¿Y si me hago feliz
y los cago a trompadas?

29 de Agosto de 2008

Una mujer, el administrador y el gasista

Tengo 31 años, vivo sola y tengo la independencia y las fuerzas para luchar contra los plomeros, los gasistas, los electricistas, los pintores, etc. Pero el gran problema, desde hace dos años, es el administrador del edificio.
¿Cómo puede existir esta división tan notoria entre los argentinos? Gente sin códigos, incumplidores. Se les tiene que pagar el 50% antes de empezar un trabajo, tenés que esperar un mes para que cumplan con 10% de lo pactado, hay que llamarlos cada día al celular para escuchar mentiras encabezadas con un "peroooo señora", provocándome un estado de ira absoluta.
Y a causa de su "mala praxis", junto con el gasista, me retiraron el medidor de gas. ¿Y ahora quién tiene que seguir gastando en expensas, lo perdido por el gasista, los deliverys por no tener con qué cocinarme, y contratar un abogado que nos haga valer nuestros derechos para que se haga lo que corresponda? No hay ningún organismo que nos ampare.
¿Y si me hago feliz yo misma y los cago a trompadas?
¡Qué lindo sería!
 Pero ahí sí interviene la Justicia.
 ¡Qué loco!, en mi contra, ¿no?
 

Carta de lectores publicada en el diario Clarin del 28-08-2008
autorizada su reproducción por su autora

Natalia De Santis.
desantisn@yahoo.com.ar