela era un país del que nadie se
acordaba. (Chávez) ha logrado ubicarlo. Yo hice una sarta de
apologías de Chávez. Hubo una invitación, cuando estuvo acá,
al principio, y no fui de haragán, de piojoso. El ataque a
Chávez es la referencia permanente de los diarios del
sistema. Ya no es con
Fidel.
¿Qué pasó con Fidel? Poco país. Cuba es tan grande como
Santa Fe, ¡¡¡pero se animaron a enfrentarse nada menos que
al imperio!!! Con aciertos y limitaciones, claro. Chávez ya
no es un loco suelto, es de colección. Bolivia, Ecuador,
Venezuela... son países humillados, querido. Nosotros no
tenemos ni idea; éste también es un país de humillados,
también, de medio humillados". Entrevista
por
Guido
Carelli Lynch, para la revista Ñ.