14 de Julio de 2009
Ni dueño ni cliente: una semana después de su renuncia como
secretario de Transporte, Ricardo Jaime
volvió anteayer a su
ciudad natal, Córdoba, a las 21.30, en un vuelo de LAN, que
pagó de su bolsillo. El ex funcionario, que eludió esa noche
la manga y se subió con su mujer a una camioneta amarilla de
Aeropuertos Argentina 2000 para pasajeros vip, se despidió de
Aerolíneas Argentinas, una de las obsesiones de su
controvertida gestión, empresa que ya sufre pérdidas similares
a las que tenía hace un año el dueño anterior, el grupo
español Marsans.
![](http://www.lanacion.com.ar/anexos/fotos/08/1024808.jpg)
Las últimas cifras internas disponibles de la compañía son
lapidarias: la pérdida sobre ingresos consolidados llegó en
mayo pasado a US$ 52 millones. El monto, que excluye las
recientes compras de aviones Boeing, supone un gasto diario
superior a US$ 1,7 millones (o más de 6,6 millones de pesos)
para el Estado, sin ningún control ni evaluación del Congreso
u otros organismos. Salarios, combustible y gastos operativos
fueron el principal destino de esos fondos. Junio y julio
serán peores, adelantan en la empresa, porque ya se sienten
los efectos de la gripe A en toda la industria: la brasileña
Gol, por ejemplo, reconoció el miércoles haber sufrido una
caída del 50% en la ocupación de los vuelos a Buenos Aires.
No es el orden una virtud que pueda atribuírsele en estos días
a la nacionalizada Aerolíneas. LA NACION intentó ayer, sin
éxito, comunicarse con voceros de la empresa para preguntar,
por ejemplo, cuáles son las razones por las que el Estado ha
tenido que desembolsar más de 2000 millones de pesos desde que
se hizo cargo de las operaciones, hace exactamente un año.
Fueron, en concreto, más US$ 160 millones (611 millones de
pesos) sólo entre enero y mayo de este año, casi lo mismo que
perdió
el grupo Marsans
durante el mismo lapso del año pasado
(US$ 161,7 millones), aunque con dos diferencias
significativas:
· -
Los españoles debieron operar con el barril de petróleo -que
ayer cerró a 60,38 dólares en Texas- por sobre los 100
dólares.
· -
El último aumento tarifario concedido al sector, del 20%, cayó
sólo sobre mayo, el último mes de la serie analizada.
Mariano Recalde, nuevo conductor de la empresa tras
el ascenso
de Julio Alak al Ministerio de Justicia,
podría ser presentado
informalmente hoy por la mañana, durante la última reunión de
directorio a la que asistirá Alak para aprobar el contrato de
compra de 20 aviones Embraer. Oficialmente, en cambio, lo hará
el lunes próximo ante
el nuevo secretario de Transporte, Juan
Pablo Schiavi.
Facturas que llegan sin avisar
La llegada de
Recalde, hijo del diputado Héctor Recalde, abogado de la CGT,
pudo intuirse, en realidad, el viernes de la semana pasada,
mientras Jaime recogía sus últimas pertenencias en la
Secretaría de Transporte. Ese día,
el
camionero Hugo Moyano y Jorge Pérez Tamayo, su álter ego
aeronáutico,
le pidieron a Schiavi la renuncia de Alak.
Presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA),
Pérez Tamayo
construyó su poder sobre la base de una exitosa
alianza con Moyano, en una relación cuyo futuro,
probablemente, pueda definirse con una metáfora bíblica dentro
de la compañía: será el piloto quien ate o desate en el cielo
lo que el camionero decida en la Tierra (ver aparte).
La interna gremial ya le ha costado bastante a Aerolíneas
Argentinas. Por ejemplo, una sorpresiva factura de más de US$
70.000 que partió el miércoles pasado, vía Federal Express,
desde Alemania hasta las oficinas de la empresa. El emisor de
esa boleta es Lufthansa, que le reclama a Aerolíneas una
indemnización por haber cambiado a último momento el lugar de
mantenimiento de un Boeing 747-400 (Jumbo) que le había
reservado. Una intrincada historia de desajustes que tuvo como
protagonistas a los dos gremios fuertes:
la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), que
conduce Ricardo Cirielli, y APLA, manejada por Pérez Tamayo.
Después de consultar con
Lufthansa, New Zealand Airlines e
Israel Aerospace Industries (IAI),
Aerolíneas había acordado
con Lufthansa hacer el mantenimiento en China, con los costos
de traslado a cargo de los alemanes, como querían los
técnicos. Pero tres días antes de empezar,
Guillermo
Ballesteros, el hombre que Jaime puso hace tres meses como
virtual encargado de mantenimiento,
le pidió por escrito a
Oscar Donikian, gerente de Producción de Aerolíneas y de buena
relación con APTA,
que cambiara de lugar y optara por los
hangares de Israel Aerospace Industries, más afín a los
pilotos de APLA.
La operación se hará finalmente en Israel. IAI es una empresa
que, a través de
Mario Montoto, ex empresario ferroviario que
tuvo a su cargo la concesión de la línea San Martín,
hizo años
atrás mantenimiento para el Tango 01 presidencial. Montoto
volvió a ser el intermediario esta vez.
Ballesteros, en
cambio, ex piloto de la Fuerza Aérea,
viene de la gerencia
general de Lafsa, la aerolínea estatal que ha hecho menos
vuelos en la historia de la aviación universal: ninguno.
Francisco Olivera, para el
diario La Nación.
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