03 de Marzo de 2009
El rodaje de Bunny World en el Tigre y el discreto encanto
de vivir como Conejita Playboy
“Nos divertimos y encima nos pagan”
Seis de las más famosas chicas de la señal Playboy TV están
filmando un reality.
![](socialnota53_archivos/image002.jpg)
La brasileña del Mercosur.
Andressa de Barros, con tres
argentinas, una uruguaya y una peruana completa el elenco.
La
excusa es el nuevo reality del canal,
Bunny World by Playboy,
ocho episodios que se verán a fin de año en la señal de
cable para América Latina, pero es un proyecto internacional
que ya está vendido a los Estados Unidos, Europa y Asia. La
serie compilará los momentos más sensuales de la convivencia
de la media docena de conejitas.
Imagínese entonces una isla en el Tigre con un fondeadero
privadísimo, una casa de tres plantas con mucha madera y
moderno diseño, una cancha de tenis con césped prolijísimo,
una pileta de natación con aguas danzantes y una terraza
(que incluye otra piscina) que mira a la lejana ciudad.
Ahora sume “seis chicas seis” e imagine –trate de imaginar,
aunque sea complicado– que son modelos de Playboy. Bien, eso
ni más ni menos es este día de rodaje en un lugar de
ensueño.
Lo primero que llama la atención es, obviamente, los cuerpos
y cómo los manejan frente a las cámaras: casi hay una
gramática de gestos, poses, quebrada de cintura, caminatas
que articulan cada secuencia. Mientras un grupo de
periodistas recorre las tres plantas de la casa donde
conviven las chicas, la conejita
argentina Lucía Cabello posa delante de un enorme
telón negro. Lleva un traje de baño rojo y unos enormes
anteojos de sol. Delante, obviamente fuera de campo, una
decena de camarógrafos, maquilladores, directores de
fotografía y asistentes de sonido. Ella juega con una soga,
contoneando sus curvas. Luego desnuda su seno y sigue
moviendo los labios y los pechos lentamente en trayectorias
sensuales. En la pantalla, eso incentivará la imaginación de
los espectadores. Acá se escucha un “ahora tapá una lola con
la mano, dale... eso, bien, bien”.
Podemos asegurar que, visto a distancia panorámica, no hay
nada menos sexy que una quincena de profesionales creando
una imagen que sólo en la pantalla elevará temperaturas.
Para el equipo técnico, en ese momento resultan mucho más
atractivos los sandwichitos con lomo y tomate que la chica
semidesnuda en pose erótica. Aunque parezca una aporía,
ése es ni más ni menos todo el secreto de Playboy: máximo
profesionalismo y la frialdad necesaria para pensar y
construir un mundo de fantasía lo más consistente y
estimulante posible.
Ariel Taboada es el cerebro
creativo detrás de lo que el canal viene haciendo en
los últimos años. La pregunta es simple: tanto cuidado en
hacer del erotismo algo bien fotografiado y producido, ¿no
esteriliza el viejo y querido impulso del sexo? Sonríe y
dice que no. “Cuando empezamos, el canal era básicamente
pornografía con un poco de algún elemento erótico, o
programas donde a la mujer se la trataba como una cosa. Y el
problema de eso es que, en el medio del porno, una cosa de
calidad desentonaba. Además, las mujeres no veían el canal.”
Es en gran medida cierto: las chicas que aparecían en la
vieja etapa eran mucho más pulposas, con un aspecto mucho
más cercano a lo revisteril que al portfolio. También fue la
época de los personajes bizarros y el humor directo de
tocaditas y miradas lascivas en las producciones propias del
canal. Todo eso restringía el público a quien buscaba
satisfacciones rápidas e imágenes directas, en su mayoría
hombres. Ahora se han sumado las mujeres, que ven
sensualidad pero no desprecio.
“Te podría decir –se entusiasma Ariel– que hoy Playboy es
un canal para la pareja más que para hombres o mujeres. Y
además no eliminamos el porno, simplemente invertimos la
proporción: la base son estas producciones eróticas, con
fotógrafos y directores que no vienen precisamente del
porno, y lo otro, que está, ocupa menos espacio. Y
funciona”.
La producción que vemos es estimulante, linda, divertida. Un
anzuelo inteligente para poder ingresar al erotismo sin
sentirse en estado pecaminoso. Aparecen las chicas:
las
argentinas Yanina Filocamo, Lucía
Cabello y Luciana Suárez, la uruguaya Daniela Tambasco, la
peruana Tilsa Lozano y la brasileña Andressa de Barros.
El primer impulso es el asombro: vemos esas figuras y,
sencillamente, no podemos creer que gente así exista. Todas
parecen simpáticas, algo angelicales, delgadas, abundantes
en lugares estratégicos, bellas de rostro, sonrientes sin
malicia. No, no nos enamoramos ni se despiertan nuestros
bajos instintos: simplemente las vemos como algo
extraordinario. Cuando Tambasco nos saluda, se inclina
porque nos lleva unos cuantos centímetros. Más tarde, antes
de meterse a la piscina para unas tomas de rigor (mojándose
el pelo, tirando hacia atrás la cabeza con ojos
entrecerrados y boca entreabierta), deberá dejar los
stilettos. Sorpresa: ahora mide diez centímetros menos que
uno.
Más tarde, vemos a Yanina. Es rubísima, de ojos celestes muy
celestes. Está haciendo un nota para televisión y se la ve
piola, decidida, rápida en la respuesta. “Sí, me gusta mi
cuerpo, sí, me gusta mostrarlo, sí, me divierto mucho”.
Corte. Nos acercamos a la mesa con dulces y cruzamos dos
palabras con ella en plan informal. Se pone colorada, mira a
los ojos y al piso alternativamente.
Las chicas pasan de conversar con los periodistas a tomar
sol, de tomar sol a una sesión fotográfica. Yanina dice, al
pasar “¿Qué más quiero? Estamos en un lugar así de lindo,
nos divertimos, tomamos sol, vamos a la pileta, nos sacan
fotos, ¡y además nos pagan!” Como la Tambasco, Lucía es de
las más conscientes de su rol, la que mejor comprende que
ella es titiritera de sí misma. En una reposera, hablando
con otros periodistas, sonríe detrás de sus anteojos
gigantes y dice: “Acá es como en cualquier reunión de
chicas, nada más extraño que eso. Y tenemos charlas de
mujeres espontáneas, hablamos de ropa, o de hombres o de
cualquier cosa. Es como vacaciones, y mientras hacemos
producciones”.
El resultado es totalmente distinto: lo que se verá en
pantalla es el juego entre inocente y provocativo de seis
mujeres de increíble cuerpo, más la concreción virtual de
algunas fantasías, sobre las que giran en la reunión los
términos “sensual”, “erótico” y “adulto”. Curiosamente,
nadie menciona la palabra “sexo”.
Un currículum tan
generoso como sus curvas
Antes de unirse en este reality,
cada una de estas conejitas filmó lo suyo. En el canal
primero se verá Surfing Attraction, una surf movie
erótica con Miss Playboy TV Perú 2007, Tilsa Lozano. Una
novedad de abril será Photographer in Love, con Andressa
Barros. En mayo llegará Room Service, con Yanina
Filocamo, Miss Playboy TV Argentina 2008. Luciana Suárez
protagonizó Diaries of Passion y participará en la serie I
wanna be a Rockstar, mientras que Lucia
Cabello aparecerá en las series Black Latex y Art f Love.
Leonardo M. D’Espósito, para
Crítica de los Argentinos.