28 de Enero de 2009
Niños
hispanos contra Obama
Unos 600
hijos de inmigrantes indocumentados demandaron al presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, ante la Corte Suprema para que suspenda la deportación
de sus padres.
La
querella judicial fue interpuesta ante la Corte Suprema de Justicia.
La
querella judicial fue interpuesta ante el Máximo Tribunal de Justicia
estadounidense por Nora
Sándigo, guardián legal de los menores y directora ejecutiva de la
organización Fraternidad Americana,
con sede en Miami.
Sándigo
explicó a BBC Mundo que "algunos de los niños son hijos de personas con cita
en la corte y procesos de deportación inminentes, otros tienen a alguno de sus
padres en la cárcel ya con fecha de salida del país". "Pero también hay chicos
que quedaron aquí cuando la mamá o el papá fueron deportados hace tiempo y
otros cuyos padres, sabiendo que no tienen documentación y conscientes de que
si los agarra Inmigración les ocurrirá lo mismo, se sumaron como medida
preventiva".
Todos los
menores son ciudadanos estadounidenses, radicados en la mayoría de los estados
del país y con padres provenientes de diversos lugares en Latinoamérica.
Una
decisión difícil
Cecia
Sosa, de 12 años, y su hermano de Ronald, de 9, -ambos de Pompano Beach,
Florida- son dos de los niños del grupo en favor del cual la Fraternidad
Americana interpuso la demanda contra Obama.
Su madre,
de origen nicaragüense, fue detenida el 19 de diciembre pasado por agentes de
inmigración cuando volvía a su casa desde la parada del autobús, tras dejarlos
en la escuela, y podría ser devuelta a su país de origen esta misma semana.
"Todavía
no sé lo que voy a hacer, aquí tengo a mis tías pero si se llevan a mi mamá yo
creo que me voy a ir con ella", dijo Cecia a BBC Mundo. "Esto es muy injusto y
yo quiero hacer todo lo que pueda para ayudarla".
El papá de
Cecia y Ronald también ingresó a Estados Unidos ilegalmente y actualmente
permanece escondido ante el temor de ser apresado por las autoridades y
deportado al igual que su esposa.
Nada
personal
La demanda
fue presentada contra el presidente Barack Obama por ser el máximo
representante del gobierno de Estados unidos, un país que -según los
querellantes- está violando "el derecho básico de estos niños a criarse en su
entorno familiar".
"No
tenemos nada personal contra Obama -aseguró Sándigo- es más, yo creo que es la
primera vez que sentimos tanta esperanza de que alguien nos dé una solución a
este problema". "Sabemos que él quiere reparar este sistema cruel e
insensible, estas leyes crudas y sin sentimientos que tanto daño hacen a las
familias hispanas".
"Primero
se aprovechan del servicio de estos inmigrantes que cortan los tomates y las
cebollas que llevamos a nuestra mesa y después les pagan destruyendo sus
sueños, su familia y su vida", afirmó. Según los demandantes, el hecho de que
Obama pertenezca a una raza que ha sufrido la discriminación, que provenga de
un padre inmigrante y que tenga hijas de la edad de muchos de los niños en
riesgo de ser separados de sus padres lo pone en una posición inmejorable para
entender sus padecimientos.
Laberinto
legal
El
abogado Alfonso Oviedo Reyes,
encargado de presentar la demanda ante la Corte Suprema,
dijo a BBC Mundo que lo que se
intenta en primera instancia es desarmar la "trampa legal" que se montó para
las causas que involucran a los inmigrantes.
Durante
décadas se permitió regularizar su situación a los padres de niños con al
menos siete años de residencia en el país, buen carácter moral y que podían
demostrar que su deportación causaría un daño extremo a sus hijos, ciudadanos
estadounidenses o residentes.
Se calcula
que un millón de niños estadounidenses tienen padres indocumentados.
Pero en
1996, el Congreso estadounidense aprobó el estatuto 8UFC1252F, mediante el
cual eliminó esa posibilidad y estableció que para todas las causas que tengan
que ver con extranjeros no podía invocarse una "acción de clase" -es decir,
una demanda colectiva- en los tribunales ordinarios. El abogado se quejó de
que "el problema es que no se puede recurrir a la Corte porque estos casos no
están en su jurisdicción original, ni tampoco reclamar colectivamente a las
cortes de distrito porque una ley lo prohíbe expresamente".
"En teoría
los niños podrían recurrir uno por uno a la Justicia, pero el resultado no se
aplicaría a los demás casos. Además, en el caso de estas familias
trabajadoras, los costos de litigar contra el estado son prohibitivos, por lo
que la única opción viable que tienen es una acción de clase (demanda
colectiva)".
"Por eso,
lo que le estamos pidiendo a la Corte es que desestime la ley del Congreso por
inconstitucional y ordene a las cortes federales que acepten una demanda
colectiva de los hijos estadounidenses de estos inmigrantes", detalló Oviedo
Reyes.
Si logran
que el tribunal Supremo autorice el procedimiento, el abogado estima que la
demanda podría ampliarse a más de cinco millones de personas, tanto en el caso
de niños como en el de ciudadanos estadounidenses con su esposo o esposa en
riesgo de deportación.
Un reclamo
similar fue presentado en 2007 contra el entonces presidente George W. Bush,
el Departamentos de Justicia, el de Seguridad Interna y la oficina del
Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), pero en su momento fue rechazada
por la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, no por su reclamo de fondo
sino por "cuestiones de forma".
Carlos Ceresole, BBC.
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