Desde el estallido del escándalo de Antonini
Wilson en Miami, apenas tres días después de asumir la
Presidencia, hasta el reciente traspié parlamentario por el
caso Aerolíneas Argentinas, el gobierno de Cristina
Kirchner es una sucesión infinita de desilusiones y
desencantos.
Casi todas las desventuras que arrastra, ya sean políticas o
económicas, las heredó de la distraída administración de su
esposo.
El peronismo, más aferrado al poder que a la ideología, ya
indaga sobre quién o quiénes serán los herederos de los
Kirchner.
Sabe, con una percepción matemática, que un modelo y una
dinastía se han agotado.
La administración maquilla sus derrotas
Permitió que le destrozaran el proyecto de compra de
Aerolíneas Argentinas en la Cámara de Diputados, no para
evitar un fracaso en la votación, sino para esquivar un
debate que la hubiera dejado obscenamente desnuda.
Los fundamentos de la compra fueron escritos por el
secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y por el secretario
legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, pero
nunca hablaron entre ellos para ponerse de acuerdo. La única
coincidencia telepática consistió en abominar de la
administración privada de una empresa española.
El resultado fue el relato, si lo que dijeron
fuera cierto, de la inexistencia del Estado.
¿Cómo pudieron suceder tantas cosas sin que ningún
mecanismo del Estado haya funcionado a tiempo? Un fiscal
debería pedir la prisión de muchos funcionarios sólo con
leer esas confesiones propias de arrepentidos , admitió un
diputado peronista. Dos personas condujeron el proceso de
Aerolíneas Argentinas durante los últimos cinco años: Néstor
Kirchner y Jaime.
Los diputados se ocuparon prolijamente de rechazar todas
las cosas que imaginaron los dos. Bienvenido sea ese nuevo y
definitivo límite que se levantó en el Congreso.
La única novedad contradictoria es que nada cambió en el
Gobierno. Jaime sigue. La influencia del ex presidente en
las ideas de su esposa continua tan lozana como antes.
Una sociedad llena de malestares y un peronismo
sublevado no han logrado penetrar en la intimidad del
palacio donde habita el matrimonio que gobierna.
Néstor Kirchner maquilló también su furia y recibió a Carlos
Reutemann. Dicen que hará lo mismo dentro de poco con Felipe
Solá. Felipe y Reutemann son las cartas escondidas del
peronismo para sucederse a sí mismo. El ex gobernador
bonaerense es ahora el político más popular en la provincia
de Buenos Aires, y las encuestas los tratan bien en el
territorio nacional. En la provincia de Buenos Aires, que le
dio el triunfo al kirchnerismo en 2003, 2005 y 2007,
Néstor Kirchner tiene ahora sólo el 17 por ciento de imagen
positiva, según encuestas que les llegaron a dirigentes
peronistas.
Reutemann fue el que lastimó de muerte al proyecto de las
retenciones en el Senado. Solá había hecho lo suyo en la
Cámara de Diputados y fue también el que llevó al peronismo
a la rebelión sobre el caso Aerolíneas Argentinas. A
Reutemann le va bien en su natal Santa Fe y es una figurada
respetada por el peronismo nacional.
¿Podría ser una casualidad que los dos peronistas más
populares del país sean también los dos que mejor conocen
los problemas del campo y los que más cerca han estado de
sus reclamos y de sus intereses? Desde luego que no.
Reutemann y Felipe tampoco son inocentes: sus proyectos
políticos terminan en el despacho de los presidentes. Han
entendido antes que otros que el sector rural se convirtió
en un nuevo sujeto político, social y hasta electoral
irchner cometió muchos errores, pero ninguno fue tan
destructivo como el de su pelea obstinada con el campo ,
dijo un peronista con acceso directo al ex presidente. La
ideología como bitácora política es el error.
Kirchner prometió durante gran parte de su gestión que
resolvería el default con el Club de París. No lo hizo y la
administración de su esposa sufre ahora el aislamiento
financiero del país.
Un proyecto para resolver toda la deuda en default (unos 30
mil millones de dólares) anda dando vueltas por el Gobierno.
El estudio ya lo había ordenado Alberto Fernández en
complicidad con algunos funcionarios económicos. Sergio
Massa lo retomó ahora.
La eventual solución consiste en usar unos 4500 millones de
dólares de reservas para pagarle al Club de París y
financiar luego el resto de la deuda. Paralelamente, se
lanzarían bonos en el mercado internacional por un monto
idéntico para comenzar a resolver la situación de los
tenedores de bonos argentinos todavía en default. También en
este caso quedaría por financiar una parte importante de la
deuda. Los autores del proyecto creen que la Argentina
podría volver, así, a los mercados internacionales y zafar
del único prestamista que le queda, Hugo Chávez y sus
satelitales tasas de interés. Falta la aprobación final
del zar de la economía, Néstor Kirchner.
Hay que tener en cuenta que un divertimento habitual de
Kirchner y de su obediente cirujano político, Guillermo
Moreno, es precisamente desautorizar a los jefes de
Gabinete. Moreno maltrató a los bancos por las tasas de
interés justo tres días después de un cordial almuerzo entre
Massa y una veintena de banqueros nacionales. Los dueños de
los bancos salieron convencidos de las buenas intenciones
del jefe de Gabinete, pero se encontraron a la vuelta de la
esquina con otra intimación barriobajera de Moreno. Moreno
sigue en su puesto. Cristina
Kirchner debe dar explicaciones por la financiación de su
campaña. Llueven acusaciones sobre el asunto. Antonini
Wilson no deja de asegurar en Miami que sus dólares estaban
destinados a solventar los menesteres electorales de la
actual presidenta. Empresarios medicinales asesinados,
vinculados con la provisión de drogas a narcotraficantes,
aparecen también en la nómina de contribuyentes a la campaña
presidencial. El trasfondo es más grave que la apariencia:
¿qué hacían en la Argentina tantos mercaderes
internacionales de la droga? Silencio. El Gobierno no habla.
Un país aislado
Entre las deudas financieras sin resolver, la
persecución a empresas extranjeras y una densa calina de
sospechas sobre los aportantes del kirchnerismo, ¿cómo
extrañarse del aislamiento político internacional del país?
Hugo Moyano ha sido, además, el mejor exponente de una
visión xenófoba de la política y de la economía. Su discurso
de agravio a los españoles es, en primer lugar, injusto.
Capitales españoles fueron los más importantes inversores
extranjeros en la Argentina de la última década. Ahora no lo
son y es improbable que vuelvan. Se han ido a México, a
Colombia y a Perú.
Pero, además, la colectividad española argentina es la más
grande del mundo. Dejó de ser entonces sólo una cuestión de
política o de economía, porque el agravio hirió a vastos
sectores sociales. El Gobierno calla, mientras sus socios
políticos ejecutan esas destrucciones. Hasta hubo
gestiones diplomáticas españolas de alto nivel para frenar
una amenaza de los gremios aeronáuticos contra los vuelos de
Iberia.
La xenofobia de Moyano empalma perfectamente
con la autarquía económica de Néstor Kirchner. Y le es
funcional también. No se puede desvincular aquel discurso
del líder cegetista con la arbitraria decisión que limitó
seriamente la llegada de radio Continental a sus oyentes.
Esa radio es propiedad del grupo español Prisa. Tampoco
puede olvidarse que, en una conferencia de prensa de Néstor
Kirchner, éste contestó una pregunta de un periodista de esa
radio de esta manera: Sos del Grupo Prisa. Ya sé por qué te
mandan . La venganza es un estilo que no ha concluido.
Funcionarios y legisladores oficialistas suelen pregonar en
estos días, alegremente, que el matrimonio presidencial está
dudando sobre si le conviene conservar el gobierno
Para ellos, lo mejor ya pasó , argumentan. Las versiones y
las dudas carecen de responsabilidad institucional. Esa
desaparición de un futuro en el poder se entrelaza también
con el peor déficit político de los Kirchner: nunca les
hablaron a los argentinos de un destino colectivo.
Reproducción de la
columna en el Diario La Nación de:
PERFIL DE UN POLITICOLOGO: Joaquín Morales Solá
Ejerce el
periodismo desde los 16 años cuando ingresó al diario La
Gaceta de Tucumán. En 1975, Clarín lo convocó para ser
prosecretario de la sección Política. Durante 12 años fue
segundo jefe de Redacción y autor de la columna política
dominical de ese diario.
Fue
columnista político del noticiero de Telefé y del programa
"Tiempo Nuevo", de Bernardo Neustadt.
Durante
1997, condujo "Dos en la noticia" junto con Magdalena Ruiz
Guiñazú, por el ex Canal 9. Actualmente es columnista
político del diario LA NACION.
En 1990, el
gobierno de Italia lo condecoró con la Orden al Mérito de la
República Italiana. Posteriormente, en 1992, España lo
distinguió con la Orden de Isabel la Católica. En 1998,
recibió la Orden Nacional al Mérito que entrega la república
de Francia.
Diario La Nación