29 de Junio de 2009
"El terror
del conurbano"
Mi
nombre es Jazmín, tengo 22 años y soy profesora de Música en
la escuela N° 10 del barrio de La Boca, que está en una
geografía singular: a una cuadra del Riachuelo y a dos del
puente.
Son
varios los alumnos que aprovechan la cercanía, y cruzan
todos los días desde sus hogares en la Isla Maciel, hacia el
lado de Capital para poder venir a la escuela y tener así la
oportunidad de asistir a sus clases.
No
hace mucho vi en un programa de televisión que describían a
la isla como "el terror del conurbano".
Sentí como si
todos los que viven allí, de acuerdo a la mirada de los
conductores, fueran definidos por su presunta condición de
"delincuentes", estigma que, al parecer, no escapaba a
ningún habitante de la isla.
Me
gustaría dar otra mirada sobre el tema. Y contarles, por
ejemplo, que mis alumnitos, que no miden más de 1,20 metro,
y juegan y ríen como cualquier otro chico, no son ningunos
delincuentes.
Son, eso sí, las víctimas de un
Estado ausente,
que
no escucha,
y
también de una sociedad indiferente,
que
no toma responsabilidades por ningún hecho,
y, lo
peor,
que
estigmatiza sin conocer.
Que inventa
"islas falsas" para no tener que ver lo que no quiere ver y
aísla con puentes incruzables y con ríos contaminados lo que
en verdad no le gusta.
Hace
un tiempo, conversando, les pregunté a los chicos qué
sentían al cruzar cada día en el botecito. Nunca olvidaré la
repuesta:
"Es
lindo, pero el río tiene mucho olor, está re-sucio, y cuando
llueve no podemos venir a la escuela".
Definitivamente, he ahí el verdadero "terror del conurbano".
Jazmín María
Tiscornia
jazmaru@hotmail.com
Reproducción
textual de la Carta al País publicada en el diario Clarín el
28-06-2009, autorizada por su autora.