El desprecio del Gobierno
hacia los demás y la
 pobre calidad de gestión

01 de Septiembre de 2008

El desdén de varios funcionarios del gobierno de los Kirchner hacia quienes no piensan como ellos tiene su correlato en la pobre calidad de su gestión.

La decisión que en 2003 comenzó como una cruzada para dirigirse directamente "a la gente" sin la intermediación de los medios de comunicación, se ha convertido ahora en un fiel reflejo de la falta de una gestión sensata, que muestre coordinación hacia dentro del propio Gobierno. Los malos resultados de esta estrategia, de acuerdo al creciente malhumor social, parecen estar a la vista.

Para ser más claro, cabe mencionar algunos ejemplos de esta actitud y sus consecuencias:

-El nuevo jefe de gabinete, Sergio Massa, prometió en diálogos informales con los principales diarios y con empresarios todo lo posible y mucho más cuando asumió: cambios en el Indec, reemplazo de Moreno, un equipo económico más fuerte y la simpatía de la CGT por los cambios en Ganancias. No consiguió nada de eso en sus primeros 40 días de gestión y en los últimos contactos públicos ya se lo notó con nervios poco recomendables para un funcionario de su importancia.

-El ministro Carlos Fernández sólo habló en forma pública y muy poco clara dos o tres veces desde que tomó la posta en el Palacio de Hacienda, sin mostrar cuál es el rumbo de sus acciones o, más importante, cuáles son los ejes de la política económica en tiempos de fuertes turbulencias. Cada vez que se lo requiere para una explicación, escapa a los micrófonos casi con pánico.

-La presidente Cristina Kirchner sigue repitiendo con mucha convicción que los datos de la inflación del Indec son verdaderos, cuando hasta los propios empresarios ligados al gobierno ya expresaron, al igual que Moyano, que no le creen. Además, la Presidenta habla con suficiencia para criticar a los demás desde las tribunas, pero ya ha confundido inflación con precios relativos, entre otros conceptos importantes.

-El polémico secretario Guillermo Moreno, de bajo perfil por estas semanas, ha transformado sus ideas, expresadas siempre con amenazas o gritos en reuniones secretas con empresarios o periodistas, en los 10 mandamientos de la política económica kirchnerista, aunque los controles de precios que lleva adelante ya no tengan ningún efecto práctico sobre el rumbo ascendente de la inflación.

-El precursor del silencio oficial, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, ha logrado capear hasta ahora la crisis energética por las altas temperaturas, pero sin gestión, según los empresarios del sector. Hacia adelante, en un contexto de menos recursos públicos, no se espera que pueda hacer algo mejor a lo que no hizo en los tiempos de abundancia.

Tal vez el último ejemplo de esta desorientación oficial, que es una mala señal para un Gobierno que se jacta de gobernar en soledad, haya sido darle el micrófono a Hugo Moyano en la Casa Rosada para que cuestione el desordenado cambio impulsado por el propio Poder Ejecutivo en el impuesto a las Ganancias, como ocurrió la semana pasada.
Por Martín Kanenguiser ,De la Redacción de LA NACIÓN , copia textual de su columna del 31-08-08